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Valencia

Botellón, ruido, droga y prostitución: la pesadilla vecinal de València

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València, 18 oct (EFE).- La pesadilla de los vecinos de València tiene nombre y apellidos y genera serios problemas de convivencia. Botellón, ruido, suciedad, droga y prostitución extienden sus tentáculos por barrios, distritos y pedanías, agravados los últimos años ante una Administración con «buenas palabras» y «pocos hechos».

Así lo detalla a EFE la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos, María José Broseta, que añade que la «ingente» ocupación del dominio público por las terrazas se suma a estos problemas con los que lidian los vecinos y que, a su juicio, «son una realidad que hay que tratar barrio a barrio».

«Es una pesadilla», admite la dirigente vecinal, que habla de que pasear es una «carrera de obstáculos» por las mesas y sillas de las terrazas e insta a la Administración a «trabajar conjuntamente y pasar de las palabras a los hechos», además de reconocer que los problemas «ya existían, pero se han agravado en los últimos años».

EL BOTELLÓN, UN CLÁSICO AGRAVADO POR LA PANDEMIA

La acumulación de bares y terrazas, unido a la venta de «alcohol barato» ha propiciado un aumento desorbitado del botellón en la plaza de Honduras, con la suciedad, el ruido y el vandalismo que ello conlleva, según el portavoz de su asociación de vecinos, Toni Pau.

«La solución no es solo policial, hay que inspeccionar las terrazas y hacer efectivas las sanciones. Que se cumpla la normativa de espacio público y ruido», apunta para sentenciar: «No podemos ser el Magaluf de València».

La misma situación viven en la plaza del Cedro, donde el botellón se desplazó después de que se «blindaran» los espacios de la universidad que usaban los jóvenes y, especialmente tras decaer el toque de queda. Ahora son un espacio de «ruido, suciedad y un buen nicho de venta de droga y de robos, que desatan la violencia».

Según relata a EFE la secretaria de la asociación vecinal, Pilar Page, las noches y madrugadas de jueves, viernes y sábado sufren roturas de telefonillos, coches y jardines, botellas rotas y orines y vómitos en entradas de garajes, patios y escaleras y «la policía no actúa». Por eso pide que les «busque otra ubicación donde no molesten» porque tampoco hay que «pasar el problema a otro barrio».

Tampoco se libran del «dichoso botellón» en Benimaclet, donde ha empeorado en los últimos años, afirma a EFE el portavoz de la asociación de vecinos, Paco Guardeño, que anuncia que van a retomar la comisión sobre el ocio responsable de antes del confinamiento y de no erradicarlo, llevarán a cabo «movilizaciones y protestas».

«Es triste que la Policía tenga que gastar recursos en tener un retén parado toda la madrugada», apunta, e incide en que durante tres noches sufren «ruido y suciedad» y destaca los problemas que genera de «insomnio, nervios y ansiedad» en los vecinos.

DROGAS Y PROSTITUCIÓN, OTRA LACRA VECINAL

El «abandono» al que ha sometido la Administración al barrio de Orriols, unido a los pisos vacíos que dejó la crisis, lo ha llenado de «okupas que delinquen, tráfico de drogas, peleas y gente incívica que no respeta las instalaciones», denuncia la portavoz de la plataforma Orriols en lucha, Maricarmen Tarín.

Cuenta a EFE que tras meses de reclamarlo, se reunieron con el alcalde, Joan Ribó, y representantes de varias concejalías para pedir «una intervención integral en el barrio, con más presencia policial pero también actuaciones en vivienda, sociales, urbanísticas y comerciales».

Confía en que a finales de octubre se celebre la segunda sesión de la mesa interconcejalía que se creó y avanzar con «intervenciones más contundentes» porque ahora el barrio «no invita a vivir aquí ni a abrir un negocio».

La Asociación de vecinos Malva-Rosa (Amics de la Malva) está en plena campaña de movilización -en la última salieron a la calle 4.000 vecinos de un barrio de 15.000- por la situación de «degradación del barrio asociada al aumento de la venta y trapicheo de droga», señala a EFE su portavoz, Pau Díaz.

«Es un problema complejo y las demandas son amplias. Queremos un plan integral, desde más policía hasta servicios públicos, la urbanización de los descampados y zonas abandonadas, que se pare el mercado de la droga y que haya medidas sociales y culturales», detalla.

La prostitución y la droga «corren con bastante fluidez» en el barrio de Velluters, en pleno barrio chino, en el distrito de Ciutat Vella, asegura a EFE el presidente de la asociación de vecinos, Ricardo Burguete, quien lamenta «las molestias y peleas que generan» y que «llevan aguantando toda la vida».

Apunta como solución que se lleven a las prostitutas -antes mayoritariamente españolas y ahora de Europa del este, africanas y latinas- «a un lugar en las afueras de la ciudad» porque los cursillos de reintegración de las mujeres «no tuvieron éxito» y es difícil «acabar con un negocio que da mucho dinero».

LOS APARTAMENTOS TURÍSTICOS, EL NEGOCIO EN CIUTAT VELLA

Desde Amics del Carme, su portavoz, Toni Casola, lamenta a EFE la «terciarización» del distrito, que incluye los barrios de Velluters, Xerea, Seu, Carme y Mercat, donde «las actividades de ocio y turismo asfixian el carácter residencial» y donde «prácticamente todos los patios tienen apartamento turísticos» y hay 44.000 m2 de solares.

Detalla que esta realidad les lleva a sufrir ruido, suciedad, inseguridad y molestias a diario, además de criticar «la gran cantidad de terrazas y el espacio público que ocupan», con lugares que incluso la Policía califica como «zona de guerra», así como la presión del tráfico rodado.

«Exigimos diálogo real a la Administración sobre los problemas. Las consultas y la participación vecinal son como un teatro; no nos escuchan. Dicen que no hay recursos pero tampoco imaginación», reprocha mientras anuncia que, además de movilizaciones y campañas con pancartas, irán a la Justicia para que «se cumplan las normas».

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Sucesos

La Policía Nacional registra la clínica dental de Alzira tras la muerte de una niña de 6 años

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Muere una niña de 6 años tras tratamiento dental Alzira
Cartel en la clínica dental donde fue tratada la menor - EUROPA PRESS

La Policía Nacional ha iniciado este miércoles un registro en la Clínica dental de Alzira, centro donde fueron atendidas una niña de 6 años fallecida y otra de 4 años hospitalizada en la UCI tras recibir tratamientos odontológicos. La inspección está siendo realizada por los grupos de Homicidios y Policía Científica, junto a la letrada judicial, con el objetivo de recopilar toda la documentación, recursos del centro y la medicación almacenada.

Autopsia y análisis forenses

La autopsia inicial practicada a la niña de 6 años no detectó ninguna enfermedad previa ni anomalías en los órganos que expliquen el fallecimiento. Los investigadores esperan los resultados de los análisis de sangre, orina y tejidos, así como de las ampollas y viales utilizados durante el tratamiento, para determinar qué desencadenó la muerte de la menor y la intoxicación de la niña de 4 años.

Los estudios preliminares también descartaron problemas congénitos o malformaciones que pudieran haber dificultado la respiración durante la sedación y la anestesia local, administradas siguiendo los protocolos habituales de odontopediatría.

Sedación consciente y anestesia local

Ambas menores recibieron sedación consciente por el anestesista y anestesia local por la odontopediatra. Según las declaraciones de los profesionales ante la Policía Nacional y la Inspección de Servicios Sanitarios, se emplearon dosis estándar ajustadas al peso y tiempo de relajación recomendado por los laboratorios. Los viales utilizados fueron requisados por la Policía Científica para su análisis.

Investigación en curso

El registro de la clínica se realiza tras la toma de declaración de todo el personal implicado en los tratamientos, incluidos la dueña del centro, la higienista, el anestesista, la odontopediatra y los padres de las menores. La investigación está siendo coordinada por el Juzgado de Instrucción 5 de Alzira, y busca esclarecer las causas que provocaron la reacción adversa que derivó en la muerte de la niña de 6 años.

 


Qué ocurrió dentro de la clínica: sedaciones, complicaciones y ausencia de infraestructura adecuada

La odontopediatra confirma que no había sala de recuperación

En su comparecencia, la profesional reconoció que la clínica carecía de un espacio acondicionado para la recuperación tras la sedación. Ambas niñas permanecieron en gabinetes dentales, uno de ellos contiguo a la sala donde se realizaron las intervenciones. Allí permanecieron acompañadas por sus familiares y bajo observación.

La odontopediatra insistió en que no se empleó anestesia general, sino sedación, un procedimiento que exige supervisión constante, equipos de reanimación y salas preparadas para la estabilización del paciente.

La menor que falleció estuvo horas en observación

Los padres de la niña fallecida detallaron que su hija permaneció varias horas en observación antes de ser trasladada al Hospital de la Ribera, donde ingresó ya en parada cardiorrespiratoria. Los esfuerzos de los equipos médicos resultaron infructuosos.

La otra menor presentó somnolencia, fiebre, vómitos y dificultad respiratoria, síntomas compatibles con reacciones adversas por sedación, según fuentes sanitarias.


¿Tenía la clínica permiso para realizar sedaciones? Sanidad confirma que no

El lunes, fuentes de la Conselleria de Sanidad confirmaron que la clínica dental no disponía de autorización sanitaria para realizar técnicas de actividad de anestesia, incluidas las sedaciones intravenosas en menores.

La autorización del centro se limitaba a la práctica de odontología y estomatología, lo que permite administrar anestesia local, pero no sedaciones con fármacos intravenosos, que requieren licencia específica, formación acreditada y equipamiento avanzado.

Sanidad ha ordenado el cierre cautelar de la clínica y continúa investigando.


¿Quién realizó las sedaciones? El Colegio de Odontólogos aporta más datos

El Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia (ICOEV) ha emitido un comunicado en el que:

  • Confirma que los tratamientos fueron realizados por profesionales colegiados.

  • Indica que las sedaciones fueron administradas por un médico especialista en anestesia.

  • Traslada sus condolencias a la familia de la niña fallecida.

  • Muestra su deseo de recuperación para la menor de cuatro años, ya fuera de la UCI.

Pese a ello, los expertos subrayan que la presencia de un anestesista no sustituye las obligaciones estructurales del centro: permisos, sala de recuperación, monitorización y equipamiento de emergencia.


Qué investiga ahora Sanidad: puntos clave del caso

1. La legalidad de la sedación administrada

Se analiza si el tipo de sedación empleada estaba autorizado y si se ajustó a los protocolos vigentes en pediatría.

2. El estado y origen de los fármacos

Sanidad investiga si la anestesia estaba alterada, contaminada o mal fabricada, una línea abierta tras las primeras diligencias.

3. La infraestructura del centro

El hecho de que no existiera una sala de recuperación podría constituir un incumplimiento grave de la normativa sanitaria.

4. El tiempo que pasó entre la sedación y el traslado

Se intenta determinar si el retraso en trasladar a la menor a un hospital contribuyó al fatal desenlace.


La segunda niña evoluciona favorablemente

La menor de cuatro años recibió atención urgente en el Hospital de la Ribera y posteriormente fue derivada en SAMU al Clínico de València, donde permaneció varios días en la UCI pediátrica. Su evolución ha sido positiva y ya se encuentra en planta.


Cronología sanitaria: dos niñas atendidas en una hora y un desenlace trágico

La menor fallecida, de seis años

  • 16:52 h, jueves 20 de noviembre: llega en parada cardiorrespiratoria al Hospital de la Ribera.

  • Los equipos sanitarios intentan reanimarla sin éxito y se declara su fallecimiento.

La niña de cuatro años

  • 12:00 h: acude a la misma clínica dental para un tratamiento con sedación intravenosa.

  • 15:11 h: ingresa en Urgencias del Hospital de la Ribera con fiebre, vómitos y somnolencia.

  • Tras estabilizarla, es trasladada en SAMU al Clínico de València y permanece en la UCI hasta este lunes, donde su estado ya es estable y en planta.

Ambos tratamientos fueron realizados en la misma mañana y por el mismo anestesista.


Líneas clave de la investigación: fármacos, trazabilidad y procedimientos

Sanidad investiga:

  • El lote del anestésico utilizado.

  • La trazabilidad del fármaco y la cadena de suministro.

  • Las condiciones de conservación del medicamento.

  • La legalidad de los procedimientos aplicados.

  • El cumplimiento de protocolos de sedación en menores.

  • La documentación clínica de ambas pacientes.

Además, la Policía Nacional ha trasladado el caso al grupo de Homicidios para determinar posibles responsabilidades penales. La autopsia de la niña fallecida será determinante.


La versión de la clínica: “La niña salió aparentemente bien”

La dirección del centro ha declarado que no se empleó anestesia general, sino una sedación intravenosa leve para extraer dientes de leche y colocar empastes. Afirman que la niña “salió del centro dental aparentemente bien” y que desconocen qué pudo ocurrir después. Añaden que “se está investigando el lote de la anestesia”.

Estas afirmaciones deberán contrastarse con los informes toxicológicos y la pericia médica.


Los padres denuncian que la niña estuvo cuatro horas con síntomas antes del alta

La familia de la menor fallecida sostiene que la niña presentó síntomas graves —somnolencia, vómitos, dificultad respiratoria y falta de respuesta a estímulos— durante cuatro horas dentro de la clínica antes de que le dieran el alta.

Al no mejorar en casa, decidieron trasladarla por su cuenta al Hospital de la Ribera, donde llegó en parada cardiorrespiratoria.


Investigación judicial en marcha

El juzgado de Alzira ha abierto diligencias previas para esclarecer el fallecimiento, mientras Sanidad desarrolla un expediente informativo completo. La jueza de guardia estudia ahora toda la documentación para determinar si existieron irregularidades o mala praxis en la sedación.


Un caso que sacude a la ciudadanía y refuerza el debate sobre la sedación en odontología infantil

La gravedad de los hechos y la implicación de menores han generado enorme preocupación social. El caso reabre el debate sobre los protocolos de seguridad en la sedación odontológica, la necesidad de centros acreditados y el control exhaustivo de medicamentos anestésicos.

Sanidad insiste en que la suspensión cautelar de la clínica busca garantizar la seguridad de otros pacientes mientras avanzan las investigaciones.

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