Cultura
Gloria Tello: «La política debería de ser el arte del entendimiento»
Publicado
hace 5 añosen

Buscando en Internet descubrimos que Gloria Tello Company nació en el marinero barrio del Cabanyal un 22 de marzo del 1978. Que es activista, socióloga y política valenciana, actualmente diputada provincial en València, concejala del Ayuntamiento de València por Compromís, responsable de las delegaciones de Recursos Culturales, Bienestar Animal y Patrimonio Histórico y Artístico, así como Presidenta del Palau de la Música de València y de la Mostra de València. Con un currículum semejante le hemos preguntado qué le falta por hacer en política, sobre el panorama cultural valenciano, sobre la Covid 19, sus próximos retos y sobre la vida en general. Esto es lo que nos ha contado.

-Teniente de Alcalde, Coordinadora General del área de Cultura y Concejala de Bienestar Animal, Presidenta del Palau de la Música de Valencia y de la Mostra de Cine de Valencia… ¿Me dejo algún cargo?
Bueno, algunos cargos se han actualizado, como los de teniente de alcalde y coordinadora del área para asumir una nueva e ilusionante responsabilidad: diputada provincial en València, desde el inicio de la actual legislatura.
Pero así es, mis principales responsabilidades en el Ayuntamiento se centran en las competencias de Patrimonio Histórico, Cultura y Bienestar Animal, incluyendo la presidencia del Palau de la Música y de la recuperada Mostra de Cine.
–¿Cómo es Gloria Tello en su vida no política?
Últimamente me queda poco tiempo libre para dedicarle a esa vida. Pero soy una persona que disfruta de las pequeñas cosas que me ayudan a desconectar del día a día. Creo que cuidar de la familia de mis dos gatos, y de los buenos amigos es también cuidar de nosotros mismos.
Cuando la situación sanitaria nos lo permita, me encanta escaparme a Fanzara, pueblo pequeñito del Alto Mijares, donde me reencuentro con una parte de mí misma. Además, nunca faltan mis gatos, una de mis grandes pasiones.
-¿Cómo llegaste a la política?
Bueno, para empezar yo entiendo la política como algo que va mucho más allá de la representación en las instituciones. La política es también comprometerte con tu barrio, tu ciudad y formar parte de espacios de reivindicación ciudadana.
En ese sentido, mi aportación en la lucha de Salvem el Cabanyal, mano a mano con mis vecinos y vecinas, con el objetivo de defender uno de los barrios más emblemáticos de València, podría considerarse un comienzo político. Dar el paso de trabajar por y para todos ellos desde el Ayuntamiento fue solo la continuación de un compromiso siempre a favor de los más débiles.
-La Covid 19 está afectando nuestra vida por completo. Uno de los sectores más afectados es el de la Cultura. ¿Hay “vacuna” para la crisis cultural que vivimos? ¿Cómo se puede ayudar a esta sector en plena pandemia?
Efectivamente, los diferentes sectores culturales están siendo unos de los más golpeados por esta nueva crisis económica derivada de la crisis sanitaria. Y digo nueva, porque muchos aun no habían salido del impacto de la crisis económica anterior. Hablamos de un sector en el que prevalecen las pequeñas empresas y los autónomos y esta realidad, unida a que los ingresos de estos profesionales dependen de las actividades que realicen, han provocado que el sector de la cultura sea efectivamente uno de los más castigados.
No creo que haya una ‘‘vacuna’’ como tal que solucione todos los problemas que este sector padece, pero sí pueden tomarse decisiones desde las instituciones que ayuden a paliar este impacto y a dignificar el trabajo de tantos y tantas profesionales en nuestra ciudad. Desde el Ayuntamiento de València venimos aprobando en los últimos meses un gran plan de rescate en ese sentido. Así, recientemente hemos aprobado una línea extraordinaria de ayudas dirigidas tanto al sector de las industrias, empresarios y autónomos, como asociaciones, que asciende a los 2.5 millones de euros. Una convocatoria extraordinaria que se suma a la convocatoria anual de subvenciones para proyectos culturales en la ciudad, que también hemos adaptado con el objetivo de flexibilizar los plazos y requisitos de acceso en este año tan complicado.
Además, también hemos iniciado compra pública de obras de arte, mediante dos llamamientos abiertos, la Crida per l’Art y Crida pel Patrimoni, que han tenido muy buena acogida en el sector.
Por último, la reprogramación de prácticamente todas las contrataciones artísticas que teníamos comprometidas tanto desde el Ayuntamiento como desde el Palau de la Música van también en la línea de no dejar de lado a las industrias culturales de nuestra ciudad.
Aún así, yo creo que la ‘‘vacuna’’ más efectiva a largo plazo para apoyar al tan amplio sector cultural debe pasar fundamentalmente por dos elementos: primero, conseguir transmitir y asentar la idea de que la Cultura es segura.
«La crisis sanitaria que estamos sufriendo como sociedad es gravísima, pero las decisiones deben ser también proporcionadas y adecuadas a sus características esenciales. Y si algo se ha venido demostrando este último año ha sido que los espacios culturales, véase museos, teatros, salas de conciertos o galerías, son espacios que han sabido adaptarse perfectamente a las medidas de prevención sanitarias y que constituyen espacios seguros para la ciudadanía.»
En segundo lugar, e íntimamente relacionado con lo primero, es esencial reivindicar la cultura como un derecho de los vecinos y vecinas. Por eso desde el Ayuntamiento hemos apostado decididamente por la continuación de la programación cultural, adaptada a todas las medidas sanitarias decretadas por la autoridad competente. Yo estoy convencida de que la Cultura no solo es una herramienta educativa y económica importantísima, sino, además, es un derecho que debe garantizarse de manera accesible y descentralizada.
-Uno de los temas más complicados que tienes sobre la mesa es buscar una solución a la Sala Escalante… ¿Qué va a pasar con la compañía, el edificio…?
Tenemos un espacio sobre el que estamos trabajando para ubicar el Teatre Escalante. En unos días Presidencia de la Diputación, área de Patrimonio y área de teatros de la Diputación nos reuniremos para evaluar y proyectar las posibilidades de este lugar. Ribes albergará actividades de Teatre Escalante, espectáculos de formato más pequeño como por ejemplo el menut teatre
-La crisis sanitaria está causando un gran daño al mundo de las Fallas.
Así es. La pandemia ha implicado la suspensión, al menos en su formato presencial, de todas las fiestas propias de nuestra ciudad. Desde las fiestas de Sant Antoni del Porquet, del barrio de Sagunto, hasta las fiestas más internacionales y patrimonio de la Humanidad, como son las Fallas.
Por eso es más importante que nunca subrayar la importancia de las instituciones públicas como garante y sustento de todos los sectores culturales y económicos de nuestra ciudad, sobre todo en los peores momentos. Porque sin un sector público potente y del lado de la ciudadanía, no podremos superar los daños que esta crisis está causando sobre la Cultura.
-Martín Soler, nacido en València, hizo sombra a Mozart en Viena y en su ciudad natal tiene una pequeña calle que lleva su nombre. Lo mismo sucede con la familia Iturbi. Somos una tierra que es cuna de cultura (especialmente en pintura y música) y da la sensación de que damos la espalda a esos artistas que marcaron grandes hitos. En otros lugares estás figuras tendrían plazas, bustos, y grandes avenidas ¿Por qué no se valora más lo nuestro?
Se suele decir de los valencianos que a veces no valoramos como toca todo el potencial propio que tenemos como sociedad. Y que en el caso de la Cultura es extenso y digno de enorgullecernos.
Por eso debe ser un compromiso de las instituciones la puesta en valor de nuestra materia prima más preciada. El ejemplo de la familia Iturbi creo que es paradigmático. José y Amparo Iturbi constituyen referentes musicales a nivel internacional de primer orden. Y por ello, tanto desde la Diputación de València como desde el Palau de la Música y del Ayuntamiento, hemos potenciado más que nunca su figura. No solo a través del Concurso Internacional de Piano en su honor, sino situando a Iturbi como figura central de la programación musical de primer nivel del Palau de la Música, en su temporada 20/21 y de una completa exposición que los ciudadanos pueden ahora mismo visita en la Sala de exposiciones del Ayuntamiento de Valencia.
-¿Cuál es el reto político más importante que tienes sobre la mesa ahora mismo?
Dentro de mis competencias en cultura, quizás el reto más importante sea finalizar las obras y poner en marcha toda una red de espacios culturales, en diferentes distritos de la ciudad, como son:
- El futuro Museo de la Mar, en la Casa dels Bous del Cabanyal
- La Alquería de Albors, en el barrio de Orriols
- La Nave 3 de Ribes en el Parque Central
- El centro cultural de la calle de la Reina, 121
- El Escorxador en el Cabanyal
- El Chalet de Aben al Albbar
- El proyecto de la muralla con su centro de interpretación
- Locales para destinarlos a creación artística en la calle Maldonado.
-La bronca política siempre ha estado presente pero desde fuera da la sensación de estar viviendo un momento político de crispación. A veces el ciudadano no sabe si está viendo las noticias o el Sálvame.
Son lamentables algunas imágenes y momentos que se producen en política de enfrentamientos y crispación gratuita. Derivada, en muchos casos, de la polarización que algunos partidos extremistas parece que quieren trasladar al tablero político. Una polarización que, además, no existe en la sociedad, donde conviven pacíficamente diferentes maneras de pensar y creer.
Yo siempre he creído en la política honesta, que no solo implica no meter la mano, sino también construir un discurso coherente que reconoce al adversario político como actor legítimo, con el que, además, es perfectamente posible y positivo llegar a acuerdos. De hecho, la aprobación del Plan de Reconstrucción de la Ciudad en València, con el apoyo de todos los partidos con representación en el Pleno, a excepción de los extremistas, es un buen ejemplo de la política honesta que debemos practicar.
La política, en mi opinión, debería de ser el arte del entendimiento.
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Cultura
Muere a los 55 años Esther Uria, actriz de ‘Hospital Central’ y ‘Cuéntame cómo pasó’
Publicado
hace 11 horasen
28 octubre, 2025
El mundo de la interpretación y la cultura vasca llora la pérdida de Esther Uria, actriz y pedagoga donostiarra conocida por sus papeles en series de televisión tan emblemáticas como Hospital Central, Cuéntame cómo pasó, Doctor Mateo o El comisario.
La intérprete falleció el pasado jueves 23 de octubre a los 55 años, en el Hospital Donostia, tras sufrir una breve enfermedad que sorprendió a familiares, compañeros de profesión y antiguos alumnos.
Su muerte ha provocado un hondo pesar en el sector audiovisual y educativo, donde era muy querida por su doble faceta como actriz y docente.
Una artista con alma de educadora
Nacida en San Sebastián, Esther Uria se formó en Arte Dramático y dedicó buena parte de su vida a unir dos de sus grandes pasiones: el teatro y la educación.
En el escenario, destacó por su talento natural, su versatilidad y su compromiso con los textos clásicos y contemporáneos. Participó en obras como La cacatúa verde y La importancia de llamarse Ernesto, donde demostró una sólida técnica interpretativa.
Su rostro también se hizo familiar en la pequeña pantalla, con participaciones en algunas de las series más populares de la televisión española.
Entre ellas, Cuéntame cómo pasó, El comisario, Doctor Mateo y Hospital Central, donde interpretó a personajes secundarios cargados de humanidad y cercanía.
Una nueva etapa dedicada a la investigación y la enseñanza
En 2008, en el punto álgido de su carrera artística, decidió dar un giro radical y retomar sus estudios universitarios. Su inquietud intelectual la llevó a obtener el Premio Extraordinario en Educación Especial y la Licenciatura en Psicopedagogía con Premio Fin de Carrera.
Posteriormente, cursó un Máster de Formación del Profesorado en Secundaria (2012) y una beca internacional en la Universidad de Victoria (Canadá) para desarrollar una tesis sobre el teatro como herramienta pedagógica para fomentar la convivencia en las aulas.
Esa investigación culminó en 2018 con su doctorado en la Universidad del País Vasco (EHU/UPV), bajo el título:
Diseño, desarrollo y evaluación de un programa basado en las técnicas del sistema teatral para el fomento de la convivencia positiva en el alumnado de secundaria del País Vasco.
Con este trabajo, Esther Uria consolidó una línea de investigación pionera sobre el poder del teatro como motor educativo y emocional.
Teatro, pedagogía y vida: su legado
Pese a su dedicación a la docencia, Esther Uria nunca abandonó del todo los escenarios. En 2013, junto a su pareja y colaborador artístico Edu Errondosoro, estrenó la obra Cada día es solo una vez al día, un montaje íntimo y reflexivo sobre la importancia de la risa, el amor y el presente.
En una entrevista concedida a El Diario Vasco, Uria resumía su filosofía vital con una frase que hoy resuena con fuerza:
“No nos lamentamos del pasado, tenemos el presente y una forma muy positiva de vivirlo es empezar a hacerlo con humor reflexivo. Vivamos el presente con humor y amor.”
Esta obra representaba fielmente su manera de entender la existencia: optimismo, resiliencia y humanidad. A través de su trabajo, defendía que el teatro no solo debía emocionar, sino también educar y sanar.
Una figura querida en Donostia y en el ámbito cultural vasco
En el País Vasco, su figura trascendía el ámbito artístico. Esther Uria fue reconocida por su compromiso con la cultura local, la enseñanza inclusiva y la promoción del arte como herramienta de convivencia.
Sus compañeros de la Universidad del País Vasco la definen como “una mujer brillante, entusiasta y profundamente humana”.
También numerosos intérpretes que coincidieron con ella en platós y escenarios han expresado su tristeza en redes sociales, recordando su sonrisa constante, su humildad y su forma de hacer del teatro un espacio de encuentro.
El adiós a una vida dedicada al arte y la educación
La muerte de Esther Uria deja un vacío en el panorama cultural español, pero también un legado de inspiración para nuevas generaciones de actores, docentes y creadores.
Su vida fue una lección sobre cómo reinventarse sin perder la esencia, y cómo el arte puede convertirse en una herramienta de transformación personal y social.
El funeral se celebrará en Donostia-San Sebastián en la más estricta intimidad familiar, aunque sus allegados no descartan organizar más adelante un acto público de homenaje para celebrar su vida y su obra.
A los 55 años, Esther Uria se despide dejando tras de sí una huella imborrable: la de una mujer que hizo del teatro una forma de entender el mundo y del humor una forma de resistirlo.
Las tragedias de los protagonistas de la serie Hospital Central
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