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Salud y Bienestar

Avisan de que el maltrato a mayores pasa inadvertido respecto a otras violencias

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EFE/Mariscal/Archivo

València, 15 jun (EFE).- La Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología y el Consejo Valenciano de Personas Mayores advierten de que el abuso y maltrato hacia los mayores, que en la mayoría de casos se produce en el ámbito doméstico, pasa «inadvertido» respecto a otro tipo de violencias.

En un comunicado, con motivo de la celebración este martes del Día Mundial de la toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez, animan a quien conozca cualquier situación de abuso y maltrato padecida por una persona mayor a que la denuncie para poder actuar contra los maltratadores.

Además, reclaman que los mayores tengan información sobre las distintas formas en las que se producen y los recursos de ayuda que tienen para hacerles frente.

UNA VIOLENCIA QUE PASA INADVERTIDA

El abuso y maltrato en las personas de más edad tiene como base la discriminación por motivos de edad y la percepción social como un grupo homogéneo, frágil y dependiente que representa una carga para el resto de la sociedad.

Según afirman, pasa «inadvertido en el tiempo» respecto a otros tipos de violencia que sufre la población como la machista, la que se ejerce por motivos de identidad sexual, el racismo o la violencia y el abuso ejercido sobre los menores.

Los factores de riesgo para el maltrato en las personas mayores son la dependencia física, presencia de demencia, incontinencia, aislamiento o convivencia con el agresor, y para la persona que cuida el agotamiento, la falta de apoyo social o institucional, falta de condiciones de la vivienda o dependencia económica.

Denuncian que esta «lacra» está infradiagnosticada cuando se produce en el ámbito doméstico por la dificultad que hay para su detección, y muchas veces el referente para cualquier consulta sanitaria es el propio cuidador que ejerce el maltrato, ya sea abuso o negligencia de cuidado.

Afirman que la mayor parte de los casos de maltrato se produce en el ámbito doméstico, y solo se detectan algunos casos de abuso en los que por su importancia se hace evidente este maltrato detectándose generalmente por los servicios sanitarios.

Los afectados suelen presentar secuelas físicas (mareos, dolor de cabeza, problemas de ingesta o de sueño) y psicológicas (ansiedad, depresión, baja autoestima, irritabilidad o intentos de autolisis).

En la familia, el tipo de abuso y maltrato más común suele ser el económico por parte de los convivientes, que ejercen control sobre el dinero o los bienes del mayor anulando su capacidad de decisión.

En ocasiones, sin llegar a la agresión, no proporcionan los cuidados necesarios por abandono o negligencia, y también suelen darse casos de maltrato psíquico, dirigiendo amenazas contra su persona o haciéndoles creer que son incompetentes.

En el caso de las mujeres mayores, mantienen una larga convivencia con su maltratador o maltratadores y la mayor parte sufre maltrato económico, físico y psicológico.

El abuso y maltrato en las instituciones (públicas, privadas y del Tercer Sector) se relaciona con un modelo de atención que se aleja de considerar las diferencias individuales y de preservar los derechos de las personas mayores, y consideran necesario aumentar los recursos sociales en general.

DEBILIDAD DEL SISTEMA SOCIOSANITARIO

Afirman que durante las primeras etapas de la crisis sanitaria se ha hecho evidente «la debilidad de nuestro sistema sociosanitario» para hacer frente a la pandemia.

Recuerdan que las residencias son centros de servicios sociales que cuentan con personal sanitario para reforzar la atención de los residentes, pero éstos tienen derecho a acceder al sistema sanitario y ser atendidos en un hospital independientemente de donde viven.

Afirman que las distintas Administraciones son responsables de desarrollar la legislación y políticas necesarias para erradicar las distintas formas de maltrato en la vejez y emprender actuaciones dirigidas a su prevención.

Y también de velar por el cumplimiento de las normas que protegen a las personas mayores, proporcionarles una atención de calidad y reconocer sus derechos, «para que situaciones como las que hemos vivido no vuelvan a repetirse y puedan disfrutar de un presente y un futuro mejor».

NECESIDAD DE MÁS INFORMACIÓN

Aseguran que para hacer frente al abuso y maltrato en la vejez, las personas de más edad deben tener información sobre las distintas formas en las que se produce, conocer los recursos para defenderse y saber dónde acudir para recibir ayuda.

Así, distintas organizaciones de personas mayores e instituciones públicas asesoran en estos casos, y es importante que denuncie quien sea conocedor de cualquier situación de abuso y maltrato padecida por un mayor, con el fin de poder actuar contra los maltratadores y liberar a la persona de este sufrimiento.

Ambas entidades reivindican el potencial de los mayores como parte activa de la sociedad y se muestran a favor de la solidaridad entre generaciones que fomenta el respeto hacia las personas mayores en la familia y en la sociedad.

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ESTUDIO| El envejecimiento del cerebro comienza a los 57 años

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envejecimiento cerebro
Los investigadores observaron que los cambios no eran lineales con el aumento de la edad, sino que se observaban tres picos con cambios abruptos, relacionados con cambios metabólicos a los 57 años; pérdidas cognitivas y de movimiento a los 70, y fragilidad neuronal en torno a los 78. / Adobe Stock

El avance en la longevidad humana ha hecho cada vez más común superar los 90 años y alcanzar el siglo de vida. Sin embargo, más allá de vivir más tiempo, el desafío está en preservar la lucidez y la calidad de vida. Un reciente estudio publicado en Nature Aging ha identificado que el envejecimiento del cerebro comienza a los 57 años, con picos adicionales a los 70 y 78 años. Estas edades podrían ser claves para implementar intervenciones que mitiguen el deterioro neurológico.

El deterioro cerebral, vinculado frecuentemente con enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, representa un obstáculo significativo. Según el Ministerio de Sanidad, el riesgo de padecer alzhéimer se duplica cada cinco años a partir de los 65, pasando de un 1 % de afectados al 40 % a los 90 años.

Los puntos de inflexión del envejecimiento cerebral

El estudio, liderado por Wei Cheng, de la Facultad de Medicina de Shanghái, se basó en muestras humanas de plasma sanguíneo obtenidas del Biobanco del Reino Unido. Los investigadores seleccionaron 13 proteínas relacionadas con el envejecimiento cerebral. Ocho de estas proteínas, vinculadas a la matriz extracelular y los factores de crecimiento celular, aumentan con la edad. Las otras cinco, relacionadas con la degradación de proteínas, disminuyen durante el proceso de envejecimiento.

Dos de estas proteínas, Brevican (BCAN) y el factor de diferenciación del crecimiento 15 (GDF15), han sido asociadas no solo con el envejecimiento, sino también con condiciones como la demencia, el ictus y la función motora deteriorada. Esto evidencia que las concentraciones de proteínas cambian a lo largo del tiempo, reflejando la salud cerebral en edades clave.

¿Por qué comienza el envejecimiento cerebral a los 57 años?

El análisis incluyó datos de imágenes cerebrales de 10.949 adultos sanos para estimar la brecha de edad cerebral (BAG, por sus siglas en inglés), un indicador del declive cognitivo. Según Cheng, a los 57 años se observan cambios relacionados con la inmunidad adaptativa y el metabolismo, dos factores esenciales en el inicio del envejecimiento cerebral.

Cambios no lineales en el deterioro cerebral

Jesús Ávila, neurocientífico del CSIC, señala que el declive cerebral no es lineal, sino que presenta picos abruptos:

  • A los 57 años, cambios metabólicos.
  • A los 70 años, pérdidas cognitivas y de movimiento.
  • A los 78 años, fragilidad neuronal.

A los 70 años, las proteínas asociadas están directamente vinculadas con la demencia y el ictus, según Cheng. Por ello, esta etapa es crucial para adoptar un estilo de vida saludable y prevenir posibles trastornos cerebrales.

La importancia de la prevención

Los expertos destacan que ciertos trastornos neurodegenerativos pueden prevenirse mediante hábitos saludables, como el ejercicio regular, una dieta equilibrada y el contacto social. No obstante, serán necesarios más estudios para validar estos biomarcadores y explorar su viabilidad en la prevención del deterioro cerebral.


Referencias:

  • Liu et al. Plasma proteomics identify biomarkers and undulating changes of brain aging. Nature Aging (2024).
  • Fuente: SINC. Derechos: Creative Commons.

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