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Topise en Valencia: Resiliencia ante la DANA y gratitud desde el corazón de su fundador

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Topise dana Valencia

La reciente DANA dejó a su paso un rastro de devastación en Valencia, afectando a hogares, comercios y, entre ellos, a una joya artesanal local: Topise.

Esta empresa, conocida por su dedicación a la fabricación artesanal de calzado y artículos de danza, sufrió daños significativos en su sede, incluyendo su almacén de más de 300 m², un espacio lleno de historia, trabajo y productos únicos.

Fernando, el fundador y alma de Topise, ha demostrado una fortaleza encomiable en este difícil momento. Desde lo más profundo de su corazón, ha expresado su más sincera gratitud a los amigos, clientes y vecinos que no dudaron en ofrecer su apoyo durante la tragedia. “Las palabras no alcanzan para agradecer el cariño, la solidaridad y la ayuda que hemos recibido. Topise es más que una empresa; es una familia, y nos sentimos profundamente acompañados en este momento tan complicado”, comentó Fernando visiblemente emocionado.

La pasión artesanal de Topise

Con sede en Valencia, Topise Street se ha ganado un lugar especial en el mundo del calzado gracias a su compromiso con la calidad y la tradición artesanal. Su oferta se enfoca en la “segunda línea para la calle”, con una amplia gama de modelos que cubren numeraciones desde el 18 hasta el 41. Cada zapato es una obra de arte, fabricado con pieles nacionales, suelas de vaquetilla natural y técnicas tradicionales como el cosido en escarpín y el montaje a mano.

Esta dedicación a la calidad se combina con un servicio flexible: a diferencia de muchas empresas, Topise no requiere programaciones previas, ofreciendo productos durante toda la temporada. Además, destaca su capacidad de personalización para ocasiones especiales, como bodas, comuniones y eventos únicos.

La danza como emblema

En el corazón de Topise también se encuentra Topise Danza, una línea dedicada a satisfacer las necesidades de bailarines de todos los estilos: clásico, funky, moderno, salón, flamenco y más. Con fabricación propia, Topise Danza no solo produce zapatillas y calzado especializado, sino que también ofrece una completa gama de artículos para danza, como maillots, chaquetitas, complementos y más, todo con materiales de la mejor calidad y un servicio inmediato gracias a su extenso almacén.

Una promesa de reconstrucción

A pesar de las pérdidas materiales ocasionadas por la DANA, Fernando se muestra optimista y decidido a reconstruir lo perdido: “No es solo cuestión de recuperar el espacio físico, sino de preservar nuestra esencia y continuar ofreciendo lo mejor a nuestros clientes”.

Para Topise, el camino hacia la recuperación estará marcado por la misma pasión y dedicación que han caracterizado su trabajo durante años. Con el apoyo de su comunidad y el compromiso con la calidad que define su marca, la empresa está decidida a superar esta adversidad y seguir siendo un referente en el calzado y los artículos de danza en Valencia.

Desde este espacio, queremos destacar la fortaleza de Topise y su fundador, recordando que, en los momentos más oscuros, la solidaridad y el espíritu comunitario son la luz que permite seguir adelante.

 

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El secreto que no sale en la carta: el mobiliario de hostelería del que depende tu negocio

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El secreto que no sale en la carta: el mobiliario de hostelería del que depende tu negocio
El secreto que no sale en la carta: el mobiliario de hostelería del que depende tu negocio

En un bar o restaurante, la experiencia del cliente empieza mucho antes de probar la comida. El primer sorbo de una visita ocurre con los ojos, con los sentidos atentos al ambiente y con las sensaciones iniciales que determinan si ese lugar invita a quedarse… o a marcharse. Aunque pocas veces se menciona, el éxito de un negocio de hostelería no solo se cocina en los fogones: se sienta en las sillas, se apoya en las mesas y descansa en un espacio bien pensado.

En esta línea de contexto, empresas especializadas como Rula Mobiliario de Hostelería se han convertido en un aliado silencioso para quienes saben que el mobiliario de hostelería tiene tanto impacto en la rentabilidad como la mejor receta. El cliente elige con los ojos, y si el entorno no conquista a primera vista, la carta tendrá muy difícil hablar por sí sola.

Lo primero que se aprecia sin mirar el menú

Antes de que el camarero se acerque a la mesa, antes incluso de abrir la carta, el cliente ya ha formado una opinión. La primera impresión es determinante en la hostelería, y esa impresión nace del diseño del espacio, de la distribución y de la identidad que transmite cada elemento. Un buen mobiliario comunica sin palabras: invita, seduce y acompaña.

Cada negocio tiene una personalidad propia. Un bar que respira tradición necesita sillas y mesas que respeten su esencia, mientras que un restaurante moderno pedirá líneas limpias, colores cuidados y materiales actuales. El mobiliario define el carácter del lugar, incluso cuando el chef es el protagonista principal.

Sentarse cómodo, sentirse a gusto, sentir que ese espacio está hecho para disfrutar es el primer paso para que el cliente se quede. Si el lugar no enamora al entrar, es muy probable que tampoco enamore al pagar.

Cuando la silla decide si el cliente se queda o se va

Hay una verdad incómoda en la hostelería: una mala silla puede arruinar una buena comida. La comodidad es uno de los factores más subestimados en este sector, pero también uno de los más determinantes si hablamos de tiempo de permanencia, consumo adicional y fidelidad del cliente.

Un taburete inestable en una barra hace que el cliente no repita. Una silla incómoda en un restaurante puede recortar la sobremesa y, con ella, el beneficio extra de una bebida más, un postre o un café. El mobiliario no es un accesorio: es una herramienta de negocio.

Además, no es lo mismo equipar un bar que un restaurante. En el bar se busca dinamismo; en el restaurante, permanencia. El mobiliario marca ese ritmo, y elegirlo sin criterio es como cocinar sin probar la comida: arriesgarse a decepcionar sin necesidad.

La pregunta clave debería ser: ¿Invita mi local a quedarse… o a irse rápido?

Diseñar para vender más: estética que también convierte

La decoración no es un capricho: es estrategia. Un entorno atractivo genera más fotografías, más recomendaciones y más retorno. En un mundo en el que Instagram puede convertir un local en tendencia, el mobiliario es marketing visual sin coste publicitario continuo.

La estética influye en la percepción del precio: un espacio cuidado justifica mejor un ticket medio más alto. Y también influye en la repetición: la gente vuelve a los sitios donde se siente bien y donde quiere ser vista.

Aquí, es donde contar con especialistas como Rula Mobiliario se traduce en decisiones inteligentes: asesoramiento para combinar funcionalidad y diseño, materiales resistentes, opciones para interior y terraza, y soluciones que responden a la realidad diaria del sector. Porque el mobiliario trabaja tanto como el personal de la sala y la cocina.

Una inversión que se nota en el día a día

No es solo cuestión de estética: la durabilidad define la rentabilidad. Mesas que se rompen antes de tiempo, sillas que cojean, mobiliario que se oxida al poco tiempo en una terraza… Son errores que se pagan cada día con malas experiencias y gastos innecesarios.

Elegir mobiliario profesional para hostelería significa:

  • Resistencia al uso intensivo
  • Mantenimiento sencillo
  • Estabilidad y seguridad

Si una mesa se tambalea, si una silla chirría, el cliente lo nota. Aunque no diga nada, su opinión ya ha cambiado. Y en la hostelería, una mala sensación puede costar una reseña negativa… o la pérdida definitiva de una visita.

El mobiliario adecuado aguanta el ritmo del negocio: desde el desayuno del lunes, hasta la cena del sábado a desbordar. Por eso, quienes triunfan en el sector saben que toda inversión inteligente se recupera en satisfacción y clientes fieles.

El mobiliario es parte de la experiencia que el cliente recuerda

El éxito de muchos locales está en entender que los clientes no solo compran comida: compran momentos. Y esos momentos se apoyan en sensaciones. La silla, la mesa, el entorno y el confort son parte del producto, aunque no aparezcan escritos en la carta.

El cliente puede olvidar el nombre de un plato, pero recordará:

  • Si estuvo cómodo
  • Si el ambiente era agradable
  • Si el local tenía personalidad

Y ese recuerdo hará que un día cualquiera, decida volver. Porque volver a un bar o restaurante no es una decisión racional: es emocional. Y esa emoción la construye el local desde que el cliente cruza la puerta. El mobiliario no es un elemento secundario:
es el escenario donde todo ocurre.

Convertir un espacio en un lugar especial: el verdadero secreto

El sector hostelero está lleno de competencia. Solo algunos negocios consiguen convertirse en sitios de referencia, en puntos de reunión donde todo el mundo quiere estar. ¿Cuál es su secreto? Crear lugares con alma.

Un buen mobiliario para hostelería ayuda a que el cliente sienta que ese espacio le pertenece, que quiere invitar a otros a conocerlo, que quiere repetir. La combinación perfecta entre diseño, comodidad y durabilidad mejora la experiencia, impulsa el negocio y construye comunidad.

Y aunque no aparezca en el menú, aunque nadie lo señale durante el servicio, el mobiliario es una parte clave del éxito. Es el ingrediente invisible que hace que un local tenga vida, tenga identidad y tenga futuro.

 

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