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La cuarta semana de noviembre deja una bajada de todos los indicadores covid en la Comunitat

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València, 29 nov (EFE).- La cuarta semana de noviembre se cierra con un descenso de todos los indicadores de coronavirus en la Comunitat Valenciana, sobre todo de los contagios, que bajan un 18 %, y las hospitalizaciones, que se reducen un 15 %, mientras que el descenso más tímido es el de las UCI, donde bajan un 2’42 % los pacientes.

Esta semana se ha llegado a los 102.654 contagiados desde el inicio de la pandemia, que representan el 2’05 % de la población de la Comunitat Valenciana, y se ha traspasado el umbral de los 3.000 brotes, y aunque por primera vez en noviembre bajan los fallecidos, la cifra sigue siendo alta, según los datos de la Conselleria de Sanidad consultados por EFE.

LOS CONTAGIOS: BAJAN A 1.183 DIARIOS

La Comunitat ha notificado esta semana un total de 8.282 nuevos casos positivos (4.405 en la provincia de Valencia, 3.196 en Alicante y 682 en Castellón), que es la cifra semanal más baja de noviembre y supone un descenso de 1.823 contagios y un 18 % respecto a la tercera semana del mes.

Aunque hubo un día de esta semana en que se superaron los 2.000 casos (el martes, con 2.185 contagios), la media diaria se ha situado en 1.183 casos positivos, que son 260 menos de la media de la semana anterior, lo que parece confirmar el estancamiento en la curva de contagios iniciado la semana pasada.

El porcentaje de casos activos se sitúa al cierre de esta semana en el más bajo de todo noviembre, el 13’43 %, cuando una semana antes era del 15’56 %.

LOS FALLECIDOS: BAJAN, PERO SON 147

Por primera vez en noviembre, hay un descenso en la cifra semanal de fallecidos a causa de la covid-19, si bien sigue siendo un dato alto: esta semana han muerto 147 personas, que son 10 menos y un descenso del 6’36 % sobre la anterior, pero supera por ejemplo a los fallecidos en todo septiembre (133).

Del total de decesos, 72 corresponden a la provincia de Valencia, 64 a la de Alicante y 11 a la de Castellón, mientras que 41 de los fallecidos son ancianos que vivían en residencias, que representan el 28 % del total de muertes de esta semana y son 14 más que la anterior.

Las residencias que tienen algún caso positivo de covid son ya 91, la cifra más alta desde el mes de mayo, de las que 19 están bajo el control activo de la Conselleria de Sanidad.

BAJA LA PRESIÓN HOSPITALARIA

Mientras que la semana pasada solo bajaba en una persona la cifra de ingresados con covid en planta, esta se cierra con 1.259 hospitalizados, que son 227 menos que siete días antes y suponen un descenso del 15’27 %.

A excepción del lunes, todos los días ha habido una bajada en las hospitalizaciones, hasta el punto de que la semana acaba con la cifra más baja de todo noviembre de pacientes covid en planta y podría evidenciar una tendencia de mejora en la presión hospitalaria.

En las unidades de cuidados intensivos, por primera vez en el cómputo semanal hay un descenso (ligero, del 2’42 %) en el número de pacientes, pues se cierra con 282 (siete menos que una semana antes), que es la misma cifra que había el 28 marzo.

El porcentaje de ocupación de camas UCI por pacientes covid se ha situado al final de esta semana, según los datos del Ministerio, en el 30’22 %, que es 1’4 puntos menos que la tercera semana de noviembre.

INCIDENCIA ACUMULADA: BAJA 26 PUNTOS

La incidencia acumulada a catorce días se sitúa al cierre de esta semana en 273’37 casos por cada cien mil habitantes, 26 puntos menos que siete días antes, cuando era era de 299’53.

No obstante, tienen mejores datos de incidencia que la Comunitat, además de las islas, Galicia (259), Madrid (244), Cataluña (263’99 ) y Extremadura (264’06), si bien se mantiene por debajo de la media española (307’30).

Y otro dato que ha bajado esta semana es el del número de brotes: han sido 259, frente a los 293 de la semana anterior (34 menos, un descenso del 11’60 %). La provincia con más brotes ha sido Valencia, con 150, seguida de Alicante, con 71, y Castellón, con 38.

Por Loli Benlloch

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Las frases más duras del rey Juan Carlos sobre Letizia en ‘Le Figaro’

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rey Juan Carlos Le Figaro
Rey Juan Carlos

Con aspecto cansado y apoyado en un bastón tras sus múltiples operaciones de cadera y rodilla, el rey emérito Juan Carlos I abre las puertas de su refugio en Abu Dabi al medio francés Le Figaro y rompe su silencio tras años de exilio, concediendo una entrevista que ya ha levantado polémica dentro y fuera de España.

En la conversación, el monarca reflexiona sobre su reinado, su legado y su situación actual, marcada por la soledad, la distancia de su familia y el peso de los escándalos. “Ahora que mi hijo me ha dado la espalda por obligación y mis supuestos amigos han desaparecido, veo que nunca fui libre”, confiesa.


“La democracia no cayó del cielo”

El rey emérito recuerda la Transición española como “uno de los logros más importantes de su vida” y defiende su papel como garante de la democracia.

“La democracia no cayó del cielo”, afirma, insistiendo en que “si pudo llegar a ser rey, fue gracias a Franco”.

Una declaración que sorprendió al periodista francés, quien le advirtió de la polémica que podrían generar sus palabras. Juan Carlos responde con naturalidad:

“¿Por qué mentir, si fue una persona que me hizo rey, y en realidad me hizo rey para crear un régimen más abierto?”.

Estas afirmaciones forman parte de su nuevo libro, Reconciliación, una obra de 500 páginas que se publicará el 5 de noviembre en Francia y en diciembre en España. Según el propio monarca, Felipe VI mostró su preocupación por el tono “sin filtros” del texto.

“Quienes esperen revelaciones trascendentales se sentirán decepcionados”, advierte el emérito, que asegura haber dudado antes de escribir sus memorias:
“Me di cuenta de que los hijos y nietos de mis amigos no tenían idea de quién era Franco ni de la Transición democrática. Creí necesario dar testimonio directo de lo que viví durante treinta y nueve años de servicio a mi país”.


La melancolía del exilio

Sentado entre olivos centenarios en el jardín de su residencia en la isla de Nurai —una propiedad cedida por el jeque Mohammed Ben Zayed, presidente de Emiratos Árabes—, Juan Carlos I se muestra melancólico y nostálgico.

“Verse obligado al desarraigo y al aislamiento al final de la vida no es fácil. Estoy resignado, herido por una sensación de abandono. Hay días de desesperación y de vacío”, admite.

Desde su marcha en agosto de 2020, el rey apenas ha tenido contacto con su familia, salvo con su nieto Froilán, que vive con él en Abu Dabi. Reitera que su autoexilio fue voluntario, para “no obstaculizar el buen funcionamiento de la Corona ni a mi hijo en el ejercicio de sus funciones soberanas”.

Aun así, deja entrever una fractura emocional con Felipe VI:

“Mi hijo me dio la espalda por sentido del deber. Entiendo que, como rey, deba mantener una postura pública firme, pero sufrí su insensibilidad”.

El emérito recuerda una conversación con su hijo durante la Navidad de 2020, que define como “encerrada en el silencio de la incomprensión y el dolor”.


Juan Carlos I: errores, decepciones y la “debilidad” de Corinna Larsen

Entre la nostalgia y el arrepentimiento, el monarca asume haber cometido errores.

“Soy consciente de haber decepcionado. Tengo numerosas debilidades”, confiesa, señalando que fue víctima de “errores de juicio nacidos del amor y la amistad”.

Sobre sus relaciones más controvertidas, hace una referencia directa a Corinna Larsen, a quien califica como “un grave error”.

“Fue un grave error haber aceptado el regalo de cien millones de dólares del rey Abdulá de Arabia Saudí, pero todos los procesos judiciales han sido desestimados y no se me ha imputado nada”.

Reconoce también que fue “cegado por un cierto séquito malévolo” y que confió en empresarios que lo involucraron “en un embrollo financiero que se escapó de sus manos”.


Letizia y Sofía: la otra cara de la monarquía

El rey dedica unas líneas a las dos reinas de su vida. De Sofía, habla con afecto y nostalgia:

“La llamo ‘Sofi’. Lamento que no me acompañe en mi vida en Abu Dabi”.

Sin embargo, su tono cambia al referirse a la reina Letizia.

“Tengo un desacuerdo personal con Letizia. No contribuyó a la cohesión de nuestras relaciones familiares”, admite.

Esta confesión, una de las más comentadas de la entrevista, deja entrever el distanciamiento histórico entre el emérito y la actual reina consorte, cuya llegada a la familia real marcó un cambio de estilo y tensiones en el entorno monárquico.


La herencia a Leonor y el mensaje a Felipe VI

En un tono más conciliador, Juan Carlos envía un mensaje a su hijo Felipe VI:

“España no es automáticamente un país monárquico. Es responsabilidad del rey moldear la monarquía cada día”.

También dedica unas palabras a la princesa Leonor, heredera al trono:

“Que tenga seguridad en sí misma, que cumpla con su deber con simpatía y amabilidad, que sea garante del respeto a la Constitución Española”.


“Hubo tres golpes el 23-F”

El capítulo sobre el golpe de Estado del 23-F es uno de los más reveladores. Juan Carlos I asegura que no fue un solo golpe, sino tres:

“El golpe de Tejero, el de Armada y el de los cargos electos cercanos al franquismo”.

“Alfonso Armada estuvo a mi lado durante diecisiete años. Lo quise mucho, y me traicionó. Convenció a los generales de que hablaba en mi nombre”, explica.

El monarca también recuerda que, durante sus primeros años de reinado, tuvo el poder de refrendar penas de muerte, aunque nunca tuvo que ejercerlo:

“Si hubiera dicho que no, los generales me habrían derrocado”.


“Nunca fui libre”

En el cierre de su entrevista con Le Figaro, el rey Juan Carlos hace una reflexión que resume su sentir:

“A pesar de mis problemas de movilidad y los intentos de desacreditarme, desde mi nacimiento no he sido dueño de mi destino. Di libertad a los españoles al establecer la democracia, pero nunca pude disfrutar de esa libertad para mí”.

Con esta confesión, el emérito deja claro que, a sus 87 años, se siente prisionero de su propia historia, atrapado entre el peso de su legado y las consecuencias de sus decisiones personales.

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