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TIPS Y BELLEZA

¿Qué es la ashwagandha y por qué todos hablan de sus beneficios y riesgos?

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ashwagandha
Ashwagandha

La ashwagandha (Withania somnifera), también conocida como ginseng indio, es una de las plantas medicinales más utilizadas en la medicina ayurvédica desde hace siglos. En los últimos años ha ganado popularidad en Occidente como suplemento natural gracias a sus efectos sobre el estrés, el sueño, la energía y la salud general.

Sin embargo, como ocurre con cualquier planta medicinal, no todo son ventajas: también existen posibles efectos secundarios y contraindicaciones que conviene conocer antes de consumirla.

En este artículo analizamos en profundidad qué es la ashwagandha, cuáles son sus beneficios demostrados por la ciencia, en qué casos se recomienda precaución y cómo se suele tomar.


¿Qué es la ashwagandha?

La ashwagandha es una planta originaria de la India, Oriente Medio y algunas zonas de África. Su nombre en sánscrito significa “olor a caballo”, en referencia a la fuerza y vitalidad que tradicionalmente se le atribuía.

Se trata de una planta adaptógena, es decir, ayuda al organismo a adaptarse mejor al estrés físico y emocional, equilibrando las funciones del sistema nervioso y endocrino. Su principio activo más estudiado son los withanólidos, compuestos naturales con efectos antioxidantes y antiinflamatorios.


Principales beneficios de la ashwagandha

La investigación científica ha ido confirmando algunos de los usos tradicionales de la ashwagandha. Estos son los beneficios más destacados:

1. Reducción del estrés y la ansiedad

Uno de los usos más conocidos es su efecto sobre el estrés crónico y la ansiedad.
Estudios clínicos han demostrado que la suplementación con ashwagandha puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, favoreciendo una sensación de calma y bienestar.

2. Mejora de la calidad del sueño

Diversos ensayos han mostrado que la ashwagandha ayuda a mejorar la calidad del sueño y reducir el insomnio, especialmente en personas que sufren ansiedad o estrés.

3. Aumento de la energía y vitalidad

Al regular la respuesta al estrés y reducir la fatiga, muchas personas reportan mayor energía física y mental. También se ha estudiado su capacidad para mejorar la resistencia deportiva y reducir la fatiga muscular.

4. Apoyo a la memoria y la concentración

Investigaciones sugieren que la ashwagandha puede mejorar las funciones cognitivas, como la memoria, la atención y la concentración, lo que la convierte en un suplemento interesante para estudiantes y personas con alta carga mental.

5. Beneficios para la salud sexual y reproductiva

En hombres, se ha relacionado con un aumento de la testosterona, mejora de la calidad del esperma y mayor fertilidad. En mujeres, puede contribuir a regular alteraciones hormonales, aunque los estudios aún son limitados.

6. Apoyo al sistema inmunológico

Los compuestos antioxidantes de la ashwagandha refuerzan las defensas naturales, ayudando al organismo a prevenir infecciones y enfermedades.

7. Control de la inflamación y la glucosa

Algunos estudios señalan que podría ayudar a reducir la inflamación crónica, mejorar la sensibilidad a la insulina y regular los niveles de glucosa en sangre, aunque todavía se necesita más investigación.


Posibles contraindicaciones y efectos secundarios

Aunque la ashwagandha se considera generalmente segura cuando se consume en dosis adecuadas, no está exenta de riesgos. Estas son las principales contraindicaciones a tener en cuenta:

1. Embarazo y lactancia

No se recomienda su uso en embarazadas o mujeres en periodo de lactancia, ya que puede tener efectos sobre el desarrollo del feto o pasar a la leche materna.

2. Problemas de tiroides

La ashwagandha puede estimular la producción de hormonas tiroideas. Por ello, las personas con hipertiroidismo o en tratamiento con levotiroxina deben evitarla o consultarlo con su médico.

3. Enfermedades autoinmunes

En pacientes con enfermedades como lupus, artritis reumatoide o esclerosis múltiple, la ashwagandha podría activar más el sistema inmunitario, empeorando los síntomas.

4. Hipotensión o medicación antihipertensiva

La planta puede disminuir la tensión arterial. Si se combina con fármacos para la hipertensión, existe riesgo de que la presión baje demasiado.

5. Interacciones con medicamentos

Puede interactuar con ansiolíticos, sedantes, fármacos para la diabetes o anticoagulantes, potenciando o reduciendo sus efectos. Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de tomarla.

6. Efectos secundarios leves

En algunas personas puede provocar somnolencia, molestias digestivas, diarrea o náuseas, especialmente cuando se consume en dosis altas.


¿Cómo se toma la ashwagandha?

La ashwagandha se comercializa en diferentes formatos: cápsulas, polvo o extracto líquido.

  • La dosis más estudiada suele oscilar entre 300 y 600 mg diarios de extracto estandarizado al 5% de withanólidos.

  • Se puede tomar en una o dos tomas, preferiblemente junto con las comidas.

  • En polvo, se suele mezclar con agua, batidos o leche vegetal.

Es importante adquirir suplementos de calidad certificada, ya que no todos los productos del mercado tienen la misma concentración de principios activos.


Preguntas frecuentes sobre la ashwagandha

¿Cuánto tiempo tarda en hacer efecto?

Los beneficios suelen notarse tras varias semanas de uso continuo, especialmente en la reducción del estrés y la mejora del sueño.

¿Es segura la ashwagandha para uso prolongado?

Los estudios indican que puede ser segura durante meses, siempre en dosis adecuadas. Sin embargo, no se recomienda un uso indefinido sin supervisión médica.

¿Se puede combinar con otros suplementos?

Sí, a menudo se combina con magnesio, melatonina o rodiola para mejorar el descanso y la gestión del estrés, aunque conviene consultar a un especialista.


Conclusión

La ashwagandha es una de las plantas adaptógenas más investigadas y utilizadas en la actualidad. Sus beneficios abarcan desde la reducción del estrés y la mejora del sueño hasta el aumento de energía, la función cognitiva y la salud sexual.

No obstante, también presenta contraindicaciones importantes en casos de embarazo, trastornos de tiroides, enfermedades autoinmunes o interacción con determinados medicamentos.

La recomendación más prudente es consultar siempre con un profesional de la salud antes de iniciar su consumo, especialmente si se toman otros tratamientos médicos.

 

 

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¿Quieres que tu bronceado dure más tiempo?

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'Despechá', ¿Es esta la canción del verano 2022?

Cuando empezamos a disfrutar de la piel bronceada, lo difícil es mantenerla si no tenemos la posibilidad de tomar el sol con precaución y de manera más seguida. El caso es que a la mayoría nos gusta vernos con esta piel más ‘oscura’, y la verdad que la ropa nos sienta mejor. Pero entonces, ¿Qué hacer para que este tono de piel, tan maravilloso, nos aguante más de lo que debería? Aquí os dejamos varios consejos para conseguirlo.

Cómo alargar el bronceado

– ALIMENTACIÓN
Ya se sabe que hay ciertos alimentos que ayudan a que el moreno de la piel ‘coja’ antes, pero también están los alimentos que ayudan a mantenerlo.

La zanahoria, rica en betacaroteno y provitamina A, es tu gran aliada, consúmela cruda entera o en batido y también nutréte de sus propiedades a través de cremas que la contengan. La calabaza, el tomate y frutas como las moras, sandía y melón también fomentan la pigmentación de la piel.

– EXFOLIACIÓN
Para eliminar impurezas y células muertas hazte un peeling semanal con un exfoliante suave y agua mineral. Prueba con uno natural, mezcla de melocotón pelado y aceite de oliva con almendras, conseguirás una piel suave sin perder el color evitando la aparición de descamaciones y manchas.

– HIDRATACIÓN
Es muy importante mantenerse hidratada por dentro (beber agua y zumos naturales) y por fuera (cremas hidratantes para la piel). No dejes la costumbre de aplicarte after-sun después de la ducha ya que tiene propiedades reestructurantes de los tejidos tras la exposición solar.

– CREMA CASERA
Aplícate en la piel una infusión fría de té negro con ayuda de un algodón y deja secar al aire. Después, debes hidratar muy bien la piel. Puedes hacer una crema casera con manteca de cacao y aceite de coco (mitad y mitad), un tónico suave de uso diario con zumo de zanahoria y leche o una mascarilla natural de zumo de zanahoria y huevo batido para aplicarte por las mañanas.

– Autobronceador
No suele gustar el tener que tirar de ‘falso’ bronceado pero es cierto que los productos con pigmentos autobronceadores potencian la melanina que activa tu moreno natural de forma progresiva.

Elige cremas y lociones con agentes activos y revitalizantes como cafeína, áloe vera, extracto de té verde, de hiedra, coco o azúcar de caña. El maquillaje también se rinde a los principios bronceadores en fondos, polvos y perlas que iluminan el moreno de tu piel.

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