Salud y Bienestar
El cáncer de piel en niños: una amenaza creciente que exige prevención desde la infancia
Publicado
hace 7 mesesen
La incidencia del cáncer de piel en población infantil y juvenil está aumentando de forma preocupante a nivel global. La exposición acumulada a la radiación ultravioleta desde la infancia y las quemaduras solares intermitentes son factores determinantes en el desarrollo de esta enfermedad en etapas posteriores de la vida.
La infancia, etapa crítica para la prevención del cáncer de piel
La piel tiene memoria, y el daño provocado por el sol se acumula a lo largo de los años. Las quemaduras solares sufridas durante la infancia duplican el riesgo de desarrollar cáncer cutáneo en la edad adulta. Este riesgo se agrava especialmente en personas con fototipos claros, que se broncean con dificultad y se queman con facilidad.
Además de la genética, el principal factor de riesgo modificable es la exposición solar sin protección. La radiación ultravioleta (UV) daña el ADN de las células de la piel, lo que puede desencadenar la aparición de melanomas y otros tipos de cáncer cutáneo con el paso del tiempo.
Aumento alarmante de casos de cáncer de piel
Se estima que los casos de cáncer de piel aumentarán un 40 % en los próximos 25 años, impulsados por hábitos de exposición solar prolongada y la cultura estética del bronceado. Actualmente, más de 500.000 nuevos casos se diagnostican anualmente a nivel mundial, y más de 50.000 personas mueren cada año por esta enfermedad. En España, el melanoma cutáneo ha incrementado su incidencia un 50 % en la última década, superando los 8.000 casos anuales.
El bronceado no es salud: un mito que debe desaparecer
Contrario a la creencia popular, el bronceado es una respuesta defensiva del organismo ante una agresión solar, no un signo de salud. La producción de melanina se activa como mecanismo para intentar proteger el ADN dañado por los rayos UV. Esta alteración celular, si no se repara correctamente, puede derivar en cáncer de piel.
La moda del bronceado, especialmente entre adolescentes, continúa siendo un desafío para la salud pública. A ello se suman prácticas de alto riesgo como el uso de cabinas de rayos UVA con fines estéticos, aún permitidas en países como España.
Claves para prevenir el cáncer de piel desde la infancia
Prevenir el cáncer cutáneo requiere la adopción de hábitos responsables desde los primeros años de vida. Estas son las principales recomendaciones:
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Evitar la exposición solar entre las 12:00 y las 17:00 horas, cuando la radiación UVB alcanza su pico de intensidad.
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Utilizar ropa protectora, incluyendo sombreros de ala ancha (mínimo 7 cm), camisetas ligeras de manga larga y gafas de sol con filtro UV.
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Buscar siempre la sombra, especialmente en días soleados o en entornos de alta exposición como playas o piscinas.
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Aplicar fotoprotector solar de amplio espectro (UVA y UVB) con FPS 30 o superior, en cantidad suficiente y reaplicar cada 2 horas o tras el baño.
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No prolongar el tiempo de exposición al sol por usar crema solar. La fotoprotección reduce el daño, pero no lo elimina.
Zonas frecuentemente olvidadas al aplicar fotoprotector incluyen: orejas, cuello, nariz, labios, empeines, cuero cabelludo y parte posterior de las rodillas.
Importancia de la autoexploración y el diagnóstico precoz
La detección temprana del cáncer de piel mejora significativamente el pronóstico. Se recomienda realizar una autoexploración mensual siguiendo la regla ABCDE de los lunares:
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A: Asimetría
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B: Bordes irregulares
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C: Color desigual
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D: Diámetro superior a 6 mm
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E: Evolución en tamaño, forma o color
Además, es importante vigilar la aparición de lesiones que no cicatrizan o presentan costras persistentes en zonas expuestas al sol.
Revisiones dermatológicas gratuitas en junio
Con motivo de la campaña Euromelanoma 2025, durante el mes de junio se ofrecerán revisiones gratuitas de la piel en diferentes puntos de España. Esta iniciativa, promovida por la Fundación Piel Sana, se dirige especialmente a personas con mayor riesgo. Las citas pueden solicitarse a través del portal oficial: euromelanoma.aedv.es.
Prevención desde la infancia: el ejemplo de Australia
Australia, uno de los países con mayor incidencia de cáncer de piel, ha logrado reducir los casos de melanoma en menores de 35 años gracias a campañas de concienciación sostenidas durante más de 40 años. Este modelo demuestra que una cultura de la fotoprotección desde la infancia puede tener un impacto significativo en la salud pública a largo plazo.
¿Sabías qué el cáncer de piel también afecta a los pies? Conoce cómo prevenirlo
El cáncer de piel también afecta a los pies, según ha advertido el Colegio de Podólogos. Por ello, la presidenta del ICOPCV, Maite García, ha recalcado que es «esencial» proteger los pies de la incidencia del sol y la autoexploración, ya que una detección precoz «siempre es fundamental para detener la evolución de esta enfermedad».
Cáncer de piel: ojo con los pies
Según la Academia Española de Dermatología y Venerología, cada año se detectan en España alrededor de 4.000 casos de melanoma. En el caso de los pies, el melanoma lentiginoso acral es el más común y aparece principalmente en el dorso de éstos, en las plantas, en los tobillos y en la región periungueal.
Éstos pueden variar en su coloración y se presentan desde un tono marrón al negro-azul, aunque también pueden ser amelanóticos, sin color. Dentro de los diferentes tipos de melanoma, el de tipo lentiginoso acral representa entre un 2 y un 8% de los melanomas diagnosticados.
García ha explicado que el problema de este tipo de cáncer es, por un lado, su localización porque está en una zona poco accesible y que se trata de una variedad menos conocida por la población en general, lo que predisponen a una detección tardía.
Sin embargo, han señalado que en verano es muy frecuente atender consultas por quemaduras en los pies debido a que solemos aplicar el protector solar únicamente hasta los tobillos y olvidamos que el sol llega de forma perpendicular a la zona del empeine por lo que su impacto es mayor.
Cómo prevenirlo
El Colegio ha explicado que algunas medidas que pueden ayudar a prevenir el melanoma lentiginoso acral son evitar el uso de cabinas UVA con fines cosméticos, usar crema solar con alto factor de protección en los pies, y no andar descalzo en verano, sobre todo en las horas centrales del día, sobre superficies muy calientes como puede ser la arena de la playa.
Asimismo, aconsejan en caso de tener antecedentes familiares de cualquier tipo de cáncer de piel, realizar revisiones periódicas de los nebus y pecas y acudir al podólogo ante la aparición de cualquier mancha irregular y de rápido crecimiento en la piel o en las uñas de los pies.
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La Navidad es una época llena de celebraciones, reencuentros familiares y abundantes cenas, pero también puede ser un período en el que muchas personas experimentan trastornos del sueño. A pesar de que las fiestas deberían ser sinónimo de relajación y descanso, la realidad es que el estrés, las alteraciones en la rutina y otros factores propios de la temporada pueden dificultar un sueño reparador. A continuación, exploramos las razones por las que durante la Navidad muchas personas duermen peor y cómo podemos intentar mejorar la calidad del sueño en estas fechas tan ajetreadas.
1. Alteración de las rutinas
Durante las festividades, las rutinas diarias suelen verse interrumpidas. Las cenas, las reuniones familiares y los compromisos sociales pueden hacer que nos acostemos más tarde de lo habitual, lo que afecta negativamente nuestro reloj biológico. El cuerpo humano tiene un ciclo natural de sueño y vigilia que puede desajustarse fácilmente cuando cambiamos nuestros horarios de descanso. Al no seguir un horario regular de sueño, es más probable que nos sintamos cansados o que tengamos dificultades para dormir.
2. Estrés y preocupaciones navideñas
Aunque la Navidad es sinónimo de alegría para muchos, también puede generar estrés. Las compras de último minuto, las celebraciones familiares, la planificación de viajes y la presión por cumplir con todas las expectativas sociales pueden causar ansiedad. Esta tensión emocional puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la capacidad del cuerpo para relajarse y conciliar el sueño. Las preocupaciones sobre los regalos, las cenas o incluso los compromisos laborales pueden mantener nuestra mente activa durante la noche, dificultando el descanso.
3. Comidas copiosas y alcohol
Las cenas y comidas abundantes son parte esencial de las celebraciones navideñas, pero la cantidad y el tipo de alimentos consumidos pueden influir negativamente en la calidad del sueño. El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares puede aumentar la actividad digestiva durante la noche, provocando molestias estomacales y dificultando que el cuerpo entre en un estado de relajación necesario para dormir. Además, el alcohol, aunque inicialmente pueda inducir somnolencia, interrumpe los ciclos de sueño y reduce la calidad del descanso, lo que puede provocar despertares frecuentes a lo largo de la noche.
4. Falta de ejercicio físico
Durante las fiestas navideñas, muchas personas disminuyen su nivel de actividad física debido a las vacaciones o a las celebraciones. El ejercicio regular es esencial para un sueño saludable, ya que favorece la relajación del cuerpo y la liberación de endorfinas. Sin embargo, en Navidad, el sedentarismo aumenta debido a la cantidad de tiempo que pasamos en reuniones o en actividades que no requieren esfuerzo físico. Esto puede dificultar la conciliación del sueño, ya que el cuerpo no está lo suficientemente cansado para descansar de manera profunda.
5. Cambios en el ambiente de sueño
Las visitas a familiares o la llegada de familiares a nuestra casa también pueden alterar nuestro entorno de descanso. Dormir en un lugar diferente al habitual o compartir espacio con otras personas puede generar incomodidad y dificultar el sueño. Además, la decoración navideña, con luces brillantes y colores llamativos, puede interferir con el ambiente relajante necesario para dormir bien. Las luces intensas, como las de los árboles de Navidad o las decoraciones externas, pueden alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
6. Sobrecarga de estímulos sensoriales
La Navidad es una época cargada de estímulos visuales, auditivos y emocionales. Las luces brillantes, la música festiva y el bullicio de las reuniones familiares pueden mantenernos en un estado de alerta constante. Este exceso de estímulos puede dificultar que nuestra mente se relaje antes de acostarnos, retrasando la conciliación del sueño. Además, el ruido generado por las celebraciones o los fuegos artificiales puede interferir en un descanso tranquilo y reparador.
7. Cambios en la exposición a la luz natural
En invierno, los días son más cortos y la exposición a la luz natural disminuye, lo que puede alterar la producción de melatonina y afectar nuestro ritmo circadiano. Este desajuste de la luz natural y artificial, sumado a los cambios en los horarios durante las festividades, puede dificultar la sincronización de nuestro reloj biológico y empeorar la calidad del sueño. El aumento del uso de pantallas electrónicas (como smartphones, tabletas y televisores) por la noche también puede inhibir la producción de melatonina debido a la luz azul emitida por estos dispositivos.
¿Cómo mejorar el sueño en Navidad?
A pesar de que la Navidad puede traer consigo una serie de factores que afectan el sueño, hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso durante estas fechas:
- Mantener una rutina de sueño regular: Intenta mantener los horarios de acostarte y levantarte lo más consistentes posible, incluso durante las vacaciones.
- Evitar comidas copiosas y alcohol antes de acostarse: Trata de cenar de forma ligera y no consumir alcohol en exceso en las horas previas al sueño.
- Realizar actividad física: Aun durante las vacaciones, intenta incorporar ejercicio físico moderado durante el día para ayudar a tu cuerpo a relajarse por la noche.
- Crear un ambiente relajante: Asegúrate de que tu espacio de descanso sea cómodo, oscuro y silencioso. Si es necesario, usa tapones para los oídos o una máscara para los ojos.
- Limitar los estímulos antes de acostarse: Reduce el uso de dispositivos electrónicos y baja la intensidad de las luces al menos una hora antes de dormir.
- Practicar técnicas de relajación: La meditación, la lectura o tomar un baño caliente pueden ayudarte a calmar tu mente y preparar tu cuerpo para el sueño.
Conclusión
La Navidad puede ser una época de mucha diversión y alegría, pero también puede alterar nuestros hábitos de sueño debido al estrés, la interrupción de las rutinas, la comida y la bebida en exceso, y la sobrecarga de estímulos. Para disfrutar de unas fiestas más relajadas y descansar mejor, es fundamental prestar atención a las necesidades de nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que nos ayuden a mantener la calidad del sueño.
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