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Cuándo acudir a terapia de pareja: Síntomas de crisis

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Cuándo acudir a terapia de pareja: Síntomas de crisis
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Muchas personas se plantean cuándo acudir a terapia de pareja. No es una decisión fácil ni cómoda pero sí necesaria y vital si se quiere salvar una relación. La psicóloga General Sanitaria y Especialista en Terapia Familia, Olga Fernández-Velilla Lapuerta del Instituto Psicológico Cláritas nos da las claves para saber cuál es el mejor momento para tomar esta decisión.

¿Cuáles son los principales síntomas de crisis en una pareja?

Las señales de crisis en una pareja pueden ser muy variadas y dependerán de cada relación. Pero, algunas de las más comunes son:

  • Discusiones frecuentes
  • Dificultades para alcanzar acuerdos
  • Falta de comunicación o problemas en la misma
  • Faltas de respeto
  • Problemas sexuales
  • Infidelidades
  • Celos
  • Necesidad de control
  • No compartir tiempo de calidad
  • Violencia

Será importante analizar cada caso en concreto, ya que existen muchas variables y circunstancias que pueden afectar para que una crisis ocurra. Por lo tanto, habrá qué identificar a que dificultades se enfrentan tanto cada miembro a nivel individual, como dentro de la relación o los que puedan generado por factores externos (familia de origen, problemas económicos…). De ese modo podremos tener una visión global de qué ha generado la crisis.

¿Cuáles serían los principales puntos para acudir a terapia de pareja?

Los motivos más frecuentes que suelen llevar a acudir a terapia son:

  • Problemas de comunicación
  • Dificultades a la hora de gestionar los conflictos
  • Problemas sexuales
  • Problemas con las familias de origen
  • Dificultades individuales que afectan a la pareja
  • La repartición de tareas del hogar
  • Diferencias en la educación de los hijos
  • Repartición del tiempo libre (tiempo a solas, tiempo en pareja…)
  • Desacuerdo en valores o maneras de afrontar la vida
  • Infidelidades
  • “Desenamoramiento” por una de las partes

Alguno de estos temas puede parecer que son temas muy superficiales, como la repartición de tareas, pero esconden detrás mucho más. Además, todas esas pequeñas discusiones pueden desgastar mucho a la pareja, incluso llegar a romperla.

¿Qué se hace en terapia de pareja? ¿Cómo lo enfocáis?

La terapia de pareja ofrece un espacio neutral donde ambos miembros se sientan escuchados y no juzgados. El primer paso será recoger información para comprender qué motivos llevan a la pareja a solicitar la ayuda e identificar cuáles son las dinámicas disfuncionales y poco saludables. A partir de ahí, se fijan unos objetivos y se empieza a trabajar sobre ellos hasta que se alcancen.

Será fundamental también identificar qué llevo a esas dinámicas y desde ahí ver si se pueden dar los cambios necesarios o sanar las heridas que pueda haber para que ambos estén satisfechos con su relación. Esto no siempre es así y, a veces, en el proceso de terapia se toma conciencia de que la relación no se puede continuar y que una ruptura, aunque sea dolorosa, es la mejor solución.  Lograr cambios o sanar heridas no es un proceso sencillo, es algo que requiere tiempo y esfuerzo, algunas personas no están dispuestas a hacerlo o en el proceso se dan cuenta de que no pueden hacerlo. En ese punto, si se quisiese habría que ver que lleva a ese bloqueo, bien sea de forma individual o en pareja.

¿Cuánto tiempo puede llevar el tratamiento?

Depende de la pareja, pero de media diría que unos 6 meses para que se puedan dar los cambios y los resultados se consoliden. Cambiar las dinámicas que llevan dándose tiempo es difícil, primero hay que identificarlas, después ver si se pueden dar los cambios necesarios y que se consoliden. Las personas que se enfrenten a un proceso de terapia tienen que ser conscientes de que lleva un tiempo y no es un proceso fácil, pero, considero que a largo plazo merece la pena.

Hay profesionales que opinan que cuando una pareja acude a terapia es porque ya hay poco que hacer por esa relación.

Me sorprende que un terapeuta de pareja opine eso de forma general, ya que considero que el deseo de ayuda del terapeuta será algo importante de cara al proceso. No obstante, es cierto que hay ocasiones en que la relación está muy dañada y resultará difícil que la pareja continúe como tal. Por eso, yo siempre explico que la terapia no garantiza que, al final de ella, la pareja siga unida. En algunos casos el proceso hace que ambos miembros se den cuenta de que no pueden seguir juntos y que lo mejor para ellos será continuar por caminos separados.

¿Qué porcentaje de éxito hay en estas terapias?

Lo desconozco, intentamos no movernos por porcentajes, la estadística nos da un número, pero creo que la realidad tiene miles de matices. El éxito de la terapia dependerá de el compromiso con la terapia, la conexión con el profesional y muchísimos más factores.

 

Psicóloga General Sanitaria y Especialista en Terapia Familia
Olga Fernández-Velilla Lapuerta, graduada en Psicología por la Universidad Abat Oliba CEU y Psicóloga General Sanitaria y Especialista en Terapia Sistémica Familiar por la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid). Ha trabajado en diferentes ámbitos, especialmente con familias y parejas. Ha investigado sobre la relación entre los pacientes que requieren cirugía bariátrica y la presencia de psicopatología y sobre el uso problemático de las nuevas tecnologías.

 

Instituto Psicológico Cláritas

El Instituto Psicológico Cláritas ofrece un servicio integral de tratamientos psicológicos, a través de un equipo de profesionales cualificados, supervisados y en continua formación. Para adultos, niños, jóvenes, parejas y familias. En clínica, on-line y a domicilio. https://institutoclaritas.com/tratamiento-psicoterapeutico/psicologia-para-parejas/

 

 

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¿Qué significa tocarse la cara mientras se habla? Un análisis psicológico del gesto

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¿Qué significa tocarse la cara mientras se habla?
¿Qué significa tocarse la cara mientras se habla? FREEPIK

El lenguaje corporal es una forma poderosa de comunicación no verbal que a menudo revela nuestros pensamientos y emociones más profundos, incluso cuando no somos conscientes de ello. Uno de los gestos más comunes y, a veces, intrigantes es tocarse la cara mientras se habla. Este comportamiento puede tener múltiples interpretaciones según el contexto, y la psicología ha estudiado su significado para entender mejor lo que puede estar detrás de este acto aparentemente inofensivo.

Tocar la cara como señal de inseguridad

Uno de los significados más habituales de tocarse la cara mientras se habla está relacionado con la inseguridad o la ansiedad. Las personas que se sienten nerviosas o incómodas en una conversación tienden a realizar movimientos automáticos como frotarse la frente, tocarse la nariz o cubrirse la boca. Estos gestos suelen ser un intento subconsciente de autocalmarse o de ocultar sentimientos de vulnerabilidad.

La inseguridad que se refleja en estos gestos puede deberse a diversas razones, como una falta de confianza en lo que se está diciendo, preocupación por la opinión del interlocutor o incluso incomodidad con la situación en general. En algunos casos, puede ser un reflejo de dudas internas o de la sensación de estar siendo juzgado.

Gestos que denotan mentiras o engaños

Tocarse la cara también puede ser un indicador de que una persona está mintiendo o tratando de ocultar la verdad. Según algunos estudios de psicología, cuando alguien miente, experimenta una pequeña liberación de adrenalina que puede causar picor en la cara, lo que lleva a la persona a rascarse o tocarse instintivamente. Además, taparse la boca o acariciar los labios mientras se habla puede ser un gesto inconsciente de querer ocultar las palabras que se están pronunciando.

Estos gestos no son pruebas definitivas de engaño, pero sí pueden ser señales a tener en cuenta, especialmente cuando se observan junto con otros indicios de nerviosismo, como cambios en el tono de voz, pausas largas o evitar el contacto visual.

Diferencias culturales en la interpretación de este gesto

Es importante considerar que la interpretación de tocarse la cara mientras se habla puede variar significativamente según la cultura. En algunas sociedades, ciertos gestos faciales pueden ser percibidos de manera diferente. Por ejemplo, en culturas asiáticas, tocarse la cara podría interpretarse como un signo de respeto o modestia, en lugar de inseguridad o engaño.

Además, algunas culturas tienen normas más estrictas sobre el contacto físico y los gestos en público, lo que puede influir en cómo se perciben estos comportamientos. Entender estas diferencias culturales es clave para interpretar correctamente el lenguaje corporal de una persona y evitar malentendidos.

Conclusión

Tocarse la cara mientras se habla es un gesto común que puede revelar mucho sobre el estado emocional de una persona.

Desde inseguridad hasta posibles señales de engaño, este comportamiento ofrece pistas sobre lo que realmente siente o piensa alguien durante una conversación.

Sin embargo, es esencial considerar el contexto y las diferencias culturales al interpretar estos gestos, para obtener una comprensión más precisa y evitar conclusiones erróneas.

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