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El falso mito de que los helados y las cosas frías refrescan: lo que dice la ciencia

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El falso mito de que los helados y las cosas frías refrescan
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Con la llegada del calor, buscamos formas de combatir las altas temperaturas. Entre ellas, una de las más extendidas es la de consumir bebidas muy frías, polos o helados, creyendo que con ello lograremos una sensación duradera de frescor. Sin embargo, esta creencia tan extendida es en gran parte un mito que puede tener el efecto contrario al que buscamos. ¿Por qué? La ciencia tiene la respuesta.

¿Por qué creemos que los alimentos fríos refrescan?

La idea de que consumir algo frío alivia el calor se basa en una sensación inmediata: al tomar un helado, beber agua con hielo o comernos un granizado, notamos que la boca, la garganta y hasta el estómago se enfrían momentáneamente. Esta sensación es real, pero muy breve. Nuestro cuerpo, sin embargo, interpreta ese cambio de temperatura de una forma muy distinta a como pensamos.

El mecanismo del cuerpo ante el frío interno

Cuando ingerimos algo muy frío, nuestro cuerpo lo detecta como una agresión térmica interna. En lugar de agradecerlo, reacciona con un mecanismo de defensa: comienza a aumentar la temperatura corporal para equilibrar el descenso brusco provocado por ese alimento o bebida.

Esto se traduce en un efecto paradójico: tras la sensación de frescor inicial, nuestro cuerpo trabaja más para recuperar su temperatura habitual, generando más calor y, por tanto, sudoración. Es decir, tras ese respiro de frío, acabamos más acalorados que antes.

¿Qué dice la ciencia sobre los alimentos fríos y la termorregulación?

Estudios en el campo de la fisiología han demostrado que los alimentos y bebidas muy fríos pueden alterar el equilibrio térmico del cuerpo. Una investigación publicada en la revista Appetite analizó el efecto de bebidas calientes y frías en distintas condiciones climáticas y concluyó que, en climas cálidos, las bebidas frías tienen un efecto refrescante muy limitado en comparación con el aumento de calor metabólico que provocan.

Por el contrario, otras prácticas culturales como beber té caliente o infusiones tibias en países desérticos (como Marruecos o Egipto) ayudan realmente a refrescar el cuerpo, ya que activan mecanismos naturales de termorregulación como la sudoración, que sí enfría el cuerpo de forma eficiente.

El caso del helado: más calorías, más trabajo para el cuerpo

El helado, además de ser frío, tiene una alta carga calórica. Esto significa que el cuerpo no solo debe luchar contra el descenso de temperatura interna, sino que también debe trabajar para digerir grasas y azúcares. Ese proceso digestivo genera calor interno (lo que se conoce como «termogénesis»), y puede hacer que la sensación de calor se prolongue más de lo esperado.

Además, su textura cremosa y densa implica que permanece más tiempo en el aparato digestivo, lo cual prolonga la digestión y el esfuerzo térmico del organismo. En resumen, el cuerpo se “esfuerza” el doble: primero para contrarrestar el frío y después para procesar el alimento.

¿Entonces qué podemos hacer para refrescarnos de verdad?

Aunque los helados son un placer del verano y no hay por qué renunciar a ellos, es importante saber que no son la mejor opción si lo que buscamos es enfriar el cuerpo. En su lugar, puedes adoptar estas estrategias más eficaces:

  • Beber agua templada o ligeramente fresca, no helada. Esto hidrata sin provocar reacción térmica.

  • Duchas tibias: mejor que frías, ya que el agua muy fría puede provocar una respuesta contraria (vasoconstricción) y hacer que aumente la sensación de calor.

  • Ropa ligera y transpirable: elegir tejidos naturales como algodón o lino.

  • Evitar comidas pesadas o muy calóricas, ya que su digestión genera más calor interno.

  • Consumir frutas con alto contenido de agua como sandía, melón, pepino o piña.

El papel de la percepción psicológica del frescor

No podemos ignorar que la sensación de frescor también tiene un componente psicológico. Tomarse un helado en una terraza, con una ligera brisa, puede hacernos sentir bien, relajados y “refrescados”, aunque fisiológicamente no estemos más frescos. Esa asociación emocional y placentera puede hacernos percibir el helado como una buena opción para el calor. Sin embargo, es importante no confundir sensación con efecto real.

Conclusión: frescor inmediato, efecto rebote

Consumir helados, bebidas heladas o alimentos fríos puede generar una sensación momentánea de alivio, pero el cuerpo no los interpreta como una ayuda. Al contrario: activa sus mecanismos de defensa para contrarrestar el enfriamiento interno, lo que se traduce en un aumento de temperatura corporal. En lugar de refrescarnos, acabamos sudando más y con una mayor sensación térmica de calor.

Así que, la próxima vez que el termómetro suba, recuerda: el frescor verdadero no siempre viene en forma de hielo. Hidratarse correctamente, protegerse del sol y usar ropa adecuada son las verdaderas claves para combatir el calor estival.

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Las 10 cosas que pueden arruinar tu primera cita

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cosas que pueden arruinar tu primera cita
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Hay varias cosas que podrían afectar negativamente una primera cita. Comportarse de manera adecuada en una primera cita es crucial para establecer una buena impresión y sentar las bases para una relación potencial.

Las 10 cosas que pueden arruinar tu primera cita:

  1. Falta de higiene personal: La higiene es esencial. Asegúrate de estar bien arreglado y limpio.
  2. Llegar tarde: Llegar tarde puede enviar un mensaje de falta de respeto hacia la otra persona. Intenta ser puntual para mostrar consideración.
  3. Ser demasiado hablador o demasiado callado: Encuentra un equilibrio en la conversación. Evita monopolizarla o, por otro lado, ser tan reservado que la otra persona se sienta incómoda.
  4. Discutir temas polémicos: En la primera cita, es mejor evitar discutir temas controvertidos o sensibles, como política extrema o religión, a menos que ambos estén de acuerdo en hacerlo.
  5. Usar el teléfono constantemente: Estar pegado al teléfono durante la cita puede dar la impresión de desinterés o falta de atención.
  6. Hablar solo de ti mismo: Asegúrate de darle a la otra persona la oportunidad de hablar y compartir. La conversación debe ser un intercambio, no un monólogo.
  7. Quejarse demasiado: Evita hablar excesivamente de problemas o quejas. La primera cita es para conocerse y disfrutar del momento.
  8. Mostrar malos modales en la mesa: Si están cenando juntos, los malos modales en la mesa pueden ser una distracción y una fuente de incomodidad.
  9. Hablar de ex parejas: Evita discutir sobre relaciones pasadas en la primera cita, ya que esto puede generar sentimientos incómodos.
  10. Presionar para la intimidad: Es importante respetar los límites y no presionar a la otra persona para avanzar más rápido de lo que se sienten cómodos.

Recuerda que las primeras citas son una oportunidad para conocerse mutuamente de manera relajada. Mantener la cortesía, el respeto y una actitud positiva generalmente contribuye a una experiencia más exitosa.

Algunas pautas generales sobre cómo comportarte en una primera cita:

  1. Sé puntual: Llegar a tiempo muestra respeto por la otra persona y demuestra tu interés en la cita.
  2. Viste apropiadamente: Viste ropa adecuada para la ocasión y el lugar de la cita. Asegúrate de que estés limpio y bien arreglado.
  3. Muestra interés: Presta atención activa a la otra persona. Escucha lo que dicen y haz preguntas para demostrar que estás interesado en conocerlos.
  4. Sé auténtico: Sé tú mismo y muestra tu verdadera personalidad. No trates de ser alguien que no eres.
  5. Evita el uso excesivo del teléfono: Presta atención a la persona con la que estás. El uso constante del teléfono puede dar la impresión de desinterés.
  6. Mantén una conversación positiva: Habla de temas ligeros y positivos. Evita quejarte o hablar de problemas personales en exceso.
  7. Evita discutir temas sensibles: En la primera cita, es mejor evitar discutir temas polémicos o sensibles, como religión o política extrema.
  8. Sé respetuoso: Trata a la otra persona con cortesía y respeto en todo momento. Escucha sus opiniones y respeta sus límites.
  9. Ofrece cumplidos sinceros: Haz cumplidos genuinos, pero evita los comentarios demasiado personales o íntimos en la primera cita.
  10. No fuerces la intimidad: Respeta los límites personales de la otra persona y no presiones para avanzar demasiado rápido.
  11. Muestra gratitud: Agradece a la otra persona por la cita al final. Si estás interesado en seguir viéndola, hazle saber de manera amable.

 

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