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El nuevo Consell jura sus cargos y Puig apela a la «responsabilidad individual»

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VALÈNCIA, 17 Jun. – Los consellers del nuevo gobierno valenciano han prometido este lunes sus cargos en el Saló de Corts del Palau de la Generalitat en un acto en el que el presidente, Ximo Puig, ha apelado a la responsabilidad de cada uno de los integrantes de este nuevo ejecutivo «único» y al mismo tiempo diverso. Ha recurrido a Alejandro Magno para señalar que «de la conducta de cada uno depende el destino de todos» y se ha mostrado convencido de que todos juntos conseguirán forjar «el futuro que se merecen los valencianos».

El acto, que ha comenzado a las 10.45 horas, ha contado con la presencia del expresidente Joan Lerma; el presidente de Les Corts, Enric Morera; la presidenta del TSJCV, Pilar de la Oliva, representantes del mundo económico, diputados de Les Corts y también dirigentes de las tres fuerzas del Botànic II, visiblemente sonrientes.

Puig ha comenzado dando lectura al decreto por el que se nombra a los dos vicepresidentes: en primer lugar a la vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, además de portavoz y secretaria del Consell, Mónica Oltra, y en segundo lugar a Rubén Martínez Dalmau, vicepresidente segundo y conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática.

Se da la circunstancia de que todos los consellers han prometido el cargo con la fórmula tradicional, mediante la que se promete cumplir las obligaciones al cargo con lealtad al Rey y respeto a la Constitución y al Estatuto de Autonomía –menos Dalmau (Podem), que ha evitado citar la lealtad al Rey, y Rosa Pérez Garijo (EUPV), consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática–.

Tras el nombramiento de los dos vicepresidentes, Mónica Oltra ha dado lectura a los acordados en cada uno de los departamentos: Conselleria de Hacienda y Modelo Económico (Vicent Soler); Conselleria de Justicia, Interior y Administración Pública (Gabriela Bravo); Conselleria de Educación, Cultura y Deporte (Vicent Marzà); Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública (Ana Barceló); Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo (Rafael Climent) y Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica (Mireia Mollà).

Lo completan la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad (Arcadi España); Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital (Carolina Pascual); y Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática (Rosa Pérez Garijo).

El presidente Puig ha señalado en su discurso que este es «un gobierno plural, pero un único gobierno» y conseguirá éxitos en la medida en que sea capaz de «gestionar adecuadamente la diversidad», que es mejor que la uniformidad, ha aseverado. «Debemos conseguir que esa gestión de la diversidad cultural, social y de ideas que es la Comunitat Valenciana se pueda mimetizar y enaltecer desde el gobierno valenciano», ha agregado.

Por ello, ha recurrido a la frase de Alejandro Magno para resaltar la responsabilidad individual en el éxito colectivo y ha asegurado estar convencido de que todos los consellers harán «lo máximo» para dignificar su trabajo y pondrán «todo el empeño» en favorecer una sociedad de que la todos se puedan sentir orgullosos y no quede «nadie al margen». «Lo que pertenece a todos, crece con todos juntos», ha dicho, aludiendo en este caso a una frase del excanciller alemán Willy Brandt.

Puig ha asegurado que este es «un nuevo inicio de un nuevo ciclo para la Comunitat Valenciana», ha destacado que los nuevos consellers son «un grupo de hombres y mujeres que van a trabajar intensamente para conseguir juntos lo que el pueblo valenciano necesita» y ha vuelto a incidir en la unidad del Botànic II: «El éxito solo es posible a través del equipo, esa es la única vía, será la suma de la diversidad, de las convicciones, de las esperanzas».

INSTITUCIONES «DEL PUEBLO, NO DE LOS PARTIDOS»
Además, ha indicado que este Consell es consciente de que hay cinco millones de valencianos que miran a la Generalitat como «escudo protector» y trabajará para todos y cada uno de ellos. Es un gobierno que nace de un acuerdo político, ha admitido, pero «la base de ese acuerdo es que las instituciones son del pueblo, no de los partidos políticos», y, por tanto, las instituciones deben «referenciarse en los ciudadanos, en todos, al margen de sus convicciones e ideas».

El ‘president’ ha reconocido que ahora la sociedad no es la misma que en 2015, ya que «se han reparado muchos derechos», pero «queda tanto por hacer, queda casi todo por hacer», ha advertido. Ha saludado al delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, y al alcalde de València, Joan Ribó, para aludir a la necesaria cooperación institucional y ha resumido la filosofía con la que vuelve a arrancar el Consell en «humildad, responsabilidad y diálogo».

Humildad, ha dicho, porque nadie tiene «el patrimonio de la verdad», responsabilidad porque «hay que estar a la altura de los ciudadanos» y diálogo que debe ser «la herramienta fundamental para tomar decisiones».

RETOS DE FUTURO
«Tenemos retos impresionantes a los que hacer frente», ha subrayado, y ha citado la lucha contra el cambio climático y la transición ecológica, la creación de empleo y la mejora de su calidad, la garantía de una vivienda digna y la sostenibilidad del Estado del Bienestar, además del impulso de la innovación en el nuevo modelo productivo.

Si hay una ambición colectiva, ha subrayado, que liderará la vicepresidenta Oltra, es «acabar con el terrorismo machista», ha destacado el presidente ante el aplauso de los presentes, destacando el carácter feminista de un Consell paritario por segunda vez en la historia: «Sin igualdad no hay democracia».

Asimismo, ha incidido en que este es un gobierno que trabajará por la cohesión social, «para que todas comarcas se sientan identificadas con un proyecto común», y que se basa en los valores humanistas, de la Ilustración, la razón, y, en definitiva, que tiene como base la «igualdad, libertad y fraternidad».

Fuente: (EUROPA PRESS)

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Comunicado del Ayuntamiento de Villamanín tras el conflicto por el Gordo de la Lotería de Navidad

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Villamanín lotería
Villamanín-ARCHIVO

Villamanín vive días de máxima tensión vecinal tras el sorteo del Gordo de la Lotería de Navidad del pasado 22 de diciembre. Lo que inicialmente fue una explosión de alegría y celebración se ha transformado en un profundo conflicto interno que ha llevado al Ayuntamiento de Villamanín a emitir un comunicado oficial para intentar frenar la fractura social que atraviesa el municipio.

El origen del problema está en la venta de más papeletas que décimos adquiridos, una situación que ha provocado enfrentamientos entre vecinos, acusaciones cruzadas y una división sin precedentes en esta pequeña localidad leonesa.

Un premio que acabó dividiendo al pueblo

El número 79432, agraciado con el primer premio de la Lotería de Navidad, lejos de unir a Villamanín, ha generado una auténtica “guerra” interna. Vecinos del municipio aseguran que el pueblo “ha quedado roto”, no tanto por la pérdida económica —cuantificada en unos cuatro millones de euros— sino por la dureza del enfrentamiento social que se ha producido a raíz de lo ocurrido.

El pasado 26 de diciembre se celebró una reunión especialmente tensa entre los portadores de papeletas premiadas y la comisión de fiestas, integrada por una decena de jóvenes y tres adultos, responsables de la gestión de las participaciones. El encuentro acabó con el municipio completamente dividido y con un fuerte desgaste personal para algunos de los implicados, especialmente jóvenes de entre 18 y 25 años.

Propuestas para resolver el conflicto

Durante esa reunión se pusieron sobre la mesa distintas alternativas para intentar minimizar el daño económico. La primera propuesta planteaba que uno de los décimos comprados a nombre de la comisión se destinara a cubrir parte del desfase, asumiendo el resto de la pérdida entre todos los vecinos, lo que suponía una reducción aproximada del 6 % del premio, unos 5.000 euros por persona.

Finalmente, la presión vecinal llevó a la comisión a entregar sus propios décimos y participaciones, e incluso se llegó a reclamar aportaciones de familiares. De esta forma se lograron dos millones de euros, que han sido depositados en los juzgados.

Según el acuerdo alcanzado, los agraciados cobrarán inicialmente un 10 % menos del premio, y si antes del 22 de marzo no se presentan denuncias contra la comisión de fiestas, el resto del dinero será repartido entre los afectados. Paralelamente, se ha iniciado una recaudación de fondos para intentar cubrir el agujero económico generado.

El comunicado del Ayuntamiento de Villamanín

Ante la gravedad de la situación y la repercusión mediática del conflicto, el Ayuntamiento ha difundido un comunicado con un mensaje claro: reconducir la convivencia y frenar la escalada de enfrentamientos.

En el texto, el consistorio expresa su “pesar por la situación que se está viviendo en el municipio” y por el daño que estos hechos están causando a la imagen pública de Villamanín, subrayando que no refleja “los valores de convivencia que siempre han caracterizado al pueblo”.

El Ayuntamiento recuerda además que las participaciones fueron gestionadas por la comisión de fiestas, un grupo de vecinos que actúa de manera voluntaria y sin vinculación directa con la institución municipal. Aun así, el consistorio se ofrece a facilitar el diálogo, mediar entre las partes y poner a disposición espacios municipales si ello contribuye a alcanzar una solución pacífica.

Llamamiento a la convivencia y al respeto

El comunicado finaliza con un mensaje de agradecimiento a los vecinos que están manteniendo una actitud de respeto en un momento especialmente delicado y con la esperanza de que Villamanín pueda superar esta crisis y recuperar la normalidad social.

Mientras tanto, el llamado ya como “el antigordo” sigue dejando huella en un pueblo que pasó en cuestión de días de celebrar la suerte a enfrentarse a uno de los episodios más duros de su historia reciente, demostrando que, en ocasiones, la lotería también puede traer consecuencias amargas.

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