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Salud y Bienestar

Señales de alarma del suicidio

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Castelló, 13 jun (EFE).- Expertos en salud mental abogan por hablar del suicidio, estar atentos a nuestro entorno para actuar ante las señales de alarma del suicidio y acabar así con el tabú que significa para la sociedad mediante prevención y sensibilización de un problema social -no individual o familiar- que afectó en España a 3.671 personas en 2019, más del triple de los muertos por accidente de tráfico.

Los psicólogos valencianos Enric Valls y Gracia Vinagre recomiendan romper la creencia de que si hablamos de suicidio se va a inducir a él, porque «es justamente lo contrario». «Hablar, poner encima de la mesa los datos, los recursos y las posibles salidas es informar, sensibilizar y concienciar», asegura Valls.

Vinagre sostiene que es un mito que hablar del suicidio incite a más personas a cometerlo. Por el contrario, «cuando no se habla, las personas que tienen ideas suicidas y lo están pasando tan mal que ven el hecho de acabar con su vida como única salida no se atreven a contarlo porque saben que serán juzgados y entonces ya estamos mermando las posibilidades de prevenirlo».

La presidenta de la Federación de Salud Mental de la Comunitat Valenciana, Rosa Bayarri, explica -en el marco de un seminario web organizado por el Ayuntamiento de València y la Generalitat dentro del programa del consistorio de prevención del suicidio- que este «no es un problema aislado, ni circunscrito a una clase social, género o edad, ni tan solo atribuible a una sola causa«.

Señales de alarma suicidio

Bayarri admite que hay mayor prevalencia en situaciones de gente joven sin proyección de futuro, personas sin trabajo, sin hogar o reclusas, aquellas que viven una tragedia en primera línea, las víctimas de violencia machista, niños que sufren acoso escolar, víctimas de disfobia, homofobia o racismo y personas con problemas de salud mental grave.

 

Y resalta el papel fundamental del movimiento asociativo y de la formación para una «detección precoz y una intervención temprana». Además, insiste en que «todos necesitamos hablar de suicidio, que es la principal consecuencia del sufrimiento psicológico«, ya que «nadie quiere suicidarse, sino acabar con su sufrimiento sin poder encontrar otra forma».

 

Enric Valls indica que el suicidio es «la imposibilidad de resolver determinados problemas» y asegura que es una situación «muy compleja y diferente en cada persona». Cognitivamente, subraya, «es matar una situación que genera dolor y que uno no es capaz de resolver».

 

Según el psicólogo valenciano, la Organización Mundial de la Salud indica que «un millón de personas se suicidan al año y más de 20 millones lo intentan». En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística, 3.671 personas se quitaron la vida en 2019, último año del que se han publicado los datos.

 

Valls asegura que la clave está en transmitir que hay «muchas salidas de emergencia», como por ejemplo «ampliar las redes sociales para evitar el aislamiento, buscar ayudar profesional o ayudar a otros para repararnos a nosotros mismos».

 

Se refiere así a las personas del entorno de aquellas que piensan en el suicidio y que de alguna manera ya lo han verbalizado, y aboga por «escuchar, preguntar, mirar a los ojos e incluso abrazar».

 

«Hay miedo de que si alguien habla de suicidio y le preguntas le vas a inducir» a cometerlo, pero «si hablamos, escuchamos y tratamos el tema abrimos una de esas salidas de emergencia porque damos pie a que la persona pueda expresar el sufrimiento y vea que existen alternativas», sostiene el especialista.

 

Gracia Vinagre explica en la misma línea que la persona que habla del suicidio ante otra y no genera ninguna reacción «sigue pensando en ello». Si, de lo contrario, «tratas con ella el tema, va a ver la posibilidad de no verse un bicho raro, vas a abrir una puerta a la esperanza con el simple hecho de escuchar».

 

Por ello, indica la psicóloga, «hablar es muy importante o incluso simplemente escuchar» como método de prevención ante un problema agravado a su juicio por la pandemia: «Ha creado más situaciones límite y más casos de personas que solo ven esta salida a sus problemas».

 

Esta verbalización y tratamiento del tema se extiende al papel que juegan los medios de comunicación, recogido en el documento «Recomendaciones para el tratamiento del suicidio por los medios de comunicación» del Ministerio de Sanidad, de julio de 2020.

 

En él se indica que las cifras del suicidio en España, aunque con tasas menores que en el resto de Europa, «hacen necesario que se superen los hábitos tradicionales que abogaban por silenciar el suicidio en la prensa, un problema que sigue siendo tabú en múltiples entornos ciudadanos».

 

El Ministerio indica que nos encontramos ante un «nuevo reto en el que es imprescindible la implicación y la colaboración directa de los medios de comunicación» y aboga por «nuevas reglas para el tratamiento informativo que permitan hacer llegar a la población la información adecuada sobre los recursos disponibles que ayuden a cumplir los objetivos de prevención».

 

«El silencio informativo no es una opción. El sensacionalismo, tampoco», señalan desde el Ministerio. Desde la Federación de Salud Mental de la Comunidad Valenciana animan a que se hable del suicidio de manera «adecuada y responsable», ya que esto puede tener un efecto «Papageno», es decir, «prevenir los intentos de suicidio enseñando a lidiar con el dolor».

 

Los especialistas remarcan que las muertes por suicidio nunca tienen un único detonante, sino que son el resultado de factores psicológicos, biológicos y sociales que tienen tratamiento. Las personas con conductas suicidas y sus allegados pueden recibir ayuda las 24 horas llamando al 112 o contactando con el Teléfono de la Esperanza (717 00 37 17).

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Metformina: el posible fármaco antienvejecimiento

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Metformina: el posible fármaco antienvejecimiento-PEXELS

La metformina es actualmente una de las moléculas más prometedoras en la lucha contra el envejecimiento, las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Aunque este medicamento ya se emplea para tratar la diabetes, la posibilidad de utilizarlo también como fármaco antienvejecimiento es muy emocionante.

Para profundizar en este tema, el programa ‘Todo es mentira’ entrevistó a Salvador Macip, catedrático de la Universidad de Leicester, para explicar en qué consiste la metformina: «Es un medicamento administrado a pacientes con diabetes que se ha asociado con una mayor esperanza de vida en comparación con aquellos que no lo toman».

Se está investigando si personas no diabéticas podrían beneficiarse de este fármaco

Según Salvador, estos hallazgos han llevado a considerar que la metformina podría tener efectos antienvejecimiento, al menos en personas diabéticas: «Ahora se está investigando si personas no diabéticas podrían beneficiarse de este fármaco».

Sin embargo, aunque el potencial de esta sustancia como herramienta contra el envejecimiento parece prometedor debido a sus efectos en las células y el metabolismo, el catedrático advierte que se necesitan más investigaciones y experimentos para confirmarlo.

«El objetivo no es simplemente vivir más años, sino vivir mejor durante esos años», señala el catedrático. Estos fármacos, como la metformina, buscan mejorar la calidad del envejecimiento al abordar el deterioro celular que afecta la salud con el paso del tiempo.

«¿Podríamos llegar a vivir hasta los 200 años?» preguntó Risto Mejide, a lo que el investigador respondió: «Una vez que comprendemos por qué envejecemos, estamos bastante cerca. En teoría, sí podríamos. De hecho, podríamos llegar a ser inmortales». También señaló que hay animales, como ciertas medusas y la hidra, que ya exhiben esta característica.

Metformina: Explorando su Potencial como Fármaco Antienvejecimiento

En los últimos años, la metformina, un medicamento comúnmente utilizado para tratar la diabetes tipo 2, ha estado recibiendo atención creciente debido a su potencial como fármaco antienvejecimiento. Esta molécula, cuyo uso principal es controlar los niveles de glucosa en sangre, ha mostrado efectos interesantes que podrían extender más allá de su aplicación original. Vamos a explorar sus efectos positivos y negativos desde una perspectiva científica.

Efectos Positivos:

  1. Potencial para Aumentar la Longevidad: Estudios preclínicos han sugerido que la metformina puede extender la vida útil en diversos organismos, desde gusanos hasta ratones. Si bien los efectos en humanos aún no están completamente establecidos, la metformina parece actuar sobre procesos biológicos asociados con el envejecimiento.
  2. Modulación del Metabolismo: La metformina actúa principalmente reduciendo la producción de glucosa en el hígado y mejorando la sensibilidad a la insulina en los tejidos periféricos. Estos efectos podrían tener implicaciones positivas en la prevención de enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
  3. Efectos Antioxidantes: Se ha sugerido que la metformina puede tener propiedades antioxidantes, lo que significa que podría ayudar a proteger las células del daño oxidativo asociado con el envejecimiento y otras enfermedades crónicas.
  4. Activación de Pathways de Longevidad: La metformina parece influir en vías celulares clave relacionadas con la longevidad, como la vía AMPK (proteína quinasa activada por AMP) y mTOR (diana de rapamicina en mamíferos), que están implicadas en la regulación del metabolismo y la longevidad celular.

Efectos Negativos:

  1. Efectos Gastrointestinales: La metformina puede causar efectos secundarios gastrointestinales, como diarrea, náuseas o malestar estomacal, especialmente al iniciar el tratamiento. Estos síntomas suelen ser transitorios y pueden disminuir con el tiempo o ajustando la dosis.
  2. Riesgo de Acidosis láctica: Aunque raro, el uso de metformina se ha asociado con el riesgo de acidosis láctica, una complicación metabólica potencialmente grave. Este riesgo es mayor en individuos con insuficiencia renal o en situaciones que aumentan la acumulación de lactato en el cuerpo.
  3. Deficiencia de Vitamina B12: El uso prolongado de metformina puede estar relacionado con una disminución en los niveles de vitamina B12, lo que puede afectar la salud neurológica y hematológica a largo plazo.
  4. Interacciones con otros Medicamentos: La metformina puede interactuar con ciertos medicamentos, lo que podría requerir ajustes en las dosis o supervisión médica.

Conclusiones:

Si bien la metformina muestra promesas como fármaco antienvejecimiento, es importante destacar que su uso con este propósito aún está en investigación y no se recomienda actualmente fuera del tratamiento de la diabetes tipo 2 u otras condiciones médicas para las cuales está aprobada. Los efectos positivos potenciales deben sopesarse cuidadosamente con los posibles efectos adversos, y siempre se debe buscar orientación médica antes de considerar su uso con fines antienvejecimiento.

En resumen, la investigación sobre el potencial de la metformina como fármaco antienvejecimiento es emocionante pero todavía está en sus etapas iniciales. Se necesitan más estudios clínicos en humanos para comprender mejor su seguridad y eficacia en este contexto antes de que pueda ser considerada una intervención estándar para contrarrestar el proceso de envejecimiento.

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