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Valencia

El jefe de gabinete de Mazón será el candidato del PP a alcaldía de Barcelona

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El jefe de gabinete de Mazón será el candidato del PP a alcaldía de Barcelona
El expresidente de los populares catalanes y ahora jefe de gabinete del líder del PP en la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, Daniel Sirera. EFE/J.Martín/Archivo

Barcelona/Madrid, 9 ene (EFE).- El PPC propondrá este lunes a Daniel Sirera, expresidente de los populares catalanes y ahora jefe de gabinete del líder del PP en la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, como el candidato del partido a la alcaldía de Barcelona, una decisión que deberá ratificar la ejecutiva nacional de la formación.

La opción de Sirera como cabeza de cartel del PP para Barcelona en las elecciones municipales del próximo mes de mayo ya se puso sobre la mesa en noviembre de 2021, cuando, según explicaron a EFE fuentes del partido, el secretario general del PP de Barcelona, Josep Tutusaus, propuso oficialmente su nombre a la dirección nacional.

Ahora, la candidatura de Sirera toma definitivamente cuerpo, según ha publicado El Periódico y han confirmado a EFE fuentes populares, por lo que se despeja la última gran incógnita sobre los candidatos que optarán a la alcaldía de Barcelona, una responsabilidad a la que ya aspiran Jaume Collboni (PSC), Ernest Maragall (ERC), Xavier Trias (JxCat) o Anna Grau (Cs), además de la alcaldesa, Ada Colau (BComú).

Esta tarde, según fuentes del partido, el comité electoral autonómico del PP de Cataluña se reunirá para proponer a Sirera como candidato, una decisión que en todo caso deberá ratificar de forma definitiva la dirección nacional del partido, del mismo modo que ocurre con otros candidatos de capitales de provincia.

Fuentes de Génova señalan a EFE que, si esa es la propuesta del PP de Cataluña, el partido la ratificará y destacan de Sirera que es un «buen candidato» que «conoce el partido y la ciudad».

Daniel Sirera (Badalona, Barcelona, 1967) es licenciado en Derecho y tiene una larga trayectoria en el PP, partido con el que ha sido diputado del Parlament, concejal del Ayuntamiento de Barcelona, senador y presidente de la formación.

Sirera tomó el mando del PPC en 2007 tras la dimisión de Josep Piqué y presidió el grupo popular en el Parlament desde entonces y hasta 2010, cuando fue relevado por Alícia Sánchez-Camacho.

En 2009, un sector del PP pidió su dimisión después de que el diario Avui publicara una fotografía de un mensaje SMS enviado desde su teléfono móvil -mientras seguía el pleno del Parlament desde su escaño-, en el que se leía una crítica a su propia formación: «Este partido es una mierda».

En febrero de 2022, el presidente del PP de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, fichó a Sirera para su equipo, como director de Gabinete y Estrategias, cargo que desarrolla actualmente.

De ratificarse su candidatura en Barcelona, Sirera relevará a Josep Bou, hasta ahora presidente del grupo municipal, que fue fichado como independiente -lideraba la entidad Empresaris de Catalunya- con el aval del entonces líder del PP, Pablo Casado, como cabeza de lista del PPC por Barcelona en las municipales de 2019.

En esos comicios, la lista de Bou obtuvo dos escaños y desde entonces protagonizó diversos episodios de fricción con la dirección del PP de Barcelona.

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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