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Salud y Bienestar

Científicos británicos investigan si la nueva cepa del coronavirus contagia más a los niños

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Londres, 22 dic (EFE).- Científicos británicos investigan si la nueva variante del coronavirus se extiende más fácilmente entre los niños, aunque no hay evidencias de que esta cepa, hallada en el Reino Unido, suponga un problema de salud para los menores.

Esta posibilidad es investigada por los expertos del llamado grupo asesor de Amenazas de Nuevos y Emergentes Virus (Nervtag, en inglés), después de que los primeros análisis apuntasen a que la nueva variante parece propagarse con mayor rapidez que la original.

De confirmarse, esto explicaría el importante incremento de los casos de la covid-19 en Inglaterra, añaden los expertos.

«Si fuese cierto, entonces esto podría explicar la significativa proporción, incluso la mayoría, del aumento de la transmisión», dijo Neil Ferguson, miembro del Nervtag, a los medios.

Por su parte, Wendy Barclay, integrante del Nervtag y del Imperial College de Londres, señaló que es posible que los niños sean igual de susceptibles al virus que los adultos y, dado que interactúan mucho entre ellos, «uno espera ver más niños infectados».

Hasta ahora, los científicos del Gobierno habían insistido en que el coronavirus no tiene mayor efecto en los escolares, pero, si la nueva cepa es susceptible en los menores, tendría un impacto a la hora de decidir si reabren las escuelas en enero en el Reino Unido.

El Gobierno insiste en que es prioritario que los colegios permanezcan abiertos, pero el ministerio de Educación ya ha adelantado que los alumnos de secundaria no volverán todos juntos en enero a las aulas, sino que será escalonado.

Según los científicos, la nueva cepa acelera hasta un 70 % más la transmisión del virus y parece responsable del inquietante incremento de los contagios en Londres y varios condados del sureste y el este de Inglaterra.

El primer ministro británico, Boris Johnson, decidió el sábado situar a Londres y el sureste de Inglaterra en el máximo nivel de riesgo, con el cierre de tiendas que venden artículos no esenciales, gimnasios o cines.

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Salud y Bienestar

Sueño irregular entre semana y descanso extra en fin de semana: ¿cómo afecta al cuerpo?

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Sueño irregular

Dormir mal o dormir poco entre semana es un hábito muy extendido. Muchas personas intentan compensarlo “recuperando” horas de sueño durante el fin de semana, confiando en que así el cuerpo volverá a equilibrarse.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Sleep demuestra que dormir más el fin de semana no revierte los daños metabólicos provocados por la falta de sueño de lunes a viernes.

La investigación, realizada por la Facultad de Medicina Yong Loo Lin de la Universidad Nacional de Singapur (NUS Medicine), advierte de un impacto silencioso y preocupante: un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, incluso en personas jóvenes y sanas.


El estudio: 48 adultos jóvenes y un análisis exhaustivo del sueño y la glucosa

El equipo liderado por June Chi-Yan Lo y Khoo Chin Meng siguió durante dos semanas a 48 adultos jóvenes sanos (21–35 años) en un laboratorio del sueño.
Todos comenzaron el estudio con dos noches de descanso adecuado para medir correctamente su glucosa e insulina en un estado basal sano.

Después fueron divididos en tres grupos:

1. Sueño corto estable

  • 6 horas de sueño entre semana

  • 8 horas durante el fin de semana

  • Simula una semana laboral típica

 2. Sueño corto variable

  • Entre 4 y 8 horas entre semana (horarios irregulares)

  • 8 horas el fin de semana

  • Mismo tiempo total de sueño que el grupo anterior, pero distribuido de manera desigual

 3. Grupo control

  • 8 horas de sueño todos los días

  • Patrón de descanso óptimo

Durante todo el estudio, se controlaron sus comidas y se realizaron repetidas pruebas de tolerancia oral a la glucosa (PTGO) para medir cómo respondían sus cuerpos.


Resultados clave: la falta de sueño daña la gestión de la glucosa, incluso con “sueño de recuperación”

Los resultados fueron contundentes:

 1. Dormir poco entre semana altera la glucosa aunque se duerma más el fin de semana

Los grupos con falta de sueño mostraron tolerancia a la glucosa deteriorada, un marcador temprano de riesgo metabólico.

2. Resistencia a la insulina en quienes dormían 6 horas de forma regular

Su cuerpo necesitaba más insulina para mantener los niveles estables, pero aun así la glucosa seguía alta.

 3. Peor aún en quienes dormían con horarios irregulares

El grupo de sueño variable presentó:

  • aumentos más fuertes de glucosa,

  • sin producir insulina compensatoria suficiente.

Esto sugiere un daño más temprano en las células del páncreas encargadas de producir insulina.

4. Solo el grupo que dormía 8 horas diarias mantuvo un metabolismo normal

No se observaron cambios en la regulación de la glucosa.


¿Por qué dormir poco aumenta el riesgo de diabetes tipo 2?

Según los investigadores, el sueño insuficiente altera procesos esenciales para el metabolismo:

  • Desregula la sensibilidad a la insulina

  • Aumenta el estrés oxidativo

  • Cambia la actividad del sistema nervioso

  • Afecta hormonas clave como la leptina y la grelina

  • Reduce la capacidad del páncreas para equilibrar la glucosa

Cuando este patrón se repite cada semana, el cuerpo entra en un ciclo de estrés metabólico que dispara el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.


Dormir más el fin de semana NO basta: la regularidad importa

El hallazgo más importante del estudio es claro:

No se puede “resetear” el cuerpo durmiendo más el fin de semana.

La recuperación parcial del sueño no impide que los niveles de glucosa aumenten cuando vuelve el patrón de pocas horas entre semana.
Y, además, los horarios irregulares son incluso peores que dormir poco pero de manera estable.


Implicaciones para la salud y consejos prácticos

Este estudio destaca la importancia de incluir el sueño dentro de los factores de prevención de enfermedades metabólicas. Para proteger la salud, los expertos recomiendan:

Dormir entre 7–9 horas cada noche Mantener horarios estables, también los fines de semana

Evitar variaciones bruscas en las horas de acostarse y levantarse

Priorizar el sueño tal como se prioriza la alimentación y el ejercicio

Consultar con un especialista si hay insomnio o dificultades crónicas

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