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Salud y Bienestar

La relación entre salud intestinal y estado de ánimo: más fuerte de lo que crees

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Salud intestinal y estado de ánimo

Durante años, se creyó que el intestino era un órgano exclusivamente digestivo. Sin embargo, la ciencia ha revelado algo sorprendente: tu estado de ánimo puede depender en gran medida de lo que ocurre en tu sistema digestivo. La conexión entre la salud intestinal y el bienestar emocional es tan estrecha que muchos expertos llaman al intestino “el segundo cerebro”.

El eje intestino-cerebro: una autopista de señales

La comunicación entre el intestino y el cerebro ocurre a través de una red llamada eje intestino-cerebro. Esta red incluye el nervio vago, el sistema inmune y la microbiota intestinal (el conjunto de microorganismos que habitan nuestro tracto digestivo).

Cuando la microbiota está equilibrada, no solo mejora la digestión, sino que también regula la producción de neurotransmisores clave como la serotonina, la dopamina o el GABA, que influyen directamente en el estado de ánimo, el sueño y la ansiedad.

🔍 Dato curioso: ¡Hasta el 90% de la serotonina se produce en el intestino!

Microbiota intestinal y emociones: ¿cómo se relacionan?

Un desequilibrio en la microbiota —también llamado disbiosis intestinal— puede provocar inflamación, debilitar el sistema inmune y generar un impacto directo en la salud mental. Varios estudios han asociado la disbiosis con trastornos como:

  • Ansiedad

  • Depresión

  • Estrés crónico

  • Cambios de humor

Además, las personas con enfermedades digestivas como el síndrome de intestino irritable (SII) suelen presentar también síntomas de ansiedad y depresión, lo que refuerza aún más esta conexión bidireccional.

Señales de que tu intestino puede estar afectando tu ánimo

  • Cambios repentinos en el estado de ánimo sin causa aparente

  • Fatiga persistente o niebla mental

  • Desequilibrios digestivos frecuentes (gases, hinchazón, diarrea o estreñimiento)

  • Bajos niveles de motivación o apatía

  • Problemas para dormir

Si te sientes identificado con varios de estos síntomas, puede ser útil mirar hacia tu alimentación y tu salud intestinal como parte del abordaje emocional.

Cómo cuidar tu salud intestinal (y tu bienestar emocional)

  1. Alimenta tu microbiota: prioriza alimentos fermentados (kéfir, yogur, kimchi), frutas, verduras y fibra soluble.

  2. Evita el exceso de ultraprocesados: azúcares refinados y grasas trans alteran negativamente la microbiota.

  3. Gestiona el estrés: la meditación, el yoga o simplemente caminar pueden reducir el impacto del estrés en tu sistema digestivo.

  4. Duerme bien: el descanso adecuado favorece tanto el equilibrio emocional como el digestivo.

  5. Consulta con profesionales: si los síntomas persisten, considera visitar a un nutricionista o médico integrativo.

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Salud y Bienestar

¿Sueles tener los pies fríos? Estas son las enfermedades que pueden estar detrás

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pies fríos causas
Análisis de pies - ULE - Archivo

VALÈNCIA, 11 Dic. (EUROPA PRESS) – El Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha resaltado que problemas circulatorios, neuropatía periférica, enfermedad de Raynaud, hipotiroidismo o anemia son algunas enfermedades que pueden generar sensación de pies fríos, así como el tabaquismo. Estas son las causas.

La causa más común: problemas circulatorios

En primer lugar, la patología más común es tener problemas circulatorios. “Esta patología suele progresar de forma silenciosa con la edad y la insuficiencia venosa dificulta el retorno de la sangre al corazón. Las venas pierden elasticidad y tienen dificultades para hacer subir la sangre contra la gravedad. Este estancamiento venoso enfría progresivamente los pies y provoca sensación de pies fríos”, ha explicado el podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV, Jorge Escoto.

La arteriosclerosis, el endurecimiento de las arterias, también reduce su capacidad para transportar sangre caliente a las extremidades. Para ayudar a evitar los pies fríos por problemas circulatorios, los podólogos recomiendan estimular la circulación con ejercicios sencillos como flexionar los dedos de los pies o rotar los tobillos.
Estos movimientos activan la bomba muscular y favorecen el retorno venoso, evitando el círculo vicioso de que cuanto más frío se siente, menos se mueve la persona, ralentizando aún más la circulación.
Junto a ello, es “importante” eliminar hábitos tóxicos como el tabaquismo, ya que fumar endurece, inflama y obstruye las arterias.

Enfermedad de Raynaud: ataques isquémicos transitorios

En segundo lugar, la enfermedad de Raynaud es otra patología que podría estar detrás de esta sintomatología. Se trata de un ataque isquémico transitorio, es decir, un periodo breve en el que se detiene el flujo de sangre hacia los pies por obstrucción de las arterias, generando sensación de frío en los miembros inferiores.

En quienes la padecen, la llegada del frío acentúa la enfermedad: los vasos sanguíneos se contraen, los pies pueden verse blanquecinos o azulados, y aparece entumecimiento. Para aliviar los síntomas, el ICOPCV aconseja realizar ejercicios, usar medias que favorezcan la circulación y reducir la nicotina en personas fumadoras.

También se recomienda evitar braseros y fuentes de calor directo, ya que los cambios bruscos de temperatura agravan la clínica. Es esencial apostar por calzado con buena capacidad de aislamiento térmico y calcetines de lana de merino durante el invierno.

Neuropatía periférica: pies fríos que no están fríos al tacto

Otra enfermedad que genera sensación de pies fríos es la neuropatía periférica, originada por daño en los nervios que detectan la temperatura.
“Es importante destacar que, en estos casos, los pies se sienten fríos, pero al tocarlos en realidad no lo están. Esto es muy común en personas diabéticas y, por ello, se deben extremar las precauciones”, ha explicado Escoto.

La neuropatía reduce la capacidad para percibir calor o frío reales, lo que incrementa el riesgo de quemaduras o congelaciones sin que la persona lo perciba. Por este motivo, se recomienda:

  • Revisar los pies regularmente.

  • Evitar braseros y fuentes de calor directo.

  • Optar por baños con agua tibia.

  • Realizar revisiones podológicas periódicas para controlar el estado de las uñas, el calzado y las ortesis plantares.

  • No caminar descalzo y examinar los pies a diario en busca de cortes, ampollas o enrojecimiento, usando un espejo o ayuda familiar de ser necesario.

Además, es fundamental secar correctamente los espacios interdigitales, hidratar la piel y realizar un masaje suave tras el lavado diario.

Hipotiroidismo y anemia: patologías sistémicas que también enfrían los pies

Por último, tener los pies fríos de forma constante puede ser consecuencia de hipotiroidismo o anemia.

En el hipotiroidismo, la glándula tiroides no produce suficientes hormonas T3 y T4, esenciales para controlar el metabolismo y la producción de calor en las células. Esto provoca frialdad y sequedad en los pies.

En la anemia, la deficiencia de hierro limita la oxigenación y la capacidad del cuerpo para generar calor, produciendo una circulación sanguínea deficiente.

Escoto subraya la importancia de que los podólogos formen parte de unidades multidisciplinares, ya que una consulta podológica puede detectar patologías sistémicas o, a la inversa, muchas enfermedades generales tienen manifestaciones en los pies que requieren atención especializada.

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