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Valencia

Muere Miguel Valor, exalcalde de Alicante y exdirigente provincial y autonómico del PP

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Muere Miguel Valor
El exalcalde de Alicante, Miguel Valor.Archivo/EFE/ Morell

Alicante, 11 feb (OFFICIAL PRESS- EFE).- El ex alcalde de Alicante y ex dirigente provincial y autonómico del Partido Popular, Miguel Valor, ha fallecido este domingo a los 79 años de edad.

Valor (Alcoy, 1945) tuvo una gran trayectoria política en la administración provincial y autonómica, casi siempre vinculada a la cultura, que culminó a finales de 2014 con la llegada a la alcaldía de la ciudad de Alicante tras la dimisión de Sonia Castedo.

El político alcoyano comenzó su aventura en la política en UCD como concejal de Deportes del Ayuntamiento de Alcoy de 1979 a 1983 y, posteriormente, fue diputado de Cultura y Deportes de la Diputación Provincial de Alicante de 1983 a 1991.

Durante la década de los 90 desempeñó el cargo de Secretario Provincial del PP en Alicante, puesto que compaginó con el de Diputado de las Cortes Valencianas.

De 1995 a 2007 fue concejal del Ayuntamiento de Alicante, Vicepresidente de la Diputación Provincial y Diputado de Cultura y Deportes.

También fue teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Alicante y concejal de cultura (2007-2014). Tras la dimisión de Castedo, Miguel Valor fue elegido nuevo alcalde con el respaldo de su grupo municipal, manteniendo además los cargos de edil de Cultura y presidente del Patronato Municipal de Turismo y Playas.

Muere Miguel Valor

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha querido expresar, a través de sus redes sociales, sus condolencias a la familia de Miguel Valor.

“Toda su familia del Partido Popular lamentamos su pérdida. Gran alcoyano y defensor de la cultura de su provincia”, señaló Mazón.

El actual alcalde de Alicante, Luis Barcala, también se ha despedido en las redes sociales de Valor, al que definió como “un ejemplo como político”.

“Compañero, buena persona y siempre el mejor consejero que se pueda tener”, señaló Barcala, quien confesó estar “profundamente afectado” por el fallecimiento de Valor.

“Fue un orgullo para los alicantinos que fuera su alcalde y yo, personalmente, siempre agradeceré el cariño y respeto con el que me trató”, añade Barcala en su escrito.

El alcalde destaca la “entrega total” del político alcoyano al servicio a los demás, destacando su labor al frente del área de Cultura.

“Hoy hemos perdido a un gran hombre, de aquella vieja escuela, donde el respeto de los demás se ganaba a pulso y se mantenía con el ejemplo”, sentenció el alcalde alicantino.

También el presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, elogió este domingo la trayectoria de Miguel Valor.

“Fue un gran servidor público desde los inicios de la democracia y hasta 2015”, dijo el máximo dirigente provincial, que recordó la extensa trayectoria política de Valor en las diferentes administraciones.

“Creo que como diputado de Cultura es cuando más a gusto se encontró. Miguel Valor puso los cimientos de toda la oferta cultural y museística que tiene la provincia. Estaba empeñado en que la cultura estuviera al alcance de todos”, indicó Pérez, quien recordó que Valor fue impulsor de museos como el Museo de las Bellas Artes Gravina (MUBAG) o el Museo Arqueológico de la provincia de Alicante (MARQ).

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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