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‘Cataluña y su transferencia en educación’, por @JoseSorzano

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José Antonio Sorzano Escavy

Periodista y Abogado

Foro de Opinión: José Luis Sampedro

 

Recuerdo no sin nostalgia ,cuando siendo aun un chaval estudiante de Derecho, activista antifranquista comprometido con las libertades y la Democracia, tuve el honor de firmar un 28 de septiembre de 1.976, junto con otros cuatro grandes demócratas de aquella época, todos miembros de la Taula de Forces Politiques y Sindicals del País Valenciá, como fueron mi maestro, el catedrático, Manuel Broseta, asesinado por ETA; el empresario, José Antonio Noguera; el arquitecto Carlos  Dolz, y el catedrático  José Luis Guía, la solicitud ante el Gobierno Civil de Valencia,  para poder celebrar la mayor manifestación que se ha conocido en esta ciudad, cuyo lema fue escuetamente el de: “ Por la Libertad, la Amnistía y el Estatuto de Autonomía”.

Era la época de la ensoñación, donde los demócratas amantes de las libertades públicas pensábamos al unísono, sobre los beneficios que traería a nuestra tierra la autonomía para gobernar y gestionar nuestros propios recursos; eso sí, siempre desde el principio de solidaridad territorial con el resto de autonomías  del Estado español.

Dicho lo cual, una vez vivido el pasado, contemplando no sin cierto estupor el presente y, sobre todo, revisando la historia que envolvió a mi querida II República, esa la cual defendió y por la cual murió mi abuelo Pepe, he llegado a la conclusión vista la cuenta de resultados,  que si tuviera que volver a firmar el mismo documento por supuesto que lo haría con los ojos cerrados respecto a los capítulos de la Libertad y de la Amnistía de los presos políticos del franquismo, pero si con muchas reservas respecto del Estatuto de Autonomía, en cuanto a las materias transferidas desde el Estado como son la Educación, la Sanidad y las Policías. Materias que, a la vista de los caóticos resultados que estamos sufriendo, deberían de ser materia reservada exclusivamente bajo el control del Estado y no de las comunidades autónomas.

Si, ya sé que este planteamiento un tanto “Jacobino”, puede molestar y hacer que le rechinen los dientes a muchos de aquellos que vienen manejando a su antojo la historia y la educación, y que viven tan ricamente desde hace cuarenta años a costa de las arcas autonómicas; pero a la vista de la realidad que está emergiendo por ejemplo en Cataluña, territorio integrante de esa “cosa” llamada por algunos España, tendríamos que hacernos ver y revisar de nuevo el tremendo y trágico lio en que nos metimos muchos al dejar en manos indebidas,  sobre todo, la EDUCACION y FORMACION de nada menos dos generaciones, en cuarenta años, de nuestra mejor juventud..

Si bien los vascos están siendo, justo es decirlo y reconocerlo, muy prudentes en sus reivindicaciones de todo tipo, y hasta yo diría que muy buenos gestores de sus recursos; no en cambio podemos decir lo mismo de los gobiernos y gestores de la pobre Cataluña, que durante estos últimos tiempos  primero estuvo a merced de las insaciables “zarpas”, sedosas y sutiles, pero “zarpas”, de la extinta CIU y el clan de los Puyol y cía. Clan especializado con alta cualificación profesional en hacer turismo financiero a los bancos de Andorra. Partido “pujolista” donde curiosamente pertenecía igualmente por aquel entonces, el ahora Molt Honorable President de la Generalitat Catalana, Carles Puigdemont, así como  ese otro honorable miembro y ponente de la Comisión Constitucional que, en su día estudio y redacto nuestra Carta Magna, D. Miguel Roca. Personaje, por lo visto, actualmente “alter ego de la Caixa de Cataluña”, hasta con despacho en Madrid y, que por cierto, aun estamos esperando que se “retrate” públicamente defendiendo esa Constitución que el mismo coopero a redactar para su aprobación definitiva por el PARLAMENTO ESPAÑOL.  Y es que ya se sabe, que a estos chicos hijos de papa y de la alta burguesía catalana, hay que darles de comer aparte y conocerlos muy bien,  como así lo hizo nuestra querida II República cuando a la primera de cambio, sin ninguna contemplación, los metió a todos en la cárcel del Puerto de Santa María, cuando quisieron jugar con la Unidad de España. Al hilo de todo esto, cabria recordar unas celebres palabras del ínclito e ilustre ex President,  D. Jordi Pujol, cuando insaciablemente los suyos le reclamaban mas y mas competencias al Estado: “Tranquilos, hoy toca paciencia, para mañana obtener la independencia”. Aunque yo creo que en justicia debería de haber añadido: “Hoy toca paciencia, Andorra y el 3%, para mañana independencia”.

La locura y división generalizada en la que han sumergido irresponsablemente al pueblo de Cataluña, esta autentica pléyade de locos, sediciosos y golpistas, “coctel inédito” entre la extrema izquierda de la CUP, los ni se sabe de ERC, y la derechona  catalana de siempre del   PDeCA, es de la que están marcando un antes y un después en las entrañas de este noble y querido pueblo catalán. Ahora bien, por mucho empeño táctico y estratégico que pongan esta ralea de maleantes y majarones, para que  los auténticos demócratas españoles odiemos a nuestros compatriotas catalanes, sea cual fuere sus ideologías, estado o religión, desde luego hay que tener por seguro que no lo van a conseguir; entre otras razones, porque no se puede satanizar a todo un pueblo totalmente manipulado e intoxicado durante cuarenta años por esta panda, a través de la dirección y presión que ejercen desde los parvularios, escuelas, institutos y universidades “transferidas desde el Estado”, donde se usa e instrumentaliza espuriamente hasta a los párvulos en favor de sus propias fechorías; tergiversando la historia y realidad de Cataluña a su antojo, así como inculcando de una manera sostenible el “odio a España”, con la vieja cantinela del  “España nos roba y no nos quiere”.  Por eso, cuando el ex President y banquero  Pujol (Banca Catalana), solicitaba esa paciencia previa a la independencia, sabía muy bien lo que decía, ya que era el tiempo  necesario que estos hampones y mercaderes de la política, necesitaban para comerle el coco e intoxicar sus cerebros, durante estos últimos 40 años, ni más ni menos que a dos generaciones completas de jóvenes catalanes. Todo ello,  a través de los viejos y  trasnochados cantos de sirena de: “ Por una Cataluña mejor y más prospera  fuera de esa España que nos odia y desprecia”. Aunque no dicen que de ser así, sería igualmente fuera de esa Europa que, por supuesto, no querría saber nada de ellos. Y todo eso, adornado de una moneda “consistente y fuerte” en los mercados financieros de todo el mundo,  como pudieran ser los futuros “pujolitos” como moneda catalana. Así como de un sistema de Defensa nacional compuesto por  un  ejército contratado “por horas” de mercenarios balcánicos. Y finalmente y más importante,  de un Barça jugando la liga con el Andorra y el Palamós. En fin, todo un maravilloso y esperanzado futuro el que estos golfos de la política, les están ofreciendo a aquellos a los cuales les han estado cociendo el cerebro durante años y años de falsa docencia.

Y esta es la Cataluña dibujada y proyectada por esta pandilla de “indocumentados pueblerinos” que quieren destruir la Unidad de España”, como a si los definía el presidente de la República, D. Manuel Azaña. Esta Cataluña donde se atreven a tachar de “fascistas” a unos grandes catalanes y españoles, indiscutibles luchadores por la Democracia y las libertades, como son Joan Manuel Serrat, Boadella, Sabina entre otros muchos.  Ensalzando en cambio, a sensu contrario, como defensores de la Paz y la Libertad, a los amigos y socios del terrorismo asesino de ETA como Otegui; o a los “amigos” de Andorra y el 3% como son Pujol, Mas y resto de parentelas varias. En fin, puestos a tergiversar, esta panda se llevaría un Oscar respecto a mostrar un mundo al revés.

Dicho lo cual, a la vista de los acontecimientos en Cataluña, más de uno, como es el President de la Generalitat Valenciana, el socialista, Chimo  Puig, tendrá que poner sus barbas a remojo, a la vez de  intentar  con urgencia poner orden y concierto en su propia casa, respecto de la política seguida en materia de Educación por  su socio de gobierno, ese otro “talibán catalanista” llamado Vicent Marzá. Conseller miembro de Compromis, partido nacionalista primo hermano de los partidos catalanes que ahora piden la desmembración de España, y que actualmente  lleva a rajatabla y mano de hierro la mismísima política educativa del desconcierto y la tergiversación de la historia aplicada en Cataluña, por sus “hermanos en Cristo”, el “guapo” Junqueras, la Forcadell, Rufián, Tarda, Puigdemont y demás hiervas catalanizantes.

Y es que por lo visto, el bueno de Chimo Puig, aun no se ha dado cuenta que la Educación en manos de un talibán nacionalista, como Vicent Marzá, a largo plazo  es muchísimo más peligrosa que una bomba de hidrogeno en manos del simpático presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un. O bien, en plan más modesto, que una piraña nadando dentro de  un bidet francés.

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Qué pasó un 22 de julio

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Qué pasó un 22 de julio

José Luis Fortea

………….corría el verano de 1975, aquel en el que no cesaba de sonar en las radios el Bimbó de Georgie Dann, que acabaría siendo declarada oficialmente la canción del verano, aquel en el que Televisión Española emitía su series detectivescas de moda, las de “Tony Baretta” y “Kojak” y que amenizaba desde el pasado mes de abril, la noche de los sábados, con un nuevo programa llamado “Directísimo”, presentado por un joven bilbaíno de treinta y tres años, de grandes bigotes, llamado José María Íñigo Gómez.

Bernard Thévenet

Aquel verano, en el que ganaba el tour, contra todo pronóstico, el francés Bernard Thévenet, imponiéndose a un Eddy Merckx, líder desde la sexta jornada, que había sido golpeado por un espectador en su costado derecho en el ascenso al Puy de Dome, presentando desde entonces unas molestias que le harían perder a partir de aquella etapa, la decimocuarta, el maillot amarillo y que no lo volvería a recuperar, de un periodo estival más que sofocante y tórrido, en el que una caña en aquellos días costaba entonces diez pesetas, de aquel verano, el del 75, el último del jefe del Estado español, que fallecería cinco meses más tarde.

Qué pasó un 22 de julio

El martes 22 de julio, de un día como hoy, de hace más de cuarenta años , a unos cincuenta y tres kilómetros de Sevilla, en el término municipal de Paradas, iba a tener lugar uno de los sucesos más trágicos de los últimos tiempos, que acabaría por convulsionar la vida de sus cerca de ocho mil habitantes, de un terrible episodio que en los juzgados terminaría conociéndose como el expediente 20/75.

A unos cuatro kilómetros de la mencionada población de Paradas, se encuentra la finca de los Galindos, perteneciente, desde hace seis años, a Gonzalo Fernández de Córdoba y Topete, marqués de Grañina, donde suele acudir esporádicamente, en tiempo estival, sin la compañía de su mujer, María de las Mercedes Delgado Durán. Al frente del aludido inmueble, se encuentra Manuel Zapata Villanueva, de cincuenta y nueve años, antiguo legionario y miembro de la Guardia Civil, que allí vive junto a su mujer Juana Martín Macías, de cincuenta y tres años, desempeñando las tareas de capataz, en unos terrenos dedicados principalmente al cultivo de la aceituna.

En el cortijo trabajan siete personas, tres tractoristas y cuatro temporeros, que a eso de las ocho de la mañana, de aquel martes día 22, ya se encuentran allí para ponerse a bregar, antes de que el sol les ajusticie con esos 49 ºC que alcanzarán a lo largo de aquella misma mañana. Zapata, como de costumbre, es quien distribuye “la faena”, mandando a las alpacas, a medio kilometro de la finca, al tractorista José González Jiménez, a un segundo tractor, junto con tres braceros, a la parte posterior del cerro y al tercer tractorista Ramón Parrilla a regar garrotes (que son los troncos de los olivos metidos en bolsas con tierra) de una jornada laboral que se prolongará hasta la una, momento en el que harán un alto en el camino para almorzar, durante cerca de media hora, y proseguir hasta eso de las cuatro de la tarde, cuando el mercurio se encarame en lo más alto de los termómetros respondiendo al calor abrasivo de esos casi cincuenta grados.

Y es entonces, sobre esa hora de las cuatro de la tarde, cuando el grupo de los tres temporeros que se encuentran en la parte del cerro observan salir un humo negro y espeso del cortijo, dirigiéndose rápidamente hacia allí.

Al llegar al lado de la verja de la entrada, encuentran restos de lo que parece un reguero de sangre, que les hace presagiar que alguien pudiera haber resultado herido, de un rastro abundante que dibujando un movimiento sobre la tierra serpenteante poco a poco se va diluyendo hasta llegar a desaparecer, por lo que Antonio Escobar, uno de aquellos trabajadores, acude raudo hacia el cuartel de la Guardia Civil, para dar el pertinente aviso, mientras Antonio Fenet Pastor, que lleva cinco años trabajando las tierras de Los Galindos, divisa lo que le da la sensación son dos cuerpos mutilados en aquel fuego que acelerado con gasolina desprende un olor más que nauseabundo, decidiendo no indagar más, hasta la llegada de la Benemérita.

No tardan mucho en personarse en el cortijo el cabo Raúl Fernández acompañado de un número de la Guardia Civil, para realizar las primeras diligencias de investigación. Al entrar en la casa, observan, al lado de una mesa camilla, otro gran charco de sangre, cuyo rastro se dirige pasillo arriba, hacia donde se encuentra la puerta de una habitación cerrada con un candado, colocado en la parte exterior, que fuerzan para poder acceder a su interior, encontrándose una vez dentro, el cuerpo de Juana Martín, la mujer del capataz, con la cabeza destrozada, golpeada por algún objeto romo, no hallándose nada más reseñable en la vivienda.

En el exterior, donde todavía permanece encendido aquel fuego, aparecen los restos casi calcinados del tractorista José González, Pepe, de 27 años y su esposa Asunción Peralta, seis años mayor que él, de 34 años, a quien al parecer había ido a recoger al pueblo para traerla allí, en algún momento de aquel día, aparcando su seiscientos de color crema en la entrada del cortijo, desconociéndose los motivos.

En la cuneta del llamado Camino de Rodales, cubierto con un montón de paja, se descubre un cuarto cuerpo sin vida, el del jornalero Ramón Parrilla, de 40 años de edad, tractorista eventual de la finca, muerto de un disparo de escopeta.

De Zapata, el capataz de la finca de Los Galindos, no hay rastro alguno, por lo que las primeras sospechas recaen sobre este, emitiéndose incluso, a la mañana siguiente, por el recién llegado juez del juzgado de Écija (al estar el de Carmona de vacaciones) Andrés Márquez Aranda la pertinente orden de busca y captura.

Al parecer, en los mentideros del pueblo, se decía que las relaciones entre el capataz y el tractorista Pepe no eran todo lo buenamente deseables que podían ser, fruto de un intento de José González por cortejar a una de las hijas de Zapata, negándose este a dicha relación, enemistando en cierta manera a ambos. Lo cual fue considerado como un posible móvil de aquel crimen, aunque no resolvía las dudas existentes sobre las restantes muertes.

Y fue entonces cuando tres días más tarde, el 25 de julio apareció el cadáver del capataz, que tras la autopsia realizada determinaría que había resultado ser la primera de las víctimas de aquel crimen que ya sumaba con esta, cinco muertes, desarbolando la hipótesis que se había venido considerando como probable.

El sumario del caso, el denominado expediente número 20 de 1975, con más de mil trescientos folios, ha dado a lo largo de la historia numerosas elucubraciones y teorías que no han podido resultar finalmente probadas, recayendo durante años las sospechas, tras haber sido encontrado el cuerpo de Manuel Zapata, sobre José González Jiménez que juzgado y condenado por el pueblo tendría que esperar hasta la exhumación de los cadáveres mediante orden emitida por el juez Heriberto Asensio que acabaría determinando que el “sospechoso” era, de igual forma, triste víctima de este suceso, y que además en opinión del prestigioso médico forense Luis Frontela Carreras, estudiando aquellas manchas de sangre en el piso encontradas, concluiría que a –“Juana la arrastraron desde el comedor hasta el dormitorio entre dos personas por lo menos”- .

Transcurrido los plazos legales previstos sin encontrarse el culpable de estos hechos, la causa quedaría archivada en el año 1988, y siguiendo el principio que extingue la responsabilidad criminal por el transcurso del tiempo, siendo para este tipo de delitos el previsto de veinte años, fue por tanto declarado su prescripción en 1995, a los veinte años de haberse cometido.

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