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Salud y Bienestar

Si estás teletrabajando debes conocer los riesgos y los aspectos positivos

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teletrabajo rendimiento salud mental
València, 4 abr (EFE).- El trabajo desde casa irá en aumento en España, que presenta tasas por debajo de otros países europeos, pero es un sistema que debe ser diseñado, planeado y quedar regulado a través de la negociación colectiva para que se puedan eliminar las disfunciones que ha provocado al ser obligado por la pandemia.

Llevábamos tiempo hablando de la necesidad de la digitalización y la industria 4.0 y ha tenido que llegar un virus para “ponerle el cascabel al gato” y “ponernos las pilas para el trabajo a distancia”, que ha venido para quedarse “como una forma más de organización del trabajo”, según el secretario general de la patronal valenciana CEV, Miguel Ángel Javaloyes.

Coincide en esta consideración el catedrático de Psicología Social y de las Organizaciones de la Universitat de València e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) José María Peiró: “Hay una tendencia clara, la digitalización en las empresas es un elemento fundamental para la competitividad y utilizar más mecanismos y más herramientas permite ser más productivos y eficaces”.

Por necesidad y obligación, muchas personas han tenido que teletrabajar y el reto a partir de ahora, con la lección aprendida, es sacar lo positivo y eliminar o contrarrestar lo negativo; para ello hay que diseñar y revisar aspectos como la dedicación a jornada completa, la posibilidad de desarrollarlo en espacios diferentes al hogar (oficinas de barrio o de «coworking») y definir qué tipos son más apropiados para el trabajo en la misma vivienda u otros lugares.

Desde la patronal autonómica consideran que el teletrabajo no será mayoritario en los próximos años, pero destacan que para que funcione bien requiere de la colaboración entre trabajadores, sindicatos y empresas y debe estar sobre la mesa en la negociación colectiva.

El auge del «coworking» muestra que la demanda se ha incrementado pero “no tenemos constancia de que haya una tendencia”, señala Javaloyes.

“Yo creo que hay una tendencia clara”, opina el catedrático sobre una forma de trabajar que ha supuesto “muchos costes para las personas” pero también “un cierto colchón para amortiguar el malestar”, y seguirá en aumento.

Según una reciente encuesta del CIS, los parados, en ERTE o las personas que no han estado teletrabajando han tenido peores índices de bienestar y salud.

Ambos señalan que hay puestos más susceptibles de desarrollarse a través del teletrabajo ya que ni todos los tipos de funciones pueden hacerlo ni todos los trabajos tienen las mismas características para hacerlo de manera adecuada y positiva.

“No es radical, para este puesto, teletrabajo sí o no”, comenta Peiró, puesto que las empresas tendrán que establecer criterios y definir en cuáles es viable y en cuáles se exige la presencialidad, si no a tiempo completo, de manera parcial.

Según el estudio “Who is Teleworking and Where from? Exploring the Main Determinants of Telework in Europe”, publicado en Sustainability y citado por Peiró, los teletrabajadores ocasionales suelen ser gerentes o profesionales hombres, pero esto ya no puede decirse de los teletrabajadores a domicilio.

LOS RIESGOS DEL TELETRABAJO

– No contar con los recursos adecuados (red de internet, equipos).

– El agotamiento. Estar permanentemente ante una pantalla requiere más atención, se necesitan más tiempos de desconexión y descanso. Las empresas deben garantizar la prevención de los riesgos laborales, incluidos los psicosociales.

– La falta de preparación del trabajador. No solo tener los conocimientos técnicos para manejar adecuadamente la tecnología, también saber organizar los tiempos, combinar trabajo y vida familiar, y ser responsable en hacer las horas comprometidas regulando las interrupciones.

– El aislamiento. La falta de relaciones personales y del sentido de pertenencia a una organización.

– La ciberseguridad.

TAMBIÉN TIENE ASPECTOS POSITIVOS

– La flexibilidad del horario. “Cuando estás más fructífero a lo mejor no es de 8 a 3”, señala Javaloyes.

– Facilita la asistencia a reuniones (telemáticas) y ahorra tiempo.

– La protección de la salud.

– Reduce las probabilidades de perder el empleo o dejarlo en suspenso.

– Beneficios en el medio ambiente por la reducción de la movilidad.

– Mejora la vida laboral y la eficacia en el desarrollo del trabajo si se combina con una recuperación de la salud (buen sueño, estructura de tiempos, ejercicio y deporte, relajación antiestrés).

LA CIBERSEGURIDAD ESTÁ EN CUALQUIERA

El riesgo depende del tipo de empresa, de qué información maneja y a qué información acceden los trabajadores, según afirma a EFE José Rosell, socio-director de S2 Grupo, especializado en ciberseguridad.

Si el trabajador está en una compañía que no maneja información sensible, y desde la empresa se le dan pautas de comportamiento seguro (cambio de contraseña del wifi para sustituir la que se da por defecto), su equipo está actualizado con antivirus y solo se va a conectar con la empresa a través de una línea VPN cifrada, “nada ni nadie, ni el operador, puede interceptar sus mensajes”, explica.

Por contra, en el caso de una empresa que trabaja con información confidencial, la cosa cambia y las medidas de seguridad deben ser mucho mayores.

Un virus puede ser “un bicho general, o un bicho dirigido” a personas que trabajan en infraestructuras básicas y la empresa debe asegurarse de que el entorno del trabajador es seguro porque podría exponerse a un riesgo injustificado.

¿Cómo sería un equipo para un entorno muy seguro? Bastionado (asegura que la configuración es segura), actualizado y con una VPN con una conexión distinta a la vivienda a través de un dispositivo USB 4G o 5G. “Cuesta dinero pero es fácil”, dice Rosell.

En este periodo de teletrabajo, las empresas grandes han primado la seguridad pero en general la sociedad no da importancia a la seguridad de sus conexiones. “Se han ido a casa como han podido y han dejado unos boquetes como el del Titanic de la noche a la mañana; unos lo han solucionado poco a poco, otros aún no, y otros lo han hecho mal y mal aconsejados”.

Y ahora estamos pagando las consecuencias de la bajada de defensas en las empresas con muchos incidentes de seguridad: han proliferado los fraudes del CEO y el “ransomware” (secuestro de datos), y se ha colado gente en videoconferencias que eran confidenciales.

Uno de los principales errores es pensar que no somos importantes. Según Rosell, “todos formamos parte de una gran red, da igual el puesto que tengamos, y si un eslabón se rompe, se rompe la cadena de seguridad. Los malos se han encontrado con mil puertas abiertas”.

Y aconseja ser conscientes de que somos parte de la solución, no del problema; actualizar el sistema; tener en cuenta las contraseñas por defecto de los dispositivos, que son la entrada de la mayoría de los virus; y pedir ayuda a los departamentos de tecnología de nuestra empresa.

“Invertir en darte cuenta lo antes posible de lo que está pasando”, concluye.

Por Inmaculada Martínez

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Salud y Bienestar

¿Por qué dormimos peor en Navidad?

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Por qué dormimos peor en Navidad
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La Navidad es una época llena de celebraciones, reencuentros familiares y abundantes cenas, pero también puede ser un período en el que muchas personas experimentan trastornos del sueño. A pesar de que las fiestas deberían ser sinónimo de relajación y descanso, la realidad es que el estrés, las alteraciones en la rutina y otros factores propios de la temporada pueden dificultar un sueño reparador. A continuación, exploramos las razones por las que durante la Navidad muchas personas duermen peor y cómo podemos intentar mejorar la calidad del sueño en estas fechas tan ajetreadas.

1. Alteración de las rutinas

Durante las festividades, las rutinas diarias suelen verse interrumpidas. Las cenas, las reuniones familiares y los compromisos sociales pueden hacer que nos acostemos más tarde de lo habitual, lo que afecta negativamente nuestro reloj biológico. El cuerpo humano tiene un ciclo natural de sueño y vigilia que puede desajustarse fácilmente cuando cambiamos nuestros horarios de descanso. Al no seguir un horario regular de sueño, es más probable que nos sintamos cansados o que tengamos dificultades para dormir.

2. Estrés y preocupaciones navideñas

Aunque la Navidad es sinónimo de alegría para muchos, también puede generar estrés. Las compras de último minuto, las celebraciones familiares, la planificación de viajes y la presión por cumplir con todas las expectativas sociales pueden causar ansiedad. Esta tensión emocional puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la capacidad del cuerpo para relajarse y conciliar el sueño. Las preocupaciones sobre los regalos, las cenas o incluso los compromisos laborales pueden mantener nuestra mente activa durante la noche, dificultando el descanso.

3. Comidas copiosas y alcohol

Las cenas y comidas abundantes son parte esencial de las celebraciones navideñas, pero la cantidad y el tipo de alimentos consumidos pueden influir negativamente en la calidad del sueño. El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares puede aumentar la actividad digestiva durante la noche, provocando molestias estomacales y dificultando que el cuerpo entre en un estado de relajación necesario para dormir. Además, el alcohol, aunque inicialmente pueda inducir somnolencia, interrumpe los ciclos de sueño y reduce la calidad del descanso, lo que puede provocar despertares frecuentes a lo largo de la noche.

4. Falta de ejercicio físico

Durante las fiestas navideñas, muchas personas disminuyen su nivel de actividad física debido a las vacaciones o a las celebraciones. El ejercicio regular es esencial para un sueño saludable, ya que favorece la relajación del cuerpo y la liberación de endorfinas. Sin embargo, en Navidad, el sedentarismo aumenta debido a la cantidad de tiempo que pasamos en reuniones o en actividades que no requieren esfuerzo físico. Esto puede dificultar la conciliación del sueño, ya que el cuerpo no está lo suficientemente cansado para descansar de manera profunda.

5. Cambios en el ambiente de sueño

Las visitas a familiares o la llegada de familiares a nuestra casa también pueden alterar nuestro entorno de descanso. Dormir en un lugar diferente al habitual o compartir espacio con otras personas puede generar incomodidad y dificultar el sueño. Además, la decoración navideña, con luces brillantes y colores llamativos, puede interferir con el ambiente relajante necesario para dormir bien. Las luces intensas, como las de los árboles de Navidad o las decoraciones externas, pueden alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.

6. Sobrecarga de estímulos sensoriales

La Navidad es una época cargada de estímulos visuales, auditivos y emocionales. Las luces brillantes, la música festiva y el bullicio de las reuniones familiares pueden mantenernos en un estado de alerta constante. Este exceso de estímulos puede dificultar que nuestra mente se relaje antes de acostarnos, retrasando la conciliación del sueño. Además, el ruido generado por las celebraciones o los fuegos artificiales puede interferir en un descanso tranquilo y reparador.

7. Cambios en la exposición a la luz natural

En invierno, los días son más cortos y la exposición a la luz natural disminuye, lo que puede alterar la producción de melatonina y afectar nuestro ritmo circadiano. Este desajuste de la luz natural y artificial, sumado a los cambios en los horarios durante las festividades, puede dificultar la sincronización de nuestro reloj biológico y empeorar la calidad del sueño. El aumento del uso de pantallas electrónicas (como smartphones, tabletas y televisores) por la noche también puede inhibir la producción de melatonina debido a la luz azul emitida por estos dispositivos.

¿Cómo mejorar el sueño en Navidad?

A pesar de que la Navidad puede traer consigo una serie de factores que afectan el sueño, hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso durante estas fechas:

  • Mantener una rutina de sueño regular: Intenta mantener los horarios de acostarte y levantarte lo más consistentes posible, incluso durante las vacaciones.
  • Evitar comidas copiosas y alcohol antes de acostarse: Trata de cenar de forma ligera y no consumir alcohol en exceso en las horas previas al sueño.
  • Realizar actividad física: Aun durante las vacaciones, intenta incorporar ejercicio físico moderado durante el día para ayudar a tu cuerpo a relajarse por la noche.
  • Crear un ambiente relajante: Asegúrate de que tu espacio de descanso sea cómodo, oscuro y silencioso. Si es necesario, usa tapones para los oídos o una máscara para los ojos.
  • Limitar los estímulos antes de acostarse: Reduce el uso de dispositivos electrónicos y baja la intensidad de las luces al menos una hora antes de dormir.
  • Practicar técnicas de relajación: La meditación, la lectura o tomar un baño caliente pueden ayudarte a calmar tu mente y preparar tu cuerpo para el sueño.

Conclusión

La Navidad puede ser una época de mucha diversión y alegría, pero también puede alterar nuestros hábitos de sueño debido al estrés, la interrupción de las rutinas, la comida y la bebida en exceso, y la sobrecarga de estímulos. Para disfrutar de unas fiestas más relajadas y descansar mejor, es fundamental prestar atención a las necesidades de nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que nos ayuden a mantener la calidad del sueño.

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