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Consumo

Un estudio desvela que los supermercados descuidan medidas sanitarias para controlar el COVID

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La desescalada ha traído algunos cambios a los que los consumidores se van acostumbrando en su día a día, también a la hora de realizar su compra: con controles de aforo, dispensadores de geles hidroalcohólicos, guantes, distancias de seguridad y el uso de la mascarilla. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha querido comprobar si se están aplicando las medidas sanitarias en unos de los lugares más visitados por los consumidores, los supermercados. Para ello ha analizado un estudio visitando más de 1.000 establecimientos en toda España y las medidas de prevención están extendidas en la mayor parte de los establecimientos.

Seguridad a la entrada: gel hidroalcohólico y guantes

Dos de las principales medidas de prevención del contagio del coronavirus son el uso de gel hidroalcohólico y/o guantes desechables. El 93% de los establecimientos visitados proporcionaban gel a la entrada del local y un 66% proveían de guantes. A pesar de no encontrarse disponibles en la entrada, los guantes solían estar disponibles en secciones específicas del supermercado, como la de frutas y verduras donde se usan las manos para tocar productos frescos.

Por cadenas, el gel se encontró en la mayor parte de las cadenas en todos sus establecimientos visitados o, de encontrarse ausente, esto solo ocurría en uno de los establecimientos. El peor resultado se dio en Covirán, donde no se encontró el gel en la mitad de sus tiendas. En cuanto a los guantes disponibles en la entrada, no se encontraron en ningún Carrefour Express y tampoco se encontraron en dos tercios de los establecimientos de BM y Supercor.

OCU destaca un aspecto preocupante del análisis, y es que en el 40% de los supermercados, en la entrada no se encontró ninguna medida de control de aforo (ya fuera personal encargado de limitar la entrada a la tienda en caso de aglomeraciones o alguna señalización indicando el aforo máximo). Los resultados fueron especialmente malos en Covirán, en Alimerka, MAS y Supercor su existencia no llegó al 50% de sus tiendas visitadas.

Dentro del local: falta gel y marcas de distancia

A diferencia de la entrada, fue difícil encontrar dispensadores de gel hidroalcohólico dentro de los supermercados. Tan solo se encontraron en el 24% de los casos. En las principales cadenas de hipermercados (Alcampo, Carrefour, Eroski e Hipercor), con tiendas de grandes dimensiones, su disponibilidad se aproximaba al 40%, al igual que en El Corte Inglés. En Mercadona, Lidl y Aldi, los porcentajes de presencia se quedaron en el entorno del 20%.

Cabe destacar como aspecto positivo los datos de señalizaciones indicando la necesidad de guardar distancias entre los clientes del local (sin contar los que hubiera en la zona de cajas). Se encontraron dichas señales en el 70% de los establecimientos. Los peores datos fueron, de nuevo, los de Covirán (13%), seguida por Lupa (33%), Superdino (40%) e Hiperdino y Carrefour Express (50% en ambos casos).

En la zona de caja

Uno de los espacios más importantes a la hora de analizar las medidas de prevención dentro de un supermercado está en las cajas. La acumulación de clientes en la cola y el contacto con el personal que cobra pueden convertir esta zona en una importante fuente de contagios.

Afortunadamente, no se encontraron grandes problemas. En el 95% de los casos, había indicaciones para separar a los clientes que hacían cola en las cajas, en el 94% de los casos, el personal de caja estaba separado de los clientes por una mampara y en el 98% de los casos llevaba mascarilla, aunque este último dato debería haber sido un 100%, dada la obligatoriedad absoluta de su uso. El peor valor, dentro de las cadenas más importantes, de nuevo estuvo en Covirán con un 75% de uso de mascarillas. Otras cadenas, fuera ya de las grandes, donde se apreciaron problemas en el uso de mascarilla por el personal de caja fueron Unide, Coaliment y Altoaragón.

Por lo que se refiere a las mamparas en las cajas, se encontraron en más del 90%; sólo Covirán (63%), MAS (82%), Lupa (83%) y Gadis (88%), no llegaron a ese porcentaje de presencia. Respecto a la indicación de separación de clientes en la cola para pagar, de nuevo los peores datos se dieron en Covirán (38%) seguido muy de lejos por Supecor (75%).

En líneas generales, las medidas de seguridad se cumplen bien a la entrada del establecimiento, donde se suministra gel hidroalcohólico a los clientes y en el momento de pagar. Sin embargo, existe espacio de mejora en cuanto a proporcionar guantes a la entrada, en disponer de medidas claras de control de aforo y en recordar a los clientes, que deben mantener una distancia entre ellos para prevenir contagios. El peor aspecto es la ausencia generalizada de gel hidroalcohólico en otros espacios del supermercado más allá de la entrada. No es muy grave en establecimientos pequeños, pero sería conveniente que hubiera más de un dispensador de gel en aquellos que son muy grandes. Por cadenas, se ve que los peores datos se suelen dar en cadenas con tiendas de pequeñas dimensiones, destacando los casos de Covirán y, en menor medida, Carrefour Express y Lupa.

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Consumo

Huevos de oro: el precio se dispara un 50% en solo seis meses 

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Huevos precio
OCU

Los huevos se encarecen como nunca: un producto básico convertido en lujo cotidiano

El precio de los huevos en España ha alcanzado cifras históricas. En solo seis meses, su coste medio ha subido un 50%, y en algunos casos, desde 2021, el incremento supera el 137%. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alerta de que el encarecimiento convierte a este alimento esencial —presente en la mayoría de los hogares— en un auténtico producto de lujo, lo que muchos ya llaman “los huevos de oro”.

Este aumento sostenido afecta especialmente a las familias con menos recursos, que encuentran cada vez más difícil acceder a productos básicos. Y es que los huevos, además de ser una fuente accesible de proteínas, se habían convertido en una alternativa económica frente a la carne o el pescado, también disparados de precio.


Los huevos más baratos son los que más suben

El seguimiento de precios realizado por la OCU muestra una tendencia desigual, aunque preocupante.

  • Huevos de jaula o de suelo (categoría M): han subido un 137% desde la primavera de 2021.

  • Huevos L más baratos: incremento del 119% en el mismo periodo.

  • Huevos camperos: subida media de 0,73 € por docena desde la primavera de 2024.

  • Huevos ecológicos: aumentan unos 0,48 € por docena, siendo los que menos se encarecen en términos relativos.

Paradójicamente, los huevos más económicos son los que más se han encarecido en los últimos meses, lo que refleja una tendencia que castiga a los consumidores con menos poder adquisitivo.


Cuatro causas detrás del encarecimiento de los huevos

Los expertos señalan una combinación de factores que explican este aumento generalizado del precio de los huevos en España:

1. Aumento del precio en origen

El coste en las granjas ha subido drásticamente por el encarecimiento de la alimentación animal, la energía y el transporte. Aunque los precios en origen han tenido altibajos desde 2022, los descensos apenas se trasladan al consumidor. Este fenómeno se conoce como “efecto cohete y pluma”: los precios suben rápido, pero bajan despacio, si es que bajan.

2. Brotes de gripe aviar

Los focos de gripe aviar detectados en varias granjas españolas han obligado al sacrificio de miles de gallinas ponedoras, reduciendo la oferta y presionando los precios al alza. Esta situación replica lo ocurrido en Estados Unidos en 2023, donde el huevo llegó a costar un dólar por unidad.

3. Cambios en los hábitos de consumo

El consumidor actual busca productos más éticos y sostenibles. Crece la demanda de huevos camperos y ecológicos, lo que obliga a las granjas a adaptar sus sistemas de producción. En 2016, el 93% de las gallinas vivían en jaulas; en 2024 ese porcentaje ha caído al 67%, un cambio que encarece la producción por el mayor coste de espacio y bienestar animal.

4. Margen comercial y falta de competencia real

La OCU advierte que los supermercados aplican márgenes muy similares, lo que indica una posible uniformidad de precios. Las cadenas trasladan las subidas en origen de inmediato, pero no repercuten las bajadas, manteniendo márgenes que perjudican al consumidor.


El impacto directo en la cesta de la compra

El encarecimiento del huevo se suma al de otros alimentos básicos como el aceite, la leche o la harina. En una cesta de la compra media, el consumidor paga más de un 20% adicional respecto al año anterior, según los últimos informes del INE.

Las familias optan por reducir el consumo o buscar marcas blancas, aunque incluso estas han registrado incrementos de más del 30% en lo que va de año.


El futuro: precios altos y poca previsión de bajada

A pesar de que los precios en origen parecen haberse estabilizado desde finales de octubre, los analistas prevén que el coste de los huevos se mantendrá elevado durante los próximos meses. La incertidumbre en el mercado de piensos, los efectos de la gripe aviar y los costes energéticos hacen difícil pensar en una bajada significativa a corto plazo.

La OCU reclama mayor transparencia en la cadena alimentaria, controles más estrictos sobre los márgenes comerciales y medidas específicas para proteger a los consumidores vulnerables.


Consejos para ahorrar y consumir huevos de forma segura

Ante esta escalada de precios, los expertos recomiendan:

  • Comparar precios entre establecimientos y aprovechar ofertas de packs familiares.

  • Revisar el código del envase, que indica el tipo de producción (0 ecológico, 1 campero, 2 suelo, 3 jaula).

  • Conservar correctamente los huevos en refrigeración y evitar lavarlos antes de guardarlos, para no dañar la cáscara.

  • Priorizar el consumo responsable y local, apoyando a productores cercanos que reduzcan la huella de transporte.


Conclusión: los huevos de oro, símbolo de una inflación sin freno

El huevo, símbolo de sencillez y alimento de base, se ha convertido en 2025 en un termómetro de la inflación alimentaria en España. Su precio desbocado refleja la fragilidad del sistema agroalimentario, sometido a crisis sanitarias, costes crecientes y desequilibrios comerciales.

Mientras los consumidores se enfrentan a una cesta cada vez más cara, los huevos —aquellos de cada mañana— parecen haberse transformado en auténticos huevos de oro.

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