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Salud y Bienestar

10 claves para prevenir el cáncer, vía OCU

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Estas son las principales causas de muerte en la Comunitat

El 4 de febrero es el Día Mundial Contra el Cáncer. Un buen momento para recordar, a la luz de las evidencias científicas, qué prácticas incrementan el riesgo de desarrollar un cáncer y qué prácticas puedes efectivamente adoptar en tu vida cotidiana para prevenir esta temida enfermedad: también está en tu mano.

El cáncer es una de las enfermedades más temidas. Según la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, en 2018 España llegó a los  270.000  nuevos casos de cáncer, y se prevé que esa cifra siga aumentando. Se calcula que uno de cada dos hombres y casi una de cada tres mujeres sufrirán algún tipo de tumor a lo largo de su vida.

Los tipos de tumores más frecuentes siguen siendo el cáncer colorrectal, próstat, pulmón, mama, vejiga y estómago. El que se cobra mayor número de víctimas es el de pulmón, seguido del colorrectal.

Son muchos los factores que influyen en la aparición de la enfermedad, genéticos, antecedentes personales y familiares… pero también otros ligados a hábitos de vida en los que podemos actuar. En este sentido, a Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud ha elaborado un código contra el cáncer, del que nos hacemos eco en OCU: es un catálogo de hábitos básicos para prevenir y reducir el riesgo de padecer cáncer.

1. No fumes
Destierra el tabaco de tu vida: ni rubio, ni negro, ni de liar… no fumes ningún tipo de tabaco. Tampoco aspires el humo de otro, porque ser fumador pasivo también es un factor de riesgo: evita tragarte malos humos.

2. Vigila tu peso
Mantener un peso saludable disminuye el riesgo de cáncer, un riesgo que se incrementa (junto con el de otras patologías) en caso de sobrepeso elevado u obesidad. Es momento de tomar medidas, pero no por estética, sino por tu salud.

3. Cuida lo que comes
Sigue una dieta completa y equilibrada, en la que se limiten o eliminen los alimentos excesivamente ricos en azúcar, en sal o en grasas y las carnes rojas. Evita comer carnes procesadas, y en cambio da mayor peso a los vegetales: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales…

4. Bebe menos (o no bebas en absoluto)
Por tu salud en general, limita el consumo de alcohol: beber menos te ayudará también a bajar de peso. Si quieres prevenir el cáncer, lo mejor es evitar las bebidas alcohólicas.

5. Muévete
Huye del sedentarismo: si por tu trabajo o tipo de vida pasas muchas horas al día sentado, intenta compensarlas haciendo más ejercicio, desplazándote a pie…

6. Protégete del sol
No te expongas demasiado al sol… y en especial asegúrate de que los niños tampoco lo hacen. Usa y abusa de la crema de protección solar, no solo cuando vayas a la playa o la piscina. Y mejor olvídate de las cabinas de rayos UVA.

7. Evita contaminantes cancerígenos y radiaciones
En nuestro entorno estamos expuestos a sustancias cancerígenas: compuestos químicos, metales, fibras… Si es en el trabajo, respeta escrupulosamente la normativa de protección, seguridad e higiene.

Incluso en el hogar también puedes estar expuesto, por ejemplo, a las peligrosas emisiones procedente de altos niveles de gas radón. Si vives en una de las zonas con niveles más altos de exposición, no te cruces de brazos: toma medidas para reducir tu exposción y minimizar riesgos.

8. Lactancia protectora
Hay evidencias científicas de que la lactancia materna reduce el riesgo de padecer cáncer: si puedes, amamanta a tu bebé.

En contrapartida, también se ha demostrado que la terapia hormonal sustitutiva (THS) en la menopausia es un factor que contribuye a incrementar el riesgo de determinados tipos de cáncer.

9. Di sí a las vacunas
Algunas vacunas protegen de determinados virus que se ha comprobado que están entre los desencadenantes de un cáncer. Asegúrate de que tus hijos reciben la vacuna contra la hepatitis B (los recién nacidos) o el virus del papiloma humano (VPH).

10. Apúntate a la detección precoz
Los programas de diagnóstico precoz de determinados tumores son fundamentales para reaccionar cuanto antes y combatir el cáncer en los primeros estadios. Es el caso de los programas de cribado del cáncer de colon (para personas entre 50 y 69 años), el cáncer de mama (mamografías cada dos años en mujeres de 50 a 69 años) y de cuello de útero (citología cada 3 o 5 años entre los 25 y 65 años). Acude a las revisiones y sigue los consejos de tu médico. Y ante cualquier alteración persistente (un lunar que pica, duele o cambia de tamaño, una ronquera que no se va, una pérdida de peso inexplicada…), no te obsesiones, pero tampoco cierres los ojos: ve al médico.

FUENTE: OCU.ORG

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Sueño irregular entre semana y descanso extra en fin de semana: ¿cómo afecta al cuerpo?

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Sueño irregular

Dormir mal o dormir poco entre semana es un hábito muy extendido. Muchas personas intentan compensarlo “recuperando” horas de sueño durante el fin de semana, confiando en que así el cuerpo volverá a equilibrarse.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Sleep demuestra que dormir más el fin de semana no revierte los daños metabólicos provocados por la falta de sueño de lunes a viernes.

La investigación, realizada por la Facultad de Medicina Yong Loo Lin de la Universidad Nacional de Singapur (NUS Medicine), advierte de un impacto silencioso y preocupante: un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, incluso en personas jóvenes y sanas.


El estudio: 48 adultos jóvenes y un análisis exhaustivo del sueño y la glucosa

El equipo liderado por June Chi-Yan Lo y Khoo Chin Meng siguió durante dos semanas a 48 adultos jóvenes sanos (21–35 años) en un laboratorio del sueño.
Todos comenzaron el estudio con dos noches de descanso adecuado para medir correctamente su glucosa e insulina en un estado basal sano.

Después fueron divididos en tres grupos:

1. Sueño corto estable

  • 6 horas de sueño entre semana

  • 8 horas durante el fin de semana

  • Simula una semana laboral típica

 2. Sueño corto variable

  • Entre 4 y 8 horas entre semana (horarios irregulares)

  • 8 horas el fin de semana

  • Mismo tiempo total de sueño que el grupo anterior, pero distribuido de manera desigual

 3. Grupo control

  • 8 horas de sueño todos los días

  • Patrón de descanso óptimo

Durante todo el estudio, se controlaron sus comidas y se realizaron repetidas pruebas de tolerancia oral a la glucosa (PTGO) para medir cómo respondían sus cuerpos.


Resultados clave: la falta de sueño daña la gestión de la glucosa, incluso con “sueño de recuperación”

Los resultados fueron contundentes:

 1. Dormir poco entre semana altera la glucosa aunque se duerma más el fin de semana

Los grupos con falta de sueño mostraron tolerancia a la glucosa deteriorada, un marcador temprano de riesgo metabólico.

2. Resistencia a la insulina en quienes dormían 6 horas de forma regular

Su cuerpo necesitaba más insulina para mantener los niveles estables, pero aun así la glucosa seguía alta.

 3. Peor aún en quienes dormían con horarios irregulares

El grupo de sueño variable presentó:

  • aumentos más fuertes de glucosa,

  • sin producir insulina compensatoria suficiente.

Esto sugiere un daño más temprano en las células del páncreas encargadas de producir insulina.

4. Solo el grupo que dormía 8 horas diarias mantuvo un metabolismo normal

No se observaron cambios en la regulación de la glucosa.


¿Por qué dormir poco aumenta el riesgo de diabetes tipo 2?

Según los investigadores, el sueño insuficiente altera procesos esenciales para el metabolismo:

  • Desregula la sensibilidad a la insulina

  • Aumenta el estrés oxidativo

  • Cambia la actividad del sistema nervioso

  • Afecta hormonas clave como la leptina y la grelina

  • Reduce la capacidad del páncreas para equilibrar la glucosa

Cuando este patrón se repite cada semana, el cuerpo entra en un ciclo de estrés metabólico que dispara el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.


Dormir más el fin de semana NO basta: la regularidad importa

El hallazgo más importante del estudio es claro:

No se puede “resetear” el cuerpo durmiendo más el fin de semana.

La recuperación parcial del sueño no impide que los niveles de glucosa aumenten cuando vuelve el patrón de pocas horas entre semana.
Y, además, los horarios irregulares son incluso peores que dormir poco pero de manera estable.


Implicaciones para la salud y consejos prácticos

Este estudio destaca la importancia de incluir el sueño dentro de los factores de prevención de enfermedades metabólicas. Para proteger la salud, los expertos recomiendan:

Dormir entre 7–9 horas cada noche Mantener horarios estables, también los fines de semana

Evitar variaciones bruscas en las horas de acostarse y levantarse

Priorizar el sueño tal como se prioriza la alimentación y el ejercicio

Consultar con un especialista si hay insomnio o dificultades crónicas

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