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Valencia

Ford pacta con los sindicatos compensaciones para trabajadores a partir de los 53 años

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Archivo/EFE/Kai Försterling

València, 3 JUL (OFFICIAL PRESS-EFE).-

La dirección de Ford y los sindicatos han alcanzado este miércoles un acuerdo respecto al expediente de regulación de empleo (ERE) planteado por la multinacional en la factoría de Almussafes (Valencia), que contempla compensaciones para los trabajadores que causen baja y hayan cumplido un mínimo de 53 años este 2024.

Según ha informado UGT, el sindicato mayoritario en la factoría, el acuerdo contempla indemnizaciones adicionales para las salidas voluntarias de empleados con antigüedad superior a los 5 años que oscilan entre los 20.000 y los 40.000 euros.

UGT admite que la empresa «transitará hasta mayo de 2027 con un excedente de 1.000 personas» y lo hará con un ERTE rotativo hasta final de año y desde enero de 2025 con un «mecanismo» especial que dispondrá el Gobierno de España, con el «acompañamiento» de la Generalitat.

«Ante esta nueva situación, la empresa debe entender que ha de aumentar el complemento salarial del ERTE que estamos negociando y que esperamos cerrar mañana mismo», señala UGT en un comunicado remitido a los trabajadores, al que ha tenido acceso EFE.

En dicho comunicado se detalla un plan de indemnizaciones al que se podrán acoger todos los empleados de Ford España en Almussafes nacidos desde el 1 de enero de 1961, salvo aquellos que tengan contrato temporal, de relevo o de acceso a la jubilación parcial.

Para los empleados de hasta 54 años cumplidos en el momento de la baja se ha acordado una indemnización equivalente a 45 días por año de servicio con un máximo de 42 mensualidades de salario bruto anual más el complemento de antigüedad a 30 de junio de este año y gratificaciones especiales.

Para los trabajadores que decidan dejar la empresa de forma voluntaria, y que tengan una antigüedad superior a 5 años, se establece una indemnización adicional de 40.000 euros brutos para aquellos que se inscriban antes del 31 de julio, de 30.000 si lo deciden antes del 15 de septiembre y 20.000 antes del 31 de octubre.

Los empleados de 53 años que salgan de la empresa recibirán el 75 % del salario mensual hasta el mes que cumplan 57 años y el 80 % hasta que cumplan 62.

El porcentaje es el mismo para los de 54 años, pero el 75 % del salario hasta los 57 y el 80 % hasta los 63 años.

Los que tengan 55 años recibirán el 80 % del salario hasta los 57 años y el 85 % hasta los 64 años; y el mismo porcentaje pero extendido hasta los 65 años en el caso de los empleados que tengan 56 años cumplidos en 2024.

Los de 57 o más recibirán el 85 % del salario regulador mensual hasta que cumplan 65 años.

El acuerdo entre empresa y sindicatos incluye una tabla donde se recogen las indemnizaciones compensatorias para los empleados que no hayan cumplido 55 años en el momento de la baja.

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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