Una nueva entrega del serial Rocío, contar la verdad para seguir viva que ha vuelto a tambalear los cimientos familiares de la hija de Rocío Jurado. En la sexta que emitió anoche Telecinco le tocó el turno a la que fuera mujer de su padre, Raquel Mosquera. Rocío afirma que ésta no cuenta la verdad en lo que dice sobre ella y la relación que tenía con su padre Pedro Carrasco, antes de morir. Asegura que habló con él días antes de que falleciera y que esa conversación acabó con su padre pidiéndole perdón tanto a ella como a Fidel Albiac y diciéndole ‘te quiero’. Además, asegura que no se han hecho las cosas bien “en muerte”.
“¿Has recibido todo lo que a tu padre le gustaría que tuvieras?”, le preguntaban y ella negaba: “Qué va, para nada”. Y es que Raquel le acusaba de pedirle un reloj porque era Rolex y de oro, pero esa no es la verdad: “Quien me conoce sabe perfectamente cómo soy y sabe que no soy ni interesada ni materialista en absoluto, lo quería porque era el reloj que siempre llevaba él y se lo regalaron con una inscripción en la parte de atrás, que era el día que se casó con mi madre, no lo quería por nada más, si hubiese sido un Casio, también lo hubiese querido”.
Lo que dejó bien claro Rocío Carrasco es que para ella Mosquera no existe. Según su relato a Raquel la vio en el tanatorio, en el entierro y hablaron “en alguna que otra ocasión” pero “ya”. Definiéndola como “señora”, “señorita”, “mujer” y “persona”, dejaba claro que para ella “no existe”, solo le importa en el terreno judicial. “Dice cosas que no son verdad y que atentan a mi honor, por qué sí o por qué no, no es el momento de hablar de ello”. Eso sí, ha dejado claro que las cosas no se hicieron bien “en muerte” de su padre.
La muerte de su padre
Rocío revivió la muerte de su padre, Pedro, que sufrió un infarto en su domicilio en el año 2001. Cuenta que tras tirar del hospital a Fidel Rocío y su padre tuvieron una conversación donde él le pidió perdón a Fidel, a ella, le dijo lo mucho que la quería y le dio una explicación de lo que había hecho: “Estando yo en coma, él tenía miedo de que Fidel fuera igual que el padre impío” (refiriéndose a Antonio David)
«Yo salí a hacer unas compras y, cuando llegué, Fidel me dijo que a mi padre le había dado un infarto. Yo le contesté que no pasaba nada, porque estaba con Raquel y que nosotros iríamos al día siguiente al hospital. Entonces, él me miró y movió la cabeza, y yo ya entendí que estaba muerto. Con él, se fue una parte de mí», declaró Rocío.
El brazo roto de su hijo
La figura de Antonio David volvió a aparecer en escena como era de esperar. En esta ocasión recordó como un día lo devolvió a casa con el brazo roto y sin haber ido al médico.
Era domingo por la noche y los niños se retrasaban. Finalmente, llegaron un par de horas tarde, como a las 23.00 h., y Rocío no tardó en notar que había pasado algo: “Cuando tengo al niño en brazos lo toco, le beso y veo que tiene un bulto en el brazo de un tamaño impresionante”.
Notó que al niño el dolía así que le preguntó a su hija si se sabía qué le había pasado a su hermano: “Me dijo que se había caído de una litera y que se había caído el viernes”. Habían pasado dos días desde entonces: “Cuando le vemos el bulto, Fidel me dice que hay que ir a urgencias porque estaba roto”.
“La doctora me miró con desconfianza y me preguntó cómo se había hecho eso el niño, yo le dije ‘discúlpeme, sé por qué me está mirando así, acabo de tener a los niños porque han venido de estar con su padre”, narraba Rocío, que de urgencias se fue al juzgado de guardia a poner una denuncia por “negligencia en los deberes de custodia”. Denuncia que posteriormente retiró para no perjudicar al padre sus hijos.
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