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Salud y Bienestar

Las claves para afrontar la llegada de un segundo hijo

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consejos llegada segundo hijo

La llegada de un segundo hijo es tan feliz y especial como la del primero, sin embargo, también representa un reto de organización, paciencia y un golpe para la economía. Estar preparados para los cambios que vendrán es la mejor forma de que los padres y el primogénito disfruten del acontecimiento. Desde Nanas & Co, la empresa de selección de personal doméstico referente en su sector, dan una serie de consejos para sobrevivir a la llegada de un nuevo retoño:

Preparar al primer hijo para convertirse en hermano mayor

Hay que hacerlo partícipe de las experiencias, compartir con él cada situación, las decisiones y ayudarlo a encajar en el proceso. Cada niño es distinto y depende de muchos factores, como la edad o la personalidad, que lo vivan con mayor o menor ansiedad. Hay que explicarle qué va a suceder, cuándo, cómo serán las rutinas una vez el nuevo bebé llegue… y conviene hacerlo antes, para que el niño no asocie un cambio importante que le genere conflicto con la llegada del nuevo miembro.

Dejar que el primogénito exprese sus emociones (del tipo que sean)

Si a pesar de los esfuerzos y de seguir los consejos de los expertos, se da algún episodio de celos o mal comportamiento, hay que facilitar que el niño se exprese; y como padres, hay que escuchar y entender para así poder contener, que no bloquear o reprimir, sus sentimientos negativos, para obtener pistas de lo que le sucede y poder actuar.

Organizarse, planificar las tareas y el presupuesto familiar

Ahora, más que nunca, conviene ser rigurosos con los horarios y las rutinas para poder atender las necesidades y obligaciones de cada integrante. Así como, revisar qué enseres se pueden reutilizar del primer hijo y ajustar el presupuesto económico.

Aprender a delegar y a confiar en otras personas el cuidado de los hijos

La llegada del segundo hijo no consiste únicamente en redoblar los esfuerzos y multiplicar por dos las atenciones a los hijos. En la mayoría de los casos, supone mayor estrés y ansiedad y culpabilidad. Quizá es el momento adecuado para entregarse a manos expertas y contratar a una nanny cualificada que cuide a los pequeños y apoye en las tareas domésticas para no acabar con la paciencia y harmonía familiar.

Aprender a gestionar el estrés

No hay que pretender tenerlo todo bajo control. Con un niño ya resulta difícil, pero con dos, y en edades tempranas, resulta imposible. Hay que tratar de relajarse y disfrutar de esta nueva y preciosa etapa. Los primeros meses será especialmente exigentes y agotadores para los padres; para que no sea un cambio brusco, se pueden ir estableciendo rutinas de alimentación y sueño con el hijo mayor (especialmente si éste tiene menos de dos años de edad), con el objetivo de que cuando nazca el bebé, puedas llevar mejor el cansancio y el estrés de la crianza de los dos niños.

Comunicarse

Al igual que en otros aspectos del matrimonio, una adecuada comunicación es clave. Más que dividir las responsabilidades en el cuidado de los hijos, es importante que los padres hablen y acuerden claramente quién hará qué cosa, además de trabajar juntos para encontrar soluciones a los problemas que surjan.

Pasar tiempo de calidad en pareja

Criar y educar es agotador, pero no hay que olvidar que en la pareja tiene que haber entendimiento, respeto, intimidad y pasión. Conectar emocionalmente con la pareja repercutirá positivamente en el bienestar físico y emocional, y por consiguiente en la propia felicidad y la de la familia, los niños que viven en un núcleo familiar en el que reina la paz, el amor, la comunicación, crecen felices, confiados y seguros de sí mismos.

Dedicarse tiempo a uno mismo

Ya sea porque como padres, la autoexigencia es alta, o porque es lo que la sociedad espera, lo cierto es que, cuando se tienen hijos, se deja para un último lugar darse un respiro. No obstante, para poder cuidar es necesario cuidarse. Por eso, es importante organizarse y buscar tiempo para mantener algún hobby, hacer deporte, darse algún capricho o dejarse mimar en un tratamiento de belleza.

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Salud y Bienestar

Cómo detectar que alguien es ludópata: las siete señales de alerta

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La ludopatía, también conocida como adicción al juego o juego patológico, es un trastorno adictivo relacionado con la pérdida de control sobre las conductas de juego. Aunque durante mucho tiempo fue considerada un problema menor o un simple «vicio», hoy se reconoce como una enfermedad psicológica compleja que puede destruir vidas si no se detecta a tiempo.

¿Qué es la ludopatía o juego patológico?

La ludopatía es un trastorno de control de los impulsos, en el que la persona se ve obligada a jugar de forma compulsiva y progresiva. Es decir, necesita apostar cada vez más, durante más tiempo y con mayores cantidades de dinero, lo que genera un círculo vicioso que termina afectando su entorno familiar, laboral, económico y emocional.

Esta problemática se ha visto agravada en los últimos años por el acceso masivo a juegos de azar online y plataformas de apuestas deportivas, que están disponibles las 24 horas y sin supervisión. Esto ha provocado un aumento de casos de adicción al juego online, especialmente entre jóvenes y adultos jóvenes.

Síntomas más habituales de la ludopatía

Detectar los síntomas de la adicción al juego en una etapa temprana puede marcar la diferencia. Estas son algunas de las señales más frecuentes:

  • Manipulación de familiares o amigos para conseguir dinero

  • Conducta huidiza o evasiva sobre el tiempo o el dinero gastado

  • Gasto excesivo de dinero sin justificación

  • Asistencia frecuente a lugares de apuestas o conexión continua a plataformas de juego

  • Desapariciones repentinas o falta de explicaciones sobre ausencias

  • Cambios de humor bruscos sin motivo aparente

  • Búsqueda de microcréditos o préstamos para seguir apostando

Fases de la adicción al juego

Según el psicólogo Enrique Becoña, el proceso de la ludopatía suele atravesar tres fases:

  1. Etapa dorada: El jugador se enfoca en las ganancias y minimiza las pérdidas. La emoción y la euforia dominan.

  2. Etapa de desesperación: El jugador ha perdido grandes cantidades de dinero, acumula deudas y siente que ha perdido el control.

  3. Etapa de aceptación: Reconoce que tiene un problema y, en muchos casos, busca ayuda.

La adicción puede iniciarse a edades tempranas. En los hombres suele comenzar en la adolescencia, mientras que en las mujeres tiende a aparecer entre los 20 y los 40 años.

¿Cómo se trata la ludopatía?

El tratamiento de la ludopatía es fundamental. A diferencia de otras adicciones, no requiere una desintoxicación física, pero sí un proceso profundo de deshabituación psicológica. Este proceso incluye:

  • Terapia cognitivo-conductual

  • Posible uso temporal de medicación para frenar la impulsividad

  • Apoyo grupal o terapia familiar

  • Técnicas para gestionar emociones y evitar recaídas

El objetivo es que la persona recupere el control sobre su conducta y pueda reconstruir su vida personal, profesional y emocional.

¿Cómo ayudar a un ludópata?

Si sospechas que alguien cercano sufre una adicción al juego, es vital no juzgarlo, sino escucharlo y acompañarlo. Estos son algunos pasos útiles:

  • Habla con honestidad y sin reproches.

  • Sugiere acudir a un profesional de la salud mental.

  • Contacta con asociaciones especializadas, como FEJAR (Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados).

  • Evita facilitar dinero si sospechas que será usado para jugar.

Un problema que no se puede ignorar

La ludopatía es una enfermedad silenciosa que avanza rápidamente si no se trata. Además, si no se aborda a tiempo, puede derivar en otras adicciones como el consumo de alcohol, drogas u otras sustancias, generando una patología dual.

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