Valencia
Thyssenkrupp anuncia el cierre de Galmed Sagunto y el despido de un centenar de empleados
Publicado
hace 2 añosen
El grupo ha comunicado el cierre de la planta por «un significativo empeoramiento del mercado automovilístico europeo», muy por debajo de las expectativas y previsiones originales en las que se basó la estrategia «Business Segment», que lleva a la reducción de las perspectivas de demanda de galvanizado.
Las conversaciones con el comité se iniciarán en Sagunto de forma inmediata, añade el responsable, que también avanza que mantienen conversaciones con PowerCo para identificar posibilidades de empleo para los trabajadores en la futura gigafactoría de celdas de baterías de Sagunto.
En este sentido, señala que la cualificación de la plantilla de Galmed «resulta muy interesante» para las vacantes de la gigafactoría, una planta del grupo Volkswagen que comenzará a construirse a principios de 2024 con vistas a producir en 2026.
Thyssenkrupp llevó a cabo un análisis detallado de la rentabilidad de las diez líneas de galvanizado existentes en todas sus ubicaciones y concluyó que el cierre de la línea de Sagunto es «inevitable» desde una perspectiva económica y de mercado.
La capacidad de la línea ya está infrautilizada, una tendencia que se intensificará a corto plazo, lo que supone que no será posible operar la línea de forma económica en un futuro próximo.
Thyssenkrupp es una empresa alemana diversificada con presencia global, y su nombre completo es Thyssenkrupp AG. La compañía tiene su origen en la fusión de dos empresas alemanas prominentes, Thyssen AG y Krupp AG, que se llevó a cabo en 1999. Desde entonces, Thyssenkrupp ha evolucionado para convertirse en un conglomerado industrial con actividades en diversos sectores.
Las áreas de negocio de Thyssenkrupp incluyen tecnologías industriales, materiales y servicios. La empresa opera en sectores como la ingeniería, la construcción naval, la automoción, los componentes industriales, los materiales, los bienes de equipo, y más. Thyssenkrupp ha estado involucrada en la producción de acero, ascensores y escaleras mecánicas, tecnologías automotrices, plantas industriales, entre otros.
Publicado
hace 2 horasen
2 diciembre, 2025
València, 2 de diciembre de 2025 – La niña de cuatro años que permanecía ingresada en el Hospital Clínico de València tras ser atendida en una clínica dental privada de Alzira ha recibido el alta hospitalaria, según han informado fuentes sanitarias a Europa Press. La menor había sido ingresada en la UCI pediátrica tras presentar fiebre, vómitos y somnolencia el pasado 20 de noviembre, y su evolución fue favorable hasta su traslado a planta el 24 de noviembre.
El caso ocurre días después del fallecimiento de otra menor, de seis años, que también fue atendida en la misma clínica dental de Alzira. La niña ingresó en el Hospital de La Ribera en parada cardiorrespiratoria, y pese a los esfuerzos del personal sanitario, no pudo ser reanimada.
La Conselleria de Sanidad ha abierto un expediente informativo para esclarecer las circunstancias del incidente y ha ordenado la suspensión cautelar de la actividad de la clínica dental. Asimismo, un juzgado de Alzira mantiene diligencias previas y la Policía realizó un registro acompañado de los servicios de inspección sanitaria.
La propietaria del centro indicó que la niña fallecida salió del consultorio “aparentemente bien” y que el anestesista no sabe qué pudo haber ocurrido. La menor había recibido una sedación para la extracción de dientes de leche y empastes, sin anestesia general, y empezó a encontrarse mal después del procedimiento. Las autoridades sanitarias investigan actualmente el lote de anestesia utilizado.
La autopsia inicial practicada a la niña de 6 años no detectó ninguna enfermedad previa ni anomalías en los órganos que expliquen el fallecimiento. Los investigadores esperan los resultados de los análisis de sangre, orina y tejidos, así como de las ampollas y viales utilizados durante el tratamiento, para determinar qué desencadenó la muerte de la menor y la intoxicación de la niña de 4 años.
Los estudios preliminares también descartaron problemas congénitos o malformaciones que pudieran haber dificultado la respiración durante la sedación y la anestesia local, administradas siguiendo los protocolos habituales de odontopediatría.
Ambas menores recibieron sedación consciente por el anestesista y anestesia local por la odontopediatra. Según las declaraciones de los profesionales ante la Policía Nacional y la Inspección de Servicios Sanitarios, se emplearon dosis estándar ajustadas al peso y tiempo de relajación recomendado por los laboratorios. Los viales utilizados fueron requisados por la Policía Científica para su análisis.
El registro de la clínica se realiza tras la toma de declaración de todo el personal implicado en los tratamientos, incluidos la dueña del centro, la higienista, el anestesista, la odontopediatra y los padres de las menores. La investigación está siendo coordinada por el Juzgado de Instrucción 5 de Alzira, y busca esclarecer las causas que provocaron la reacción adversa que derivó en la muerte de la niña de 6 años.
En su comparecencia, la profesional reconoció que la clínica carecía de un espacio acondicionado para la recuperación tras la sedación. Ambas niñas permanecieron en gabinetes dentales, uno de ellos contiguo a la sala donde se realizaron las intervenciones. Allí permanecieron acompañadas por sus familiares y bajo observación.
La odontopediatra insistió en que no se empleó anestesia general, sino sedación, un procedimiento que exige supervisión constante, equipos de reanimación y salas preparadas para la estabilización del paciente.
Los padres de la niña fallecida detallaron que su hija permaneció varias horas en observación antes de ser trasladada al Hospital de la Ribera, donde ingresó ya en parada cardiorrespiratoria. Los esfuerzos de los equipos médicos resultaron infructuosos.
La otra menor presentó somnolencia, fiebre, vómitos y dificultad respiratoria, síntomas compatibles con reacciones adversas por sedación, según fuentes sanitarias.
El lunes, fuentes de la Conselleria de Sanidad confirmaron que la clínica dental no disponía de autorización sanitaria para realizar técnicas de actividad de anestesia, incluidas las sedaciones intravenosas en menores.
La autorización del centro se limitaba a la práctica de odontología y estomatología, lo que permite administrar anestesia local, pero no sedaciones con fármacos intravenosos, que requieren licencia específica, formación acreditada y equipamiento avanzado.
Sanidad ha ordenado el cierre cautelar de la clínica y continúa investigando.
El Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia (ICOEV) ha emitido un comunicado en el que:
Confirma que los tratamientos fueron realizados por profesionales colegiados.
Indica que las sedaciones fueron administradas por un médico especialista en anestesia.
Traslada sus condolencias a la familia de la niña fallecida.
Muestra su deseo de recuperación para la menor de cuatro años, ya fuera de la UCI.
Pese a ello, los expertos subrayan que la presencia de un anestesista no sustituye las obligaciones estructurales del centro: permisos, sala de recuperación, monitorización y equipamiento de emergencia.
Se analiza si el tipo de sedación empleada estaba autorizado y si se ajustó a los protocolos vigentes en pediatría.
Sanidad investiga si la anestesia estaba alterada, contaminada o mal fabricada, una línea abierta tras las primeras diligencias.
El hecho de que no existiera una sala de recuperación podría constituir un incumplimiento grave de la normativa sanitaria.
Se intenta determinar si el retraso en trasladar a la menor a un hospital contribuyó al fatal desenlace.
La menor de cuatro años recibió atención urgente en el Hospital de la Ribera y posteriormente fue derivada en SAMU al Clínico de València, donde permaneció varios días en la UCI pediátrica. Su evolución ha sido positiva y ya se encuentra en planta.
16:52 h, jueves 20 de noviembre: llega en parada cardiorrespiratoria al Hospital de la Ribera.
Los equipos sanitarios intentan reanimarla sin éxito y se declara su fallecimiento.
12:00 h: acude a la misma clínica dental para un tratamiento con sedación intravenosa.
15:11 h: ingresa en Urgencias del Hospital de la Ribera con fiebre, vómitos y somnolencia.
Tras estabilizarla, es trasladada en SAMU al Clínico de València y permanece en la UCI hasta este lunes, donde su estado ya es estable y en planta.
Ambos tratamientos fueron realizados en la misma mañana y por el mismo anestesista.
Sanidad investiga:
El lote del anestésico utilizado.
La trazabilidad del fármaco y la cadena de suministro.
Las condiciones de conservación del medicamento.
La legalidad de los procedimientos aplicados.
El cumplimiento de protocolos de sedación en menores.
La documentación clínica de ambas pacientes.
Además, la Policía Nacional ha trasladado el caso al grupo de Homicidios para determinar posibles responsabilidades penales. La autopsia de la niña fallecida será determinante.
La dirección del centro ha declarado que no se empleó anestesia general, sino una sedación intravenosa leve para extraer dientes de leche y colocar empastes. Afirman que la niña “salió del centro dental aparentemente bien” y que desconocen qué pudo ocurrir después. Añaden que “se está investigando el lote de la anestesia”.
Estas afirmaciones deberán contrastarse con los informes toxicológicos y la pericia médica.
La familia de la menor fallecida sostiene que la niña presentó síntomas graves —somnolencia, vómitos, dificultad respiratoria y falta de respuesta a estímulos— durante cuatro horas dentro de la clínica antes de que le dieran el alta.
Al no mejorar en casa, decidieron trasladarla por su cuenta al Hospital de la Ribera, donde llegó en parada cardiorrespiratoria.
El juzgado de Alzira ha abierto diligencias previas para esclarecer el fallecimiento, mientras Sanidad desarrolla un expediente informativo completo. La jueza de guardia estudia ahora toda la documentación para determinar si existieron irregularidades o mala praxis en la sedación.
La gravedad de los hechos y la implicación de menores han generado enorme preocupación social. El caso reabre el debate sobre los protocolos de seguridad en la sedación odontológica, la necesidad de centros acreditados y el control exhaustivo de medicamentos anestésicos.
Sanidad insiste en que la suspensión cautelar de la clínica busca garantizar la seguridad de otros pacientes mientras avanzan las investigaciones.
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