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Condenados por tratar de amañar un trasplante de hígado para un empresario

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València, 29 mar (OFFICIAL PRESS – EFE).- La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a penas de entre 8 meses y 3 años y 3 meses de prisión a cinco hombres por captar a personas sin recursos para conseguir un trasplante ilegal de hígado a favor de uno de ellos, un empresario libanés.

Condenados por tratar de amañar un trasplante de hígado para un empresario

Según recoge la sentencia, hecha pública por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, se les considera autores de un delito de promoción, favorecimiento o facilitación de trasplante ilegal de órganos humanos ajenos para el que aprecia, como muy cualificada, la atenuante de dilaciones indebidas, ya que el procedimiento judicial ha durado cerca de diez años.

El entorno

Los hechos se remontan al año 2013, año en el que uno de los penados, un empresario libanés, se encontraba aquejado de una enfermedad hepática que requería un trasplante de hígado.

En un principio su hijo, también condenado en esta causa, se hizo pruebas para intentar ser donante de su padre, pero los médicos le indicaron que tenía un hígado muy pequeño y la operación podía comportar riesgo para su salud.

En esa tesitura, el empresario solicitó ayuda a dos sobrinos suyos y a un conocido que residían en España, todos ellos de nacionalidad libanesa, quienes contactaron y se reunieron a su vez con personas sin recursos o en situación de necesidad económica para ofrecerles cantidades de dinero de hasta 40.000 euros u otro tipo de recompensas para que fueran donantes.

Custodiados hasta el final

Incluso llegaron a acompañar a algunas de esos potenciales donantes a una clínica de València a fin de que se sometieran a diversas analíticas y pruebas, cuyos gastos fueron sufragados por la empresa de los sobrinos del empresario, según consta en la resolución judicial.

Con uno de ellos llegaron más lejos y lo acompañaron a una clínica de Navarra y a un hospital de Barcelona, donde se hizo pasar por un “amigo de un amigo” que donaba su órgano de manera gratuita y altruista. No obstante, en ambos casos fue rechazado al no resultar creíble su modo de proceder.

Todo para nada

Finalmente, al no hallar a personas que quisieran asumir el riesgo y fueran admitidas en el hospital barcelonés, fue el hijo del empresario, tras una nueva prueba, quien actuó como donante en una operación de trasplante legalizada el 26 de agosto de 2013.

La condena

La Sala ha impuesto la mayor condena por estos hechos, 3 años y 3 meses de cárcel, a uno de los intermediarios, debido al “papel crucial” que desarrolló en la trama y al “ánimo de lucro”.

Por su parte, los dos sobrinos han sido condenados a 3 años y 1 día de prisión, mientras que la pena para el hijo del empresario ha sido fijada en un 1 año, 6 meses y 1 día de cárcel.

El empresario y beneficiario de las maniobras para conseguir un trasplante ilícito ha sido condenado a 8 meses y 1 día de cárcel, después de que los magistrados hayan tenido en cuenta que estaba en “situación de riesgo vital”.

La sentencia no es firme y puede ser recurrida en casación ante el Tribunal Supremo.

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A prisión el exconvicto detenido por el asesinato del hotelero de Bocairent, cuyo cuerpo sigue sin aparecer

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Desaparecido empresario Bocairent

Antonio C. B. niega los hechos, pero las pruebas apuntan a él como autor del crimen de Enrique G. P., de 77 años, cuyo cuerpo sigue sin aparecer

El Juzgado de Instrucción nº 4 de Ontinyent, en funciones de guardia, ha ordenado este domingo el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de Antonio C. B., exconvicto por homicidio, tras su detención como presunto autor del asesinato del empresario hotelero Enrique G. P., desaparecido desde finales de mayo en Bocairent (Valencia).


Pruebas clave y antecedentes del sospechoso

Antonio C. B., de 42 años y natural de Ontinyent, fue arrestado el viernes en una caseta propiedad de sus padres, donde residía desde hacía años. El arresto se produjo tras la llegada de resultados forenses que confirmaban la presencia de ADN y restos de sangre compatibles con la víctima, tanto en el hotel rural San Isidro —propiedad del desaparecido— como en uno de sus vehículos.

El detenido tiene un historial criminal relevante: fue condenado en 2008 a 10 años de prisión por el asesinato de un joven empresario en Muro (el Comtat), crimen cometido mientras ambos consumían alcohol y veían pornografía. Cumplió íntegramente la condena.


Un crimen en el hotel rural San Isidro

La desaparición del empresario Enrique G. P., de 77 años, fue denunciada por su hija el 31 de mayo. Desde entonces, la Guardia Civil ha centrado sus investigaciones en el hotel rural San Isidro, cerrado desde hace dos años, donde Enrique pasaba tiempo para evitar su ocupación ilegal.

El 4 de mayo, Enrique sorprendió a un okupa en el hotel. Su coche, un Opel Astra, fue robado esa misma jornada y continúa desaparecido. Las primeras sospechas recayeron sobre Antonio C. B., quien había trabajado anteriormente como camarero y encargado de mantenimiento en el establecimiento.


Sangre, ADN y desaparición: pruebas del crimen

Durante el registro del hotel, los agentes hallaron restos de sangre en una pared y en un sofá del salón, así como las gafas personales y el teléfono móvil del hotelero, que estaba apagado, impidiendo su geolocalización.

Días después, apareció un Volkswagen Golf azul oscuro, segundo coche de la víctima, cerrado y aparcado en Bocairent. En su maletero se hallaron salpicaduras de sangre que están siendo analizadas. Todo apunta a que en ese vehículo pudo ser transportado el cuerpo de Enrique tras el crimen.


Detención y negativa a colaborar

Antonio C. B. fue interrogado por el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil pero se negó a declarar ante los agentes, y este domingo solo respondió a las preguntas de su abogado, negando cualquier implicación y afirmando desconocer el paradero de Enrique, pese a los indicios abrumadores en su contra.

Durante su traslado a la prisión de Picassent, mostró una actitud violenta: intentó agredir, insultó y amenazó a un reportero gráfico. Su comportamiento ha sido descrito por fuentes cercanas como «chulesco y desafiante», sin mostrar señales de arrepentimiento ni intención de cooperar.


Un rompecabezas sin resolver: ¿dónde está el cuerpo?

La localización del cadáver de Enrique G. P. es ahora la máxima prioridad para la Guardia Civil. El silencio del detenido mantiene en vilo a la familia, que esperaba una confesión. Su viuda e hijos siguen sin respuestas, a la espera de poder recuperar el cuerpo para despedirse.

Todo apunta a que Enrique fue asesinado el 28 de mayo a primera hora, y su cadáver trasladado en el maletero del Golf. El coche fue visto circulando de forma temeraria en Banyeres, pero la Policía Local no logró interceptarlo.

 

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