MADRID, 23 Sep. (CHANCE) –
Pablo Heras Casado está en uno de los mejores momentos de su vida y es que a la estabilidad emocional que ha encontrado al lado de Anne Igartiburu hay que sumarle que no para de cosechar éxitos a nivel profesional. En esta ocasión el director de orquesta presentó su libro autobiográfico ‘A prueba de Orquesta’ con el que intenta acercar el mundo de la música clásica a un público diferente.
PABLO HERAS CASADO PRESENTA SU LIBRO ‘A PRUEBA DE ORQUESTA’
CHANCE: Cuéntanos un poco, ¿Por qué este libro ahora?
Pablo Heras Casado: El libro ha sido una propuesta de Espasa, hace un par de años vinieron a proponerme esta aventura. Tengo la suerte de poder contar a través de mi trayectoria con la música cómo llega a vivir con la música, cómo llega uno a ser algo tan extraño como es un director de orquesta. A través de ese viaje hablar de música, divulgar, en un libro que está hecho sin pretensiones de ser un tratado sobre música. Pero sí hablar de asuntos musicales importantes y también otros más anecdóticos de las diferentes etapas de mi vida. Es para mí una oportunidad estupenda para acercar la música quizás a un público que no es el que frecuenta las salas de conciertos o los escenarios de óperas.
«YO VENGO DE UNA FAMILIA HUMILDE, EN LA QUE NO HABÍA DISCOS DE MÚSICA CLÁSICA»
CH: Además también un poco para desmitificar ciertos mitos que rodean a la música clásica. Por ejemplo el de la figura del director.
P.H.C: Exactamente. Hay muchos mitos alrededor de la música clásica, en realidad alrededor de cualquier cosa que tenga cierta complejidad y que tenga un cierto componente intelectual. Y esto es un error que quizás otras generaciones se han esforzado en crearse un aura. Hoy día nosotros tenemos que ocuparnos de que sea lo contrario. Lo que hacemos es producto de lo más esencial del ser humano, es maravilloso y tiene que estar al alcance de todo el mundo. Yo vengo de una familia humilde, en la que no había discos de música clásica. De una manera muy natural hice mi camino en la música sin mayores pretensiones que descubrir yo mismo, y he tenido el acompañamiento siempre de mi familia en ese sentido.
CH: Claro, porque parece que los genios de la música de niños solo estudiaban música, y tú eres una persona muy sociables.
P.H.C: Exactamente. Me tomo mis cervezas, mi moto, mi amigos* yo no he sacrificado nada de lo que la vida me ofrecía. Pero sí que además de eso encontraba tiempo para estudiar piano, ir a la facultad de historia del arte* tener una pasión por algo y lo insertas dentro de tu vida. Pero mi vida ha sido una vida de disfrutar mucho y vivir cada etapa a fondo.
«MIS PADRES DECIDIERON HIPOTECARSE, COMPRAR UN PIANO A UN NIÑO QUE PODÍA HABERSE QUITADO EL CAPRICHO»
CH: Y el papel fundamental de tus padres, que apostaron, que creyesen en ti.
P.H.C: Mis padres pienso que son los protagonistas principales de este libro, porque es gracias a ellos, y a ellos les dedico el libro, que creyeron en mí sin perseguir. Ellos me daban la libertad y responsabilidad de decir ‘es lo que has elegido, hazlo y hazlo en consecuencia’. Y decidieron hacer ese esfuerzo enorme, era hipotecarse, comprar un piano a un niño que podía haberse quitado el capricho. Pero bueno, yo creo que su vida era ofrecer a sus hijos todo lo que tenían y darle oportunidades, y ahí acertaron. Y siempre incluso en momentos en los que he dejado de lado otras cosas, a pesar de que no comprendieran muy bien, han respetado y han estado detrás apoyándome. Esto es muy importante y una enseñanza muy grande.
CH: Yo creo que también he podido ahí observar tu personalidad de ‘jeta’. Has sabido tú siempre sacarte las castañas del fuego, yendo a un programa de televisión, un concurso, llamando a todos los gobiernos…
P.H.C: Sí, sí. No soy una personalidad de ser el más caradura del grupo ni ser el más popular de la clase, y he tenido cierta timidez en algunas épocas. Pero si había algo que me permitiera dar un paso más o conseguir otra cosa lo hacía, fuera lo que fuera. Y hoy en día todavía si hay algo que yo pueda hacer aunque se salga un poco de mi cuaje o de lo que se supone que tengo que hacer, si lo puedo hacer yo lo hago yo directamente.
CH: Traspasando a veces la ilegalidad, como alquilar furgonetas sin carnet de conducir.
P.H.C: Bueno. Esto lo hemos hecho alguna vez, con alguna ayuda, pero sí. Son cosas que se hacen cuando eres joven. Sigo sin tener el carnet de conducir pero ya no hago esas cosas.
CH: ¿Cuál es el mayor obstáculo? ¿alguna vez has dicho ‘ya se me han acabado las ideas’?
P.H.C: Nunca me he planteado obstáculos que sean imposibles de franquear. Siempre he pensado que trabajando y cuando ha habido momentos de dificultad, pero mi respuesta siempre ha sido ‘pues voy a trabajar más’. Si no es por aquí será por allá.
«PARA MÍ LO MÁS IMPORTANTE NO ES SOLO LLEGAR, SINO MANTENERTE»
CH: Ya sé que esta no es la entrevista perfecta, porque la perfecta se la hizo su mujer. ¿Cómo recuerdas esa entrevista?
P.H.C: La recuerdo con mucho cariño. Una entrevista donde prácticamente sabíamos lo que queríamos el uno del otro y fue un momento muy bonito, dirigiendo aquí en Madrid. Haciendo mi trabajo y ella haciendo el suyo. Algo que he hecho tantas veces como es una entrevista, surgió luego tener una familia.
«SABES DESDE ESE MOMENTO QUE QUIERES CONTINUAR ESE VIAJE CON OTRA PERSONA DE LA MANERA MÁS NATURAL»
CH: ¿Qué tiene Anne que le ha hecho salir de la soledad del camerino y de esos viajes de un solo asiento?
P.H.C: Es algo difícil de explicar. Son cosas que si lo busca no llega, y son cuestiones muy sutiles de la química entre dos personas. Sabes desde ese momento que quieres continuar ese viaje con otra persona de la manera más natural.
CH: ¿Si no ve ese anillo en ese mercadillo no le pide matrimonio?
P.H.C: Sí, ya hubiera encontrado la manera de haber tenido algo a mano para ese momento.
«A PESAR DE TODO LO QUE HAGO, MIS RAÍCES Y MI GENTE Y MIS VALORES NO HAN CAMBIADO NADA»
CH: Y que no tiene nada que envidiar a todas las historias que tiene una banda de rock.
P.H.C.: En absoluto. Cualquier orquesta del mundo, todas las tensiones y las historias que hay detrás de la formalidad de una orquesta son como las de una banda de rock.
CH: Pero siempre con los pies en el suelo.
P.H.C: Eso sí. Si me tengo que sentir orgulloso de algo no es de lo que haya conseguido, sino que a pesar de todo lo que hago mis raíces y mi gente y mis valores no han cambiado nada. Al contrario, cada vez más sólidos.
CH: ¿Cómo ha influido la paternidad en su trabajo? ¿Cambia?
P.H.C: Quien diga que no, no se ha dado cuenta porque nos cambia. Te centra mucho más aparte de que se hace mucho mejor en todo lo que eres y haces. Pero sí que es cierto que hay un centro de gravedad muy importante que te da tener alguien tan importante en tu vida.
«ES CUESTIÓN DE COORDINARSE Y DE TENER TAMBIÉN AL LADO A ALGUIEN QUE LO ENTIENDA Y LO GESTIONE BIEN»
CH: ¿Cómo lleva la conciliación familia?
P.H.C: Yo diría que muy bien. Es cuestión de coordinarse y de tener también al lado a alguien que lo entienda y lo gestione bien. Nos entendemos muy bien con eso.
CH: No sé realmente dónde vives porque estás por todo el mundo.
P.H.C: Sí, como decía nunca pierdo el contacto y tengo mis casas en Madrid, en granada, la familia… y si no te importa viajar y estás preparado para ello se puede llevar.
CH: Te iba a preguntar si Nicolás ha cogido la batuta, pero es que el padre…
P.H.C: El padre no la coge tampoco.
CH: ¿Se ve con dotes?
P.H.C: Es difícil así tan pequeño, pero seguro que gusto va a tener por la música.
CH: Muchas gracias.
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