VALÈNCIA, 13 Nov. (EUROPA PRESS) – Agentes de la Guardia Civil de Valencia, pertenecientes a tres unidades de investigación, han evitado el secuestro de un empresario valenciano al que una organización especializada en robos con violencia en domicilios ya había instalado un dispositivo de seguimiento en su vehículo y tenía pensado el lugar al que llevarle. El grupo, formado por cinco mujeres y nueve hombres de nacionalidades española y rumana y de entre de 20 y 47 años, estaba planificando el secuestro de este empresario en el garaje de su domicilio.
Así lo han dado a conocer en rueda de prensa el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia, Amador Sánchez Escalada; el subdelegado del Gobierno en Valencia, José Roberto González Cachorro y el teniente de Policía Judicial coordinador de la operación, José Palacios.
Palacios ha explicado que fue precisamente tener conocimiento de este intento de secuestro lo que llevó a la fase de explotación de la operación, que había arrancado ya en junio. Los agentes detectaron el lugar al que iba a ser llevada esta persona y el vehículo en el que iban a transportarla, hecho que hizo «precipitar» la actuación de la Guardia Civil para «preservar la integridad física» del empresario.
Tras concluir la operación, el empresario ha sido informado de los hechos para que supiera las circunstancias y saber si había detectado «algún tipo de seguimiento». Esta persona ha confirmado a los agentes que «había visto alguna cosa rara» pero «nunca había podido asociar que se podía trata de un secuestro» hacia él, según ha detallado Palacios.
CERRAJERO PROFESIONAL Y GPS
El grupo desarticulado estaba «altamente especializado» en el robo de viviendas, tanto con fuerza como con violencia con sus moradores dentro, hasta el punto de que contaba con un cerrajero profesional para «minimizar» el tiempo de acceso a las casas, además de un sistema de seguimiento para controlar los movimientos de los moradores de los domicilios.
En total, se les atribuyen 15 robos (en Manises, Benaguasil, l’Eliana, Benicàssim, Alzira, Benidorm, Valencia, y Navarra), nueve de ellos en casas habitadas donde se llegó a ejercer violencia sobre los moradores, principalmente agresiones para tratar de descubrir si tenían caja fuerte al no hallar la cantidad de joyas o dinero que pensaban que había.
Asimismo, obtenían información previa por diferentes fuentes y seguían «de forma minuciosa» a sus posibles víctimas para establecer sus rutinas y cometer los hechos en los horarios más favorables. Una vez tenían todo listo, un miembro de la organización especializado en cerrajería abría las viviendas y daba acceso a otros componentes para cometer los robos y apoderarse de todos los elementos de valor de los domicilios. Mientras esto sucedía en el interior, otros integrantes establecían dispositivos de vigilancia en el exterior.
El grupo estaba «perfectamente estructurado» entre los que controlaban a las víctimas (con tecnologías GPS), los que robaban (se protegían con máscaras para evitar ser identificados) y los receptores para dar salida a los objetos al mercado, uno de ellos establecido en Navarra, para protegerse y que no pudiera haber rastro de las joyas robadas.
En la operación se han llevado a cabo once registros –diez en Valencia y uno en Navarra–, donde los agentes han intervenido un dispositivo de seguimiento, un taser artesanal, dos pistolas detonadoras, una estrella Ninja, piedras preciosas y joyas, móviles, tablets, ordenadores, pasamontañas, siete kilos de marihuana y 12.000 euros en efectivo. Además, los agentes se han incautado de cuatro vehículos, una furgoneta y han bloqueado 28 cuentas bancarias y ocho bienes inmuebles.
A los detenidos se les investiga por su implicación, en distinto grado, en delitos de pertenencia a organización criminal, robos con fuerza y violencia, receptación, defraudación de fluido eléctrico, tráfico de drogas, apropiación indebida y tentativa de secuestro.
PELIGROSIDAD
El coronel Sánchez Escalada ha explicado que con esta intervención se ha conseguido desmantelar un grupo organizado «con la peligrosidad que eso que lleva consigo» ya que actuaba sobre viviendas habitadas y las personas integrantes «iban subiendo su nivel de cualificación». «No son robos usuales si no con utilización de medios técnicos y sofistificados por cómo lo llevaban a efecto», ha descrito.
«Este tipo de robos pueden desembocar en cualquier circunstancia, desde el robo», que según ha dicho sería lo «menor», a la lesión o muerte a los moradores. En esta línea se ha pronunciado el subdelegado del Gobierno, quien ha destacado la importancia de la operación porque se trata de delitos que generan «mucha inseguridad ciudadana» y crean una «alarma importante».
De igual modo, el responsable de la investigación ha recalcado la «especialización técnica» de los detenidos al contar con el profesional cerrajero y con tecnología con dispositivos de seguimiento GPS para controlar a sus víctimas. En un momento de la investigación, se percataron de que daban «un salto en sus delitos y comenzaban a preparar secuestros».
En el caso del empresario valenciano, detectaron que se habían producido seguimientos y control de movimientos, y posibilidad de que «tuvieran un objetivo de balizamiento en su vehículo», así como el lugar al que iba a ser llevado y el vehículo en el que iban a hacer el traslado, «lo que llevó precipitar la actuación para preservar la integridad física».
Con los datos extraídos, los agentes esperan esclarecer nuevos delitos. Los detenidos han pasado a disposición del Juzgado número de Lliria (Valencia).
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