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Felipe VI: «Las instituciones debemos ser ejemplo de responsabilidad»
Publicado
hace 4 añosen
Este es el discurso íntegro del Rey Felipe VI:
Buenas noches,
Mis primeras palabras en esta Nochebuena quiero dedicarlas a quienes vivís en la isla de La Palma y estáis pasando, desde hace tres meses, una situación tan dolorosa y difícil. El volcán os ha dejado a muchos sin hogar, sin medio de vida y a todos nos ha llenado de tristeza.
Hoy nuestro corazón y nuestro pensamiento siguen con vosotros. Nos sentimos muy cerca y sabéis que tenéis nuestra solidaridad y que contáis con el trabajo y el compromiso de todas las Administraciones para que podáis reconstruir, cuanto antes, vuestras vidas, vuestra economía, y rehacer así vuestros proyectos con ilusión.
El año pasado, en mi mensaje de Navidad, compartí con vosotros la necesidad de hacer un gran esfuerzo colectivo que nos permitiera superar la COVID-19, con la esperanza puesta en la ciencia y especialmente en las vacunas.
Un año después —y siempre con toda la prudencia necesaria— la situación es diferente. Hemos avanzado sustancialmente en la lucha contra la pandemia gracias al descubrimiento y autorización de las vacunas, al gran número de españoles que se ha vacunado así como al propio proceso de vacunación en nuestro país, del que podemos sentirnos especialmente satisfechos.
Aun así, estamos viendo que el virus todavía tiene la capacidad de hacernos daño, de muchas maneras. Se vuelve a transmitir muy rápidamente y, por tanto, el riesgo no ha desaparecido. Al contrario. Por ello, debemos seguir teniendo cuidado, protegernos y actuar con la mayor responsabilidad individual y colectiva. Todos tenemos que hacer lo posible para no dar pasos atrás en esta crisis sanitaria que tanto sufrimiento ha causado; y a cuyas víctimas recordamos, especialmente, en estas fechas. Y nuevamente al personal sanitario —en estos momentos— les damos inmensas gracias, con todo nuestro apoyo y ánimo.
También en este último año muchos ciudadanos continúan padeciendo las consecuencias sociales, económicas y también emocionales derivadas de la pandemia. Por una parte, nuestra economía ha vuelto a crecer y a recuperar la gran mayoría de los puestos de trabajo que se habían visto temporalmente suspendidos; y la cifra de ocupados evoluciona a un ritmo realmente positivo. Pero por otra, ha aumentado el número de personas en situación de vulnerabilidad, y hoy en día existe preocupación en muchos hogares por la subida de los precios, el coste de la energía o por las dificultades para encontrar un empleo estable, especialmente para los jóvenes.
Y junto a todo ello, es verdad que en el mundo es un hecho que los países dependemos, cada vez más, los unos de los otros; y que se requieren soluciones a nivel mundial para muchos de los desafíos que compartimos, como es el caso de la salud, que exige una colaboración internacional más eficaz y más reforzada.
También, las nuevas tecnologías están cambiando los tradicionales modos de producción de las empresas y por tanto influyen en el concepto mismo del trabajo, tal y como siempre lo habíamos conocido; la ciencia avanza, y para bien, pero está modificando muchos aspectos de nuestras vidas personales y en comunidad. A la vez observamos cómo, en ocasiones, se ponen a prueba nuestras convicciones, nuestros valores o se ven afectados nuestros principios de organización social y de convivencia en libertad.
Estos son algunos ejemplos de los retos que tenemos por delante y que muestran los tiempos tan complicados que vivimos; tiempos que nos obligan a permanecer muy alerta en un escenario, sin duda, lleno de incertidumbres y de contrastes.
Ante esta situación ¿qué hacer?, ¿tenemos que dejarnos llevar por el pesimismo?; ¿debemos caer en el conformismo, esperando que los problemas se resuelvan por sí solos? Yo creo que no.
Creo, por el contrario, que debemos reaccionar: Debemos entender y asumir las nuevas transformaciones que —de manera tan acelerada— estamos viviendo, tomar la iniciativa e intentar ir por delante de los acontecimientos; y debemos igualmente adaptarnos rápidamente a los cambios, teniendo siempre claros nuestros grandes objetivos y prioridades como país. Porque también es un tiempo de nuevos proyectos, de nuevas ideas y oportunidades; de iniciativas llenas de ambición por mejorar y progresar.
Todos deseamos una sociedad avanzada en lo económico y social, con empleo estable y digno, y con un Estado del Bienestar sólido; queremos una sociedad que siga impulsando la igualdad entre hombres y mujeres, que favorezca el progreso individual y social; y aspiramos —por supuesto— a que sea puntera en tecnología, en innovación, que esté en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático y plenamente comprometida con la sostenibilidad de nuestro planeta y su equilibrio medioambiental.
Creo sinceramente que los desafíos que tenemos por delante representan para España, como para muchas otras naciones, una auténtica encrucijada; pero son sin duda una oportunidad histórica, incluso una exigencia para ponernos al día, para actualizar y modernizar nuestro país, manteniéndonos firmes en nuestros principios democráticos y en los valores que inspiran nuestra convivencia. Porque en lo que hagamos o decidamos de ahora en adelante está en juego que podamos seguir progresando junto a las naciones más avanzadas o que perdamos el paso en nuestro camino.
Y en esa gran tarea, las instituciones tenemos la mayor responsabilidad. Debemos tener siempre presente los intereses generales y pensar en los ciudadanos, en sus inquietudes, en sus preocupaciones, estar permanentemente a su servicio y atender sus problemas. Debemos estar en el lugar que constitucionalmente nos corresponde; asumir, cada uno, las obligaciones que tenemos encomendadas; respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral.
Para todo ello, el entendimiento y la colaboración son actitudes necesarias que dignifican las instituciones; más aún, las fortalecen, porque generan la confianza de los ciudadanos. Y las diferencias de opinión no deben impedir consensos que garanticen una mayor estabilidad, mayor bienestar en los hogares y den la necesaria tranquilidad a las familias ante su futuro.
Pero sin duda, también la sociedad tiene que desempeñar un papel esencial en estos tiempos de cambio. Las circunstancias, muchas de ellas nada fáciles, que nos ha tocado vivir, sobre todo a lo largo de estos últimos 40 años, nos han forjado como una sociedad fuerte y responsable; y enormemente solidaria, como hemos comprobado desde el comienzo de esta pandemia. Son nuestros valores cívicos, junto al talento, la vitalidad y la energía que tenemos en la industria, en los servicios o el campo, los que deben estar muy presentes en la construcción de nuestro futuro.
Si sabemos adónde nos queremos dirigir, también debemos ser conscientes de dónde venimos:
El cambio tan profundo de España en estas más de cuatro décadas de democracia y libertad ha sido extraordinario, y no ha sido fruto de la casualidad. Se ha basado en el esfuerzo y el sacrificio de muchas personas, de millones de españoles. Y se ha debido a muchas razones: sentido de la historia, grandes acuerdos, generosidad, responsabilidad y visión de futuro.
Ese gran proyecto de transformación lo simboliza y representa nuestra Constitución, con la que nos integramos plenamente en las modernas democracias occidentales y cuyo espíritu nos convoca a la unidad frente a la división, al diálogo y no al enfrentamiento, al respeto frente al rencor, al espíritu integrador frente a la exclusión; nos convoca permanentemente a una convivencia cívica, serena y en libertad.
La Constitución ha sido y es la viga maestra que ha favorecido nuestro progreso, la que ha sostenido nuestra convivencia democrática frente a las crisis, serias y graves de distinta naturaleza, que hemos vivido, y merece por ello respeto, reconocimiento y lealtad.
Y nuestro futuro como país va muy de la mano de la Unión Europea; así lo entienden mayoritariamente los españoles. Europa fue una aspiración y un objetivo, y hoy es una gran realidad política, económica, social y cultural, en la que compartimos con nuestros socios nacionales europeos unos mismos valores democráticos que nos ofrecen un marco institucional de estabilidad, de seguridad, y de confianza. Y también de nuevas oportunidades.
Hemos visto como la lucha contra la pandemia, con toda su complejidad, ha reforzado a la propia Unión, que ha asumido compromisos muy importantes —sin precedentes— en salud, economía y empleo. Y ahora la Unión se abre a la oportunidad de invertir fondos europeos en la modernización de nuestro país y de nuestras empresas, en una economía necesariamente cada vez más digital, más verde y más inclusiva. Es una ocasión única que no podemos desaprovechar.
El momento es difícil, desde luego, pero detenernos hoy es quedarnos atrás; es retroceder. Hay que seguir adelante porque la Historia nos enseña que los españoles hemos sabido cómo reaccionar y sobreponernos ante las adversidades. Ahora se abre ante nosotros un futuro que nos exige ─a todos─ responsabilidad, voluntad de colaborar y entendernos; y necesita —ese futuro— que confiemos más en nuestras propias fuerzas como Nación. Y no tengo duda de nuestro compromiso, de nuestra capacidad; y de que, con decisión, con empuje y carácter, lo conseguiremos.
No me extiendo más, pero recordemos que esta noche también hay muchas personas velando por nuestra salud, por nuestra seguridad y tranquilidad, y garantizando los servicios públicos… Todos ellos, merecen nuestro reconocimiento y que les tengamos especialmente presentes en estas fechas.
Gracias por vuestra atención; y con la paz y la alegría que esta noche representa, junto a la Reina y nuestras hijas la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, os deseo a todos que tengáis una muy feliz Navidad y Año Nuevo.
Eguberri On, Bon Nadal, Boas Festas.
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¿Pueden multarte por no llevar la baliza V16 en Navidad?
Publicado
hace 10 horasen
19 diciembre, 2025
Tráfico priorizará la información a los conductores durante las fiestas antes de imponer multas por no usar la señal luminosa V16
A pocos días de la Navidad y con millones de desplazamientos previstos por carretera, muchos conductores se preguntan si pueden ser multados por no llevar la baliza V16, el nuevo dispositivo luminoso que sustituirá definitivamente a los triángulos de emergencia. La respuesta, al menos durante estas fechas, es tranquilizadora: la Guardia Civil de Tráfico aplicará un criterio flexible y dará prioridad a la información frente a la sanción.
Aunque la obligación legal de portar la baliza V16 entrará en vigor el 1 de enero de 2026, la Agrupación de Tráfico ha anunciado que durante el periodo navideño los agentes no sancionarán de forma inmediata a los conductores que no utilicen este dispositivo en caso de avería o accidente. El objetivo es facilitar una transición progresiva y evitar confusión entre los usuarios de la vía.
Qué es la baliza V16 y por qué será obligatoria
La baliza V16 es una señal luminosa de emergencia con luz destellante y conectividad, diseñada para colocarse en el techo del vehículo sin necesidad de salir al arcén. Su función principal es señalizar un vehículo detenido y enviar automáticamente su ubicación a los sistemas de tráfico, reduciendo así el riesgo de atropellos.
Este nuevo sistema sustituirá por completo a los triángulos reflectantes, cuyo uso ha estado relacionado con numerosos accidentes mortales. Según datos de Tráfico, entre 25 y 30 personas fallecen cada año tras bajar del vehículo para colocar la señalización tradicional.
¿Qué vehículos están obligados a llevar la baliza V16?
De acuerdo con el Reglamento General de Vehículos, deberán llevar obligatoriamente la baliza V16:
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Turismos
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Furgonetas
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Autobuses
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Camiones
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Vehículos mixtos
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Conjuntos de vehículos no especiales
En el caso de las motocicletas, su uso no es obligatorio, aunque la DGT recomienda encarecidamente llevarla por motivos de seguridad.
Multa por no llevar la baliza V16: importe y criterios
La sanción por no portar la baliza V16 está considerada infracción leve y conlleva una multa de hasta 80 euros, la misma cuantía que por no llevar los triángulos de preseñalización. Con pronto pago, la sanción se reduce a 40 euros.
No obstante, el jefe provincial de Tráfico de Madrid, Cristóbal Cremades, ha subrayado que el enfoque inicial será pedagógico. “No se trata de multar, sino de hacer un uso razonable de la nueva tecnología. Primero informaremos y, pasado un tiempo, si no se cumple la obligación, habrá que sancionar”, explicó.
Cremades también reconoció que el mercado puede estar “saturado” en los primeros días, pero confió en que “poco a poco, como siempre, la sociedad española cumplirá con esta obligación legal”.
Un cambio pensado para salvar vidas
Desde Tráfico insisten en que la implantación de la baliza V16 no tiene un fin recaudatorio, sino mejorar la seguridad vial. Gracias a su conectividad, estos dispositivos permitirán que la presencia de un vehículo averiado aparezca en los navegadores y paneles de información, alertando al resto de conductores con antelación.
“Los triángulos han cumplido su función durante muchos años, pero ahora se sustituyen por un sistema más seguro. La efectividad de la baliza V16 se verá con el tiempo”, concluyó Cremades.
🔸 Qué balizas V16 son legales según la DGT
Solo las balizas homologadas y conectadas podrán utilizarse desde 2026. Estos dispositivos deben disponer de un certificado de ensayo, donde se indique el laboratorio que realizó las pruebas y su número de informe. Además, deben garantizar una autonomía mínima de 18 meses y estar siempre guardadas en el interior del vehículo, preferiblemente en la guantera.
La DGT mantiene publicada una lista oficial de modelos homologados, que incluyen conexión automática con la plataforma DGT 3.0, permitiendo localizar en tiempo real cualquier vehículo inmovilizado en la vía.
Según Ana Blanco, subdirectora de Circulación de la DGT,
“La baliza V16 conectada es el mejor ejemplo de cómo la conectividad puede salvar vidas en carretera”.
🔸 Por qué las balizas antiguas dejarán de ser válidas
Muchas tiendas aún comercializan balizas sin conexión, etiquetadas como “homologadas por la DGT”, pero estas quedarán obsoletas el 31 de diciembre de 2025. Su uso tras esa fecha supondrá una infracción leve, sancionada con 200 euros, ya que no transmitirán la ubicación del vehículo a la red de alertas de tráfico, incrementando el riesgo de accidente.
🔸 Cómo reconocer una baliza V16 legal
Antes de comprar una baliza, la DGT recomienda verificar que esté incluida en el listado oficial y que indique expresamente la conectividad DGT 3.0 o tecnología IoT. También conviene desconfiar de precios demasiado bajos o de productos sin número de informe visible en el envase.
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