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Salud y Bienestar

Se abre el debate sobre qué mascarillas usar ante las nuevas cepas: Estas son las que hay y sus diferencias

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Madrid, 22 ene (EFE).- La decisión de Alemania de acordar el uso obligatorio de mascarillas FFP2 en el transporte público y comercios y el consejo de Francia de no utilizar las hechas en casa ante la nuevas variantes de la covid ha abierto de nuevo el debate sobre la eficacia de los distintos tipos que existen en el mercado.

En Francia, el Alto Consejo de la Salud ha alertado de que las mascarillas hechas en casa, pero también las fabricadas que no garantizan un filtrado superior al 90, son insuficientes ante los mayores niveles de contagios que han puesto en evidencia algunas de esas cepas, como la que ha proliferado en el Reino Unido.

Ese riesgo ha movido asimismo a la canciller alemana, Angela Merkel, y los líderes regionales a imponer el uso obligatorio de mascarillas quirúrgicas o FFP2 en transporte público, comercios y oficios religiosos.

En España, la recomendación general de Sanidad es mascarilla higiénica para la población sana (excepto menores de 3 años y personas con dificultad respiratoria) y quirúrgica, para infectados y contactos estrechos.

La protección se puede conseguir «con diferentes tipos de mascarillas o combinaciones», explicó ayer el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón: La FFP3 es «la más eficaz» cuando una persona quiere protegerse a sí misma y la FFP2, «algo menos eficaz, pero altamente eficaz, de sobra si se mantienen todo el resto de medidas» de protección.

El epidemiólogo destacó no obstante que «si dos personas se encuentran en la misma estancia y ambas llevan mascarilla, ya sea FFP2 o quirúrgica el efecto se multiplica».

A su juicio, y ante el debate abierto por otros países europeos, es «sensato» aprobar el uso de FFP2 obligatorio para sanitarios y «debatible» para toda la población, «siempre y cuando todos llevemos la protección».

En Extremadura, las autoridades educativas han determinado que los profesores lleven FFP2 en los primeros 14 días desde el inicio de las clases.

Consumo también desaconseja el uso de las FFP2 en la población en general y las recomienda para profesionales en contacto con el virus y colectivos vulnerables bajo prescripción médica.

En todos los casos, hay que mirar el etiquetado para comprobar las especificaciones UNE (en las higiénicas) o el marcado CE, seguido de cuatro números (en el resto).

Qué mascarillas usar ante las nuevas cepas: estos son los tipos de mascarillas que hay y sus diferencias:

HIGIÉNICAS (se compran en cualquier establecimiento y son las más baratas): para personas sanas y sin contacto con la COVID-19. Tienen una o varias capas y pueden ser reutilizables o de un solo uso.

QUIRÚRGICAS (habitualmente solo en farmacias): para contagiados, con o sin síntomas. Se usan en ambientes clínicos y limitan la transmisión de agentes infecciosos al filtrar el aire exhalado (al estornudar, toser o hablar).

TIPO EPI: FFP1, FFP2 y FFP3 (farmacias y establecimientos especializados): para personas en contacto con el virus y grupos vulnerables bajo prescripción médica. Crean una barrera entre un riesgo potencial y el usuario, filtrando el aire inhalado y evitando la entrada de partículas contaminantes.

NIÑOS: A partir de los tres años y sin contacto con el coronavirus, hay mascarillas higiénicas de distintas tallas, hasta los 12 años.

Bioinicia y CSIC lanzan la mascarilla viricida PROVEIL con filtro de nanofibras que desactiva el coronavirus en un 97% en dos horas

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Salud y Bienestar

Cómo detectar que alguien es ludópata: las siete señales de alerta

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La ludopatía, también conocida como adicción al juego o juego patológico, es un trastorno adictivo relacionado con la pérdida de control sobre las conductas de juego. Aunque durante mucho tiempo fue considerada un problema menor o un simple «vicio», hoy se reconoce como una enfermedad psicológica compleja que puede destruir vidas si no se detecta a tiempo.

¿Qué es la ludopatía o juego patológico?

La ludopatía es un trastorno de control de los impulsos, en el que la persona se ve obligada a jugar de forma compulsiva y progresiva. Es decir, necesita apostar cada vez más, durante más tiempo y con mayores cantidades de dinero, lo que genera un círculo vicioso que termina afectando su entorno familiar, laboral, económico y emocional.

Esta problemática se ha visto agravada en los últimos años por el acceso masivo a juegos de azar online y plataformas de apuestas deportivas, que están disponibles las 24 horas y sin supervisión. Esto ha provocado un aumento de casos de adicción al juego online, especialmente entre jóvenes y adultos jóvenes.

Síntomas más habituales de la ludopatía

Detectar los síntomas de la adicción al juego en una etapa temprana puede marcar la diferencia. Estas son algunas de las señales más frecuentes:

  • Manipulación de familiares o amigos para conseguir dinero

  • Conducta huidiza o evasiva sobre el tiempo o el dinero gastado

  • Gasto excesivo de dinero sin justificación

  • Asistencia frecuente a lugares de apuestas o conexión continua a plataformas de juego

  • Desapariciones repentinas o falta de explicaciones sobre ausencias

  • Cambios de humor bruscos sin motivo aparente

  • Búsqueda de microcréditos o préstamos para seguir apostando

Fases de la adicción al juego

Según el psicólogo Enrique Becoña, el proceso de la ludopatía suele atravesar tres fases:

  1. Etapa dorada: El jugador se enfoca en las ganancias y minimiza las pérdidas. La emoción y la euforia dominan.

  2. Etapa de desesperación: El jugador ha perdido grandes cantidades de dinero, acumula deudas y siente que ha perdido el control.

  3. Etapa de aceptación: Reconoce que tiene un problema y, en muchos casos, busca ayuda.

La adicción puede iniciarse a edades tempranas. En los hombres suele comenzar en la adolescencia, mientras que en las mujeres tiende a aparecer entre los 20 y los 40 años.

¿Cómo se trata la ludopatía?

El tratamiento de la ludopatía es fundamental. A diferencia de otras adicciones, no requiere una desintoxicación física, pero sí un proceso profundo de deshabituación psicológica. Este proceso incluye:

  • Terapia cognitivo-conductual

  • Posible uso temporal de medicación para frenar la impulsividad

  • Apoyo grupal o terapia familiar

  • Técnicas para gestionar emociones y evitar recaídas

El objetivo es que la persona recupere el control sobre su conducta y pueda reconstruir su vida personal, profesional y emocional.

¿Cómo ayudar a un ludópata?

Si sospechas que alguien cercano sufre una adicción al juego, es vital no juzgarlo, sino escucharlo y acompañarlo. Estos son algunos pasos útiles:

  • Habla con honestidad y sin reproches.

  • Sugiere acudir a un profesional de la salud mental.

  • Contacta con asociaciones especializadas, como FEJAR (Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados).

  • Evita facilitar dinero si sospechas que será usado para jugar.

Un problema que no se puede ignorar

La ludopatía es una enfermedad silenciosa que avanza rápidamente si no se trata. Además, si no se aborda a tiempo, puede derivar en otras adicciones como el consumo de alcohol, drogas u otras sustancias, generando una patología dual.

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