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Fallas

Hace hoy 20 años se elegía a la Corte del 2001, un grupo cargado de historias humanas

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Desde hace décadas hemos asistido a la euforia, nervios e ilusión con los que se viven los procesos de elección de las Cortes de Honor de las Falleras Mayores de València. Existen dos puntos de vista, el que se siente desde fuera cuando el querer estar ahí lo comparan a un sueño, más bien formado por la imagen que se traslada al exterior de lo que ese año supone para muchas personas y el otro punto, el que queda una vez vivido, el que ya no tiene coches oficiales, regalos, ramos, actos, pasarelas, aplausos y un largo etcétera. Cuando todo pasa, queda lo más bonito: la amistad.

Foto: CORTE 2001

Ese es el mejor ejemplo para definir el grupo humano que nació hace hoy veinte años, cuando en el Velódromo Luis Puig de València se elegía a las Cortes de Honor del 2001. Una corte que el periodista Moisés Domínguez definió en un artículo en el periódico Levante-EMV a la perfección ‘Una corte de altura’. Efectivamente, puede que haya sido la corte más alta de la historia. También como la corte de las Patricias, hubo hasta cuatro. Su Fallera Mayor, Adriana Polo tenía 17 años.

Foto: JUNTA CENTRAL FALLERA

A lo largo de estos veinte años han seguido viviendo momentos que han marcado sus vidas: bodas, nacimientos de hijos, encuentros, celebraciones… Pero también momentos trágicos en los que han seguido unidas. Patricia Borrego y su marido Javi Ramos perdían a su hijo Cayetano en agosto del 2016.

La corte del 2001 también fue la encargada de organizar la tradicional cena de Cortes de Honor en el 2017 que anualmente se celebra con un motivo solidario y  que ellas quisieron destinar todo lo recaudado a la investigación del Síndrome de Costello, la enfermedad que tocó de ‘lleno’ a Patricia Borrego a través de su hijo Cayetano.

Dos años después llegaba al mundo el pequeño Pelayo Ramos Borregosu madrina es, amiga y compañera de corte de Patricia, Sonia Remohí. Quien recientemente perdió a su padre Eduardo Remohí, víctima de un cáncer y también era fallero de la Plaza del Negrito.

Otro de los momentos más trágicos fue el vivido en el 2018 cuando Raquel Sahuquillo perdía a su marido Álex, fallero de Na Jordana. Hechos que han ido uniendo todavía más a un grupo cargado de historias humanas.

Pero la corte del 2001 también nos ha descubierto a personas únicas como Amparo Requena, una de las encargadas de animar y dar fuerza a todos sus vecinos durante el confinamiento. Sus intervenciones se hicieron virales y los vídeos no pararon de compartirse.

Y qué decir de la corte infantil, el jurado que las eligió hace veinte años pudo ver como años después tres de las pequeñas se convertían en Falleras Mayores de Valencia Begoña Jiménez Tarazona en el 2013, tan solo un año después Carmen Sancho de Rosa y Rocío Gil Uncio en 2018, teniendo en su corte a Marta Sobrino que también fue corte infantil en el 2001.

Foto: CORTE 2001

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Homenaje a Berta Peiró: el reconocimiento a la fuerza de una líder fallera

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Homenaje Berta Peiró
Homenaje a Berta Peiró-CEDIDAS

La Falla Ripalda – Beneficencia – San Ramón celebró un homenaje multitudinario a Berta Peiró García, Fallera Mayor de València 2025, en un acto que reunió a representantes del mundo fallero, autoridades y amigos de la homenajeada. La ceremonia sirvió para repasar los hitos que han situado a Berta como una de las Falleras Mayores más recordadas de los últimos tiempos.

Desde las 19:00 horas, decenas de invitados desfilaron ante el photocall donde Berta los recibió con la cercanía, la elegancia y la serenidad que han caracterizado su año. Arropada por aplausos y muestras de cariño, volvió a demostrar la conexión auténtica que ha marcado su reinado.

El acto estuvo presentado por el concejal Juan Carlos Caballero, amigo personal de la Fallera Mayor, quien aportó un tono cálido y cercano a una ceremonia concebida como un viaje emocional a través de sus momentos más significativos.


Un año marcado por el carisma y la fuerza de una líder fallera

El homenaje no solo puso en valor el cariño de su comisión, sino también el perfil de una Fallera Mayor que ha dejado huella desde el primer día. Berta Peiró ha destacado por:

  • Su discurso firme, emocional y muy preparado, defendiendo siempre el valor cultural y humano de las Fallas.

  • Su capacidad extraordinaria para conectar con el público, tanto en actos institucionales como en su visita diaria a comisiones.

  • Un compromiso real con la tradición, incorporando una mirada moderna e inclusiva.

  • Un profundo respeto por la fiesta y sus profesionales, especialmente por la artesanía fallera.

Su estilo, elegante y seguro, ha consolidado su imagen como una Fallera Mayor capaz de combinar solemnidad, cercanía y un liderazgo natural.


El histórico discurso de la Crida: una llamada a la memoria, a la unidad y al orgullo valenciano

Entre los momentos más recordados del reinado de Berta Peiró, la Crida de 2025 ocupa un lugar de honor. Desde lo alto de las Torres de Serranos, Berta firmó un discurso que no solo emocionó, sino que también conmovió a toda València.

En una noche marcada por el recuerdo, Berta puso palabras a la tragedia que la ciudad había vivido con la DANA, un episodio que dejó heridas profundas y que aún permanecía presente en miles de familias. La Fallera Mayor quiso que ese dolor no quedara silenciado en una celebración tan simbólica y, con sensibilidad y firmeza, honró la memoria de las víctimas y reconoció el esfuerzo incansable de los voluntarios, a quienes situó como ejemplo de la verdadera esencia valenciana.

Invitó al mundo entero a no olvidarse de València, a recordar que detrás de la fiesta también hay resiliencia, solidaridad y una comunidad capaz de levantarse unida incluso en los momentos más difíciles.

Y fue entonces cuando pronunció la frase que ya forma parte de la historia reciente de la fiesta:

“Ser faller és la millor versió de ser valencià.”

Una declaración poderosa, nacida del alma fallera y convertida en una de las líneas más citadas de las últimas Cridas. Berta no solo abrió las Fallas: abrió el corazón de una ciudad entera.


Un vínculo eterno con su comisión

La Falla Ripalda – Beneficencia – San Ramón quiso que este homenaje fuera un agradecimiento sincero a quien ha llevado el nombre de la comisión por toda València con orgullo, cariño y un profundo sentido de responsabilidad.

La comisión destacó el vínculo especial mantenido durante todo su reinado: un lazo construido desde la admiración mutua, el apoyo constante y la gratitud por representar a la falla en el escalón más alto del calendario fallero.

El homenaje, diseñado como un recorrido emocional por su año, se convirtió en el cierre perfecto para un reinado que ha dejado huella tanto en la ciudad como en su propia comisión.


Una Fallera Mayor que ya es historia

El acto concluyó con una frase que resume el sentimiento común: Berta Peiró ya forma parte de la historia de la falla y de la historia reciente de València.

Con personalidad, elegancia y una capacidad única para transmitir emoción, Berta ha protagonizado un año inolvidable. Un año que no solo ha representado un cargo, sino que ha dejado un legado.

Porque, tras su homenaje, queda claro que su reinado termina, pero su legado acaba de empezar.

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