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El caso Erial: ¿quién es quién de la A a la Z?
Publicado
hace 2 añosen
València, 7 abr (OFFICIAL PRESS-EFE).- El caso Erial, que desde este martes vuelve a sentar en el banquillo al exministro y expresident de la Generalitat Eduardo Zaplana y catorce procesados más, ofrece numerosas claves que pueden resumirse en este abecedario:
A.- Anticorrupción.-
La Fiscalía Anticorrupción investiga el conocido como caso Erial desde 2015, aunque Zaplana y sus más estrechos colaboradores no fueron detenidos hasta mediados de 2018.
B.- Belhot.-
Fernando Belhot es un abogado uruguayo que actuó como supuesto testaferro de Zaplana en el manejo de sus fondos e inversiones. Su testimonio, así como la entrega de más de seis millones de euros a la Justicia española, ha sido clave en la investigación.
C.- Cotino.-
Es el apellido de la saga familiar que controla el Grupo Sedesa y el de dos (inicialmente tres) de los acusados en el caso Erial: los hermanos Vicente y José Cotino, que se hicieron con uno de los principales lotes en la privatización de las ITV.
También es el apellido del expresidente de Les Corts y ex director general de la Policía, Juan Cotino, ya fallecido, al que se responsabilizaba en esta causa de haber llevado más de 600.000 euros en efectivo a Luxemburgo para constituir las sociedades a través de las cuales se canalizaron supuestamente las comisiones ilícitas. La familia Cotino ganó 86,5 millones de euros al vender sus participaciones en los parques eólicos y las ITV.
D.- Disfey.-
Es el nombre de una de las sociedades uruguayas donde fueron transferidos los fondos de las firmas constituidas en Luxemburgo. Según Belhot, Zaplana le encargó que administrase esos fondos.
E.- Eólicos.-
La privatización de las ITV valencianas fue el germen del caso Erial, pero las supuestas mordidas no se limitaron a estas concesiones, sino que también se produjeron en los procesos de adjudicación de los conocidos como parques eólicos. Sedesa fue una de las firmas adjudicatarias y obtuvo beneficios millonarios años después con la venta de sus activos a Endesa.
F.- Fenix Investments.-
Nombre de la sociedad radicada en Luxemburgo en la que Sedesa (la empresa de los Cotino) ingresó supuestamente el soborno para las adjudicaciones de las ITV. Fue adquirida por Juan Francisco García, que la vendió por 2,3 millones de euros, y se acogió en 2012 a la amnistía fiscal para regularizar esos fondos.
G.- Glorio.-
Costera del Glorio es la sociedad a través de la cual, supuestamente, Zaplana adquiría bienes inmuebles para su disfrute, al igual que Gesdesarrollos Integrales o Medlevante, firmas en las que acumulaba bienes por cerca de 7,5 millones de euros.
H.- Helicóptero.-
El «método helicóptero» es al que aluden los investigadores para definir la operativa financiera dirigida a ocultar el dinero mediante transferencias internacionales entre bancos de hasta catorce países.
I.- ITV.-
Los investigadores creen que el germen de la macrocausa conocida como Erial está en el proceso de privatización de las ITV valencianas, promovido por el Gobierno valenciano que lideraba Eduardo Zaplana en 1997.
J.- Juicio.-
El juicio, que se ha suspendido en dos ocasiones, se celebra contra un total de quince personas. Se podría prolongar hasta el verano y prevé la comparecencia de más de un centenar de testigos.
K.- Kamarowsky.-
Alexis Kamarowsky fue uno de los administradores fiduciarios que, junto con Beatriz García Paesa -sobrina del espía Francisco Paesa- y Federigo Cannizaro, controlaban las sociedades constituidas en Luxemburgo en mayo de 2001 por Juan Cotino con un capital de 640.000 euros en efectivo, unos fondos que transportó desde España el ex director general de la Policía, siempre según el fiscal.
L.- Lezo.-
Las grabaciones realizadas al expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González en el marco del caso Lezo aumentaron las sospechas hacia Eduardo Zaplana y su supuesta relación con operaciones comerciales para blanquear capitales.
M.- Multas.-
Además de las penas de prisión e indemnizaciones, la Fiscalía Anticorrupción reclama a los 15 procesados el abono de multas (en el caso de los delitos de blanqueo de capitales) que van de los 800.000 a los 40 millones de euros, el importe máximo que se reclama al exministro y expresident.
N.- Nombres.-
Los acusados, para referirse a Eduardo Zaplana en las diferentes intervenciones telefónicas realizadas, utilizaban términos como «el jefe», «nuestro amigo», «el que tú ya sabes», «el socio» o «el otro», de tal forma que jamás apareciese su nombre en las conversaciones.
Con la Ñ.-
Núñez de Balboa.- Céntrica calle madrileña del barrio de Salamanca donde, según el fiscal, Zaplana adquirió un piso por 1,6 millones de euros con el producto de las comisiones delictivas.
O.- ORGA (Oficina de Recuperación y Gestión de Activos).-
La justicia española ha logrado recuperar 6,7 millones de euros que los procesados tenían en cuentas en Suiza.
P.- Paesa.-
Beatriz García Paesa, sobrina del espía Rafael Paesa, es una abogada española afincada en Luxemburgo que, según el fiscal de este caso, recibió los 600.000 euros que Juan Cotino llevó a ese país para crear las sociedades a través de las que se canalizaron las supuestas mordidas y cuya propiedad, años después, pasarían a manos de los presuntos testaferros de Zaplana.
Con la Q.- Joaquín Barceló.-
Íntimo amigo de Eduardo Zaplana cuya mano se negó a estrechar el exministro en la primera sesión del juicio, la que se suspendió por enfermedad de su letrado. Es amigo de juventud de Zaplana y ha ocupado cargos en la administración valenciana y en Terra Mítica. Es también el administrador de varias empresas a través de las cuales, supuestamente, se repatriaban a España y disfrutaban los investigados de los fondos opacos depositados en cuentas en el extranjero.
R.- Retorno.-
Los métodos de «repatriación» de los fondos obtenidos mediante comisiones ilícitas ocupa la mayor parte del escrito de acusación de Anticorrupción, que describe una arquitectura financiera con ramificaciones en decenas de países y la colaboración de especialistas, algunos de los cuales han colaborado con la Justicia española para situar a Zaplana en el centro de esta trama.
S.- Saturnino Suanzes, alias «Nino».-
Está acusado de colaborar con Joaquín Barceló en operaciones (que resultaron infructuosas) destinadas a recuperar unos fondos que manejaban los colaboradores de Zaplana y que fueron bloqueados tras la intervención de la banca andorrana BPA en 2015.
T.- Tercero.-
Zaplana es el tercer presidente de la Comunitat Valenciana del PP investigado por supuestos casos de corrupción, tras Francisco Camps, que ha sido absuelto o exonerado hasta la fecha en todos los asuntos, y José Luis Olivas, condenado en enero de 2017 a un año y medio de prisión por falsificar una factura para justificar una supuesta mordida de medio millón de euros.
U.- Ubi Bene (Donde se está bien).-
Es el nombre de uno de los yates, de más de 22 metros de eslora, en los que veraneó Zaplana y cuyos alquileres han sido investigados por la Guardia Civil.
V.- Villarejo.-
El comisario jubilado José Manuel Villarejo, procesado por el caso ‘Kitchen’ será llamado a declarar como testigo en este caso. En una comisión de investigación en el Congreso dijo que el caso Zaplana fue una operación del CNI.
W.- Wellington.- El lujoso hotel del barrio de Salamanca donde la Guardia Civil espió a Zaplana en sus encuentro con el testaferro uruguayo Fernando Belhot.
Con la X.- ‘Ex’.-
El principal acusado, Eduardo Zaplana, ha sido uno de los personajes políticos de mayor relevancia de las últimas décadas. Fue alcalde de Benidorm en 1991, president de la Generalitat en 1995 y ministro de Trabajo y portavoz del Gobierno en 2004. Dejó la política activa en 2008.
Y.- Yonqui del dinero.-
Marcos Benavent, el exgerente de la empresa pública Imelsa y autodenominado ‘yonqui del dinero’, ha jugado un papel esencial en la investigación a Zaplana, pues los conocidos como «papeles del sirio», que los investigadores definen como la hoja de ruta para el amaño de las adjudicaciones de las ITV, estaban en su poder y fueron intervenidos por la Guardia Civil en el despacho de su primer abogado. Tras colaborar durante años con la justicia, cambió de letrado y empezó a sostener que se vio presionado para incriminar a Zaplana.
Z.- Zapador.-
Nombre en clave que los agentes de la UCO adjudicaron a Zaplana mientras se le investigaba. El de su interlocutor en reuniones en Madrid, Fernando Belhot, era «Sol».
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Las frases más duras del rey Juan Carlos sobre Letizia en ‘Le Figaro’
Publicado
hace 10 horasen
29 octubre, 2025
Con aspecto cansado y apoyado en un bastón tras sus múltiples operaciones de cadera y rodilla, el rey emérito Juan Carlos I abre las puertas de su refugio en Abu Dabi al medio francés Le Figaro y rompe su silencio tras años de exilio, concediendo una entrevista que ya ha levantado polémica dentro y fuera de España.
En la conversación, el monarca reflexiona sobre su reinado, su legado y su situación actual, marcada por la soledad, la distancia de su familia y el peso de los escándalos. “Ahora que mi hijo me ha dado la espalda por obligación y mis supuestos amigos han desaparecido, veo que nunca fui libre”, confiesa.
“La democracia no cayó del cielo”
El rey emérito recuerda la Transición española como “uno de los logros más importantes de su vida” y defiende su papel como garante de la democracia.
“La democracia no cayó del cielo”, afirma, insistiendo en que “si pudo llegar a ser rey, fue gracias a Franco”.
Una declaración que sorprendió al periodista francés, quien le advirtió de la polémica que podrían generar sus palabras. Juan Carlos responde con naturalidad:
“¿Por qué mentir, si fue una persona que me hizo rey, y en realidad me hizo rey para crear un régimen más abierto?”.
Estas afirmaciones forman parte de su nuevo libro, Reconciliación, una obra de 500 páginas que se publicará el 5 de noviembre en Francia y en diciembre en España. Según el propio monarca, Felipe VI mostró su preocupación por el tono “sin filtros” del texto.
“Quienes esperen revelaciones trascendentales se sentirán decepcionados”, advierte el emérito, que asegura haber dudado antes de escribir sus memorias:
“Me di cuenta de que los hijos y nietos de mis amigos no tenían idea de quién era Franco ni de la Transición democrática. Creí necesario dar testimonio directo de lo que viví durante treinta y nueve años de servicio a mi país”.
La melancolía del exilio
Sentado entre olivos centenarios en el jardín de su residencia en la isla de Nurai —una propiedad cedida por el jeque Mohammed Ben Zayed, presidente de Emiratos Árabes—, Juan Carlos I se muestra melancólico y nostálgico.
“Verse obligado al desarraigo y al aislamiento al final de la vida no es fácil. Estoy resignado, herido por una sensación de abandono. Hay días de desesperación y de vacío”, admite.
Desde su marcha en agosto de 2020, el rey apenas ha tenido contacto con su familia, salvo con su nieto Froilán, que vive con él en Abu Dabi. Reitera que su autoexilio fue voluntario, para “no obstaculizar el buen funcionamiento de la Corona ni a mi hijo en el ejercicio de sus funciones soberanas”.
Aun así, deja entrever una fractura emocional con Felipe VI:
“Mi hijo me dio la espalda por sentido del deber. Entiendo que, como rey, deba mantener una postura pública firme, pero sufrí su insensibilidad”.
El emérito recuerda una conversación con su hijo durante la Navidad de 2020, que define como “encerrada en el silencio de la incomprensión y el dolor”.
Juan Carlos I: errores, decepciones y la “debilidad” de Corinna Larsen
Entre la nostalgia y el arrepentimiento, el monarca asume haber cometido errores.
“Soy consciente de haber decepcionado. Tengo numerosas debilidades”, confiesa, señalando que fue víctima de “errores de juicio nacidos del amor y la amistad”.
Sobre sus relaciones más controvertidas, hace una referencia directa a Corinna Larsen, a quien califica como “un grave error”.
“Fue un grave error haber aceptado el regalo de cien millones de dólares del rey Abdulá de Arabia Saudí, pero todos los procesos judiciales han sido desestimados y no se me ha imputado nada”.
Reconoce también que fue “cegado por un cierto séquito malévolo” y que confió en empresarios que lo involucraron “en un embrollo financiero que se escapó de sus manos”.
Letizia y Sofía: la otra cara de la monarquía
El rey dedica unas líneas a las dos reinas de su vida. De Sofía, habla con afecto y nostalgia:
“La llamo ‘Sofi’. Lamento que no me acompañe en mi vida en Abu Dabi”.
Sin embargo, su tono cambia al referirse a la reina Letizia.
“Tengo un desacuerdo personal con Letizia. No contribuyó a la cohesión de nuestras relaciones familiares”, admite.
Esta confesión, una de las más comentadas de la entrevista, deja entrever el distanciamiento histórico entre el emérito y la actual reina consorte, cuya llegada a la familia real marcó un cambio de estilo y tensiones en el entorno monárquico.
La herencia a Leonor y el mensaje a Felipe VI
En un tono más conciliador, Juan Carlos envía un mensaje a su hijo Felipe VI:
“España no es automáticamente un país monárquico. Es responsabilidad del rey moldear la monarquía cada día”.
También dedica unas palabras a la princesa Leonor, heredera al trono:
“Que tenga seguridad en sí misma, que cumpla con su deber con simpatía y amabilidad, que sea garante del respeto a la Constitución Española”.
“Hubo tres golpes el 23-F”
El capítulo sobre el golpe de Estado del 23-F es uno de los más reveladores. Juan Carlos I asegura que no fue un solo golpe, sino tres:
“El golpe de Tejero, el de Armada y el de los cargos electos cercanos al franquismo”.
“Alfonso Armada estuvo a mi lado durante diecisiete años. Lo quise mucho, y me traicionó. Convenció a los generales de que hablaba en mi nombre”, explica.
El monarca también recuerda que, durante sus primeros años de reinado, tuvo el poder de refrendar penas de muerte, aunque nunca tuvo que ejercerlo:
“Si hubiera dicho que no, los generales me habrían derrocado”.
“Nunca fui libre”
En el cierre de su entrevista con Le Figaro, el rey Juan Carlos hace una reflexión que resume su sentir:
“A pesar de mis problemas de movilidad y los intentos de desacreditarme, desde mi nacimiento no he sido dueño de mi destino. Di libertad a los españoles al establecer la democracia, pero nunca pude disfrutar de esa libertad para mí”.
Con esta confesión, el emérito deja claro que, a sus 87 años, se siente prisionero de su propia historia, atrapado entre el peso de su legado y las consecuencias de sus decisiones personales.
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