TIPS Y BELLEZA
10 tips para cuidar los pies en verano
Publicado
hace 1 añoen

El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunitat Valenciana (ICOPCV) ha elaborado un decálogo con recomendaciones para cuidar los pies durantes los meses de calor y evitar algunas de las patologías más comunes, ya que el verano es la época del año en la que estas extremidades se encuentran más expuestas por utilizar calzado descubierto y es más frecuente caminar descalzos.
Así, algunas de las patologías que más se sufren en los pies durante el verano son el exceso de sudoración, los hongos, las verrugas, las sobrecargas musculares, los dedos en garra o las molestias en caderas, rodillas o espalda derivadas debido al abuso de un calzado excesivamente plano como las chanclas, según ha explicado la entidad colegial en un comunicado.
10 tips para cuidar los pies en verano
Desde ICOPCV han recomendado mantener una buena higiene de los pies a diario y, tras la ducha, secarlos muy bien. Es necesario prestar especial atención al secado de la zona interdigital para evitar que la humedad favorezca la maceración de la zona y de lugar a la aparición de problemas dérmicos como los hongos.
También han aconsejado hidratar los pies adecuadamente, ya que la piel del pie tiene una particularidad y es que la del dorso es similar a la del resto del cuerpo, mientras que la de la planta es más espesa y resistente, adaptada para soportar el peso.
Por ello, los productos que se empleen para su cuidado deben ser específicos. Según los podólogos, las cremas hidratantes con urea son básicas en periodos de calor, sobre todo en zonas más secas como los talones. La urea, al ser un queratolítico, ayuda a desprender la piel que necesita renovarse por lo que la hidratación es más eficiente que con las comunes leches corporales.
En tercer lugar, han recomendado aplicar protector solar ya que es común que se ponga hasta el tobillo olvidando los pies, especialmente los empeines, que están en línea perpendicular con los rayos del sol, y eso da lugar a quemaduras.
Asimismo, desde el Colegio apuntan pasear por la playa. Los paseos por la orilla de la playa se recomienda hacerlos en doble sentido. De esta forma, si hay desnivel, no se producirá sobrecargas solo de una zona. Además, el masaje de la arena sobre los pies beneficiará la circulación venosa y linfática.
Respecto al uso de sandalias, aconsejan que tengan con buena sujeción del pie, especialmente al tobillo y talón. De esta forma, el antepie podrá trabajar sin forzar otros grupos musculares provocando dolor en los metatarsos, por ejemplo.
También han subrayado optar por un calzado con una suela entre dos y cinco centímetros que proteja la planta de los pies con un material blando y cómodo, pero rígido a la flexión, así favorecerá un movimiento relajado del pie en balancín en cada paso.
En cuanto al calzado cerrado, este debe ser transpirable para que evite el exceso de sudoración del pie. En el caso de utilizarlo, es imprescindible utilizar calcetines de materiales naturales, como el algodón o el hilo, porque estos ayudan a la termorregulación del pie.
En cuanto a las personas diabéticas, el Colegio ha señalado que es fundamental realizar la exploración diaria de los miembros inferiores puesto que en muchos casos padecen neuropatías, pierden la sensibilidad de los pies y pueden realizarse rozaduras o heridas sin darse cuenta.
En estos casos, detectarlas a tiempo es fundamental para evitar la aparición de úlceras que, en el caso de estos pacientes, pueden resultar complicadas de curar.
Por último, han aconsejado visitar al podólogo si se observa cualquier tipo de anomalía como picor constante, amarilleamiento o engrosamiento de las uñas o dolor que persista durante días, por ejemplo. De esta forma, se evitará propagar un contagio si existen hongos o que incremente la gravedad de una patología, si aparece.
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Integrar en nuestra dieta los alimentos más saciantes no tiene que estar relacionado con dietas o intentos de bajar de peso. Deberían formar parte, de manera natural, de nuestro día a día, pues ayudan en gran medida a eliminar el apetito sin necesidad de ingerir gran cantidad de comida.
Ese es el secreto de los alimentos saciantes: en muy poca cantidad se concentra una gran capacidad de elementos nutritivos que nos ayudan a mantener la energía de nuestro cuerpo.
Bien es cierto que están muy relacionados con las dietas y los menús de comida que intentan bajar de peso. Las personas que acuden a nutricionistas y especialistas en la materia suelen salir de sus consultas con un buen consejo: comer más alimentos saciantes.
Pero como decimos, no hace falta tener un problema de peso para introducir en nuestra dieta este tipo de productos.
Suelen ser naturales, bastante accesibles y bien conocidos por la mayor parte de la gente. Lo único que muchos de ellos tienen otras características o propiedades más llamativas que su capacidad de saciar el apetito. Hablamos, por ejemplo, del sabor o su capacidad de mezclar bien con otros alimentos en diferentes recetas.
Pero antes de dejarte una muestra de alimentos saciantes que, tenemos que hacernos una pregunta: ¿por qué nos entra el hambre?
Diferencias entre hambre y apetito
Pueden parecer que significan lo mismo, pero no, los términos hambre y apetito no son sinónimos. Resumiendo, el hambre es un concepto fisiológico y, por su parte, el apetito lo es psicológico.
Ampliando un poco la explicación de la diferencia entre hambre y apetito, se puede decir que el hambre es totalmente involuntaria y no está relacionado con ningún alimento en particular; simplemente se tiene hambre porque el cuerpo necesita energía. Por el contrario, el apetito surge de pronto y se centra en una comida específica. Está muy influenciada por factores externos; es decir, por estímulos ajenos a cualquier razón nutricional: olores, estado psicológico, anímico en ese preciso momento… La frase “comer por los ojos” nos lleva a ver que hay veces que nuestra capacidad de comer se ve influenciada por la vista.
Un ejemplo para entenderlo puede ser el concepto de antojo. Cuando queremos comer algo muy concreto y no tenemos hambre, pero simplemente queremos esa comida en particular en ese mismo momento y de manera urgente. Muchas veces no tiene sentido y no sabemos muy bien por qué nos entra la necesidad de comer esa determinada cosa, pero ocurre con frecuencia.
Por qué sacian unos alimentos y otros no
Dejando a un lado las diferencias entre los conceptos de hambre y apetito, que ya hemos visto que la primera es propia e incontrolable de nuestro cuerpo y que la segunda está más relacionada con lo psicológico, vamos a entrar y conocer qué alimentos podemos incluir en nuestra dieta para que nos sacien.
Para entender cómo unos alimentos, con poca cantidad, pueden dejarnos satisfechos después de comerlos y otros no, tenemos que conocer un concepto relacionado con la nutrición: los macronutrientes.
Todo ser vivo necesita nutrientes. Son los elementos esenciales para la vida, pues nos aportan energía y equilibrio. Los expertos dividen esos elementos en dos grandes grupos.
Uno de esos grupos son los llamados micronutrientes. Aquí nos encontramos con las vitaminas y los minerales, encargados de que el equilibrio del organismo sea óptimo. En el otro grupo, el de los macronutrientes, están las sustancias que nos aportan energía y son las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas.
Como decíamos, es en este último subgrupo de nutrientes donde está la clave para entender por qué un alimento sacia y otro no, aun comiendo la misma cantidad en gramos.
De los tres macronutrientes que hemos mencionado, la grasa es, sin duda, el que más calorías nos ofrece y, sin embargo, el que menos nos quita el hambre. Por tanto, apostar por alimentos ricos en proteínas e hidratos de carbono, los otros dos macronutrientes, hará que nuestro cuerpo se sacie de manera óptima que si ingerimos más grasas.
Frutos secos
Hay un elemento físico relacionado directamente con la capacidad de un alimento de ser saciante. Se trata del número de veces que hay que masticarlo. Y en ese apartado, los frutos secos tienen mucho ganado.
Aparte de ser ricos en fibra y que ayudan a controlar el nivel de colesterol, los frutos secos sacian de manera increíble el apetito. Son un alimento sano y el mejor complemento para desayunos, meriendas o cuando aprieta el hambre entre horas.
Avena
Alimento ya integrado plenamente en la dieta de muchas personas, la avena tiene un alto nivel de proteínas, más que otros cereales, lo que ayuda a que sacie de manera efectiva el hambre durante horas.
Suele tomarse en copos para desayunar, ya que, de esta manera, se consigue aguantar toda la mañana sin picar nada. Además, tiene mucha fibra, lo que ayuda al sistema digestivo a funcionar mejor.
Patata cocida
La patata es uno de los alimentos que más juego nos dan en la comida. Sus múltiples variedades y su capacidad para ser elaborada de formas diferentes es algo a tener en cuenta, ya que no disfruta de una gran fama entre los amantes de las dietas equilibradas. Que la patata engorda, se ha digo millones de veces; pero no, la patata no engorda. Todo depende de la forma en la que se prepare y se coma.
Una patata cortada en pedazos, frita en aceite de girasol y salseada con kétchup es, cuanto menos, una comida poco saludable si lo tomamos como rutina. Sin embargo, la misma patata cocida o al horno, puede ofrecernos multitud de beneficios.
Al freírla, las propiedades saludables de la patata se diluyen, pero al cocerla tenemos un alimento rico y muy sano que nos puede saciar el hambre sin problema.
Fruta
Frutas como la manzana pueden ayudarnos dejar de tener hambre de manera inmediata. Es el alimento todoterreno: posee mucha agua y fibra, combate el estreñimiento y tiene pocas calorías.
También las naranjas, las uvas y otro tipo de frutas ayudan a saciar el apetito.
Salmón
Animal rico en Omega 3, lo que significa que, además de sacianros, nos ayudan a mantener sano y equilibrado el sistema cardiovascular y colesterol.
Como ves, este es un pequeño grupo de alimentos sacian nuestra hambre. Hay otros muchos, como sopas, verduras o legumbres de las que hablaremos más en profundidad en siguientes artículos.
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