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Salud y Bienestar

Qué comer los días de las olas de calor para mantenerte hidratado y enérgico

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Comidas días ola de calor

1. Alimentos ricos en agua

Durante los días de calor extremo, es esencial consumir alimentos que te ayuden a mantenerte hidratado. Aquí tienes algunos ejemplos:

  • Sandía: Compuesta en un 92% por agua, es ideal para hidratarte. Además, contiene vitaminas A y C, y antioxidantes.
  • Pepino: Con un 95% de agua, es perfecto para añadir a ensaladas o consumir como snack. Es bajo en calorías y aporta fibra.
  • Melón: Al igual que la sandía, tiene un alto contenido de agua (90%) y es una excelente fuente de vitaminas A y C.
  • Fresas: Contienen alrededor de 91% de agua y son ricas en vitamina C y antioxidantes.
  • Lechuga: Con un 96% de agua, es una opción fresca para ensaladas y sandwiches.

2. Bebidas hidratantes y energizantes

Las bebidas adecuadas pueden marcar la diferencia en cómo te sientes durante una ola de calor:

  • Agua de coco: Naturalmente rica en electrolitos, es excelente para reponer los minerales perdidos a través del sudor.
  • Infusiones frías de hierbas: Bebidas como el té de menta o manzanilla frías pueden ser refrescantes y ayudan a la hidratación sin cafeína.
  • Batidos verdes: Combinan verduras como espinacas o kale con frutas hidratantes. Añadir un poco de jengibre puede darle un toque energizante.
  • Limonada casera: Hecha con limón, agua y un toque de miel, es refrescante y proporciona vitamina C.

3. Snacks energéticos y refrescantes

Optar por snacks que te mantengan lleno de energía y frescura es clave:

  • Yogur con frutas frescas: Una combinación de proteínas y frutas ricas en agua para un snack completo y refrescante.
  • Palitos de apio con hummus: El apio tiene un alto contenido de agua, mientras que el hummus aporta proteínas y grasas saludables.
  • Ensalada de frutas: Una mezcla de frutas como piña, uvas, naranjas y kiwi puede ser un snack dulce y muy hidratante.
  • Avena Fría: Preparada la noche anterior con leche o agua, y complementada con frutas frescas y un poco de miel, es un desayuno refrescante y lleno de energía.

4. Evita alimentos y bebidas deshidratantes

Es crucial saber qué evitar para no contrarrestar tus esfuerzos de hidratación:

  • Bebidas con Cafeína y Alcohol: Pueden deshidratarte debido a su efecto diurético.
  • Comidas Altas en Sal: Los alimentos salados pueden aumentar la deshidratación y hacer que te sientas más sediento.
  • Alimentos Procesados y Azucarados: No solo tienen poco contenido de agua, sino que también pueden contribuir a la deshidratación.

5. Consejos adicionales para mantenerte hidratado

  • Planifica Tus Comidas: Asegúrate de incluir alimentos ricos en agua en cada comida.
  • Lleva Contigo una Botella de Agua: Tener agua a mano te ayudará a recordar beber regularmente.
  • Come en Pequeñas Porciones: Consumir alimentos ligeros y en porciones pequeñas durante el día puede facilitar la digestión y evitar el sobrecalentamiento.

Mantenerte hidratado y con energía durante los días de ola de calor es esencial para tu bienestar. Estos consejos y alimentos te ayudarán a enfrentar el calor con salud y vitalidad.

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¿Por qué dormimos peor en Navidad?

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Por qué dormimos peor en Navidad
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La Navidad es una época llena de celebraciones, reencuentros familiares y abundantes cenas, pero también puede ser un período en el que muchas personas experimentan trastornos del sueño. A pesar de que las fiestas deberían ser sinónimo de relajación y descanso, la realidad es que el estrés, las alteraciones en la rutina y otros factores propios de la temporada pueden dificultar un sueño reparador. A continuación, exploramos las razones por las que durante la Navidad muchas personas duermen peor y cómo podemos intentar mejorar la calidad del sueño en estas fechas tan ajetreadas.

1. Alteración de las rutinas

Durante las festividades, las rutinas diarias suelen verse interrumpidas. Las cenas, las reuniones familiares y los compromisos sociales pueden hacer que nos acostemos más tarde de lo habitual, lo que afecta negativamente nuestro reloj biológico. El cuerpo humano tiene un ciclo natural de sueño y vigilia que puede desajustarse fácilmente cuando cambiamos nuestros horarios de descanso. Al no seguir un horario regular de sueño, es más probable que nos sintamos cansados o que tengamos dificultades para dormir.

2. Estrés y preocupaciones navideñas

Aunque la Navidad es sinónimo de alegría para muchos, también puede generar estrés. Las compras de último minuto, las celebraciones familiares, la planificación de viajes y la presión por cumplir con todas las expectativas sociales pueden causar ansiedad. Esta tensión emocional puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la capacidad del cuerpo para relajarse y conciliar el sueño. Las preocupaciones sobre los regalos, las cenas o incluso los compromisos laborales pueden mantener nuestra mente activa durante la noche, dificultando el descanso.

3. Comidas copiosas y alcohol

Las cenas y comidas abundantes son parte esencial de las celebraciones navideñas, pero la cantidad y el tipo de alimentos consumidos pueden influir negativamente en la calidad del sueño. El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares puede aumentar la actividad digestiva durante la noche, provocando molestias estomacales y dificultando que el cuerpo entre en un estado de relajación necesario para dormir. Además, el alcohol, aunque inicialmente pueda inducir somnolencia, interrumpe los ciclos de sueño y reduce la calidad del descanso, lo que puede provocar despertares frecuentes a lo largo de la noche.

4. Falta de ejercicio físico

Durante las fiestas navideñas, muchas personas disminuyen su nivel de actividad física debido a las vacaciones o a las celebraciones. El ejercicio regular es esencial para un sueño saludable, ya que favorece la relajación del cuerpo y la liberación de endorfinas. Sin embargo, en Navidad, el sedentarismo aumenta debido a la cantidad de tiempo que pasamos en reuniones o en actividades que no requieren esfuerzo físico. Esto puede dificultar la conciliación del sueño, ya que el cuerpo no está lo suficientemente cansado para descansar de manera profunda.

5. Cambios en el ambiente de sueño

Las visitas a familiares o la llegada de familiares a nuestra casa también pueden alterar nuestro entorno de descanso. Dormir en un lugar diferente al habitual o compartir espacio con otras personas puede generar incomodidad y dificultar el sueño. Además, la decoración navideña, con luces brillantes y colores llamativos, puede interferir con el ambiente relajante necesario para dormir bien. Las luces intensas, como las de los árboles de Navidad o las decoraciones externas, pueden alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.

6. Sobrecarga de estímulos sensoriales

La Navidad es una época cargada de estímulos visuales, auditivos y emocionales. Las luces brillantes, la música festiva y el bullicio de las reuniones familiares pueden mantenernos en un estado de alerta constante. Este exceso de estímulos puede dificultar que nuestra mente se relaje antes de acostarnos, retrasando la conciliación del sueño. Además, el ruido generado por las celebraciones o los fuegos artificiales puede interferir en un descanso tranquilo y reparador.

7. Cambios en la exposición a la luz natural

En invierno, los días son más cortos y la exposición a la luz natural disminuye, lo que puede alterar la producción de melatonina y afectar nuestro ritmo circadiano. Este desajuste de la luz natural y artificial, sumado a los cambios en los horarios durante las festividades, puede dificultar la sincronización de nuestro reloj biológico y empeorar la calidad del sueño. El aumento del uso de pantallas electrónicas (como smartphones, tabletas y televisores) por la noche también puede inhibir la producción de melatonina debido a la luz azul emitida por estos dispositivos.

¿Cómo mejorar el sueño en Navidad?

A pesar de que la Navidad puede traer consigo una serie de factores que afectan el sueño, hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso durante estas fechas:

  • Mantener una rutina de sueño regular: Intenta mantener los horarios de acostarte y levantarte lo más consistentes posible, incluso durante las vacaciones.
  • Evitar comidas copiosas y alcohol antes de acostarse: Trata de cenar de forma ligera y no consumir alcohol en exceso en las horas previas al sueño.
  • Realizar actividad física: Aun durante las vacaciones, intenta incorporar ejercicio físico moderado durante el día para ayudar a tu cuerpo a relajarse por la noche.
  • Crear un ambiente relajante: Asegúrate de que tu espacio de descanso sea cómodo, oscuro y silencioso. Si es necesario, usa tapones para los oídos o una máscara para los ojos.
  • Limitar los estímulos antes de acostarse: Reduce el uso de dispositivos electrónicos y baja la intensidad de las luces al menos una hora antes de dormir.
  • Practicar técnicas de relajación: La meditación, la lectura o tomar un baño caliente pueden ayudarte a calmar tu mente y preparar tu cuerpo para el sueño.

Conclusión

La Navidad puede ser una época de mucha diversión y alegría, pero también puede alterar nuestros hábitos de sueño debido al estrés, la interrupción de las rutinas, la comida y la bebida en exceso, y la sobrecarga de estímulos. Para disfrutar de unas fiestas más relajadas y descansar mejor, es fundamental prestar atención a las necesidades de nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que nos ayuden a mantener la calidad del sueño.

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