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Profesores 3.0, más allá de la tiza y la pizarra

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En tiempos de COVID-19 muchos han sido los sectores que se han debido adaptar a marchas forzadas a la nueva situación generada por el estado de alarma y la crisis sanitaria abierta en el mundo entero. Entre ellos, los maestros, quienes se han visto obligados a cambiar su rutina diaria a marchas forzadas para continuar con un curso lectivo paralizado a mitad. Sin vuelta a las aulas y con un futuro incierto sobre la misma, los profesores han tenido que adaptar sus clases y su métodos de la noche a la mañana para que los alumnos no pierdan el ritmo de su educación.

Hoy en Official Press hablamos con José Vazquez, un joven valenciano amante de la educación y también de la música ya que compagina su trabajo como profesor de secundaria y bachillerato con su gran pasión, ya que es un reconocido dj conocido como Boccachico, presente en las fiestas más divertidas de la ciudad. Serio en las aulas y divertido ante la mesa de mezclas, José Vázquez trabaja actualmente en el Colegio Montfort de la localidad madrileña de Loeches donde imparte toda la secundaria y los dos niveles de bachillerato. Nos cuenta en primera persona como es el día a día de un maestro en estos tiempos tan difíciles que estamos viviendo.

¿Como es el día a día de un profesor en cuarentena?
Sorprendentemente estricto. Para todos aquellos que piensan que estamos de vacaciones les facilitaría mi bandeja de correo que jamás llegó a tener tantos mensajes. Me levanto de hecho media hora antes de lo que habitualmente hacía ya que nos han comprimido el horario para terminar al mediodía cosa que agradezco. Y pensarás que tengo toda la tarde libre para leer y ver series en línea. Nada más lejos de la realidad. Cualquier elemento que ejerza una buena retroalimentación tipo una película, documental o canción ahora más que nunca me siento en el deber moral de compartirlo al día siguiente con mis estudiantes.

¿Cómo has tenido que adaptar tu metodología de trabajo?
Busco diariamente inspiración en los rincones más oscuros de las redes sociales. He dejado de ser un profesor para convertirme en un entertainer. Algunos de mis compañeros han desbancado a los mejores youtubers con sus canales y sus ingeniosas transformaciones de cualquier ejercicio tradicional como un dictado. Desde aquí quiero reconocer públicamente el mérito de algunas empresas de escapismo por currarse hasta la saciedad tantas salas de juego virtual que nos han salvado alguna hora muerta. Aún así hay exámenes al final de estos itinerarios. No tienen para nada el mismo valor, pero sirven para controlar su evolución.

¿Se han adaptado bien los niños?
Al principio y debido a sus avanzadas capacidades tecnológicas nos jugaban alguna mala pasada. Pero solo al principio. Ahora nosotros somos la tortuga de la fábula que con un par de fines de semana hemos adelantado varios kilómetros a la liebre. Hemos pasado de no saber compartir pantalla en las aplicaciones telemáticas a silenciar a treinta estudiantes con solo un clic. Ahora se encuentran ya sumidos en una nueva normalidad rutinaria. Siguen mostrando interés y ganas por conectarse y no perder el hilo, pero también es cierto que añoran el cocido del comedor del colegio.

¿Que opinas de las quejas de los padres ante la gran cantidad de deberes impuestos en algunos centros?
En este punto me salgo del círculo. De hecho, de vez en cuando se me ha cuestionado como profesor por no mandar excesiva tarea a casa. Y siempre explico lo mismo. Si yo, que tengo 28 años y más o menos puedo subir hasta el quinto piso de mi casa sin cansarme, llego derrotado a casa en un día normal de clases no me quiero ni imaginar los niños a quienes se les enchufan por la retaguardia actividades extraescolares.

Aprobado general, ¿a favor o en contra?
Sí y no. Es decir, en el 90 por ciento de lo casos nos vamos a encontrar con empujones y ayudas a cualquier alumno que haya mostrado la capacidad de adaptarse al sistema y se lo ha hecho saber a sus profesores. Sea cual sea el medio, si su fin es el de aprobar al final eso se nota. Luego hay casos más excepcionales que no pueden beneficiarse de esta situación si llevaban dos trimestres sin dar un palo al agua. Lo llaman meritocracia y no me escondo si digo que estoy muy a favor de la misma.

¿Consideras que antes de esta situación el sistemas educativo estaba bien planteado, o por el contrario piensas que si se hubieran utilizado métodos más avanzados no habría sido tan problemático enfrentarse a una situación así?
En general si está bien planteado. Lo que le falta en algunos casos son recursos. Pero vamos a ver: ¿Acaso Nietzsche tenía ordenador? ¿O Cervantes una tableta? No. La educación es vocacional y como decía aquel figurante del anuncio de un refresco con poco me lo monto. Imaginación e improvisación al poder y en este caso como mínimo un dispositivo para conectarte a la red y fin.

¿Te ha costado mucho el proceso de adaptación?
Tengo la suerte de compartir generación con estos chicos que en lugar de con un pan bajo el brazo deberían nacer con unas gafas anti reflectantes para la luz azul de las pantallas. Así que te diré que no mucho.

Que has aprendido de esta experiencia
Que unos compañeros de piso trabajadores y maduros te pueden salvar la vida y la cuarentena y que no es aconsejable ser productivo las veinticuatro horas del día. Tampoco pasarte doce jugando al parchís star pero eso ya da para otra entrevista.

¿Ganas de volver a las aulas?
Ni te lo imaginas.

Un mensaje para todos tus niños
Ningún camino fácil te llevará a un lugar que merezca la pena. Stay strong.

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De diseñadora de moda a ganadera: la historia de Blanca Tomás, la joven valenciana que encontró su vocación en plena pandemia

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Blanca Tomás, de 31 años, dejó atrás las pasarelas y los diseños para entregarse al cuidado de terneros en la granja familiar de El Palomar. Hoy lidera un proyecto sostenible, innovador y con proyección turística.

La pandemia del COVID-19 fue un punto de inflexión en la vida de muchas personas. Para Blanca Tomás, supuso un antes y un después. Esta joven valenciana trabajaba como diseñadora de moda en València cuando, en 2020, regresó a su pueblo natal, El Palomar (Vall d’Albaida), para ayudar a su familia en la granja. Lo que comenzó como algo temporal, se transformó rápidamente en su verdadera vocación.

Desde entonces, Blanca es el alma de la Granja José Tomás S.L., una explotación ganadera especializada en el destete de terneros que combina tradición, sostenibilidad y un fuerte componente de innovación rural.


Una nueva vida entre terneros: del diseño textil al campo

Con solo 21 días de vida, los terneros llegan a la granja de Blanca, donde son alimentados, vigilados y cuidados durante tres meses hasta que pasan de la leche al pienso. Todo el proceso se realiza bajo estándares de bienestar animal, con seguimiento diario y monitorización.

Pero Blanca no se queda ahí: ha implementado mejoras sostenibles como el uso de 36 placas solares, un vehículo 100% eléctrico, y la reutilización del estiércol como fertilizante natural en campos de olivos, cerrando así el ciclo productivo de economía circular.

Además, ha incorporado cultivos como la avena y la maralfalfa, una gramínea de alto rendimiento con bajo impacto ambiental que permite hasta seis cosechas al año.


Turismo rural, educación y alimentación saludable: la granja del futuro

A partir de 2026, Blanca abrirá las puertas de su granja a familias, escolares y turistas, con el objetivo de acercar el mundo rural a la ciudadanía. El proyecto incluye:

  • Visitas guiadas para conocer el trabajo diario con los animales.

  • Huerto urbano con productos de temporada.

  • Casa rural y piscina para estancias personalizadas.

  • Talleres gastronómicos con enfoque cultural y local.

Experiencias únicas para los visitantes

Entre las actividades, destacan:

  • Taller de paella valenciana, con elaboración desde cero.

  • Taller de vermut artesanal, para aprender sobre esta bebida tradicional.

  • Catas de vinos ecológicos y de kilómetro cero, en colaboración con bodegas locales.


Digitalización, emprendimiento femenino y futuro sostenible

Consciente de la importancia de adaptarse a los tiempos, Blanca trabaja en la digitalización del proyecto, con una página web en desarrollo que incluirá tienda online de productos artesanales, reservas y presencia activa en redes sociales.

“Queremos dar valor al trabajo rural, resaltar la importancia de la alimentación natural, la sostenibilidad y las tradiciones locales. Este entorno es educativo, saludable y ofrece experiencias que conectan con la naturaleza”, explica Blanca.

Madre y emprendedora, asegura que su historia puede ser un ejemplo para otras mujeres:

“Espero que mi experiencia sirva de inspiración. Apostar por el mundo rural me ha dado paz, orgullo y la oportunidad de liderar un proyecto familiar con impacto positivo”.

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