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Así superó Álvaro Morte (‘La casa de papel’) el miedo al cáncer que le detectaron

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Así superó Álvaro Morte ('La casa de papel') el miedo al cáncer que le detectaron

El cáncer afecta miles de personas al año en España sin piedad y sin entender de clase, sexo o edad. Muchos rostros conocidos cuentan su experiencia explicando cómo llevar esta maldita y temida enfermedad. Álvaro Morte conocido por su papel del ‘profesor’ en ‘La casa de Papel’ ha contado lo que sintió cuando a sus 30 años fue diagnosticado con un tumor maligno en el muslo. El actor ha reflexionado cómo en el pasado esta enfermedad le cambió su forma de ver la vida.

«Tengo muchísimo que celebrar. Estoy tremendamente contento. Soy una persona muy optimista y creo que cualquiera podría tener cosas que celebrar. Siempre he intentado ver el lado positivo de las cosas y de la vida. Yo también he pasado por malos momentos y, aun así, en todo momento procuraba mirar para arriba. Creo que lo inteligente en la vida es saber encontrar esas cosas por las que brindar», declaró a la revista Pronto.

El actor fue preguntado por unos niños en una charla de un programa solidario para ‘CRIS contra el cáncer’ a los habló sobre sus experiencias como supervivientes de la enfermedad. Morte aseguró: «Yo no llegué a tener miedo«.

«A mí me comunica un médico un día a las 3 de la tarde qué me pasaba. Y claro, cuando te dicen eso te quedas un poco descolocado«, comenzó el actor español. «Esa noche todavía no lo había entendido del todo, no había asimilado todo eso, me di cuenta de que podía tener miedo«, rememoró.

«Me mire a mí mismo cuando me iba a la cama y dije: ‘El tener miedo creo que no te va a ayudar’. Creo que hay que intentar gestionarlo, comenzando por mirar para adelante con toda la valentía y con todas las ganas. Me ayudó mucho». Su actitud según cuenta él mismo, fue crucial para afrontar el cáncer y no desmoronarse.

Cómo afrontar el miedo

«Aprendí muchísimo del proceso que estuve pasando: ¿Qué vas a hacer ante una situación como ésta? ¿Vas a tener miedo o no vas a tener miedo?», cuestionó Álvaro Morte. «No pasa nada tampoco si se tiene miedo. Tampoco hay que luchar contra el miedo», explicó el actor sobre la naturalidad de sentir miedo ante una situación tan grave.

El actor explicó las dos formas de enfrentarse al miedo: «Que tú tengas miedo a una cosa y que por eso no te atrevas a hacerlo y te bloquee. O que tú digas voy a intentar enfrentarme para intentar superarlo».

Sobre esta filosofía de vida, el intérprete puso como ejemplo el caso de su miedo a los parques de atracciones. Advirtió que le asustan mucho, pero que, cuando lo afronta, se lo pasa en grande.

«Si eres capaz de gestionar el miedo y dejarlo aparte, fantástico. Y si no, pues intentas gestionarlo para aprender de ello y superarlo», concluyó Morte asegurando que el fin de ello es hacerse «cada vez más valiente».

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La ‘jeta’ de Bertín Osborne: de negar a su hijo a exhibirlo en una portada 

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Bertín Osborne hijo portada
Portada de ¡Hola!

De villano a padre ejemplar en cuestión de meses. Así parece que quiere venderse ahora Bertín Osborne, que tras negar a su hijo David, pedir una prueba de paternidad y asegurar que no quería volver a ser padre a los 70, aparece sonriente en la portada de ¡Hola! abrazando al pequeño. Todo bajo el argumento de que no quiere que «sea un niño escondido».

La jugada huele a lo de siempre: negocio, blanqueo de imagen y un reportaje bien pagado. Osborne no se conforma con el perdón íntimo de Gabriela Guillén, la madre del niño, sino que lo convierte en espectáculo mediático, el mismo que él mismo alimentó con sus desplantes.

El padre ausente que ahora posa de revista

Que Bertín quiera presentarse como un padre orgulloso no borra la hemeroteca. Cuando se filtró el embarazo, el artista se desentendió y dudó de Guillén públicamente. Ahora, con el niño ya crecido y diciendo «papá», Osborne asegura: «Con el niño estoy encantado. Estoy muy contento de conocerlo, de compartir con él momentos. El niño es una monada, cariñosísimo, un amor».

El contraste es brutal: el hombre que en su día declaró que «nunca quiso ser padre otra vez» es el mismo que ahora afirma querer «conocerlo, que me conozca, estar y que sepa quién es su padre». Una contradicción que resulta difícil de digerir para quienes recuerdan su reacción inicial.

Gabriela Guillén: dignidad frente al espectáculo

Guillén también aparece en el reportaje, aunque no hay ninguna foto de los tres juntos «para evitar confusiones», según explican. La empresaria se muestra cordial, pero sus palabras siguen cargadas de verdad: «Quiero que mi hijo sea lo más feliz posible y que tenga una normalidad. Que, independientemente de que sus padres no estén juntos, él sienta el amor de los dos».

Una declaración que contrasta con la confesión de su propio pasado: «Tener un padre es muy necesario. Yo no lo tuve. Por eso, no le quiero privar a mi hijo de ese derecho, porque él sí lo tiene». Una frase que evidencia lo mucho que ella ha cedido para facilitar esta relación y lo poco que Osborne asumió al principio.

El discurso de Osborne: entre excusas y resignación

En la entrevista, Osborne reconoce que «ejercer de padre es complicado a estas alturas de mi vida, pero el niño no tiene culpa de nada». Una frase que muchos interpretan como una justificación tibia, que no encaja con el desplante inicial ni con el giro posterior hacia el escaparate de revista.

Además, habla de Gabriela como «una mujer estupenda, discreta, trabajadora, responsable», aunque no evita subrayar que nunca quiso volver a tener hijos: «Ahora ayudaré a que el niño tenga sus estudios estupendos y que viva lo mejor que pueda». Palabras que suenan más a compromiso económico que a verdadera implicación emocional.

La estrategia de Osborne: del escándalo al “padre modelo”

Lo llamen “reconciliación” o “presentación oficial”, lo que hay detrás es: un reportaje supuestamente rentable y una nueva narrativa para Bertín, que quiere pasar página con una sonrisa y unas declaraciones amables. El problema es que la memoria colectiva no es tan frágil: cuesta olvidar la prueba de paternidad, los desplantes y las frases hirientes.

Lo que ahora Osborne presenta como un acto de normalidad suena más a marketing que a amor paternal. Y la pregunta queda en el aire: ¿de verdad busca ser un padre presente o simplemente otro titular que engorde su ya larga lista de portadas? Lo que sí parece confirmarse es que la imagen de Bertín será difícil de recuperar.

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