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Carta abierta de los padres de Vera, la pequeña fallecida en el hinchable de Mislata

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En la carta que han publicado los padres de Vera, la pequeña fallecida en el hinchable de Mislata siguen exigiendo explicaciones de «por qué el ayuntamiento se desentendió de la feria y de controlar su seguridad».

Iván Pérez y Eva Roz publican ‘El príncipe cobarde’

Carta de los padres de Vera, fallecida en el hinchable de Mislata

La prórroga de la instrucción judicial para determinar responsabilidades en el hinchable de Mislata, en el que murieron Vera y Cayetana, llega a su fin como esperábamos, con pocos movimientos por parte del Juzgado número 4 del propio municipio, y con la negativa a la insistente petición que hemos trasladado de citar como investigado al concejal de Fiestas de Mislata y cuñado del alcalde (que le ha premiado con nuevas competencias) para que justifique por qué el ayuntamiento se desentendió de la feria y de controlar su seguridad. Merecemos una explicación; Vera la merece.

El primer contacto con el fiscal nos preparó para una instrucción larga (se avecina otra prórroga de seis meses) que podría acabar, como así ha sido, en un recurso ante la Audiencia. Si algo tenemos claro es que no pondremos precio a la muerte de Vera: nada de acuerdos con las aseguradoras que puedan conllevar una reducción de penas, si es que llegan a proponerlas.

Para acusar hay que demostrar. Existen evidencias más que suficientes de que el hinchable no tenía los anclajes necesarios y que no estaba sujeto del costado por el que salió volando nuestra hija; y también de que la atracción no se instaló en el lugar que recoge el plano del ayuntamiento, que admite que no supervisó una feria sin licencia de actividad porque según ellos no la necesitaba. Demasiadas irregularidades como para no apuntar hacia feriantes y responsables públicos, incluido ese ingeniero que firma un papel a su colega sin papeles garantizando la seguridad de un recinto que ni siquiera visitó.

Primero en la plaza Mayor y desde el verano de 2021 en la plaza de la Libertad de Mislata, el consistorio permitió campar a sus anchas a un feriante usurero que abusaba del resto de feriantes que solicitaban instalar sus atracciones en el mismo recinto, menos numerosas y bastante más seguras que las de un tipo que ha hecho de la ilegalidad su tarjeta de visita. Todo un gángster que seguiría en el anonimato si le hubieran parado los pies responsables públicos como los del Ayuntamiento de Mislata.

Ahora que ha caducado la propaganda electoral y que el príncipe apura los días para convertirse en presidente de la Diputación, es momento de valorar estos meses de promesas de cara a la galería y más silencio de cara a los que sufren. Así conocen al alcalde de Mislata en su partido, unos arrimándose a ese príncipe que asciende de forma meteórica y otros manteniendo la discreción mientras lo desprecian tanto como lo temen. Para nosotros, los padres de una niña a la que arrebataron la vida unos matones de feria en una instalación ruinosa que no supervisó el ayuntamiento liderado por el príncipe, este señor es un cobarde que carece de empatía, no afronta las situaciones extremas que se le pueden presentar a un cargo público y bloquea a quien no habla bien de él.

La bomba de esa feria sin control que acumulaba cientos de denuncias acabó estallando. ¿Y qué hizo entonces el príncipe? En lugar de presentarse como acusación particular, abrir una investigación en su propio ayuntamiento para ayudar a la justicia a depurar responsabilidades y situarse de verdad al lado de las familias, con gestos que trataran de aliviar un dolor insoportable, se dedicó a inaugurar parques de forma compulsiva. Silencio, seguridad e infancia… Las tres claves para conservar y aumentar su poder.

El príncipe presume de ser un alcalde a pie de calle, recordando a sus vecinos que se moja «hasta las cejas» cada vez que un episodio de fuertes lluvias le obliga a estirar su jornada laboral. Qué menos para un alcalde que cobra más que el presidente del Gobierno… La noche que nos cambió la vida, con dos niñas agonizando en su plaza de la Libertad, solo estuvo 10 minutos a pie de calle, lo justo para que lo captaran las cámaras. Se escabulló entre las sombras de su 3 conciencia mientras los sanitarios trataban de estabilizar a las niñas en las ambulancias. No se entiende que con ese afán por la seguridad en parques, conciertos y actos públicos permitiera durante años instalar una feria que ponía en riesgo la vida de los niños.

Pero tampoco es comprensible, ni digna, la actitud de otros responsables públicos de administraciones superiores que han mirado hacia otro lado. Los ‘accidentes’ en hinchables y otras atracciones desmontables siguen, los últimos el de Toledo con dos niños en la UCI y el de Málaga con una mujer malherida tras ser golpeada por otro castillo mal anclado, pero nadie obliga al sector a cumplir la normativa europea y realiza las inspecciones oportunas. Lo de poner a las personas en el centro también es propaganda.

No queremos mezclar la política con el suceso que ha cambiado nuestras vidas para mal, pero no elegimos a los responsables de un homicidio evitable que se han cobrado a partes iguales unos feriantes sin alma y los representantes políticos de una ciudad de 45.000 habitantes con recursos suficientes para garantizar la seguridad de una feria o, en su defecto, no montarla. No vamos a repetir la retahíla de dudas que provoca el silencio del ayuntamiento y que posiblemente explique por qué el príncipe se puso de perfil en lugar de volcarse con las familias. Pero no vamos a tolerar que este señor se atribuya gratuitamente una empatía de la que adolece.

La del príncipe cobarde es la metáfora de una sociedad egoísta que se repite a sí misma que las personas están en el centro, pero que es incapaz de ponerse en la piel de los que peor lo pasan, de aquellos que sobreviven a las lagunas de un sistema machacado por quienes lo dirigen. No sería justo dudar del sistema en su conjunto, pero no vamos a dejar de señalar a los responsables de la cadena de negligencias que asfixia nuestras vidas.

Es urgente actuar con leyes y normas estrictas para evitar que el horror siga acechando a las atracciones infantiles. La humanidad debería ser condición indispensable para dedicarse a lo público. A jueces, fiscales y políticos debemos reclamar esa capacidad de ponerse en el lugar de los que sufren para dar las respuestas adecuadas. Frente a unos matones de feria y un príncipe cobarde, solo vale una justicia valiente.

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La niña de cuatro años ingresada tras acudir a una clínica dental en Alzira sale de la UCI mientras Sanidad intensifica la investigación

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Muere una niña de 6 años tras tratamiento dental Alzira
Cartel en la clínica dental donde fue tratada la menor - EUROPA PRESS

La menor evoluciona favorablemente, la clínica está suspendida y el anestesista ya ha sido interrogado por Inspección

La niña de cuatro años que fue hospitalizada el jueves tras someterse a un tratamiento odontológico en una clínica dental de Alzira ha abandonado la UCI pediátrica del Hospital Clínico de València y ha pasado a planta, según fuentes sanitarias. La evolución favorable de la pequeña llega cuatro días después de su ingreso en estado grave con fiebre, vómitos y somnolencia.

El caso se investiga en paralelo al fallecimiento de otra menor de seis años, atendida ese mismo día en la misma clínica, que llegó en parada cardiorrespiratoria al Hospital de la Ribera y no pudo ser reanimada. Ambos episodios han generado una profunda conmoción en Alzira y en la Comunitat Valenciana.


Sanidad se reúne con el anestesista que atendió a las dos niñas

El Servicio de Inspección de la Conselleria de Sanidad mantuvo ayer una reunión con el anestesista que atendió a ambas niñas en la clínica dental privada. De este encuentro se ha elaborado un informe que será remitido a la autoridad judicial. La cita forma parte de la investigación abierta para esclarecer qué ocurrió durante los procedimientos de sedación.


La clínica no tenía autorización para sedación intravenosa

Sanidad ha confirmado que la clínica dental no disponía de autorización sanitaria para realizar técnicas de anestesia que requieran sedación intravenosa, un procedimiento que exige permisos específicos, equipamiento de reanimación y personal acreditado.

El centro únicamente estaba autorizado para actividad odontológica con anestesia local, no para sedación profunda ni intravenosa. Por ello, la Conselleria ha ordenado la suspensión cautelar de toda la actividad del establecimiento.


Cronología sanitaria: dos niñas atendidas en una hora y un desenlace trágico

La menor fallecida, de seis años

  • 16:52 h, jueves 20 de noviembre: llega en parada cardiorrespiratoria al Hospital de la Ribera.

  • Los equipos sanitarios intentan reanimarla sin éxito y se declara su fallecimiento.

La niña de cuatro años

  • 12:00 h: acude a la misma clínica dental para un tratamiento con sedación intravenosa.

  • 15:11 h: ingresa en Urgencias del Hospital de la Ribera con fiebre, vómitos y somnolencia.

  • Tras estabilizarla, es trasladada en SAMU al Clínico de València y permanece en la UCI hasta este lunes, donde su estado ya es estable y en planta.

Ambos tratamientos fueron realizados en la misma mañana y por el mismo anestesista.


Líneas clave de la investigación: fármacos, trazabilidad y procedimientos

Sanidad investiga:

  • El lote del anestésico utilizado.

  • La trazabilidad del fármaco y la cadena de suministro.

  • Las condiciones de conservación del medicamento.

  • La legalidad de los procedimientos aplicados.

  • El cumplimiento de protocolos de sedación en menores.

  • La documentación clínica de ambas pacientes.

Además, la Policía Nacional ha trasladado el caso al grupo de Homicidios para determinar posibles responsabilidades penales. La autopsia de la niña fallecida será determinante.


La versión de la clínica: “La niña salió aparentemente bien”

La dirección del centro ha declarado que no se empleó anestesia general, sino una sedación intravenosa leve para extraer dientes de leche y colocar empastes. Afirman que la niña “salió del centro dental aparentemente bien” y que desconocen qué pudo ocurrir después. Añaden que “se está investigando el lote de la anestesia”.

Estas afirmaciones deberán contrastarse con los informes toxicológicos y la pericia médica.


Los padres denuncian que la niña estuvo cuatro horas con síntomas antes del alta

La familia de la menor fallecida sostiene que la niña presentó síntomas graves —somnolencia, vómitos, dificultad respiratoria y falta de respuesta a estímulos— durante cuatro horas dentro de la clínica antes de que le dieran el alta.

Al no mejorar en casa, decidieron trasladarla por su cuenta al Hospital de la Ribera, donde llegó en parada cardiorrespiratoria.


Investigación judicial en marcha

El juzgado de Alzira ha abierto diligencias previas para esclarecer el fallecimiento, mientras Sanidad desarrolla un expediente informativo completo. La jueza de guardia estudia ahora toda la documentación para determinar si existieron irregularidades o mala praxis en la sedación.


Un caso que sacude a la ciudadanía y refuerza el debate sobre la sedación en odontología infantil

La gravedad de los hechos y la implicación de menores han generado enorme preocupación social. El caso reabre el debate sobre los protocolos de seguridad en la sedación odontológica, la necesidad de centros acreditados y el control exhaustivo de medicamentos anestésicos.

Sanidad insiste en que la suspensión cautelar de la clínica busca garantizar la seguridad de otros pacientes mientras avanzan las investigaciones.

 

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