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Cultura

El Ayuntamiento muestra cómo han cambiado las calles de Valencia

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El Ayuntamiento muestra cómo han cambiado las calles de Valencia

El Ayuntamiento ha editado un libro que recoge los cambios de los nombres de las calles a lo largo de los últimos dos siglos.

Esta obra, Toponimia y memoria urbana. La configuración del nomenclador de calles de València (1812-2019), del escritor y topógrafo valenciano Luis Fernàndez, “nos permitirá reconstruir la historia de la ciudad”, tal como ha anunciado la concejala de Recursos Culturales, Gloria Tello. “Se trata –ha manifestado- de una obra de envergadura, de más de trescientas páginas, que está llena de profunda y laboriosa investigación, con imágenes históricas, planos, documentos de archivo, y fotografías de una inmensa cantidad de placas que han colgado –y cuelgan– de los edificios de València con los nombres de calles, plazas y avenidas de diferentes épocas y estéticas”.

Concretamente, este libro se centra en el estudio de cómo se han configurado los nombres de las diferentes vías de la capital valenciana. Desde el inicio de la toponimia urbana contemporánea al empezar el siglo XIX, con el advenimiento del Nuevo Régimen, hasta las últimas modificaciones introducidas durante la segunda década del siglo XXI.

Una nueva publicación municipal plasma los cambios de los nombres de las calles de València y refleja la historia de la ciudad

“Los nombres de las calles constituyen un mapa de la memoria y una red de símbolos que permiten reconocer el alma de la comunidad. Así, mediante estos nombres podemos seguir la evolución, y reconstruir el relato propio de la ciudad”, ha explicado la concejala, tras resaltar el trabajo del autor.

De los apelativos populares del plano del padre Tosca hasta la onomástica urbana contemporánea

“Para desarrollar la nueva publicación municipal, Luis Fernández, además de consultar las obras clásicas, que desde el siglo XVIII recogen el nomenclador histórico de la ciudad, cuando los nombres de las calles eran apelativos populares, como se puede ver en el plano del padre Tosca de 1704 o a la posterior guía de València de Orellana, se ha basado sobre todo en la fuente más importante para el estudio de la onomástica urbana contemporánea: los expedientes de rotulación de calles conservadas al Archivo Histórico Municipal», ha detallado Tello.

El libro está lleno de ilustraciones de placas, documentos, y cuadros históricos, “fruto de esa búsqueda en archivos, lo cual lo convierte en una obra monumental, y de lectura obligatoria para conocer una parte de la historia íntima de la ciudad de València”, ha celebrado la concejala, quien presentará esta obra el martes 31 de enero en el Salón de Cristal de la casa consistorial.

 

La memoria de la ciudad

Por su parte, Luis Fernández ha destacado que los nombres de las calles, que nos ayudan a orientarnos por el municipio, constituyen “un mapa de la memoria de la ciudad y que a través del callejero se puede proyectar la conciencia histórica”. “Todas las ideologías han ido dejando su impronta a nuestro nomenclador, y por eso, la observación de la transformación de los nombres de las calles y el estudio de esta instrumentalización por parte de las élites es un proyecto ambicioso y necesario para profundizar en el análisis de la construcción de la identidad colectiva”, ha concluido.

Luis Fernández se formó como ingeniero técnico en Topografía en la Universitat Politècnica de València, así como después en Teledetección, especializado en Cartografía y Toponimia, por la Universitat de València. Su carrera laboral ha transcurrido entre la obra civil, la investigación y la divulgación científica. Además, colabora en varios medios de comunicación, y es autor de los libros Las callas y su historia: Anécdotas y protagonistas del nomenclátor de Valencia (2017) y de Calles ilustradas, también publicado por el Ayuntamiento en 2019, con ilustraciones de Ortifus.

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Cultura

El origen valenciano de la Coca-Cola

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Es uno de los refrescos más famosos del mundo. Su fórmula es uno de los secretos mejor guardados. Según cuenta la leyenda (o mejor dicho la empresa) la palabra más pronunciada en el planeta después de «OK» es «Coca Cola». Pero, ¿Sabías que el origen de esa bebida es valenciano?

Aielo de Malferit es una pequeña localidad conocida por ser el lugar que vio nacer al gran Nino Bravo. Pero si la historia hubiera sido justa, hoy en día sería conocida por ser la cuna de la Coca-Cola.

El origen valenciano de la Coca-Cola

Todo comienza en 1880 cuando tres amigos, Bautista Aparici, Ricardo Sanz y Enrique Ortiz, decidieron abrir una destilería. Su éxito fue tal que comenzaron a vender sus productos a la Casa Real, recibiendo multitud de premios, medallas y distinciones por la originalidad de sus licores.

Un buen día crearon una bebida con un sabor parecido a la Coca-Cola pero más fuerte. Tenía el mismo color y estaba compuesta por nuez de cola y hojas de coca de Perú. En la etiqueta se podía leer «Jarabe de la Fábrica de Licores de Aielo».

Los tres amigos realizaron varios viajes por el mundo entre los que destacan su presencia en la Exposición Universal de París con su Torre Eiffel y un certamen de bebidas en Filadelfia que tuvo lugar en 1885.

¿Qué es lo que sucedió?

Según Juan Micó, propietario de Licores de Aielo, el origen del popular refresco tiene relación con los continuos viajes que realizaba Aparici a Estados Unidos. Por aquella época una terrible plaga asolaba los viñedos valencianos. Aparici obsequiaba a los norteamericanos con su Nuez de Cola Coca a cambio de una vid más fuerte y resistente.

Tan solo un año más tarde, en 1886, John Pemberton, un farmacéutico de Atlanta ponía a la venta su «Wine Coca» que luego llamaría Coca-Cola. ¿Casualidad?

Aielo de Malferit y Coca Cola

La suerte tampoco estuvo del lado de la empresa valenciana. Por aquel entonces las patentes no se daban hasta que el producto no era aceptado por el público, así que hasta 1903 no fue registrada la fórmula nacida en Aielo de Malferit, cuando muchos años antes ya lo habían hecho los americanos.

Años más tarde, en 1952, la marca norteamericana aterrizaba en España donde se encontró con una bebida de nombre y sabor parecido, la Nuez de Cola Coca. No tuvieron más remedio que acercarse hasta Aielo para comprar la patente.

La Nuez de Cola Coca se siguió produciendo en la localidad valenciana pero con alcohol mientras la Coca-Cola comenzaba a inundar el mundo.

En 2011, la BBC y varios medios internacionales, con motivo del 125 aniversario del refresco, se hizo eco de esta soprendente historia.

En Aielo de Malferit lo tienen claro, el popular refresco nació allí. Un museo dedicado a la bebida así lo recuerda para que nadie lo olvide.

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