Es fundamental saber cuáles son los consejos básicos para tratar la fiebre en niños. En esta época en la que la incidencia de la gripe está desbordada, os acercamos estas pautas de Quirón Salud.

Consejos para tratar la fiebre en niños

¿QUÉ ES LA FIEBRE?

La fiebre consiste en la elevación de la temperatura normal del cuerpo: más de 38º C si se mide en el recto o más de 37,5º C si se mide en la axila.

La causa más frecuente en los niños es una infección vírica.

¿QUÉ DEBE HACER EN CASA?

  • No decida que su hijo tiene fiebre poniéndole la mano sobre la frente, use el termómetro.
  • No es necesario bajar la fiebre en todas las circunstancias, sólo si el niño está molesto. Esto ocurre, generalmente, a partir de 38-38,5ºC.
  • Mantenga una temperatura ambiental agradable. No ponga mucha ropa al niño.
  • Ofrézcale abundantes líquidos, sin forzarle.
  • Utilice las dosis de antitérmicos recomendadas por su pediatra respetando los intervalos entre tomas aunque la fiebre reaparezca antes. Siempre que sea posible adminístrelos por la boca, no por vía rectal.
  • No se debe alternar medicamentos para tratar la fiebre, como norma general.
  • Los baños con agua templada disminuyen poco la fiebre. Puede usarlos para ayudar a los antitérmicos. No utilice compresas de alcohol, ni de agua fría.

FIEBRE: ¿CUÁNDO PREOCUPARSE?

  • Algunas personas piensan que la fiebre es siempre mala y que puede provocar lesiones importantes. ¡Esto no es verdad! Cuando tenemos una infección, el cuerpo produce más calor (fiebre) para que nuestras defensas luchen contra ella.
  • No debe preocuparse, la fiebre en sí no produce daños si no es ≥ 42ºC
  • Los antitérmicos no curan la infección, sólo ayudan a que el niño se sienta mejor.
  • Puede suceder que la causa de la fiebre no se sepa hasta pasadas 24-48 horas del inicio de la misma.

¿CUÁNDO DEBE ACUDIR A UN SERVICIO DE URGENCIAS?

  • Si el niño tiene menos de 3 meses de edad.
  • Si su hijo está adormilado, decaído o, por el contrario, muy irritable.
  • Si ha tenido por primera vez una convulsión.
  • Si se queja de dolor de cabeza intenso y vomita varias veces.
  • Si el niño respira con dificultad.
  • Cuando aparecen manchas rojas en la piel que no desaparecen al presionar.