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Les Corts presenta la Ley de derechos y garantías de la dignidad de la persona en la atención al final de la vida

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La consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, Carmen Montón, ha presentado en Les Corts Valencianes el proyecto de Ley de derechos y garantías de la dignidad de la persona en el proceso de atención al final de la vida, el primer texto normativo que específicamente regula esta materia en la Comunitat Valenciana.

El texto, que fue aprobado por el Consell el pasado mes de diciembre, inicia ahora la tramitación parlamentaria, tras una etapa de amplio debate y participación que incluyó las propuestas de una veintena de expertos, así como las aportaciones la ciudadanía, colegios profesionales, sociedades científicas, asociaciones y organizaciones sindicales.

La Comunitat Valenciana se suma así a otras autonomías -Andalucía, Aragón, Canarias, Navarra, Galicia, Baleares, País Vasco y Madrid-, con una ley cuyo objetivo es «regular el ejercicio de los derechos de la persona en el proceso final de su vida, para garantizar el respeto a su dignidad y autonomía, a la expresión de sus deseos y valores, y a velar por la calidad de su vida durante ese proceso, dentro del marco legal», en palabras de Carmen Montón.

La ley, que garantiza el principio de seguridad jurídica, propone consolidar el derecho a morir con dignidad como derecho de ciudadanía y contempla que el paciente pueda planificar con detalle el final de su vida, con el asesoramiento profesional que necesite.

A juicio de la titular de Sanidad, «facilitar la posibilidad de morir sin sufrimiento y en paz a quien así lo haya decidido, en el ejercicio de su libertad individual, es un requisito irrenunciable».

Por ello la ley habla de respetar el lugar que se elija para morir, ya sea el hospital -con la garantía de disponer de habitación individual- o el domicilio particular -con el acompañamiento del personal sanitario-. Con consuelo espiritual si se precisa y escogiendo el tipo de cuidados sanitarios cuando la situación sea irreversible.

SEGURIDAD PARA LOS PROFESIONALES
La ley no solo garantiza la dignidad de la persona en el proceso final de la vida, sino que da respuesta a las situaciones de inseguridad que se generan en el entorno del personal sanitario que ha de adoptar las decisiones correspondientes. Así, el texto recoge los deberes que ha de cumplir el personal de los centros sanitarios y sociales, públicos y privados, así como las aseguradoras.

Como ejemplo, el personal sanitario deberá dejar constancia del proceso en la historia clínica y respetar las decisiones del paciente, ya se expresen estas a través del consentimiento informado o en instrucciones previas.

Con especial atención se abordan los deberes del personal sanitario respecto de la limitación de las medidas de soporte vital. Como ha explicado Carmen Montón, «se busca evitar la llamada obstinación terapéutica y decidir la retirada o no de estas medidas de manera consensuada entre el equipo asistencial, la persona enferma y sus representantes».

«Los cuidados en la atención de las personas al final de la vida no acortan ni prolongan la vida, sino que adecuan el tratamiento al objetivo primero y principal de aliviar el sufrimiento», ha añadido.

La consellera ha subrayado que este proyecto de ley, que también atiende las necesidades específicas de las personas en situación de incapacidad y los menores de edad, «no trata, en absoluto, de regular la eutanasia o el suicidio asistido» y contempla la posibilidad de acudir a los comités de bioética para clarificar y resolver conflictos de valores.

Tras asegurar que «no podemos considerar que una vida es digna si no tenemos la posibilidad de morir con dignidad», la consellera ha finalizado su intervención subrayando que esta nueva ley garantizará el respeto de los valores éticos de la persona al final de la vida, a través de las voluntades anticipadas y la planificación anticipada de decisiones.

Por último, ha destacado que supone un gran avance en la atención integral paliativa, al garantizar la formación en cuidados paliativos de todo el personal implicado en la atención al paciente al final de la vida.

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Consumo

Comunicado de Airbnb

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Airbnb
Airbnb

Airbnb rechaza el listado de Consumo y critica el auto del TSJM

Airbnb ha manifestado su «firme oposición» al procedimiento llevado a cabo por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, tras conocerse este lunes un auto del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que insta a la plataforma a eliminar 5.800 anuncios de pisos turísticos.

La compañía denuncia el uso de una «metodología indiscriminada» en la elaboración del listado de anuncios presuntamente ilegales, que formaría parte de una serie de resoluciones remitidas por Consumo, y ha confirmado que continuará recurriendo las decisiones judiciales por considerar que «están en desacuerdo con las normativas españolas y europeas».


Airbnb defiende la legalidad de su plataforma

Un portavoz de Airbnb ha explicado que el Ministerio de Consumo «no es competente para hacer cumplir regulaciones turísticas» y que ha enviado un listado que incluye anuncios con licencia y otros que, según la plataforma, «podrían no necesitarla, como los arrendamientos de temporada».

Además, ha afirmado que Consumo ha ignorado resoluciones del Tribunal Supremo que aclaran que no todos los anuncios de Airbnb están obligados a mostrar un número de registro. Según la sentencia del Supremo de enero de 2022, la obligación recae sobre el prestador del servicio turístico, no sobre la plataforma de intermediación.


Airbnb se acoge a la Ley de Servicios Digitales

La compañía ha insistido en que actúa conforme a la Ley de Servicios Digitales europea, y que no tiene obligaciones de supervisión activa sobre el contenido publicado por los usuarios. En esta línea, recuerda que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó en diciembre de 2019 que Airbnb es un servicio de la sociedad de la información, y no un agente inmobiliario, por lo que su función es la de intermediación.

Este argumento es clave en la defensa de la plataforma, que reitera que los anfitriones son responsables de cumplir con las leyes locales y de que los anuncios incluyan la información necesaria cuando así se requiera.


Consumo ya ha notificado más de 65.000 anuncios

En los últimos meses, el Ministerio de Consumo ha remitido a Airbnb tres resoluciones diferentes en las que notificó un total de 65.935 anuncios supuestamente ilegales. El auto conocido este lunes por parte del TSJM corresponde a la primera de esas resoluciones, que obliga a retirar 5.800 anuncios concretos.

El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha calificado esta decisión como una «gran victoria» en defensa del derecho a la vivienda y ha afirmado que se trata de un «aval claro a la labor del ministerio» en su objetivo de proteger a los consumidores.

Respecto a las otras dos resoluciones, el Ministerio espera que la justicia se pronuncie en la misma línea, aunque reconoce que la plataforma «habrá recurrido» también estos casos.


Airbnb recuerda sus políticas de cumplimiento

En relación con sus procedimientos, Airbnb ha recordado que siempre informa a los anfitriones de la necesidad de cumplir las leyes locales antes de publicar sus anuncios. La plataforma exige a los usuarios que certifiquen que cuentan con los permisos necesarios y les recuerda de forma periódica que revisen la normativa aplicable.

Esto se deja claro en los Términos de Servicio y los usuarios que no cumplan con las políticas pueden ser eliminados de la plataforma”, ha indicado el portavoz.

Además, aclaran que no todos los alojamientos publicados en la web corresponden a viviendas turísticas. También se incluyen apartamentos turísticos, hoteles, hostales o arrendamientos de temporada, modalidades que no están sujetas a las mismas obligaciones que el alquiler vacacional de corta duración.


Colaboraciones recientes con gobiernos regionales

Para demostrar su voluntad de cooperación, Airbnb ha puesto en valor sus recientes acuerdos con gobiernos autonómicos como los de Islas Canarias, Región de Murcia y el Consejo Insular de Ibiza, con el objetivo de fomentar un modelo de turismo sostenible. Según la plataforma, estas iniciativas son ejemplos de que «Airbnb quiere trabajar junto a las autoridades locales para crear un sistema equilibrado y beneficioso para todas las partes implicadas».


¿Por qué considera Consumo que los anuncios son ilegales?

La Dirección General de Consumo ha detallado tres motivos principales por los que considera que los anuncios detectados en Airbnb incumplen la normativa vigente:

1. Falta de número de licencia

Una gran parte de los anuncios analizados no incluyen el número de licencia o registro obligatorio, exigido por varias normativas autonómicas. Esta omisión constituye, según el Ministerio, la infracción más frecuente en la publicidad alojada en la plataforma.

2. Falta de información sobre el arrendador

Otro incumplimiento recurrente es que no se identifica la naturaleza jurídica del arrendador. Es decir, no se especifica si quien alquila es un particular o un profesional, algo fundamental para determinar si el contratante está protegido por la legislación de consumo.

3. Licencias no válidas o falsificadas

Consumo también denuncia la presencia de anuncios con números de licencia falsos o inválidos, es decir, no expedidos por ninguna autoridad oficial. Esta práctica puede ser considerada engañosa o fraudulenta, ya que puede inducir a error a los usuarios que creen estar alquilando alojamientos legales.


Conclusión: choque entre Airbnb y Consumo por el control del alquiler turístico

El conflicto entre Airbnb y el Ministerio de Consumo refleja un choque de competencias y de interpretaciones legales sobre cómo debe regularse el alquiler turístico en España. Mientras Consumo insiste en la necesidad de más transparencia y legalidad en las plataformas, Airbnb reivindica su papel como intermediario tecnológico, sin responsabilidad directa sobre el contenido que publican los anfitriones.

La decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid marca un punto de inflexión en la batalla judicial entre la administración y las plataformas digitales, y podría sentar precedente para el control del mercado de alquiler turístico en España.

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