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VÍDEO| Así ha desmantelado la Policía un sistema de radares de un grupo de narcos para detectar la presencia policial

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Agentes de la Policía Nacional ha desmantelado un sistema de radares utilizado por un grupo de narcos para detectar la presencia policial en la costa de Cádiz. La infraestructura localizada en dos viviendas de La Línea de la Concepción, estaba formada por dos antenas que les permitían conocer la localización de las patrulleras policiales o de los helicópteros de vigilancia de las fuerzas de seguridad y así informar en tiempo real a las embarcaciones cargadas de hachís que pretendían alijar en las playas gaditanas. Se han realizado 16 registros en la localidad gaditana de La Línea de la Concepción y dos más en las localidades malagueñas de Manilva y Estepona, en los que se han intervenido cuatro armas de fuego, tres narcoembarcaciones, numerosos vehículos todoterreno y más de 50.000 euros en efectivo. El operativo desplegado por la Policía Nacional ha culminado con la detención de 10 personas en La Línea de la Concepción.

Alijos de hachís en las costas gaditanas

La investigación se inició a finales de 2016 a raíz de las informaciones recabadas sobre la actividad desarrollada por un grupo organizado de personas especializado en transportar fardos de hachís desde Marruecos hasta España. Fruto de las gestiones realizadas, los agentes constataron que la organización estaba perfectamente jerarquizada con un claro reparto de tareas y con la existencia de unos jefes que asumían el mando de la dirección sobre los responsables de las embarcaciones. Estos últimos se encargaban de todo lo relacionado con la adquisición, transporte y puesta a punto de las narcoembarcaciones, gestión de la tripulación, combustible, así como de otras embarcaciones utilizadas para el avituallamiento.

Los pilotos y tripulantes se encargaban de transportar el hachís vía marítima hasta llegar a las costas gaditanas donde los porteadores eran los que alijaban el hachís desde las embarcaciones hasta los vehículos de carga, para ser posteriormente trasladado hasta las zonas de “guarderías”. La droga tras ser almacenada en las naves industriales era custodiada por los “guardadores” hasta su distribución.

Radares en viviendas costeras

Toda esta infraestructura organizativa se apoyaba en una red de alerta formada por los responsables de seguridad de los alijos, quienes se encargaban del entramado de colaboradores cuya tarea consistía en advertir la presencia policial. La organización también disponía de numerosos teléfonos satélites, equipos de transmisión y teléfonos móviles los cuales eran utilizados para mantener una comunicación segura cuando la organización iba a introducir un alijo de hachís.

La organización criminal contaba con una infraestructura de contravigilancia con radares, que estaban instalados en altura en el interior de dos viviendas situadas frente a la costa en La Línea de la Concepción. Estos radares eran utilizados para controlar la presencia en el mar de las patrulleras de las fuerzas y cuerpos de seguridad cuando las narcoembarcaciones pretendían alijar en las playas linenses y de este modo asegurar que los alijos se realizasen con todas las garantías. La peculiaridad de estos radares es que, según su orientación, además de la detección a nivel terrestre o marítimo tendrían la posibilidad de orientarse hacia el espacio aéreo para detectar la presencia de los helicópteros policiales que participan en los dispositivos al efecto.

Además de esta función, realizaban el control técnico de los posicionamientos de todas la personas que se situaban a lo largo de la costa realizando tareas de “punto de vigilancia”, a través de los cuales personas del escalón bajo de la organización controlaban la presencia y movimiento de los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

De este modo, como quiera que el radar les permitía en todo momento tener conocimiento de la localización tanto de las patrulleras de las fuerzas y cuerpos de seguridad como de las narcoembarcaciones cargadas de hachís, y los “puntos” les informaban continuamente de la localización de cada una de las patrullas policiales que estaban operando en tierra, obtenían la información suficiente para informar a los jefes de las organizaciones acerca del momento exacto en que debían de dar la orden para alijar.

Los encargados del manejo de los radares eran contratados por las organizaciones criminales para coordinar y dirigir la seguridad de todos los operativos de introducción de hachís, ya que precisaban de personas con conocimientos técnicos específicos para su manejo.

Operativo final con 10 detenidos y 18 registros

La investigación ha culminado con un amplio dispositivo policial en virtud del cual se han practicado un total de 18 registros. Como resultado de todos ellos se ha procedido a la detención de 10 miembros y a la aprehensión de dos radares, la intervención de 4 armas de fuego -una de ellas semiautomática-, la aprehensión de diversa cantidad de sustancia estupefaciente, efectos y documentación relacionada con el hecho delictivo además de 50.000 euros, tres narcoembarcaciones y numerosos vehículos todoterreno. En fases anteriores de esta investigación se han intervenido alrededor de 70.000 kilos de hachís, más de 230 vehículo y 18 armas de fuego.

El juzgado competente ha sido el de Instrucción número tres de la Línea de la Concepción (Cádiz). Los tres cabecillas de la organización han ingresado ya en prisión y el resto se encuentran en libertad con cargos. La operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.

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Filtran un ‘video sexual’ con QR en Zamora: recibe 1.500 visitas en 24 horas

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La ciudad de Zamora se despertó la pasada semana con decenas de carteles que incluían un código QR acompañado del mensaje:

«Tú me engañaste, ahora que se diviertan otros».

El mensaje, junto a una foto borrosa, sugería la filtración de un video sexual por parte de una expareja, generando preocupación entre los vecinos. Sin embargo, pronto se reveló que formaba parte de una campaña del Ayuntamiento de Zamora con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer (25-N).


Objetivos de la campaña: visibilizar la violencia digital

Desde las redes oficiales del Ayuntamiento se explicó que la iniciativa busca analizar y hacer visible la violencia machista en el entorno digital, un fenómeno que las autoridades consideran cada vez más preocupante.

La campaña tiene como meta concienciar a la ciudadanía sobre la difusión de material íntimo sin consentimiento y mostrar cómo este tipo de contenidos reproducen dinámicas de violencia de género, incluso cuando se consumen de forma pasiva.


Impacto inmediato: casi 1.500 visitas en 24 horas

A pesar de la polémica inicial, 1.454 personas visitaron la página vinculada al QR en solo 24 horas.

Algunos ciudadanos, al no conocer el objetivo de la campaña, alertaron a las fuerzas de seguridad ante la posible comisión de un delito. Esta reacción confirma que el contenido provocador generó debate y atención sobre la violencia digital.


Datos clave sobre violencia digital

El vídeo al que se accede a través del QR ofrecía estadísticas y mensajes de concienciación:

  • 9 de cada 10 víctimas de difusión íntima no consentida son mujeres.

  • El 73 % de las mujeres ha sufrido violencia digital.

  • Ver o compartir vídeos íntimos sin consentimiento contribuye al machismo y aumenta la violencia contra las mujeres.

Con estos datos, el Ayuntamiento busca reforzar la educación sobre el respeto digital y la protección de la intimidad, así como fomentar la denuncia de este tipo de delitos.


Reacciones de la ciudadanía y medios

La acción del Ayuntamiento generó gran repercusión en redes sociales y medios locales, con debates sobre la ética de mostrar material provocador como herramienta de concienciación.

Aunque en un primer momento muchos interpretaron la campaña como una filtración real, la aclaración oficial permitió poner en evidencia el problema de la violencia digital y el consumo de contenido íntimo sin consentimiento.


La campaña del Ayuntamiento de Zamora se ha convertido en un ejemplo de cómo el marketing urbano y los códigos QR pueden utilizarse para concienciar sobre problemas sociales graves. Gracias a esta iniciativa, más de 1.400 personas se informaron sobre la violencia digital en solo un día, generando debate y reflexión sobre la protección de la intimidad y la igualdad de género.

 

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