Salud y Bienestar
Estos son los beneficios de tomar anacardos naturales
Publicado
hace 2 horasen
Beneficios de tomar anacardos naturales y diferencias con los fritos con sal: ideas y recetas para aprovecharlos al máximo
Los anacardos, también conocidos como castañas de cajú, son un fruto seco delicioso y versátil que destaca por sus numerosos beneficios para la salud. Aunque muchas personas optan por consumirlos en su versión frita y con sal, es importante conocer las ventajas de elegir anacardos naturales y cómo estos pueden integrarse en nuestra dieta diaria.
A continuación, exploraremos las propiedades de los anacardos naturales, sus diferencias con los fritos con sal y algunas ideas de recetas saludables para disfrutarlos al máximo.
Beneficios de consumir anacardos naturales
Los anacardos naturales son un alimento cargado de nutrientes esenciales para nuestro organismo. Entre sus principales beneficios destacan:
1. Ricos en grasas saludables
Los anacardos son una excelente fuente de grasas insaturadas, especialmente ácido oleico, que favorece la salud cardiovascular al reducir los niveles de colesterol «malo» (LDL) y aumentar el colesterol «bueno» (HDL).
2. Fuente de proteínas vegetales
Con un contenido proteico significativo, los anacardos son ideales para dietas veganas y vegetarianas. Su consumo ayuda a mantener la masa muscular y proporciona energía sostenida.
3. Minerales esenciales
Los anacardos son ricos en minerales como el magnesio, que contribuye a la salud ósea y muscular, y el zinc, clave para fortalecer el sistema inmunológico. Además, contienen cobre, un mineral que favorece la producción de colágeno y ayuda a mantener la piel, el cabello y las uñas saludables.
4. Antioxidantes naturales
Gracias a su contenido de antioxidantes como la vitamina E y selenio, los anacardos naturales ayudan a combatir el estrés oxidativo, protegiendo las células del daño causado por los radicales libres.
5. Bajos en sodio y azúcares añadidos
Los anacardos naturales, al no estar procesados ni salados, son una opción mucho más saludable para evitar el exceso de sodio y azúcares presentes en muchos productos comerciales.
Diferencias entre los anacardos naturales y los fritos con sal
Aunque los anacardos fritos y salados son populares por su sabor intenso, existen importantes diferencias nutricionales que los convierten en una opción menos saludable:
1. Método de preparación
- Naturales: No llevan aditivos ni tratamientos. Conservan su perfil nutricional original.
- Fritos con sal: Suelen freírse en aceites refinados, lo que aumenta las grasas trans y reduce los beneficios de las grasas saludables.
2. Contenido de sodio
- Naturales: Contienen sodio en cantidades mínimas.
- Fritos con sal: Tienen un alto contenido de sal, lo que puede contribuir a la hipertensión arterial y la retención de líquidos.
3. Calorías extras
- Naturales: Son menos calóricos, ya que no incluyen aceites ni aditivos.
- Fritos con sal: El proceso de fritura aumenta significativamente las calorías por porción, haciendo que sean menos adecuados para dietas equilibradas.
Ideas de recetas saludables con anacardos naturales
Además de ser un snack perfecto por sí solos, los anacardos naturales son un ingrediente versátil que se puede incorporar en numerosas recetas. Aquí tienes algunas ideas para aprovechar sus propiedades:
1. Leche de anacardos casera
- Ingredientes:
- 1 taza de anacardos naturales.
- 3-4 tazas de agua.
- 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional).
- Endulzante natural al gusto (como dátiles o sirope de agave).
- Preparación:
- Remoja los anacardos en agua durante 4-6 horas.
- Escúrrelos y licúalos con el agua hasta obtener una textura cremosa.
- Filtra con un colador fino o una bolsa para leches vegetales.
- Sirve fría y consérvala en la nevera hasta por 3 días.
2. Salsa cremosa de anacardos para pastas o ensaladas
- Ingredientes:
- ½ taza de anacardos naturales remojados.
- ½ taza de agua.
- Zumo de ½ limón.
- 1 diente de ajo.
- Sal y pimienta al gusto.
- Preparación:
- Mezcla todos los ingredientes en una licuadora hasta que la salsa quede suave.
- Úsala como base para ensaladas o como crema para acompañar pastas.
3. Pesto vegano de anacardos
- Ingredientes:
- 1 taza de anacardos naturales.
- 2 tazas de hojas de albahaca fresca.
- 1 diente de ajo.
- ½ taza de aceite de oliva virgen extra.
- Zumo de ½ limón.
- Sal al gusto.
- Preparación:
- Tritura todos los ingredientes en un procesador de alimentos.
- Sirve sobre pasta, untado en pan o como acompañamiento para verduras.
4. Postre: trufas de anacardos y cacao
- Ingredientes:
- 1 taza de anacardos naturales.
- ½ taza de dátiles deshuesados.
- 2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar.
- Coco rallado (opcional).
- Preparación:
- Procesa los anacardos y los dátiles hasta obtener una masa pegajosa.
- Agrega el cacao y mezcla bien.
- Forma bolitas y pásalas por coco rallado.
- Refrigera durante 1 hora antes de servir.
Conclusión
Optar por anacardos naturales en lugar de los fritos con sal es una elección más saludable que permite aprovechar al máximo sus propiedades nutricionales. Con su versatilidad, puedes incorporarlos en numerosas recetas, desde salsas y bebidas vegetales hasta postres saludables.
Si buscas cuidar tu salud mientras disfrutas de su delicioso sabor, ¡los anacardos naturales son la mejor opción!
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Los alimentos infalibles para prevenir resfriados
Publicado
hace 5 díasen
20 noviembre, 2024La tradición popular atribuye propiedades curativas a los alimentos con vitamina C, pero ¿sabemos cuáles son los alimentos para prevenir resfriados?
Algunos como el ajo, la sopa de pollo o la miel frente al resfriado, la tos, la congestión o la gripe. Sin embargo, en la actualidad no hay ninguna prueba científica que demuestre que su consumo sea beneficioso para este objetivo.
Según ha explicado la doctora Laura Arranz, profesora del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimenación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona, lo que realmente contribuye a prevenir estas enfermedades, e incluso a aliviar sus síntomas, es seguir hábitos de vida saludables y una alimentación equilibrada.
La doctora ha precisado que «más allá de la vitamina C hay muchos nutrientes imprescindibles para el sistema inmunitario. Todas las vitaminas, minerales como el zinc, antioxidantes como los polifenoles o los betacarotenos, grasas como los Omega-3 y las fibras (sobre todo de tipo soluble) son básicos en un cóctel de salud».
MINERALES Y VITAMINAS
Las vitaminas A, C y E, el magnesio, el cobre, el manganeso o el hierro son algunos de los elementos clave en los procesos celurares que ayudan a neutralizar los radicales libres y el estrés oxidativo.
La doctora Arranz ha aclarado que «el funcionamiento correcto del metabolismo y de las defensas antioxidantes requiere la presencia de estos nutrientes en cantidades suficientes». La pregunta que subyace es qué alimentos propocionan estos nutrientes.
Según la experta, «los alimentos de origen vegetal son ricos en antioxidantes, pero especialmente la fruta, las hortalizas, las verduras de hoja verde, las semillas y los frutos secos». Además, ha aconsejado «consumir una buena parte de estos vegetales en crudo o con tiempos de cocción adecuado para que la ingesta de antioxidantes se amayor».
EL ZINC COMO REGULADOR DEL SISTEMA INMUNE
La doctora Arranz ha explicado que «el zinc es un oligoelemento esencial que juega un papel clave en más de 300 enzimas y está involucrado en la comunicación celular, además de desempeñar un importante papel en la regulación del sistema inmune».
Ha añadido, además, que «el déficit de zinc, que afecta al 20% de la población mundial, se asocia a la disminución del sistema inmunitario». Entre los alimentos que contienen zinc se encuentran las carnes, el pescado, los moluscos, las espinacas o los frutos secos.
OMEGA-3: GUARDIÁN DE LAS DEFENSAS
Las grasas Omega-3 son importantes para el sistema inmunitario, para la salud cardiovascular y para la salud visual y cerebral pero además intervienen como precursores de las moléculas antiinflamatorias.
La experta ha detallado que «si queremos cuidar las defensas, debemos aumentar la ingesta de frutos secos, especialmente nueces y almendras, para conseguir un aporte diario de dos gramos de ácido alfa-linolénico y pescado azul para conseguir 200 gramos de ácido docosahexaenoico (ácido graso poliinsaturado omega-3)».
LA FIBRA, UNA COMPAÑERA ALIADA
La nutricionista ha revelado que «la fibra ayuda a la nutrición y el bienestar de las bacterías beneficiosas que residen en el intestino y que juegan a un rol principal en el sistema inmunitario, por lo es imprescindible en el día a día».
Además, la fibra dietética proviene de los alimenos de origen vegetal tales como las legumbres, las semillas, los frutas secos, las verduras o las frutas.
Sin embargo, la doctora ha advertido que las legumbres «puedencausar problemas de flatulencia debido a la gran cantidad de fibra que aportan». Por ello, para evitar este problema ha aconsejado «tomar raciones pequeñas tres veces pro semana en lugar del tradicional plato de legumbres solo un día a la semana».
Alimentos para prevenir resfriados
La lista de alimentos que ayudan a prevenir gripes, catarros y resfriados es larga… Educo nos la detalla.
1. Pescados, un gran aporte de Omega-3
Los pescados, entre los que destaca el pescado azul, aportan proteínas y Omega-3 al organismo. Estas sustancias ayudan al organismo a proteger los pulmones de las infecciones respiratorias al sintetizar anticuerpos. Ya ves: incluye pescado en el menú semanal. Dos porciones semanales de salmón ayudarán a levantar tus defensas.
2. Cítricos, el consejo de la abuela
¡Y cuánta razón tiene la abuela! Los cítricos son ricos en vitamina C, un nutrientes que puede ayudar a frenar el avance de un resfriado. ¿Lo mejor? Alternar los cítricos consumiendo naranja (muy rica en vitamina C), mandarina (rica en betacarotenes) y limón (gran valor antiséptico que lo convierte en un remedio natural contra el dolor de garganta y la tos).
3. Huevos: proteínas, vitaminas y minerales
Los huevos son un comodín en la cocina, no dudes en prepararlos un par de veces por semana. Un huevo contiene casi 7 gramos de proteína, pero además aporta al organismo vitaminas y minerales, entre los que destacan las vitaminas B6 y B12, el selenio y el zinc, ¡fundamentales para mantener fuerte el sistema inmunológico!
4. Yogur, el poder de los probióticos
Hoy en día se habla mucho de probióticos en la publicidad, pero ¿qué son? Los yogures tienen cultivos vivos que ayudan al sistema inmunológico a evitar que las bacterias malas progresen dentro del cuerpo. ¿Cómo? Muy fácil: si las bacterias buenas son más que las malas, ¡la guerra por la salud está ganada!
5. Verduras de hojas oscuras para reducir el tiempo de la enfermedad
La mayoría de nosotros piensa en un zumo de naranja para ingerir vitamina C. ¿Qué me dirías si te digo que las espinacas, las coles de Bruselas, la lechuga y el brócoli tienen más vitamina C que los cítricos? Incluye estas verduras en la dieta de los peques y si los niños se niegan a comer verduras, ¡disfrázalas! En el enlace te damos ideas al respecto.
6. Calabaza, la reina del beta-caroteno
El betacaroteno es esencial para el organismo ya que cuando éste lo absorbe, se transforma en vitamina A, un nutriente que mejora las defensas y ayuda a prevenir enfermedades. Dale a tus hijos calabaza asada, en crema, mezclada con arroz o en puré, ¡es rica y súper nutritiva! Si a tu hijo no le gusta la calabaza pero sí la zanahoria, ¡a por ella! Las zanahorias también tienen mucho beta-caroteno, motivo por el cual su acción es similar a la de la calabaza.
7. Kiwi, vitamina C al por mayor
Un kiwi aporta al cuerpo más vitamina C que una naranja. Es cierto que puede ser más difícil para los peques comer un kiwi que beber un zumo pero ¡con intentar no se pierde nada!
8. Cebolla y ajo, antibióticos naturales
Tanto la cebolla como el ajo ayudan a prevenir y curar la gripe y los resfriados. Ambos tienen propiedades mucolíticas que ayudan a expulsar secreciones. ¿Un consejo? A los peques suele molestarles más la textura que el sabor de estos alimentos, por eso te recomendamos trocearlos y cocinarlos hasta que no sean perceptibles en el paladar. No abuses de ellos y verás que los peques los comen sin casi darse cuenta.
9. Miel, efecto antitusivo ¡y preventivo!
Incluir la miel en el desayuno de los niños mayores (recuerda que los niños menores de 3 años no deben consumir miel por el riesgo de botulismo) puede ser una gran idea. La miel tiene un efecto preventivo al aumentar las defensas naturales y antitusivo, aliviando la molesta picazón de garganta. Sírvele a tu hijo una tostada con miel o coloca un poco de miel en la leche, ¡le encantará!
10. Frutos secos y legumbres para mantener el calor corporal
Parece una locura pero no lo es: en invierno, perdemos fácilmente el calor corporal, exponiéndonos a toda clase de enfermedades. Los alimentos híper calóricos como las legumbres y los frutos secos aportan la energía necesaria para mantener la temperatura corporal correcta, manteniendo a raya a las enfermedades. Además, tanto los unos como los otros aportan hierro y antioxidantes, fundamentales para mantener el sistema inmunológico fuerte.
11. Frutos rojos, vitamina C en pequeñas dosis
Los frutos rojos aportan vitamina C aunque para que sean realmente efectivos es necesario consumir gran cantidad. Los mencionamos porque ¡son fáciles de incluir en la dieta y a los peques les encantan! ¿Quién puede resistirse a las fresas, las moras y los arándanos? Incorpóralos al yogur o haz un rico batido de frutos rojos con leche.
12. Setas, propiedades antibacterianas
Las diversas setas, hongos y champiñones tienen propiedades antibacterianas que ayudan a combatir las enfermedades. Utilízalos en tostadas, cremas o como acompañamiento para carnes. Una buena alimentación es tan importante como un buen abrigo. Este invierno no lo dudes y prepara un menú equilibrado que incluya estos alimentos para prevenir gripes, catarros y resfriados.
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