Con el buen tiempo han llegado las altas concentraciones de polen y otros alérgenos que también pueden afectar a tu perro. Si tu perro tiene dermatitis atópica, tendrá que lidiar con esos picores de por vida. ¿Quieres saber cómo ayudarle?
Madrid, 12 de junio de 2025 – Que tu perro sufra dermatitis atópica puede ser frustrante, tanto para él, que no parará de rascarse, como para ti, que muchas veces no sabrás qué más hacer para ayudarle a calmar esa sensación de picor que tanto le molesta. Y es que, aunque la dermatitis puede afectar a tu perro durante todo el año, con la llegada de los días cálidos y tras un invierno más húmedo de lo habitual, se ha notado un mayor incremento, no solo de garrapatas y pulgas, si no también de altas concentraciones de polen, ácaros y otros alérgenos que afectan tanto a humanos como a peludos.
Esto provocará que muchos peludos «sufran una mayor sensación de picazón, estornudos, enrojecimiento de la piel y problemas respiratorios”, asegura el veterinario clínico Andrés Santiago.
Es por eso que, saber reconocer estas señales y actuar a tiempo es clave para garantizar su bienestar: “Muchas veces les vemos chuparse mucho las patas, incluso mordérselas de forma suave. Les suele picar en las zonas interdigitales -entre las almohadillas-, y a veces se les suele enrojecer. Otras veces podemos ver cómo el pelo se les hace más mate, y en casos muy extremos se les puede caer el pelo de tanto rascarse”, cuenta Santiago.
¿Cómo debemos actuar en estos casos?
Cuando veamos que nuestro perro se rasca mucho y se chupa las patas más de lo normal, el primer paso que debemos dar es el de descartar que no sea una alergia alimentaria, “porque si es una alergia alimenticia, y le seguimos dando de comer lo mismo, el picor no se le va a ir”, explica Andrés. Es por eso que él recomienda acudir a tu veterinario de confianza y descartarlo.
Una vez hayamos comprobado que se trata de una piel sensible, debemos tener en cuenta que la dermatitis atópica puede ser exasperante para los tutores de perros, ya que es extremadamente difícil encontrar algo que realmente tenga efecto sobre las alergias de nuestros compañeros y, ademas, muchas veces no somos conscientes de que la dermatitis atópica es una enfermedad con la que nuestro pequeño tendrá que lidiar durante toda su vida. Andrés explica que “hay veces que las familias retiran el tratamiento porque ven que ha mejorado, y después vuelven porque los síntomas han vuelto”. Y es que el veterinario explica que “la dermatitis atópica es similar a cuando se tiene diabetes, si dejas de ponerle la insulina, los valores sanguíneos empeorarán”.
El veterinario recomienda intentar que el perro no esté en contacto con aquello a lo que creamos que le puede dar alergia, y añadir a su alimentación un suplemento que fortalezcan sus defensas naturales. “En esos casos debemos cortar el ciclo del picor lo antes posible, ya que el propio picor reseca la piel y puede provocar que el perro pierda alguna capa protectora, y estimular más el picor. Yo recomiendo PicorFix, que interrumpe el círculo vicioso del ‘me pica, me rasco’. No es un fármaco que le corte la sensibilidad del picor y está indicado para dermatitis atópicas, sensibilidad cutánea o alergias ambientales. Es un suplemento con probióticos, posbióticos, y prebióticos que calma la irritación y ayuda a su tránsito intestinal, y puede ayudar también con algunas alergias alimenticias”, explica Santiago.
Alergias. La patología más cara
Cuando un perro sufre alergias hay que tener en cuenta que se trata de una de las patologías que más presupuesto nos puede conllevar si no lo tratamos desde el primer momento, ya que, según explica el veterinario, “empieza con el picor, pero si no lo paramos y se sigue rascando, puede conllevar a producirse heridas que luego hay que curar”.
Por eso, si sabemos que nuestro perro puede tener dermatitis atópica, lo ideal es empezar cuanto antes a suplementar su alimentación y que le ayude a reducir esos picores durante los meses de buen tiempo. Porque “cada vez somos más conscientes de que la salud por fuera viene de cuidar nuestra salud por dentro. Una mala alimentación inclina la balanza hacia las bacterias malas en el intestino sin tener un equilibrio con las bacterias buenas. Con lo cual, si nuestra salud y la de nuestros perros, está mal por dentro, lo notaremos también por fuera. Con los suplementos alimenticios equilibramos la balanza hacia las bacterias buenas”, explica Andrés.
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