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Salud y Bienestar

¿Cuántos huevos se pueden comer a la semana?

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¿Cuántos huevos se pueden comer a la semana?

La cantidad de huevos que se pueden comer a la semana puede variar según las pautas dietéticas y las necesidades individuales, pero, en general, las recomendaciones dietéticas han evolucionado en los últimos años y se ha vuelto más flexible en cuanto al consumo de huevos. Según las pautas dietéticas actuales:

  1. La mayoría de las personas sanas pueden consumir hasta 7 huevos a la semana sin preocupaciones significativas sobre el colesterol. Esto se basa en que han demostrado que el colesterol dietético en los huevos no se puede alguna afectaciones significativas en los niveles de colesterol en sangre en la mayoría de las personas.
  2. Las personas con condiciones de salud específicas, como diabetes o enfermedades cardíacas, pueden necesitar su consumo de huevos o seguir pautas dietéticas más estrictas. En tales casos, es importante seguir las recomendaciones de su profesional de la salud o dietista registrado.
  3. Las necesidades nutricionales individuales también sens. Los huevos son una fuente de proteínas de alta calidad y otros nutrientes esenciales, por lo que pueden ser parte de una dieta equilibrada. Sin embargo, es importante no depender únicamente de un solo alimento, sino incluir variedad en la dieta.

En resumen, para la mayoría de las personas sanas, consumir hasta 7 huevos a la semana es una guía general razonable. Sin embargo, siempre es aconsejable consultar con un profesional de la salud o un dietista si tienes preocupaciones específicas sobre tu dieta o si tienes condiciones médicas que puedan afectar tu consumo de huevos. Las recomendaciones dietéticas pueden variar según la situación individual.

Los beneficios de los huevos

  • Excelente fuente de proteínas:

Los huevos son una de las mejores fuentes de proteínas de alta calidad. Contienen todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para construir y reparar tejidos. 2

  • Nutrientes clave:

Los huevos son ricos en nutrientes esenciales, incluyendo vitamina B12, vitamina D, riboflavina, ácido fólico, hierro, fósforo, y selenio, entre otros.

  • Ácidos grasos saludables:

Los huevos contienen ácidos grasos omega-3, que son beneficiosos para la salud cardiovascular y el cerebro. También son una buena fuente de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados.

  • Aumentan la saciedad:

Consumir huevos puede ayudar a mantener la sensación de saciedad, lo que puede contribuir a un mejor control del apetito y la reducción del consumo de calorías en general.

  • Salud ocular:

Los huevos contienen luteína y zeaxantina, dos antioxidantes que son buenos para la salud de los ojos y pueden reducir el riesgo de enfermedades oculares relacionadas con la edad.

  • Mejora la salud cerebral:

La colina, un nutriente presente en los huevos, es esencial para la función cerebral y el desarrollo del cerebro, especialmente en mujeres embarazadas y en lactancia.

  • Ayuda en el crecimiento y desarrollo:

Los huevos son beneficiosos para el crecimiento y desarrollo, especialmente en niños y adolescentes, debido a su contenido de proteínas y nutrientes.

  • Fáciles de preparar:

Los huevos son versátiles y se pueden preparar de muchas maneras, lo que los hace accesibles y útiles en la cocina diaria. Es importante recordar que la forma en que se preparan los huevos, como hervidos, cocidos o al vapor, puede afectar sus beneficios para la salud. Evitar el exceso de grasas añadidas y salsas puede contribuir a mantener una dieta equilibrada y saludable. Sin embargo, si tienes preocupaciones de salud específicas, como el colesterol, es aconsejable hablar con un profesional de la salud o un dietista para obtener recomendaciones personalizadas sobre el consumo de huevos.

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Salud y Bienestar

¿Sueles tener los pies fríos? Estas son las enfermedades que pueden estar detrás

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pies fríos causas
Análisis de pies - ULE - Archivo

VALÈNCIA, 11 Dic. (EUROPA PRESS) – El Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha resaltado que problemas circulatorios, neuropatía periférica, enfermedad de Raynaud, hipotiroidismo o anemia son algunas enfermedades que pueden generar sensación de pies fríos, así como el tabaquismo. Estas son las causas.

La causa más común: problemas circulatorios

En primer lugar, la patología más común es tener problemas circulatorios. “Esta patología suele progresar de forma silenciosa con la edad y la insuficiencia venosa dificulta el retorno de la sangre al corazón. Las venas pierden elasticidad y tienen dificultades para hacer subir la sangre contra la gravedad. Este estancamiento venoso enfría progresivamente los pies y provoca sensación de pies fríos”, ha explicado el podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV, Jorge Escoto.

La arteriosclerosis, el endurecimiento de las arterias, también reduce su capacidad para transportar sangre caliente a las extremidades. Para ayudar a evitar los pies fríos por problemas circulatorios, los podólogos recomiendan estimular la circulación con ejercicios sencillos como flexionar los dedos de los pies o rotar los tobillos.
Estos movimientos activan la bomba muscular y favorecen el retorno venoso, evitando el círculo vicioso de que cuanto más frío se siente, menos se mueve la persona, ralentizando aún más la circulación.
Junto a ello, es “importante” eliminar hábitos tóxicos como el tabaquismo, ya que fumar endurece, inflama y obstruye las arterias.

Enfermedad de Raynaud: ataques isquémicos transitorios

En segundo lugar, la enfermedad de Raynaud es otra patología que podría estar detrás de esta sintomatología. Se trata de un ataque isquémico transitorio, es decir, un periodo breve en el que se detiene el flujo de sangre hacia los pies por obstrucción de las arterias, generando sensación de frío en los miembros inferiores.

En quienes la padecen, la llegada del frío acentúa la enfermedad: los vasos sanguíneos se contraen, los pies pueden verse blanquecinos o azulados, y aparece entumecimiento. Para aliviar los síntomas, el ICOPCV aconseja realizar ejercicios, usar medias que favorezcan la circulación y reducir la nicotina en personas fumadoras.

También se recomienda evitar braseros y fuentes de calor directo, ya que los cambios bruscos de temperatura agravan la clínica. Es esencial apostar por calzado con buena capacidad de aislamiento térmico y calcetines de lana de merino durante el invierno.

Neuropatía periférica: pies fríos que no están fríos al tacto

Otra enfermedad que genera sensación de pies fríos es la neuropatía periférica, originada por daño en los nervios que detectan la temperatura.
“Es importante destacar que, en estos casos, los pies se sienten fríos, pero al tocarlos en realidad no lo están. Esto es muy común en personas diabéticas y, por ello, se deben extremar las precauciones”, ha explicado Escoto.

La neuropatía reduce la capacidad para percibir calor o frío reales, lo que incrementa el riesgo de quemaduras o congelaciones sin que la persona lo perciba. Por este motivo, se recomienda:

  • Revisar los pies regularmente.

  • Evitar braseros y fuentes de calor directo.

  • Optar por baños con agua tibia.

  • Realizar revisiones podológicas periódicas para controlar el estado de las uñas, el calzado y las ortesis plantares.

  • No caminar descalzo y examinar los pies a diario en busca de cortes, ampollas o enrojecimiento, usando un espejo o ayuda familiar de ser necesario.

Además, es fundamental secar correctamente los espacios interdigitales, hidratar la piel y realizar un masaje suave tras el lavado diario.

Hipotiroidismo y anemia: patologías sistémicas que también enfrían los pies

Por último, tener los pies fríos de forma constante puede ser consecuencia de hipotiroidismo o anemia.

En el hipotiroidismo, la glándula tiroides no produce suficientes hormonas T3 y T4, esenciales para controlar el metabolismo y la producción de calor en las células. Esto provoca frialdad y sequedad en los pies.

En la anemia, la deficiencia de hierro limita la oxigenación y la capacidad del cuerpo para generar calor, produciendo una circulación sanguínea deficiente.

Escoto subraya la importancia de que los podólogos formen parte de unidades multidisciplinares, ya que una consulta podológica puede detectar patologías sistémicas o, a la inversa, muchas enfermedades generales tienen manifestaciones en los pies que requieren atención especializada.

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