Salud y Bienestar
La Fe trabaja en un algoritmo para identificar a pacientes con Alzheimer
Publicado
hace 3 añosen
Los grupos de Investigación Biomédica en Imagen y de Enfermedad en Alzheimer del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe), en colaboración con el Instituto de Instrumentación para Imagen molecular de la Universitat Politècnica de València (UPV), trabajan en el desarrollo de un algoritmo que permita, de forma no invasiva, identificar a pacientes con deterioro cognitivo leve que puedan desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Cada día 21 de septiembre se conmemora el día mundial de esta enfermedad.
El objetivo del proyecto es desarrollar y validar ese algoritmo de aprendizaje profundo basado en redes neuronales que permita identificar a pacientes con enfermedades neurodegenerativas como la Enfermedad de Alzheimer, la Degeneración Frontotemporal y demencia con cuerpos de Lewy, entre un grupo de personas con Deterioro Cognitivo Leve, a través de imágenes cerebrales de Tomografía por Emisión de Positrones con Fluorodesoxiglucosa (PET FDG).
El PET FDG es una técnica no invasiva que, junto a la Inteligencia Artificial, podría reducir el número de pacientes a los que se les realizan otras mucho más invasivas como la punción lumbar, método a través del cual se obtienen biomarcadores de líquido cefalorraquídeo que permiten distinguir la enfermedad de Alzheimer en pacientes con Deterioro Cognitivo Leve.
Así, el propósito del algoritmo, sobre el cual está trabajando el personal investigador, es reducir el uso de esta técnica invasiva en pacientes que tengan una probabilidad reducida de presentar una enfermedad neurodegenerativa.
Para el desarrollo de este algoritmo de inteligencia artificial, que ha conseguido pasar de una fase experimental a una validación operacional dentro del entorno hospitalario, se ha partido de una base de datos que contiene imágenes de PET FDG llamada Alzheimer’s Disease Neuroimaging (ADNI).

Así, para el entrenamiento previo de la red neuronal se ha contado con un total de 822 sujetos de los cuales 472 presentaban la enfermedad de Alzheimer y 350 deterioro cognitivo leve. En cambio, para la fase de validación, se ha contado con una base de datos independiente conformada por 90 pacientes del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de València.
La información cuantitativa extraída de imágenes PET es muy útil para el diagnóstico y evaluación de la demencia. Sin embargo, a veces resulta compleja visualmente para los médicos, por eso la inteligencia artificial puede ser de gran apoyo para el diagnóstico y, en la actualidad, proporciona resultados satisfactorios.
En este sentido, este algoritmo que extrae y utiliza información de imágenes de PET FDG ha permitido la predicción en una etapa temprana de enfermedades neurodegenerativas en pacientes con deterioro cognitivo leve con una exactitud del 80%. Aún así, el proyecto tiene que seguir avanzando en mejoras en la exactitud de predicción y de la adaptación del software para su uso clínico.
El diagnóstico precoz es crucial, también en esta enfermedad, porque permite orientar desde el principio al tratamiento apropiado que pueda favorecer la evolución tanto a corto como a medio y largo plazo.
La Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública diagnostica una media de 20 nuevos casos de Alzheimer cada día. Se trata de una enfermedad degenerativa que afecta a la memoria y la conducta, y que incide más en las mujeres, en una proporción de 7 féminas por cada 3 varones, aproximadamente. Respecto a la edad, la mayoría de nuevos pacientes tiene más de 65 años.
La Navidad es una época llena de celebraciones, reencuentros familiares y abundantes cenas, pero también puede ser un período en el que muchas personas experimentan trastornos del sueño. A pesar de que las fiestas deberían ser sinónimo de relajación y descanso, la realidad es que el estrés, las alteraciones en la rutina y otros factores propios de la temporada pueden dificultar un sueño reparador. A continuación, exploramos las razones por las que durante la Navidad muchas personas duermen peor y cómo podemos intentar mejorar la calidad del sueño en estas fechas tan ajetreadas.
Durante las festividades, las rutinas diarias suelen verse interrumpidas. Las cenas, las reuniones familiares y los compromisos sociales pueden hacer que nos acostemos más tarde de lo habitual, lo que afecta negativamente nuestro reloj biológico. El cuerpo humano tiene un ciclo natural de sueño y vigilia que puede desajustarse fácilmente cuando cambiamos nuestros horarios de descanso. Al no seguir un horario regular de sueño, es más probable que nos sintamos cansados o que tengamos dificultades para dormir.
Aunque la Navidad es sinónimo de alegría para muchos, también puede generar estrés. Las compras de último minuto, las celebraciones familiares, la planificación de viajes y la presión por cumplir con todas las expectativas sociales pueden causar ansiedad. Esta tensión emocional puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la capacidad del cuerpo para relajarse y conciliar el sueño. Las preocupaciones sobre los regalos, las cenas o incluso los compromisos laborales pueden mantener nuestra mente activa durante la noche, dificultando el descanso.
Las cenas y comidas abundantes son parte esencial de las celebraciones navideñas, pero la cantidad y el tipo de alimentos consumidos pueden influir negativamente en la calidad del sueño. El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares puede aumentar la actividad digestiva durante la noche, provocando molestias estomacales y dificultando que el cuerpo entre en un estado de relajación necesario para dormir. Además, el alcohol, aunque inicialmente pueda inducir somnolencia, interrumpe los ciclos de sueño y reduce la calidad del descanso, lo que puede provocar despertares frecuentes a lo largo de la noche.
Durante las fiestas navideñas, muchas personas disminuyen su nivel de actividad física debido a las vacaciones o a las celebraciones. El ejercicio regular es esencial para un sueño saludable, ya que favorece la relajación del cuerpo y la liberación de endorfinas. Sin embargo, en Navidad, el sedentarismo aumenta debido a la cantidad de tiempo que pasamos en reuniones o en actividades que no requieren esfuerzo físico. Esto puede dificultar la conciliación del sueño, ya que el cuerpo no está lo suficientemente cansado para descansar de manera profunda.
Las visitas a familiares o la llegada de familiares a nuestra casa también pueden alterar nuestro entorno de descanso. Dormir en un lugar diferente al habitual o compartir espacio con otras personas puede generar incomodidad y dificultar el sueño. Además, la decoración navideña, con luces brillantes y colores llamativos, puede interferir con el ambiente relajante necesario para dormir bien. Las luces intensas, como las de los árboles de Navidad o las decoraciones externas, pueden alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
La Navidad es una época cargada de estímulos visuales, auditivos y emocionales. Las luces brillantes, la música festiva y el bullicio de las reuniones familiares pueden mantenernos en un estado de alerta constante. Este exceso de estímulos puede dificultar que nuestra mente se relaje antes de acostarnos, retrasando la conciliación del sueño. Además, el ruido generado por las celebraciones o los fuegos artificiales puede interferir en un descanso tranquilo y reparador.
En invierno, los días son más cortos y la exposición a la luz natural disminuye, lo que puede alterar la producción de melatonina y afectar nuestro ritmo circadiano. Este desajuste de la luz natural y artificial, sumado a los cambios en los horarios durante las festividades, puede dificultar la sincronización de nuestro reloj biológico y empeorar la calidad del sueño. El aumento del uso de pantallas electrónicas (como smartphones, tabletas y televisores) por la noche también puede inhibir la producción de melatonina debido a la luz azul emitida por estos dispositivos.
A pesar de que la Navidad puede traer consigo una serie de factores que afectan el sueño, hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso durante estas fechas:
La Navidad puede ser una época de mucha diversión y alegría, pero también puede alterar nuestros hábitos de sueño debido al estrés, la interrupción de las rutinas, la comida y la bebida en exceso, y la sobrecarga de estímulos. Para disfrutar de unas fiestas más relajadas y descansar mejor, es fundamental prestar atención a las necesidades de nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que nos ayuden a mantener la calidad del sueño.
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