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Los Óscar se rinden a “Todo a la vez en todas partes»

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Guillermo Azábal |

Los Ángeles (EE.UU.) (EFE).- El filme “Todo a la vez en todas partes”, de los directores Daniel Kwan y Daniel Scheinert, arrasó en la 95 edición de los Óscar al embolsarse siete premios, entre ellos los de mejor película, mejor director y mejor actriz, que recayó en la malaya Michelle Yeoh.

Kwan y Scheinert dedicaron el galardón de mejor director a “todas las madres del mundo” porque son las “verdaderas heroínas”, en una clara alusión a la trama de la película, que trata sobre una progenitora con la capacidad de viajar a universos y dimensiones paralelas.

Para la categoría masculina de este galardón, Fraser subió al escenario completamente emocionado, con risa nerviosa y afirmando que “esto debe ser algo parecido al multiverso”, en otro guiño a la película de la noche.

Además, el fenómeno “Todo a la vez en todas partes” venció en otros cuatro apartados: mejor guion original, montaje, mejor actor secundario y mejor actriz secundaria.

Por su parte, Ke Huy Quan, que regresaba a Hollywood casi cuatro décadas después, y Jamie Lee Curtis, que se llevó el primer óscar al que ha estado nominada desde que saltara a la gran pantalla con “Halloween” (1978), triunfaron en las categorías de mejor actor y mejor actriz secundaria también en “Todo a la vez en todas partes”.

“Sin novedad en el frente”, protagonista en la sombra

La cinta alemana “Sin novedad en el frente” (Netflix), de Edward Berger, fue la otra gran protagonista al llevarse cuatro óscares en los apartados de mejor fotografía; mejor diseño de producción; mejor banda sonora; y mejor película internacional, batiendo a la representante latina “Argentina, 1985”.

Las dos grandes decepciones de la noche fueron “Los Fabelman” y “Almas en pena de Inisherin”, que contaban con siete y nueve nominaciones, respectivamente, y ni siquiera llegaron a estrenar su casillero.

En una edición cuyas nominaciones combinaron exitosas películas independientes y cine de autor auspiciado por plataformas de “streaming”, apenas hubo espacio para las superproducciones de Hollywood “Avatar: El sentido del agua” y “Top Gun: Maverick”, que optaban a diversos premios técnicos y a mejor película.

Sendos filmes fueron recibidos con gratitud por la industria por suponer un alivio a la taquilla pospandémica, pero solo plasmaron su nombre en la categoría de mejor efectos especiales, en el caso de la obra de James Cameron; y mejor sonido para la película dirigida por Joseph Kosinski.

Entre otros apartados técnicos, la Academia reconoció el trabajo en maquillaje de “La ballena”, filme en el que Fraser, ganador del óscar a mejor actor, se transformó en una persona con obesidad mórbida; y el diseño de vestuario de “Black Panther: Wakanda Forever”, que consagró a Ruth. E. Carter como la primera afroamericana con dos óscares.

Otro de los momentos más esperados fue la actuación de Rihanna, que interpretó el tema “Lift Me Up” de esta misma cinta, nominada a mejor canción, y que vio como la estatuilla se le escapaba y recaía en la composición “Naatu Naatu”, de la película india “RRR”.

Guillermo del Toro, único vencedor latino

Guillermo del Toro logró el óscar a mejor película de animación por “Pinocho” (Netflix) en el que fue el primer galardón que se entregó en la ceremonia.

“La animación está preparada para ser llevada a otra dimensión y para ser tenida más en cuenta”, aseguró el cineasta tras recoger la que supone su tercera estatuilla dorada tras las dos que cosechó -mejor película y mejor director- por “La forma del agua” (2017).

Su compatriota Alfonso Cuarón no gozó de la misma suerte porque el cortometraje que coprodujo, “Le Pupille”, no fue elegido por la Academia de Hollywood.

La tímida representación latina este año la completaban Ana de Armas, que no pudo imponerse en la categoría de mejor actriz, y el filme “Argentina, 1985”, que tampoco fue premiado.

El documental “Navalny”, clave política de esta edición

La derrota de “Argentina, 1985” evitó un previsible discurso a favor de la democracia por parte de su director, Santiago Mitre, pero las referencias en clave política llegaron con “Navalny”, que se impuso en el apartado de mejor película documental.

La esposa de este opositor ruso encarcelado por Vladímir Putin, Yulia Navalnya, quiso aprovechar el escaparate de los Óscar para animar a su marido a que se mantenga “fuerte” y para mandar un mensaje de esperanza a su país: “Sueño con el día en el que volvamos a ser libres”, sentenció.

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El tesoro oculto del caballo del Parterre

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El tesoro oculto del caballo del Parterre

Enero de 1891. El Parterre de la ciudad de València, construido décadas antes, colocaba la estatua ecuestre del Rey Jaume I. Ocupaba en el centro el lugar en el que en un principio debía ir también una gran fuente monumental y que finalmente no se llevó a cabo.

Un jardín que ha llegado a nuestros días después que fuera remodelado tras la riada que arrasó València en 1957.

La imponente obra parece dominar desde lo alto la ciudad del Turia gracias al trabajo de los hermanos escultores Agapito y Venancio Vallmitjana y que fue fundida gracias a 5 cañones y un obús enviados desde Peñíscola junto a 15 toneladas de bronce.

Pero cabe destacar como dato curioso que el caballo sobre el que descansa el rey existió en realidad. Muchos podrían pensar que salió de la imaginación de sus autores.

Pero nada más lejos de la realidad. Ese animal, el que sirvió de modelo y que quedaría inmortalizado para la posteridad pertenecía a un transportista vecino del barrio de Marxalenes llamado Rafael Martí, y que era un antiguo soldado.

Una preciada gorra de soldado miñón

Cuentan que estaba orgulloso de que su bello ejemplar llevara para siempre al monarca y por ese motivo solía acercarse a menudo al taller de los escultores para ver cómo avanzaba la obra.

Dicen que Martí era un hombre orgulloso de su pasado ya que había servido a la patria y conservaba como un tesoro todas sus condecoraciones, medallas, uniformes e incluso su preciada gorra de soldado miñón, una especie de milicia urbana que hacía frente a los delincuentes.

Nunca iba sin su gorra, prenda por la que era conocido por los vecinos.

Y tampoco la olvidó el día que fue a ver como por fin introducían el metal en el molde.

En ese momento presa de la emoción y la alegría lanzó la gorra hacia el cielo para celebrar la finalización de la obra.

Lo que había olvidado era que en el interior de esa gorra guardaba la paga correspondiente por un año de trabajo.

El tesoro oculto del caballo del Parterre

La gorra cayó en el vientre del caballo de bronce y quedó fundida junto al resto para dar forma a la figura ecuestre que hoy podemos contemplar en la Plaza de Alfonso el Magnánimo.

El tesoro del caballo del Parterre del que se habla desde hace siglos forma parte de su piel, una piel fundida con cañones, un obús, bronce y unas mil pesetas que pertenecieron a este soldado, toda una fortuna para aquella época.

El paso de los años hace que en ocasiones realidad y leyenda se mezclen formando historias y mitos como el de Martí y el tesoro del caballo del Rey Jaume I. Historias y mitos que forjan el alma de una ciudad.

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