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El Barranco del Poyo: Una rambla de «crecida relámpago» que provocó una inundación salvaje

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El Barranco del Poyo
Restos de vehículos arrastrados por la corriente en el barranco del Poyo en Paiporta, Valencia. EFE/ Manuel Bruque

Valencia, 5 nov (OP-EFE).- La gota fría que asoló Valencia el pasado martes tuvo entre sus efectos más devastadores el desbordamiento del Barranco del Poyo, una rambla típicamente propensa a «crecidas relámpago». Los expertos han estudiado este fenómeno como un caso paradigmático de peligro potencial, y los eventos recientes han confirmado esas investigaciones, destacando la rotura del puente que une Torrent y Valencia.

Características del Barranco del Poyo

El Barranco del Poyo se forma antes de llegar a la localidad de Cheste, mediante la unión de tres barrancos: el Grande, la Cueva Morica y el de Chiva. Esta rambla tiene una superficie de 462 kilómetros cuadrados y desemboca en L’Albufera, tras combinar tramos de barranco natural con otros donde desaparece y un final encauzado.

Declaraciones de Expertos sobre la Situación

«En el mapa de peligrosidad de 1996, antes de los estudios para el Patricova, ya lo teníamos detectado. Es un barranco típico de crecida relámpago», ha explicado a EFE Félix Francés, catedrático de la Universitat Politècnica de València y director del Instituto Universitario de Investigación de Ingeniería de Agua y Medio Ambiente.

«En su cruce con la A-3, el cauce tiene un ancho de 100 metros y una altura de entre cuatro y ocho metros. A partir de la A-3, el cauce desaparece y entra en el Llano de Quart, para volver a aparecer en Torrent, desde donde continúa encauzado hasta L’Albufera, aunque con un cauce muy limitado», ha añadido.

Consecuencias del Desbordamiento

La fuerza del agua que bajaba por el Barranco del Poyo derrumbó varias columnas de uno de los puentes que conecta Torrent con Valencia, provocando el colapso de dos carriles de uno de los sentidos de la instalación y causando daños en otras estructuras menores.

En la desaparición natural del cauce en el Llano de Torrent, los daños causados por el agua se extendieron rápidamente. «Imagínate 1.000 metros cúbicos por segundo de agua corriendo libres», advirtió Francés.

Varias personas cruzan por un puente sobre el barranco del Poyo de Paiporta, Valencia. EFE/Manuel Bruque

La Amenaza de las Crecidas Relámpago

El término «crecida relámpago» se refiere a la «velocidad de respuesta de la cuenca», que normalmente se mantiene seca pero tiene un alto potencial de causar daños.

«Cuando evaluamos el riesgo para el Patricova (el ‘Plan de Acción Territorial de carácter sectorial sobre prevención del Riesgo de Inundación en la Comunitat Valenciana’ de 2003), este barranco tenía uno de los niveles de riesgo más altos, solo superado por el Segura, el Júcar y el Barranco Seco de Castellón. Sin embargo, la Confederación Hidrográfica del Júcar actuó rápidamente y realizó las obras necesarias», valoró.

Rentabilidad de las Obras de Prevención

«En 2007, elaboramos un plan de gestión del riesgo con la CHJ, que estimaba en 15 millones de euros al año, mientras que las planificaciones de obras ascendían a 150 millones, lo que hacía que, solo en daños directos, estas obras fueran rentables», según este experto.

Daños Potenciales y Riesgos

Los daños potenciales mencionados en el estudio eran principalmente urbanos e industriales, incluyendo un riesgo para el aeropuerto de Manises, mientras que los daños agrícolas eran mucho menores en comparación.

Conclusión sobre el Barranco del Poyo

Francés concluyó que, más allá de su conexión con el Barranco del Pozalet, el Poyo es una cuenca independiente; por lo tanto, todo el caudal que fluyó en este episodio fue resultado exclusivo de las lluvias caídas en las horas previas.

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Valencia

El centro comercial Bonaire ya tiene fecha de reapertura

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Centro comercial Bonaire DANA
Fuera del foco mediático inicial ante la posibilidad de que en sus aparcamientos aparecieran centenares de los desaparecidos por la dana y comprobado que no albergaba ningún fallecido, el centro comercial Bonaire, uno de los más grandes de España, afronta una colosal labor para lograr su reapertura. EFE/Roberto Ruiz

(OFFICIAL PRESS-EFE) El centro comercial Bonaire, ubicado en Aldaia (Valencia) y que resultó afectado por las inundaciones de la dana del pasado 29 de octubre, tiene previsto reabrir sus primeros locales a partir del 13 de diciembre, mientras que será en febrero cuando abra en su totalidad.

Según han informado este miércoles fuentes de la propiedad del centro comercial, Unibail-Rodamco-Westfield (URW), las labores de limpieza y restauración de las instalaciones «avanzan adecuadamente» y se está «acelerando todo lo posible el proceso de reapertura».

De esta forma, a partir del viernes 13 de diciembre comenzarán a abrir los primeros establecimientos del parque comercial, dentro de un proceso de reapertura progresivo que se espera finalizar en febrero por la apertura total de todo el centro comercial.

Desde la propiedad del centro comercial han señalado que mantienen el contacto permanente tanto con los comerciantes como con el Ayuntamiento de Aldaia para agilizar los procesos administrativos y acelerar la recuperación del tejido económico local.

El centro comercial Bonaire, anexo a la autovía A-3, ocupa 30.000 metros cuadrados dedicados al ocio y la gastronomía, en los que su ubican 120 tiendas, doce salas de cine, una bolera y un espacio multiaventura de más de 1.600 metros cuadrados.

Una tarde difícil de olvidar

«Hacía una tarde desapacible, no había mucha gente por aquí, pero nunca imaginábamos lo que estaba por llegar», comenta a EFE uno de estos empleados, quien prefiere no revelar su nombre ni que se publique para qué conocida franquicia trabaja.

Tanto él como sus compañeros, ataviados con botas de agua y mascarillas, se afanan en retirar el barro todavía presente cerca de tres semanas después, en limpiar estanterías y en tratar de recuperar a contrarreloj todo el material que pueda salvarse, antes de que avance el moho presente ya en muchas paredes.

«No queremos pensar qué habría pasado si esto hubiera ocurrido en sábado, cuando la afluencia sí es masiva», comenta la encargada de una de las más de 120 tiendas, una de las pocas de su empresa que se ha ‘salvado’ del ERTE en el que sí estarán sus compañeras hasta que el centro pueda reabrirse al público.

Unos y otros coinciden al subrayar que, pese a los temores y el desconcierto inicial, milagrosamente no haya que lamentar víctimas personales en este gran centro comercial, a pesar de que en un inicio se temió que su aparcamiento subterráneo -que llegó a estar totalmente cubierto de agua- hubiera podido convertirse en una trampa mortal.

Desde la dirección destacan a EFE que, gracias al aviso generado por los sistemas de detección del propio centro, se activó el protocolo de actuación y evacuación ante emergencias, incluso quince minutos antes de que la alerta general fuera recibida por el resto de la población.

Plan de crisis

El equipo de seguridad trabajó rápidamente, de acuerdo al plan de gestión de crisis, para la evacuación, incluidos los aparcamientos, y dirigió a las personas que se encontraban en el complejo comercial hacia zonas seguras más altas y fuera de peligro, como uno de los cines que acogió durante muchas horas a los atrapados.

Entre los operarios y trabajadores de las franquicias, muchos de ellos con Equipos de Protección Individual (EPI), también es notable la presencia de vigilantes e incluso agentes de la Policía, quienes dotan de seguridad a unas instalaciones que, horas después de la dana, fueron objeto de algunos saqueos y vandalismo.

Junto a contenedores, bolsas de basura y fuertes olores, especialmente en los accesos al aparcamiento subterráneo y el hipermercado, maniquís despojados de ropa parecen aguardar en este centro la vuelta de la actividad comercial y la clientela, un trasiego que la dana paralizó aquella fatídica tarde y que algunos optimistas desearían que pudiera devolver la navidad. Queda mucha faena y esperar.  Por Roberto Ruiz Oliva

 

Así se realizó la evacuación de emergencia en el Centro Comercial Bonaire

El Centro Comercial Bonaire, ubicado en Aldaia (Valencia), activó su plan de emergencia el 29 de octubre debido a la rápida subida de aguas causada por la DANA. El plan se puso en marcha a las 19:55 horas, apenas quince minutos antes de que las autoridades emitieran la alerta a los ciudadanos a través del sistema ES-Alert. Según informaron este jueves fuentes del centro comercial, no recibieron ninguna advertencia previa sobre el riesgo de inundación y actuaron rápidamente al identificar la amenaza.

El protocolo de evacuación consistió en la activación de la alarma y la evacuación de los aparcamientos, tanto exteriores como subterráneos. Con un total de 5.270 plazas en el aparcamiento, 1.800 de las cuales se encuentran en el subterráneo, que tiene una sola planta, los empleados acompañaron a los presentes a las zonas más altas y seguras del centro.

Acciones de Rescate y Evaluación Posterior

A pesar de la rapidez con la que se desató la inundación, los equipos de rescate no encontraron ningún cuerpo sin vida en el aparcamiento subterráneo durante la revisión posterior, según la Policía Nacional. En ese momento, aunque el centro comercial ya estaba parcialmente vacío, no se sabía con certeza cuántas personas se encontraban dentro. Las tiendas ya habían cerrado, siguiendo la decisión de los arrendatarios, y la actividad en el lugar era mínima.

Las personas que permanecieron en el centro fueron evacuadas a zonas de seguridad, primero al vestíbulo de los cines y luego a dos salas habilitadas para ofrecerles comida y bebida. Posteriormente, se abrieron algunas instalaciones de restauración para continuar con la atención a los afectados.

Preparación y Seguridad en el Centro Comercial

El Centro Comercial Bonaire está diseñado para ser un espacio seguro en casos de emergencia, como inundaciones. El personal está capacitado para gestionar situaciones extremas, y se realizan simulacros cada dos años, abarcando inundaciones, incendios y ataques terroristas. Actualmente, el centro está evaluando los daños ocasionados por la DANA, y aún no se ha establecido una fecha de reapertura.

Por otro lado, el Factory Bonaire, un espacio comercial asociado pero gestionado por una empresa diferente, también permanece cerrado debido a las inundaciones.

Este episodio pone de relieve la rápida respuesta y la preparación ante emergencias de los centros comerciales de la zona, al tiempo que destaca la importancia de contar con planes de contingencia bien establecidos para proteger tanto a clientes como a empleados durante desastres naturales.

 

El centro comercial de Bonaire, epicentro de terribles imágenes, es puro lodo tras la DANA

El centro comercial de Bonaire, ubicado en Aldaia (Valencia), ha sido uno de los lugares más afectados por las inundaciones causadas por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que ha dejado un rastro devastador en la provincia.

Escenario de devastación

El interior del centro comercial se ha transformado en un paisaje desolador, con una multitud de prendas y objetos esparcidos por el suelo, incluyendo cajas de comida de hamburgueserías, vasos de refrescos, cajas de zapatos, camisas y pantalones, todo cubierto por barro, ramas y hojarasca. Este caos visual ilustra el impacto que la DANA ha tenido en la comunidad, afectando no solo a los hogares, sino también a las infraestructuras comerciales.

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