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Salud y Bienestar

CONSEJOS| Cómo evitar dolencias en los pies al cambiar al calzado de verano

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El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) aconseja realizar un cambio progresivo al calzado de verano para evitar afecciones a los pies, en los que las laceraciones son las dolencias «más comunes», lo que puede ser «especialmente peligroso» en el caso de personas diabéticas o inmunodeprimidas. Por eso mismo, han creado un decálogo con los consejos para cambiar al calzado de verano.

Los consejos para hacer frente al cambio de calzado de verano

Los podólogos han subrayado que poner atención al modo en el que se realiza la transición de un calzado cerrado al calzado descubierto de verano es «muy importante» para evitar afecciones.  Especialmente importante en el caso de las personas diabéticas, que no cicatrizan bien y cualquier pequeña herida puede derivar en una úlcera. En el caso de las inmunodeprimida, también porque al tener alterado el sistema inmunológico pueden generar infecciones complicadas y difíciles de curar.

Las dolencias más comunes en esta época del año son las ampollas y las laceraciones. «Hay que tener en cuenta que con la llega de esta época tan calurosa, los pies tienden a hincharse y aumenta la sudoración. Por eso, si pasamos de un calzado muy cerrado a sandalias directamente, estaremos incrementando exponencialmente la posibilidad de sufrir laceraciones», ha afirmado Maite García, presidenta del ICOPCV.

Decálogo con recomendaciones

El Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana han elaborado un decálogo con recomendaciones básicas para hacer un cambio de calzado de una forma adecuada y favorecer la salud del pie son utilizar pinkies si el calzado lo permite; deben ser de algodón y evitarse las fibras sintéticas porque incrementan la sudoración del pie; no pasar de la bota cerrada a la sandalia, sino comenzar con el uso de un mocasín o similar, por ejemplo y escoger un calzado fabricado con materiales naturales y flexibles.

Asimismo, si se usa un calzado nuevo, no realizar largas caminatas nada más estrenarlo, lo que es «especialmente importante» en esta época del año porque el pie va descubierto y no hay, ni siquiera, un calcetín que pueda hacer de barrera y proteger la piel. Además, el calzado sólo se puede utilizar de un año para otro si la suela no está muy desgastada y no se observan deformaciones.

Sustitución del calzado viciado, uno de los mejores consejos para el calzado de verano

En caso de que se observe que el calzado está «viciado», hay que sustituirlo. Además, esto será indicativo de que la persona no camina adecuadamente generando desgastes anormales indicativos de una marcha inadecuada . En este caso, será imprescindible acudir al podólogo para hacer un estudio de la pisada y realizar las compensaciones necesarias a través de plantillas para evitar sobrecargas que pudieran afectar tanto a los pies como al resto del aparato locomotor.

Si el calzado en la zona del empeine está desgastado o dado de sí, como puede suceder con las sandalias, también es importante sustituirlo porque al no sujetar adecuadamente el pie, no hay contención y puede propiciar sufrir esguinces en tobillos y producir más fricción en la piel generando más ampollas de lo que podría considerarse «normal».

Además, es importante evitar llevar un calzado «excesivamente apretado» porque el exceso de contención y sujeción puede provocar un adormecimiento de los dedos de los pies debido a la compresión nerviosa que genera. Un calzado muy justo de talla o muy prieto puede provocar que se hinchen los pies porque no permite a la circulación venosa de retorno seguir su curso e, incluso, producir alteraciones y/o patologías en las uñas por estar en contacto continuo con el zapato ya que da lugar a microtraumatismos de repetición en ellas.

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Salud y Bienestar

Síndrome del intestino irritable: descubren la dieta más efectiva para aliviar el dolor abdominal

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Un nuevo estudio del Reino Unido revela que la dieta mediterránea puede ser una de las estrategias más efectivas para reducir el dolor abdominal y otros síntomas del síndrome del intestino irritable (SII), una condición crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo.


El síndrome del intestino irritable afecta a 1 de cada 10 personas

El síndrome del intestino irritable (SII) se caracteriza por dolor abdominal, hinchazón y alteraciones en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento. Aunque su causa exacta aún no se conoce, los expertos señalan que el desequilibrio entre el intestino y el cerebro juega un papel clave en el desarrollo de los síntomas.

Según estimaciones médicas, hasta 1 de cada 10 personas sufre esta afección, que puede llegar a alterar significativamente la calidad de vida.


La dieta mediterránea, más eficaz que la dieta tradicional

Un ensayo clínico aleatorizado de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) comparó los efectos de la dieta mediterránea con las recomendaciones dietéticas tradicionales utilizadas para controlar el SII.

El estudio, publicado en la revista científica Annals of Internal Medicine, concluyó que la dieta mediterránea no solo no es inferior, sino que resulta superior a la dieta convencional para aliviar los síntomas del síndrome del intestino irritable.

Esto convierte a la dieta mediterránea en una alternativa viable como primera línea de tratamiento dietético para pacientes con SII.


Cómo se realizó el estudio

Los investigadores analizaron a 110 adultos de entre 18 y 65 años diagnosticados con síndrome del intestino irritable. Los participantes fueron divididos en dos grupos: uno siguió una dieta mediterránea, y el otro, una dieta tradicional durante seis semanas.

El principal criterio de evaluación fue la reducción de al menos 50 puntos en la Escala de Gravedad de los Síntomas del SII (IBS-SSS), una herramienta clínica que mide la intensidad del dolor y las molestias digestivas.

  • Resultados destacados:

    • El 62% de los pacientes que siguieron la dieta mediterránea experimentaron una mejoría significativa, frente al 42% del grupo con dieta tradicional.

    • Los participantes que adoptaron el patrón mediterráneo también registraron menor frecuencia e intensidad del dolor abdominal y una mejor calidad de vida.


Por qué la dieta mediterránea puede ayudar al intestino

La dieta mediterránea se basa en el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, aceite de oliva virgen extra, pescado y frutos secos. Este patrón alimentario es rico en fibra, antioxidantes y grasas saludables, componentes que ayudan a reducir la inflamación intestinal y mejorar el equilibrio del microbioma intestinal, factores clave en la evolución del SII.

 

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