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¿Universidad o un ciclo de grado superior?

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¿Universidad o un ciclo de grado superior?

¿Universidad o ciclo de grado superior? Esta es una de las interrogantes más comunes entre los estudiantes que desean continuar con sus estudios y formarse profesionalmente. De hecho, “preparación acceso grado superior Valencia” es una de las búsquedas más realizadas en los buscadores entre los estudiantes valencianos según el propio Google.

En cualquier caso, tanto para ingresar a la universidad como a un ciclo de formación profesional (FP) es obligatorio prepararse para ingresar, pues, mientras mejor sea la preparación para obtener el acceso al grado superior o para la selectividad, las posibilidades de pasar la prueba y de conseguir ser admitido son más elevadas. Sabiendo esto, ahora solo quedará decidir cuál de las dos opciones es la más conveniente para ti.

Diferencias entre universidad y un ciclo de grado superior

Estas son las principales diferencias que existen entre la universidad y un ciclo de grado superior:

Modelo educativo

En el caso de la universidad, el modelo educativo que predomina es el teórico, lo que quiere decir que el mayor porcentaje del tiempo los estudiantes se dedican a aprender la teoría, para posteriormente ponerla en práctica en los últimos años de su carrera. Pasa lo contrario con un ciclo de grado, donde los estudiantes desde el primer momento son puestos en el rol profesional, permitiéndoles así una mayor compresión de la teoría a través de la experiencia.

Duración

Las carreras universitarias suelen ser más largas que las carreras que se imparten en un ciclo de grado superior. En este sentido, mientras obtener un título universitario puede tomar como mínimo 5 años, obtener un título de un ciclo de formación profesional tan solo requiere de 2 años, por lo que si crees que no tienes mucho tiempo para estudiar, pero quieres y necesitas formarte como profesional para tener más oportunidades en el campo laboral, un ciclo FP es la mejor opción.

Demanda

Hoy en día, los estudiantes eligen mayoritariamente formarse profesionalmente en un ciclo de grado superior antes que acceder a la universidad. De hecho, en la última década se calcula un incremento del 71% en la cantidad de alumnos matriculados en ciclos FP, esto puede interpretarse como un reconocimiento de la calidad de este sistema de formación.

Empleabilidad

Tanto los profesionales universitarios como los egresados de ciclos FP tienen oportunidades de insertarse al mercado laboral. No obstante, la tasa de empleabilidad para este último grupo cada día va en aumento. Esto se debe a que las empresas centran su búsqueda en profesionales con habilidades técnicas desarrolladas, lo que pueden conseguir en los egresados de los ciclos de grado superior.

Ventajas de un ciclo de grado superior

La universidad por sí misma involucra una serie de ventajas, no obstante, la formación profesional en ciclos de grado superior también involucra otras tantas, que merecen la pena ser tomadas en cuenta al momento de decidir entre ambos métodos. Las ventajas de los ciclos FP son las siguientes:

  • Amplia oferta de profesiones
  • Carreras profesionales de menos duración
  • Acceso a formación profesional combinada (teoría y práctica)
  • Mayor número de horas dedicadas a la práctica
  • Orientación laboral
  • Acceso a máster o doctorado tras la culminación y aprobación de la formación profesional
  • Alta tasa de empleabilidad
  • Mayor demanda por parte de estudiantes

 

 

 

 

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Ayudas y subvenciones en 2025: el nuevo marco de apoyo a familias, vivienda y empleo en España

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Durante 2025, España ha consolidado un sistema de ayudas públicas orientado a reforzar la protección social y aliviar el impacto del encarecimiento de la vida. Las administraciones central y autonómicas han ampliado los mecanismos de apoyo dirigidos a familias, desempleados y colectivos con ingresos inestables, integrando fondos europeos destinados a reducir desigualdades y mejorar la eficiencia energética de las viviendas. 

Según el Ministerio de Inclusión, cerca de 1,8 millones de hogares han recibido algún tipo de prestación durante el ejercicio, lo que refleja una cobertura más amplia aunque desigual entre territorios. Las políticas vigentes priorizan el mantenimiento del poder adquisitivo, la conciliación y el acceso a la vivienda asequible. 

Refuerzo de las prestaciones familiares y apoyo a la maternidad 

La protección de las familias sigue siendo uno de los pilares del marco social de 2025. Las prestaciones por hijo a cargo se mantienen en torno a 100 euros mensuales por menor para rentas inferiores a 27.000 euros anuales, mientras que las deducciones por maternidad se amplían a trabajadoras con empleo parcial o discontinuo. 

Entre los recursos disponibles, destacan las guías informativas que reúnen las distintas opciones de apoyo económico para hogares monoparentales. Las ayudas para madres solteras padre reconocido ofrecen una visión actualizada de los programas y prestaciones a los que pueden acceder las familias con un solo progenitor, desde deducciones fiscales hasta subsidios autonómicos o becas escolares. Estos mecanismos, vigentes en la mayoría de comunidades, buscan aliviar la carga económica y garantizar la igualdad de acceso a los servicios básicos. 

Comunidades como Andalucía o la Comunidad Valenciana han reforzado programas complementarios que cubren parte de los gastos de guardería, material escolar o suministros del hogar. La digitalización de los trámites ha reducido los plazos de solicitud, aunque las cuantías varían según la comunidad y el nivel de renta familiar. 

Vivienda y rehabilitación energética: prioridades compartidas 

El acceso a una vivienda digna continúa siendo uno de los retos más relevantes. El Plan Estatal de Vivienda 2025 ha concentrado sus esfuerzos en el alquiler social y en la mejora de la eficiencia energética de los edificios. Las subvenciones para la rehabilitación, financiadas con fondos Next Generation, cubren hasta el 40 % del coste de las reformas orientadas a reducir el consumo eléctrico o mejorar el aislamiento térmico. 

Algunas autonomías han ampliado los programas con ayudas al alquiler para jóvenes y familias con rentas bajas, vinculadas al precio medio del mercado local. Estas iniciativas pretenden contener el aumento de los precios y fomentar la ocupación de vivienda disponible en núcleos urbanos y rurales. 

Empleo, formación y apoyo a desempleados 

Las políticas de empleo se han centrado en mejorar la inserción de los colectivos con más dificultades para acceder al mercado laboral. El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) impulsa programas de recualificación profesional y formación digital, en colaboración con empresas y centros de FP dual. Los contratos bonificados en sectores con déficit de mano de obra —como la hostelería o la sanidad— han aumentado un 12 % respecto al año anterior. 

Además de las medidas oficiales, algunos portales especializados ofrecen información útil sobre las ventajas y reducciones disponibles para quienes buscan trabajo. Los descuentos para desempleados reúnen opciones de ahorro en transporte, formación y servicios básicos, y ayudan a reducir el gasto cotidiano durante el periodo de búsqueda activa de empleo. 

El refuerzo de la orientación laboral y la coordinación entre los servicios autonómicos y estatales apuntan a una estrategia más integral. El reto sigue siendo trasladar las ayudas al terreno práctico, garantizando que quienes más lo necesitan puedan acceder a ellas con agilidad y transparencia. 

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