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Cinco años después, la víctima declaró en el juicio por su asesinato

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València, 21 sep (EFE/Francisco Tomás-Valiente).- Santiago, un anciano de 74 años fallecido en 2016 tras la agresión que sufrió a manos de su hijo, ha declarado este martes en el juicio por su asesinato gracias al testimonio que hizo, meses antes de morir, ante el juez que investigaba los hechos para preparar la vista oral.

El escrito del fiscal narra cómo el 2 de marzo de 2016 el hijo del acusado le contó al procesado que su abuelo le sometía a actos de carácter sexual; el acusado fue hasta casa de su padre, en Torrent, entró en la habitación donde estaba la víctima, que sufría graves problemas de salud, cerró la puerta, para que no intervinieran las personas que cuidaban al anciano, y le propinó puñetazos y patadas en la cabeza y en el tórax.

El juicio, que se celebra esta semana ante un jurado en la Ciudad de la Justicia de València, reúne diversos ingredientes que le añaden complejidad, además del trágico aspecto morboso provocado por la suma de un crimen violento y unos posibles abusos sexuales dentro de una misma familia.

La complejidad deriva de si se considera que el ataque fue la causa de la muerte de la víctima (asesinato) o no (asesinato en grado de tentativa), porque el anciano murió meses después de que su hijo le diera la paliza (y por eso pudo declarar ante el juez de instrucción); ese aspecto se relaciona a su vez con qué tribunal es el competente para juzgar el asunto y ha provocado un retraso evidente: se juzgan ahora hechos de 2016.

Aun así, el momento de la verdad ha llegado y lo ha hecho con la declaración de una víctima en el juicio por su asesinato. Aquel testimonio, tomado a mano por un funcionario en la residencia en donde fue ingresado el anciano tras permanecer 41 días en la UCI y luego varios meses en el hospital, ha sido leído este martes a los atentos oídos del jurado.

Sus miembros, sentados en la Sala Tirant de la Ciudad de la Justicia lejos unos de otros por las medidas anticovid, han tomado cuidadosa nota. El acusado, que también se llama Santiago, lloraba desconsolado al escuchar la declaración, sentado en el estrado junto a su letrado defensor.

La Fiscalía pide para él nueve años de cárcel y el pago de una indemnización de 11.900 euros. Califica los hechos como delito de asesinato en grado de tentativa, y considera que deben ser tenidas en cuenta las atenuantes de arrebato y confesión, pero también la agravante de parentesco.

Sus hermanas, que ejercen la acusación particular contra él, piden 22 años por asesinato, y no tienen en cuenta que hubiera ningún motivo relacionado con unos abusos sobre el nieto, sino una planificación en la que el asesino fabricó ese falso motivo.

La defensa sostiene que Santiago sufrió un estado de pérdida de control sobre sí mismo tras escuchar el relato de su hijo sobre los abusos sexuales cometidos por el abuelo, un relato que tiempo después ha sido considerado creíble por el Instituto Espill, en el que ha sido tratado el niño. Se trata de una entidad privada especializada, entre otras áreas, en tratamiento de abusos sexuales e informes forenses sobre los mismos.

La declaración del anciano ante el juez de instrucción en presencia de los abogados de las partes se produjo un 10 de mayo de 2016 y el funcionario hubo de tomar nota a mano, porque no fue posible trasladar al enfermo, lo que ha añadido a la lectura de este martes el dramatismo, o al menos la impaciencia, de la dificultad en la interpretación de la letra de aquel funcionario por parte del letrado de la Administración de Justicia.

Aquel día declaró que su hijo “tenía muchas ganas de pegarle”, aunque no explicó por qué. Que el día de los hechos su hijo Santiago llegó a casa, le dijo “te tengo que matar”, y la emprendió a puñetazos y patadas sin más explicaciones.

“No me pegues, soy tu padre”, alcanzó a decirle, antes de ser sepultado por una avalancha de golpes. Pidió socorro a las personas que le cuidaban.

Esas personas han declarado este martes que al escuchar gritos permanecieron primero al otro lado de la puerta del salón, y luego finalmente la abrieron, vieron al hijo encima del padre pegándole, y salieron corriendo a llamar a la Policía.

“Me pegó hasta que se cansó y se marchó diciéndome ‘cuando te pille te mato´», declaró también la víctima. «Quiero que lo metan en la cárcel, pero no reclamo indemnización”, señaló el abuelo, antes de recordar, a preguntas de los letrados: “Su hijo le ha inculcado al nieto lo que ha querido. Y que me decía que yo había violado a mi nieto”.

La madre del menor, que escuchó de boca de éste ese relato que les hizo a los dos padres en la tarde de aquel 2 de marzo de 2016, a la vuelta del colegio, ha explicado que su marido reaccionó muy alterado a lo que contó el niño.

Salió de casa y luego volvió explicando que había pegado a su padre, siempre muy alterado, hasta el punto de que no conseguía casi ni hablar; después, se fue con el DNI a confesar en Comisaría.

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Condenado un menor por matar a su padre para defender a su madre durante una pelea

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Menor mata a su padre para defender a su madre

El Juzgado de Menores número 1 de Murcia ha dictado una sentencia firme contra un menor de 14 años, que ha sido condenado como autor de un delito de homicidio por apuñalar a su padre en defensa de su madre durante una fuerte discusión familiar en Totana, en junio de 2024.

Según ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJMU), el menor asestó cinco puñaladas a su progenitor, una de ellas mortal, provocándole heridas graves en el hígado, diafragma y pulmón derecho. La víctima fue trasladada con urgencia al hospital, donde falleció posteriormente.

El joven reconoció los hechos en la vista oral celebrada en la Ciudad de la Justicia, aceptando las medidas propuestas por el Ministerio Fiscal. Ante su confesión y la aceptación de todas las partes, el juez dictó sentencia ‘in voce’, imponiendo 24 meses de internamiento en régimen cerrado, sustituibles por una medida de libertad vigilada bajo estrictas condiciones.

⚖️ Medidas impuestas al menor:

La sentencia establece un control integral del menor, incluyendo:

  • Escolarización adaptada a su situación personal

  • Seguimiento psicológico continuo

  • Controles periódicos de consumo de sustancias

  • Asistencia obligatoria a programas de educación en valores

  • Participación en actividades deportivas y de integración social

  • Restricción de movimientos nocturnos

  • Prohibición de contacto con entornos delictivos

  • Supervisión constante del equipo educativo y sanitario

El menor deberá asistir a todas las citas programadas y mostrar una actitud de responsabilidad frente a las normas impuestas. El fallo es firme y no recurrible.

Las consecuencias de este caso, tanto jurídicas como sociales y psicológicas, son amplias y delicadas debido a la gravedad de los hechos, la edad del autor y el contexto de violencia familiar. Aquí te detallo las principales posibles consecuencias:


⚖️ 1. Consecuencias jurídicas para el menor

Aunque se trata de un menor de 14 años —la edad mínima de responsabilidad penal en España— ha sido condenado conforme a la Ley Orgánica 5/2000 reguladora de la responsabilidad penal de los menores (LORPM). Las consecuencias legales incluyen:

  • Libertad vigilada con estrictas condiciones durante 24 meses.

  • Restricción de derechos y movimientos: limitación de horarios, prohibición de contacto con ciertos entornos y obligación de asistencia a programas.

  • Registro de antecedentes (aunque de tipo reservado y con posible cancelación futura).

  • Supervisión judicial constante: si incumple las normas, podría pasar a régimen cerrado.

👉 En caso de reincidencia o incumplimiento, el juez podría revisar la medida y endurecerla, incluso decretar internamiento en un centro cerrado de menores.


🧠 2. Consecuencias psicológicas para el menor

El hecho de haber matado a su propio padre —aunque haya sido en un contexto de defensa de su madre— puede generar en el menor:

  • Trastornos emocionales como estrés postraumático, culpa o ansiedad.

  • Riesgo de estigmatización en su entorno escolar o social.

  • Necesidad de atención psicológica continuada para evitar conductas futuras de riesgo o retraimiento.

  • Impacto en su desarrollo emocional y relaciones futuras.


👪 3. Consecuencias familiares

  • Desestructuración familiar total: pérdida del padre y posible distanciamiento con otros familiares.

  • Carga emocional y legal para la madre: puede verse afectada por la culpa o presión social.

  • Implicaciones en custodia o tutela, si el menor no puede seguir viviendo con su madre.


📰 4. Consecuencias sociales y mediáticas

  • Estigmatización en el entorno: especialmente en un municipio pequeño como Totana.

  • Debate público sobre violencia familiar, defensa propia y justicia juvenil.

  • Revisión del sistema de protección a menores en contextos de violencia doméstica.


🛡️ 5. Implicaciones para el sistema judicial y de protección

Este caso puede tener repercusiones más amplias, como:

  • Mayor atención a los menores que viven en entornos de violencia familiar.

  • Revisión de políticas de intervención temprana y protocolos escolares.

  • Debate sobre la edad penal mínima y el tipo de medidas aplicadas en casos extremos.

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