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Salud y Bienestar

¿Hay microplásticos en las bebidas que consumimos?

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presencia microplásticos bebidas envasadas

Un estudio llevado a cabo por el Área de Investigación en Seguridad Alimentaria de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio) de la Conselleria de Sanidad y el Grupo de Investigación en Química Analítica Aplicada (AChem) de la Universidad de La Laguna, que forma parte del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, ha revelado la presencia de microplásticos y otras partículas antropogénicas en bebidas envasadas consumidas habitualmente por la población española.

En este contexto se consideran partículas antropogénicas, además de los microplásticos, aquellas partículas de origen manufacturado que pueden tener un origen natural (como es el caso del algodón o el lino) o aquellas a las que se les añaden determinados aditivos para mejorar sus propiedades o darles color.

En este estudio, que se ha publicado en la revista ‘Food Chemistry’, se han analizado un total de 73 muestras de bebidas, incluyendo agua, cerveza, vino, refrescos, zumos, preparados de té y bebidas energéticas e isotónicas envasadas en botellas de plástico, vidrio, latas y briks.

Se han identificado un total de 1.521 micropartículas de origen antropogénico, con una concentración media de 42 ítems/L.

Entre estas partículas se incluyen tanto microplásticos de diferentes tamaños, formas, colores y composición química como partículas celulósicas naturales (algodón, lino) y semisintéticas (rayón, viscosa).

En las muestras de agua analizadas se ha encontrado la menor concentración de partículas (7,2 partículas/L), mientras que las muestras de cerveza presentan los valores más altos (con hasta 95,5 partículas/L). Además, se ha observado que las fibras son la forma predominante en todos los casos, representando el 82 % del total. En cuanto a la coloración, las partículas incoloras o blancas son las más comunes, seguidas por las de color azul y rojo.

En lo que respecta a la composición, los resultados obtenidos muestran que las partículas de naturaleza celulósica fueron las más frecuentemente identificadas en las muestras analizadas (entre un 78 y 86 %, dependiendo del tipo de bebida), muchas de las cuales presentaban coloración. Además de estas, también se identificaron partículas 100 % sintéticas (microplásticos) de poliéster, polietileno, polipropileno, poliamida y poliuretano, entre otros materiales poliméricos, que constituían entre el 14 y el 22 % del total de partículas.

Exposición por la alimentación

Los resultados obtenidos por este estudio, unidos al consumo generalizado de bebidas envasadas, ponen de manifiesto la exposición del ser humano a este tipo de micropartículas a través de la alimentación. La gran mayoría de las bebidas suelen ser filtradas antes de su envasado, pero podría estar teniendo lugar algún tipo de contaminación adicional que a priori no se estaría teniendo en cuenta y que resulta importante identificar y eliminar.

Durante los últimos años, el número de estudios que han reportado la presencia de microplásticos en alimentos como el marisco, el arroz, la sal, la miel o el azúcar, además de en aguas embotelladas, cervezas y refrescos, ha ido en aumento.

La exposición a estas micropartículas puede suponer riesgos para la salud del ser humano que aún se desconocen. “Sería interesante profundizar en estudios donde se investiguen los microplásticos ampliando el tipo de muestras alimentarias y ambientales, así como realizar evaluaciones del riesgo de estas sustancias desarrollando estrategias que se puedan transferir a futuras regulaciones con el fin de proteger la salud de la población”, ha explicado la doctora Clara Coscollá Raga, jefa del Área de Investigación en Seguridad Alimentaria de Fisabio-Salud Pública.

Fisabio participa en un estudio que analiza la presencia de microplásticos en bebidas envasadas

 

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Salud y Bienestar

Cómo detectar que alguien es ludópata: las siete señales de alerta

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La ludopatía, también conocida como adicción al juego o juego patológico, es un trastorno adictivo relacionado con la pérdida de control sobre las conductas de juego. Aunque durante mucho tiempo fue considerada un problema menor o un simple «vicio», hoy se reconoce como una enfermedad psicológica compleja que puede destruir vidas si no se detecta a tiempo.

¿Qué es la ludopatía o juego patológico?

La ludopatía es un trastorno de control de los impulsos, en el que la persona se ve obligada a jugar de forma compulsiva y progresiva. Es decir, necesita apostar cada vez más, durante más tiempo y con mayores cantidades de dinero, lo que genera un círculo vicioso que termina afectando su entorno familiar, laboral, económico y emocional.

Esta problemática se ha visto agravada en los últimos años por el acceso masivo a juegos de azar online y plataformas de apuestas deportivas, que están disponibles las 24 horas y sin supervisión. Esto ha provocado un aumento de casos de adicción al juego online, especialmente entre jóvenes y adultos jóvenes.

Síntomas más habituales de la ludopatía

Detectar los síntomas de la adicción al juego en una etapa temprana puede marcar la diferencia. Estas son algunas de las señales más frecuentes:

  • Manipulación de familiares o amigos para conseguir dinero

  • Conducta huidiza o evasiva sobre el tiempo o el dinero gastado

  • Gasto excesivo de dinero sin justificación

  • Asistencia frecuente a lugares de apuestas o conexión continua a plataformas de juego

  • Desapariciones repentinas o falta de explicaciones sobre ausencias

  • Cambios de humor bruscos sin motivo aparente

  • Búsqueda de microcréditos o préstamos para seguir apostando

Fases de la adicción al juego

Según el psicólogo Enrique Becoña, el proceso de la ludopatía suele atravesar tres fases:

  1. Etapa dorada: El jugador se enfoca en las ganancias y minimiza las pérdidas. La emoción y la euforia dominan.

  2. Etapa de desesperación: El jugador ha perdido grandes cantidades de dinero, acumula deudas y siente que ha perdido el control.

  3. Etapa de aceptación: Reconoce que tiene un problema y, en muchos casos, busca ayuda.

La adicción puede iniciarse a edades tempranas. En los hombres suele comenzar en la adolescencia, mientras que en las mujeres tiende a aparecer entre los 20 y los 40 años.

¿Cómo se trata la ludopatía?

El tratamiento de la ludopatía es fundamental. A diferencia de otras adicciones, no requiere una desintoxicación física, pero sí un proceso profundo de deshabituación psicológica. Este proceso incluye:

  • Terapia cognitivo-conductual

  • Posible uso temporal de medicación para frenar la impulsividad

  • Apoyo grupal o terapia familiar

  • Técnicas para gestionar emociones y evitar recaídas

El objetivo es que la persona recupere el control sobre su conducta y pueda reconstruir su vida personal, profesional y emocional.

¿Cómo ayudar a un ludópata?

Si sospechas que alguien cercano sufre una adicción al juego, es vital no juzgarlo, sino escucharlo y acompañarlo. Estos son algunos pasos útiles:

  • Habla con honestidad y sin reproches.

  • Sugiere acudir a un profesional de la salud mental.

  • Contacta con asociaciones especializadas, como FEJAR (Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados).

  • Evita facilitar dinero si sospechas que será usado para jugar.

Un problema que no se puede ignorar

La ludopatía es una enfermedad silenciosa que avanza rápidamente si no se trata. Además, si no se aborda a tiempo, puede derivar en otras adicciones como el consumo de alcohol, drogas u otras sustancias, generando una patología dual.

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