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Fallas

#Exaltació18 | La emotiva imposición de bandas a la Corte de Honor al detalle

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Llegaba el momento más esperado y el más protocolario. La Banda Municipal interpretaba ‘El Paso Doble Fallero’ y acto seguido la imponente y ya más que reconocible voz en off cobra especial importancia, ya que se convierte en el hilo conductor de la Exaltación.

La voz de Rafael Martí Monforte, componente de la comisión Ángel del Alcázar-José Maestre, más conocida como “El Cid” y presenta a Rocío Gil Uncio y a su Corte de Honor con el emblemático “Valencians i valencianes! De naiximent o dret! Estants o habitants de la ciutat de València! És hora de que els fallers vos presentem a la nostra Regina per a rendir-la els honors que sa distinció mereix… Pel conjunt de virtuts que atresora i que la fan digníssima portadora de nostra més alta representació, rindam homenatge d’amor i pleitesia a la Fallera Major de València (…)”

En ese momento comienza a sonar la ‘Suite Fallera Mayor’ del maestro Francisco Grau Vergara, quien compuso en 2003 las nuevas Suites que acompañan a las Falleras Mayores de Valencia y sus Cortes de Honor, y que sólo pueden ser utilizadas para el desfile de nuestras máximas representantes.

Tras ello, han desfilado emocionadas, ilusionadas y marcando el ritmo las componentes de la Corte de Honor que miraban sonrientes al público presente con la intención de grabar ese momento en sus retinas, en el siguiente orden según las nombra la voz en off señalando ‘Senyoreta…’: Silvia Vicent Cifuentes, Mireia Bazaga Veintimilla, Laura Fabra Tapia, Lucia Serrano Morales, Meritxell Soler Costa, Noelia Ibáñez Castro, Estefania Mestre Garrido, Marta Sahuquillo Sáez, Marta Sobrino Martínez, María Urios Martí, Alicia Andrés Salguero y Lucía Villalba Morales.

Todas ellas han mostrado una gran complicidad con el Presidente de Junta Central Fallera (JCF), Pere Fuset, en el momento de la imposición de bandas sobre el escenario del Palau.

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Fotos: JCF

La función de los pajes y portadores de las bandas han recaído en Carla Gil y Rubén Gil, la hermana de Rocío que ha sido la encargada de llevar la banda de Fallera Mayor de València 2018 y su primo que ha tenido la importante tarea de sacar el ramo de flores y el cojín de la ‘Cadira d’Or’.

Con su Corte ya en el escenario, llegaba el turno de la Fallera Mayor de València. Precedida por los maceros de la ciudad, y con la sala puesta en pie, Rocío Gil desfilaba serena pero emocionada, con el brillo de las lágrimas en sus ojos, por el pasillo de la Sala Iturbi, saludando a su paso. El alcalde de València, Joan Ribó, escoltaba su paso hasta llegar al escenario, donde se le ha impuesto la banda que la acredita como la máxima representante de la fiesta fallera de 2018.

Luciendo ya la banda, Rocío Gil, saludaba de nuevo desde el centro del escenario con cariño y buscando la complicidad de la mirada de su familia, ubicados en primera fila, así como de las Componentes de su Corte de Honor.

Finalizada la ‘Suite Fallera Mayor’ Rocío Gil se sentaba en la anhelada ‘cadira d’or’ que preside el escenario, para dar paso a la recepción de canastillas de flor llegadas de instituciones oficiales y festivas como forma de reconocimiento y homenaje.

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GALERÍA| El emotivo encuentro de la Corte de 1998

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Corte de Honor 1998
Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia 1998-OFFICIAL PRESS

El pasado sábado, trece mujeres se reunieron para celebrar un evento cargado de recuerdos y emociones. Estas mujeres, que en 1998 fueron elegidas como Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia, se reencontraron 26 años después para rememorar uno de los momentos más significativos de sus vidas.

La Corte de Honor 1998

Corte y Fallera Mayor de Valencia 1998-Foto: JUNTA CENTRAL FALLERA

Inés Fresneda, Merche Ballester, Loles Fernández, Vicky Martínez, Gloria Torres, Victoria Bayarri, Auxi Pérez, Teresa Moret, Mª José Romero, Mónica Taberner, Marigi Usano, Vanessa Arnal y Susana Remohí fueron las representantes del mundo fallero en 1998.

Un año inolvidable

Para estas mujeres, el año 1998 marcó un antes y un después. Ser elegidas para formar parte de la Corte de Honor y, especialmente, ser nombrada Fallera Mayor de Valencia, es un honor que pocas pueden experimentar. Durante aquel año, compartieron experiencias únicas, desfiles, actos oficiales y una conexión especial que las unió de por vida. Las Fallas, más que una fiesta, son una tradición que tiene el poder de crear lazos profundos y duraderos entre quienes las viven intensamente.

Un reencuentro cargado de emociones

El reencuentro se celebró con una comida a la que asistieron no solo las trece integrantes de la Corte de 1998, sino también sus padres, parejas y los más pequeños. Este encuentro permitió que cada una compartiera cómo había cambiado su vida desde aquel entonces, y cómo la experiencia de ser parte de la Corte de Honor había influido en sus trayectorias personales y profesionales.

Aunque no todos los padres y parejas pudieron asistir, ya que la vida inevitablemente se lleva a personas queridas, la reunión fue un homenaje a los momentos compartidos y a aquellos que ya no están. Las ausencias fueron sentidas profundamente, pero también se celebró la alegría de poder reencontrarse y recordar juntos aquellos días especiales.

Las Fallas: Una tradición que une y transforma

Las Fallas son mucho más que una celebración; son una manifestación cultural que une a las personas y transforma vidas. Para estas trece mujeres, ser parte de la Corte de Honor no solo les dio la oportunidad de representar a Valencia y su tradición, sino que también les proporcionó una experiencia compartida que ha perdurado a lo largo de los años.

Durante la comida, se compartieron anécdotas, risas y, cómo no, algunas lágrimas de nostalgia. Cada una recordó con cariño los momentos vividos juntas, desde los preparativos hasta los actos oficiales, pasando por los momentos únicos que solo pueden vivir ellas y apoyo mutuo. Las Fallas de 1998 no solo las unieron como compañeras, sino como amigas que han mantenido el contacto y la conexión a lo largo de más de dos décadas.

Un vínculo inquebrantable

El reencuentro de la Corte de 1998 es un testimonio del poder de las Fallas para crear vínculos duraderos. Para estas mujeres, la experiencia de ser parte de la Corte de Honor fue un momento que marcó sus vidas de manera profunda y significativa.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998 es una muestra más de cómo las Fallas pueden cambiar vidas y unir a las personas en una experiencia compartida de celebración, cultura y tradición. Aunque el tiempo pase y las circunstancias cambien, los lazos creados en torno a esta fiesta tan especial permanecen fuertes y significativos.

La capacidad de unir personas

Este reencuentro no solo fue una oportunidad para recordar el pasado, sino también para celebrar el presente y mirar hacia el futuro con la esperanza de seguir compartiendo momentos inolvidables. Las Fallas, una vez más, demostraron su capacidad para unir a las personas y transformar vidas, creando recuerdos que perduran para siempre.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998, en imágenes:

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